Clivies

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Clivies. En casa. Yá abieron. La fecha, al rodiu de tolos años. 25/03/2024

1935

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Esta semeya de la parte d'acá (hacia La Guía) del puente'l Piles (1935).

Perplejidades

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(Ayer, en La Nueva España) PERPLEJIDADES No dirán que no existen los milagros. Los lunes, el año pasado, registraron un total de 1.525.709 bajas laborales; sin embargo, los viernes el guarismo descendió hasta únicamente 736.166. No piensen ustedes mal, sin duda la causa ha de encontrarse en la advocación bajo la que está el último día laborable de la semana, Venus, la protectora de Eneas y tuteladora de los goces del amor. El número de parados registrados era este enero de 2.767.860. Si a ello sumamos los yolandizados bajo el concepto de “fijos discontinuos”, tenemos un número superior a los 3.000.000, cifra que apenas varía en los últimos tiempos. Pero el panorama no se completa si no advertimos que existen unos 100.000 empleos ofertados que nunca se cubren, para los que no concurren candidatos. Más aún, el 70% del empleo creado desde finales de 2021, 755.000 puestos de 1,081 millones, han sido ocupados por trabajadores de origen extranjero. Para entender la complejidad del problema hay que tener en cuenta dos cosas. La primera, que todas las prestaciones sociales provienen de los impuestos y de la creación de riqueza de quienes trabajan. La segunda, que quienes rechazan un empleo lo hacen porque tienen suficientemente cubiertas sus necesidades, por la vía que sea. No cabe duda de que esta situación requiere una clarificación y un buen solmenón. ¿Lo hará alguien? Sonrían. Otro. Furia sancionadora de los nuevos radares “pacificadores” de Llugones, instalados sin tener en cuenta que hay gente que trabaja y que una velocidad muy escasa es difícil de mantener aun a punta de gas. Así informa LA NUEVA ESPAÑA: “Los nuevos radares de Lugones superan las 300 multas al día y los carteros no dan abasto para repartir las notificaciones”. Respuesta del alcalde: “Igual teníamos que haberlo hecho de otra manera o no ponerlos”. ¿Pero es que aquí nadie piensa las cosas antes de hacerlas? ¿Es que todo es dejarse llevar por los “idola fori”, por los prejuicios discursivos de la moda? ¿Rectificarán ante el desastre y la injusticia? Sonrían. En distinto ámbito. Parece una broma de un periódico cómico, aquello del “Papelín General” de La Codorniz. El BOPA cesa en sus cargos, por error, a dos empleados del HUCA, el médico don Alberto Fernández León y la enfermera doña María Antonia Jiménez Martos. Once días después corrige la metedura de pata. Siempre he dicho que se legisla con las témporas, por decirlo eufemísticamente, y. si no, miren ustedes la corrección diaria “de errores” en el BOE, o los efectos de la Ley Sisí o de la Trans. ¡Pero esto del BOPA! ¡Más gorda nun entra en prau! Se vende cada vez menos pescado. Una asociación de detallistas de pescado propone una solución: que las pescaderías pongan obradores y ofrezcan a sus clientes platos elaborados. ¡Cómo si el problema de la venta de pescado no estuviese en los precios, cada vez más prohibitivos del producto! ¡No, si ni al que asó la manteca! Y ya que estamos en un artículo de temas variados, quiero decirlo: la visita del señor Queipo a la Academia o su presencia en la celebración de los 50 años de Conceyu Bable, es un paso hacia la normalidad, una salida de la xabacería en que con respecto al asturianu se hallaba situado el PP (al margen de mentir al respecto del impulso de La Llei d’Usu y Promoción). Y, por cierto, no estaría de más recordar para algunos que la impulsión, el amor y la escritura de la llingua estuvo siempre históricamente en manos de la derecha y la Iglesia, desde el pegollu de nuestra historia literaria, González Reguera, a los impulsores de la academia de 1919, con patrocinio real.

Griñolera lechosa (Cotoneaster lacteus)

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El 09/03/2024 La Villa (Antigua puebla de Maliayu).

Clivies entamando esconsoñar del iviernu

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El 19/03/2024

Colunguesa (o del Sumiciu)

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(Ayer, en La Nueva España) COLUNGUESA (O DEL SUMICIU) Desde 2005 existe un proyecto redactado por la Demarcación de Costas para unir las playas colunguesas de L’Astuera (noble nombre de raíz prerromana, como Asturies) y La Griega (otro nombre de origen oscuro y venerable). Nada se ha efectuado de él, salvo algunos desbroces recientes en su comienzo en Llastres y muchas promesas electorales sobre el mismo. En el 2022, a finales del último mes del año -hubo elecciones en mayo de 2023, como recuerdan ustedes-, la delegada del Gobierno, doña Delia Losa, visitó Colunga acompañada por responsables políticos y técnicos. Doña Delia notificó que en el pasado mes de octubre el Ministerio de Transición Ecológica y el Gobierno de Asturies habían firmado un convenio por el que el Gobierno central aportaba dos millones de euros para la obra, que el Ejecutivo asturiano se encargaría de licitar y ejecutar. A día de hoy, como de aquel “pobre Fernández” del que nunca más se supo, el proyecto, ¡dieciocho años después!, sigue tan publicitado como desaparecido. Si ustedes deciden pasear por las pintorescas calles y barrios de Llastres, anímense a bajar hasta el puerto. Allí, sobrepasada la rula, doblen hacia la derecha y empiecen a recorrer el espigón que enfrenta L’Astuera, La Griega, el Sueve y Colunga. Si la mar tiene algo de movimiento oirán unos silbidos, que no son de los ventolinos ni de espíritus algunos, sino del aire que se mueve entre los bloques, que tienen ralas entre ellos. Es muy fácil también que, según el día, oiga, como en la canción, “las olas bramar”. Es verdad que no llegan a ser un “gufón”, ¡pero bueno! En prosaico, lo que quiere decir todo ello es que el espigón tiene deficiencias que pueden acarrear ruina en algunas partes. Es esa la razón por la que en 2022 se adjudica a Dragados la construcción de 398 bloques de hormigón de unas 60 toneladas para refuerzo del dique, con un presupuesto inicial de 3.200.000 euros. Pero, a partir de ese momento, empieza una serie de cambios que recuerdan la inconstancia de don Pedro Sánchez y sus adláteres. En principio, en el proyecto que acompaña a la adjudicación se estudia una alternativa que consistiría en fabricar los bloques fuera del puerto, pero se desecha; se opta por fabricarlos en el muelle. Tomada la decisión, determinados movimientos telúricos hacen que la opción preferida inicialmente se rechace y se decide, con una ampliación del presupuesto, fabricarlos en Nava. Y allí están, desde hace tiempo, en perfecto estado de revista y esperando su utilización. Porque han surgido dudas a la hora de su traslado. Por carretera, se duda de si la bajada al puerto aguantará el trasiego de tanto peso reiterado, el de los bloques más el del camión. Se pensó en un momento determinado en llevar los bloques a El Musel, y, desde allí, trasladarlos en barco hasta Llastres y allí descargarlos y colocarlos (habrá que ampliar el presupuesto). En el momento presente se ignora cuál será la decisión que se tomará ni cuándo. Como en la canción de Mambrú, no se sabe “si vendrá por la Pascua, / mire usté, mire usté qué guasa, / si vendrá pela Pascua / o pela Trinidá / do, re, mi, do, re, fa”. Pero no sean ustedes mal pensados. A lo mejor, todo esto no se debe a la desidia, ni a la incompetencia, ni al incumplimiento de los compromisos por parte de las administraciones y los partidos políticos. Tampoco a que se prometa mucho sabiendo que no se va a cumplir lo prometido o que se va a retrasar por falta de fondos. Posiblemente no se deba más que a la actuación del Sumiciu, que, como saben, gusta de guardarnos las cosas para que las perdamos. Y dos addenda. La primera: “El Principado, Oviedo y Gijón cerraron 2023 sin ejecutar la mitad de su inversión”. Lo mismo que el Gobierno de Madrid. Que una cosa es recaudar y prometer y otra dar trigo. La segunda: el Papa ha invitado a Ucrania a rendirse para negociar la paz. No se escandalicen. Yo tengo por seguro que, al modo con que don Francisco tiene conversaciones amistosas con doña Yolanda Díaz, las tiene con Putin. Y que este le ha confesado que está deseoso de llegar a un acuerdo y que ha renunciado a ocupar toda Ucrania y a poner en Kiev un gobierno títere, digo, amigo, así como a otras exigencia que en público viene manifestando, pero solo para llegar a un acuerdo equilibrado y beneficioso para todos, que es su verdadera intención desde que invadió Ucrania.

Cales

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Alegrando la vista y la cocina. (Cales y otra mozaína de nomes) 14/03/2024

El legáu históricu de Conceyu Bable

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(Ayer, en La Nueva España) EL LLEGÁU HISTÓRICU DE CONCEYU BABLE Van cumplise 50 años de l’apaición de la sección periodística “Conceyu Bable” (non de l’asociación del mesmu nome, aniciada dos años más tarde, na mio casa y na de la mio muyer, Elena Fernández Poch —autora y editora, por cierto, nel 1975, del primer diccionariu castellano / asturianu—, nel Bibio (Xixón), al amparu de la Llei Fraga de 1964). El desurdimientu de la sección, primero, y el de l’asociación, más tarde, despertaren un ampliu sentimientu de simpatía y d’identificación ente munchos asturianos, tanto de dientro como de fuera. “Esto ye lo que yo sentía y lo que yo quería sentir dicir”, veníen a asoleyar toes aquelles persones que manifestaren el so sofitu o s’enxareyaren embaxo les sigles de Conceyu Bable n’Asturies y n’otres partes d’España. Fundamentalmente, lo que consiguió n’aquellos años el movimientu organizáu en Conceyu Bable fueron dos coses: la primera, dar dignidá a tolos rasgos de la identidá material y social asturiana (la llingua, principalmente, pero tamién la gaita, l’horru e tutti quanti) y constituir con ello un marcu teóricu global y modernu (nacionalista), que ficiere de los nuestros productos históricos particulares non manifestaciones aisllaes y casuales (o peor entovía, talo como se pretende munches vegaes: restos d’un pasáu arcaicu y atrasáu), sinón vectores diversos d’un mesmu raigón: la historia y la cultura d’un pueblu con personalidá propia, l’asturianu. La segunda, dotar a esos elementos (la llingua especialmente, en cuantes instrumentu d’usu, non solo de recuerdu o archivu) de virtualidá de futuru: convertilos non n’oxetos de veneración pasada o de conservación museística, sinón n’aperios pal trabayu social o políticu del presente, que tábamos obligaos a tresmitir viviegos al futuru. Al mesmu tiempu, tanto dende la sección periodística como más tarde de Conceyu Bable, fuimos aniciando una serie de propuestes que constituyeren dempués tol material teóricu asturianista del nuestru país, non solo de los partíos nacionalistes, sinón de los partíos centralistes. Dalguna d’eses propuestes algamó’l so cumplimientu de mena más o menos satisfactoria, otres constituyen güei entá una bultable carencia. D’ente eses propuestes aníciase l’actual bandera asturiana (Asturies tenía, como dalgún ilustre historiador recordara d’aquella, munchos pendones, pero ninguna bandera); la propuesta d’un himnu d’Asturies (qu’un gobiernu de Pedro de Silva resolvió col actual, al mio talantar una propuesta fácil y popular, pero poco acertada y poco asturianista, esto ye, poco respetuosa con una cierta idea de la dignidá d’Asturies); la creación de l’Academia de la Llingua Asturiana; la de la normalización y normativización llingüística del asturianu (que por aquel entós preferíamos llamar “bable”), que ta güei incumplida en gran midida no que correspuende a la normalización, y a la que solo nos llegamos a aprosimar col artículu cuartu l’Estatutu (puestu nesi testu constitucional pol qu’esto firma) y mediante la Llei d´Usu y Promoción del Bable / Asturianu (fecha y impulsada pol PAS); la d’un Estatutu d’Autonomía p’Asturies, llogru que, si bien vieno arrastráu poles condiciones xenerales de la evolución alministrativo / política del Estáu, hai que recordar que ningún partíu ni políticu centraliegu lu quería d’aquella p’Asturies. La idea de que toes estes actuaciones sociales y culturales nun yeren posibles ensin una fuerza política asturianista fuerte que les vehiculase na sociedá y les ficiere espoxigar taba presente en Conceyu Bable. Nel 1976 yo mesmu intenté que l’asociación se camudara nun partíu políticu p’acudir a les futures elecciones. La propuesta alcontró un ecu mui escasu ente les persones qu’entós formaben parte de l’asociación, en parte por desconfianza de la política (¡yá entós!), en parte tamién porque la tentación izquierdista de corte marxista yera dominante ente una faza importante del asturianismu, y eso condicionó, de munches maneres, entós y nel futuru, una respuesta política suficientemente autónoma o fizo apaecer otres d’imposible enxertamientu social. ¿Cuálu fue l’éxitu de Conceyu Bable (hai que dicir que, anque subsistió un tiempu formalmente, poco más tarde, coles primeres elecciones democrátiques y, sobre too, a partir de la constitución de l’Academia, el movimientu empieza a esmendrayase y a perder puxu social) y cuálos el trunfu o fracasu de les sos idees o del sentimientu asturianista qu’anició? Pa enriba la plasmación de dalgunes de les propuestes concretes que florecieren d’ente de les de la so sema, convién decir que’l discursu de Conceyu Bable asturianizó en daqué midida’l discursu políticu de los partíos centraliegos (o, por dicilo más llariegamente, desarnió en daqué midida, non muncha, al Busgosu madrileñista). El que recuerde, por exemplu, el tarrecimientu que PP y PSOE tuvieren a lo llargo de munchos años pa poner la bandera nos sos carteles electorales sabe que, cuando lo ficieren, fue afalaos pol discursu asturianista. IU, d’otra miente, solo llega a defender la cooficialidá a partir de 1996. Delles de les propuestes remanecíes de Conceyu Bable o de los sos biltos políticos tardaren munchu en ser granibles, anque solo lo fueren parcialmente. ¿Quién non recuerda, por dicir, los ataques y insultos colos que se recibieren les idees del PAS d’una televisión asturiana o de selecciones deportives polos mesmos que dempués punxeren en marcha la televisión -¡y bien que la aprovechen!- o, per un tiempín, la selección de fútbol? Na sociedá asturiana, en xeneral, caltrió en parte y de forma contradictoria’l discursu asturianista. Asina, convive un mayor sentimientu astractu d’asturianismu con una falta de compromisu real col mesmu, yá sea na so vertiente cultural yá na rimada política. Por dicilo asina, el nun falar asturiano y el nun votar asturianista, o llimitase a esprecetar en chigre y tragar dempués too, convive con miles de banderes na subida al Angliru. Una cierta meyor valoración de la llingua asítiase al pie d’una perda social del so emplegu. Nesi ámbitu xeneral de la sociedá, otros aspectos de la cultura asturiana, afalaos por aquella recuperación de l’autoestima qu’aguiyó Conceyu Bable, espoxigaren notablemente, ensin embargu. La sidre o la gaita, en concretu, de tar prácticamente esapaecía la una y menospreciaes les dos, pasaren a ganar un apreciu xeneral na sociedá. Cincuenta años dempués, ¿cuálu ye’l balance de l’acción asturianizadora de Conceyu Bable? ¿Fue muncho, poco, abondo, lo posible? Quiciabes nos ayude a consideralo’l siguiente refervimientu. Nel 1943, Fabriciano González, “Fabricio” —secretariu y empobinador, por cierto, de la primera Academia de la Llingua Asturiana (1919)— dicía: “Los términos “asturianismo” y “asturianista” aún no están catalogados en el diccionario de la lengua (refierse a la castellana); pero aquí entre nosotros, gozan ya de un concepto bien definido, entendiendo por asturianismo todo lo que habla en pro y beneficio de la región asturiana, encariñándose con sus tradiciones y fomentando su progreso”. Pues bien, pasaos los años, el términu “asturianismo” na acepción de “Amor o apego a lo asturiano” (la segunda acepción, güei) solo se recueye recientemente. Falta, ensin embargu, una asemeyada a la que desayaque campea nel diccionariu de la RAE pa “catalanismo”: “Partido político regional y defensor de que Cataluña tenga autonomía”. El vocablu “asturianista” tamién s’enxertó nos últimos años, frente a la presencia d’antiguu de “catalanista”. Al respective, nel 2014, presentóse nes Cortes una propuesta d’IU (qu’apoyó Foro) pa que la definición del asturianu nel diccionariu de la RAE, “3. adj. Se dice de la variedad asturiana del dialecto romance asturleonés. U. t. c. s. m.”, se camudase por “3. m. Lengua romance que se habla en Asturias y otros territorios del antiguo reino asturleonés”. Rechazóse. Compárenla vustedes colo que se predica de la pallabra “gallego, ga”: “7. m. Lengua de los gallegos”. Tal vez esa oxetivación de la consciencia d’Asturies fuera les nuestres fronteres y la constatación de lo que voten nes Cortes les nuestres fuerces polítiques mayoritaries nun sea otra cosa que l’oldéu de la escasa asturianización práctica, de fechos, de la nuestra sociedá y, al mesmu tiempu, un parámetru indirectu del solo relativu éxitu —por grande que fuere— de Conceyu Bable. As you like it. .

Otra xostronada en Llastres pal antroxu d'esti añu.

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(que duró dos meses)

Una decisión prudente

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(Ayer, en La Nueva España) UNA DECISIÓN PRUDENTE La del Ayuntamiento de Xixón negándose a comprometerse a ser sede del Mundial 2030, que se va a celebrar (Putin mediante) en Marruecos, Portugal y España. La falta de concreción de sus compromisos por parte del grupo propietario del Sporting y del Gobiernu asturianu hacía que las obligaciones con la FIFA, de unos 50 millones más lo que resultase de lo no comprometido por los demás, recayesen sobre el Ayuntamiento, es decir, sobre cada uno de los ciudadanos xixoneses. Es verdad que se abren todavía unos meses de expectativa, hasta julio, en que las otras dos partes necesarias para el acuerdo pudieran dar un paso adelante, pero, en cualquier caso, la decisión prudente es la de la negativa al compromiso. En primer lugar, los números. Se ha señalado, en distintos informes, que la presencia del Mundial en la ciudad podría suponer un ingreso de 250 millones de euros y que podría crear hasta 700 empleos. Preguntémonos primero por los empleos. De ser cierto el número, ¿qué tipo de ocupaciones serían? Evidentemente, la mayoría por unos pocos días y en el sector hostelero y hotelero. En cuanto a la cifra de los ingresos, no sé si calificarlas como las Cuentas del Gran Capitán, pero, en todo caso, no sería lo mismo si los partidos que se jugasen aquí fuesen los de las finales o los de las eliminatorias iniciales. (Y, si me lo permiten, entre las tres hojas que el SOMA y CC OO presentaron como documento económico para justificar la inversión de 21.000 millones de pesetas en el campus de Mieres, había un renglón dedicado al imput de la venta de bocadillos. Ya sé que no tiene nada que ver, pero van a perdonarme, es que esto de la memoria histórica crea hábito). Lo probable, además, es que, de ser finalmente Xixón seleccionada como sede, la concurrencia aquí sería de encuentros de las primeras etapas clasificatorias, que, por lo general, despertarían escaso interés. Y a propósito, y vuelvo a la tan solicitada memoria histórica. ¿Se acuerdan del interés y de los beneficios que dejó en Asturies el Mundial de 1982? ¡Qué curioso que los que argumentan con pasión a favor de la candidatura y el gasto (o la inversión, si lo prefieren) nunca recuerden esa experiencia anterior! Están después los problemas del estadio. Seré discreto sobre los planteamientos inmediatos del grupo Orlegi al respecto del mismo y sus alrededores, pero, en todo caso, el actual -ya restringido sobre el inicial- de ampliación y reforma plantea dos problemas. El primero, jurídico: el estadio es propiedad del Ayuntamiento, responsable, por tanto, de su conservación y gestión. Olvidemos la inversión en su remodelación. ¿Por cuenta de quién correría su mantenimiento posterior? ¿Quién indemnizaría la suspensión de los negocios que actualmente ocupan los bajos durante la reforma y la competición? ¿Para quién sería el negocio de algunos de los proyectos de locales comerciales nuevos? Pero es que, además, un estadio para 40.000 personas con un Sporting en Segunda División, y aun en Primera, es un recinto que invitaría a la melancolía. Ni siquiera el equipo rojiblanco en Primera ha tenido muchos más espectadores habituales -habituales, repito- que los que ahora puede tener en momentos de máxima afluencia. Xixón es una ciudad de 270.000 habitantes (es, por tanto, una falacia, por su población, compararla con sedes como Zaragoza o Valencia en lo relativo a la disposición a acoger partidos del Mundial). Se puede argumentar con lo de la “urbe astur” y sumar la hipotética clientela de Uviéu y Avilés, pero ello es un sofisma, como se puede comprobar año tras año: el funcionamiento real de la economía y los movimientos de la población se limitan, fundamentalmente, a los habitantes que moran en su recinto. Algunos de quienes están a favor señalan que habrá dinero del Estado para infraestructuras y que así podrían, por ejemplo, mejorarse las comunicaciones ferroviarias o llevarse a cabo las esperadas estaciones de ferrocarril o autobús de la ciudad. ¡Pero, hombre, bastaría con que el Estado cumpliese sus compromisos ya existentes y tantos años demorados! Y, por cierto, ¡maldita memoria!, permítanme recordarles que durante dos presupuestos, en los años 97 y 98, Xixón ya tuvo dinero para una estación de autobuses. El señor Areces, en vista de algunas protestas vecinales, decidió cambiar votos por estación. El argumento del tirón turístico o, más hiperbólicamente, “poner Xixón en el mapa” es muy endeble. Como todas las modas será muy efímero y, si no, vuelvan ustedes la vista a los efectos del Mundial del 82. ¿Quiénes se muestran muy entusiasmados? Emocionalmente, los muy futboleros; económicamente, los hosteleros y hoteleros (la hostelería parece últimamente el Bálsamo de Fierabrás del empleo) y alguna Cámara de Comercio. En contra, mucha gente, comerciantes incluso, que utilizan argumentos semejantes a los nuestros. Pero aun suponiendo que todo marchase según el mejor de los escenarios soñados, el dinero saldría del Ayuntamiento y del Principado, esto es, de cada uno de nosotros, y los beneficios irían a parar a algunos sectores o instituciones. Pero cuando se habla de invertir el dinero público (que no es cierto que sea de nadie, según proclama el cráneo privilegiado de doña Carmen Calvo, sino de los ciudadanos, a través de su sudor), hay que pensar a quién se beneficia o quién queda al margen, para quién es su utilidad. La sanidad pública puede ser utilizada por todos, aunque algunos no enfermen, o, sobre pagarla, prefieran la privada. Las carreteras las utilizan fundamentalmente quienes se desplazan habitual o frecuentemente en vehículos, privados o colectivos, mas cualquiera puede hacerlo ocasionalmente con menor o mayor frecuencia. Pero una inversión con el dinero de todos cuyos beneficios recaerían sobre un grupo pequeño de ciudadanos es algo que hay que considerar muy seriamente. Coda: Por cierto, el Ayuntamiento podía haberse ahorrado la pequeña babayada de los carteles “mundiales”.