Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
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Unos habitantes encantados en un país encantado
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
UNOS HABITANTES ENCANTADOS EN UN PAÍS ENCANTADO
Abro mi NUEVA ESPAÑA del día de El Carmen y me encuentro con tres artículos que tienen el mismo fondo, uno, de los 20 años de tramitación de la mina de Oro de Salave y la incógnita sobre su futuro, con la pérdida de empleo y capacidad de autoabastecimiento que ello conlleva. Otro, defendiendo la inocuidad de las baterías de almacenamiento, su necesidad y su normalidad hace tiempo en otros países. Un tercero, oponiéndose a la minería en la sierra de Peñamayor. ¡Tres en el mismo día, nada menos!
Y si ustedes siguen con una mínima atención este tipo de cuestiones, verán que la oposición a cualquier indagación minera o instalación industrial es universal y ubicua.
Por hacer el cuento breve: queremos móviles y baterías de coches, por ejemplo, pero no queremos que los materiales salgan de nuestro subsuelo; provienen de otros países, con condiciones indignas para los trabajadores, acaso, y sin miramientos ambientales. Pero, como eso no está a nuestra vista… Deseamos y exigimos energía sostenida, a precios baratos y de fuentes no contaminantes, pero no queremos delante de nuestra vista los ingenios que pueden producirla o almacenarla. Los de Síbaris, aprendices.
Vivimos encantados como si habitásemos un mundo encantado donde los bienes se produjesen de forma milagrosa. Y no es de extrañar. Partidos y diputados se oponen a las baterías de acumulación de energía, a las explotaciones mineras; los ayuntamientos, a los parques eólicos; diputados hay que piensan que para acabar con el problema de la basura basta con prohibir los envases. No hablan de trasgos malignos y espíritus, pero los temores irracionales vienen a ser los mismos.
Ese es el mundo moderno, el mundo mágico. Por eso la Ministra de Sanidad propone sustituir los antidepresivos por "apuntarse a un sindicato" o a una "asociación feminista".
Quien crea que la visión mágica del mundo ha desaparecido es que no abre los informativos diarios.
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