De xueces y urinarios

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(En La Nueva España del 30/05/2021) DE JUECES Y URINARIOS Oigo, patria, tu aflicción y escucho el triste concierto que forman en desconcierto Gobierno y oposición. Estarán ustedes tan ablucaos como yo, tan preocupados, tan espantados. El sistema judicial (jueces, principalmente, y fiscalía) se ha convertido en campo de Agramante donde combate el sectarismo político. Los nombramientos de fiscales, en el Tribunal Constitucional y, particularmente, en el Consejo General del Poder Judicial están en discusión y sospecha permanente. En lo relativo a este último organismo, desde el Gobierno y la oposición se ha venido luchando por designar cargos afines y por impedir que la otra parte los nombre, con el resultado de que lleva en funciones hace dos años y medio, y, ahora, con funcionamiento limitado . El Gobierno sacó adelante una legislación que impedía que el CGPJ siguiese realizando nombramientos dentro de la carrera judicial mientras no se renovase, pero hubo de dar marcha atrás en una iniciativa legislativa para que en el futuro los miembros de esa institución pudiesen elegirse sin la mayoría cualificada hasta hoy requerida. En cualquier caso, el escándalo ante esta propuesta fue mayúsculo. Más de 2.500 jueces de tres asociaciones judiciales denunciaron ante la UE el peligro de “la violación grave del Estado de Derecho en España”. Fue ante esa denuncia y la inquisición posterior de Europa por lo que el todavía Gobierno apostólico de Pedro y Pablo retiró la propuesta. Con todo, un amplio número de vocales del CGPJ (ocho frente a trece) entiende que la nueva legislación que les impide realizar nombramientos estando en funciones es inconstitucional e intentó acudir frente a ello al TC, mas su propuesta no prosperó. De vergüenza y de espanto. De controlar de alguna manera la justicia, de eso se trata. En otro orden de cosas, yo no sé si ustedes llevan en cuenta los disparates en que, a propósito de las normas contra la pandemia, incurren a veces los prescriptores y cómo nos castigan con ellas. Recuerden, por ejemplo, la prohibición —vigente casi dos meses al principio de la pandemia— de que en un coche pudiesen viajar juntas dos personas que por la noche podían intercambiar sus fluidos libremente, una pareja, en otros términos. Y ya saben, desde el 30/03/2021 tenemos que llevar mascarilla en todas partes, perayures, aunque exista distancia interpersonal, aunque estemos solos en el monte, en el yermo o en el Sáhara. ¡Fantástico! Pero no quiero hablarles de eso, sino de otra norma que perdura, la de los urinarios públicos. ¿Cuál es la razón de que tengan que estar inutilizados uno de cada dos o de cada tres? ¿Es que acaso, en la micción, se salpica al de al lado? ¿Es que, cerca uno de otro, los evacuantes se van a quitar la mascarilla y cantar aquello de “¡Hola, don Pepito! ¡Hola, don José!”? ¿Qué riesgo existe? Y no digamos ya nada de los evacuatorios con puerta, de esos donde, como ponía en algunos bares castellanos, se hacen “aguas mayores”. ¿Es que es saltan los virus las paredes de uno a otro lado o atraviesan las puertas? ¿Acaso es mejor que en un establecimiento con dos retretes esté uno cerrado para evitar contagios (¿) y tengan que ir todos los usuarios al mismo, sin pausa ni tregua? ¿Preserva eso más la salud, no digo ya el olfato o los apuros? ¿Y qué me dicen de las colas habituales a la puerta de los servicios femeninos con parte de los evacuatorios (de “aguas mayores” todos, ninguno miccionario de pie) clausurados, colas causadas por los mayores impedimentos de vestimenta de las féminas? ¿Tiene todo ello algún sentido, salvo el de saber quién manda? ¿Beneficia a alguien? Bien podríamos aquí, al modo de arriba, empezar, con permiso de don Bernardo López García, un “Oigo, patria, tu micción…” NB. El titular no tiene sentido de implicación ni de conjunción, es, simplemente, una yuxtaposición. Honni soit qui mal y pense.

Roses y axenuz (22/05/2021)

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Apruciendo les uves na parra (15/05/2021)

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Presentación d'Asturies: ni nos vemos ni nos ven

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Ayer,vienres, 28/05/2021. Nel Centru de Cultura Antiguu Institutu, Xixón. Gracies a tolos asistentes y a los qu'intentasteis dir y nun pudisteis poles restricciones d'aforu, al mio xuiciu, esaxeraes: 21 places de 120 asientos: una fila sí, otra non; un asientu sí, dos non. Nes semeyes, asistentes, y,nes otres, Xesús Cañedo Valle, que fexo una magnífica presentación del llbru y al que-ytoi peragradecíu poles sos palabres. Ver tamién: https://www.lne.es/sociedad/2021/05/29/seleccion-sanchez-vicente-52382745.html

Eutrapelia y jocundia

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(Ayer, en La Nueva España) EUTRAPELIA Y JOCUNDIA Que no todo van a ser angustias. También tenemos derecho a reírnos con ellos y de ellos. Así que se lo agradecemos. Ahí tienen ustedes a María Rey, periodista de Telemadrid, que proclamó que el 2 de mayo fue “un levantamiento contra las tropas franquistas”. Y es que eso de la memoria histórica de aquella manera cursa ya como una auténtica pandemia. Pueden ustedes, por ejemplo, encontrar en las redes sociales afirmaciones como esta: “en el franquismo, si andabas en minifalda te metían en la cárcel”. U otras de ese jaez. ¿Ignorancia? ¿Adoctrinamiento? No solo. Para muchos, sentirse en el bando de las milicias celestiales, para otros, además de ello, negocio, una manera de progresar. Pero, en todo caso, hay que estar en el bando de los buenos. He ahí a Pepu Hernández, antaño baloncestista notable, hoy portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid. Le preguntan por qué el PSOE está en contra de darle la medalla de Madrid al notable escritor Andrés Trapiello. Responde que por “revisionista”. Y preguntado que por qué es revisionista responde que no lo sabe, pero que lo dicen los suyos. Sabiduría y justicia. Dos breves notas. Una, ¿quién es un “revisionista”? El que pone en duda en parte o en todo la doctrina sagrada de una Iglesia. ¿Y cuál es esa doctrina sacra en este caso? Que en la República toda la razón, el bien y la perfección estaban de un lado, sin tacha alguna, y lo era la misma República en sí; en el otro, solo el mal y los males. Cualquier matiz, el apuntamiento de un hecho, lo convierten a uno en un “ex illis”, en un ser nefando. Segunda, y eso lo conoce a la perfección el portavoz: lo único que conviene saber sobre el mundo es dónde tiene uno que estar y a qué negocio y discurso atenerse. Pero no se pongan serios aunque rían. Vamos a cosas menos trascendentes. Miguel Nussbaum, un sabio internacional de la pedagogía: “Estamos formando cuervos; proporcionando a los alumnos mucha información y procesos, y cuando salen no son capaces de decir para qué les sirvieron 17 años de estudios”. ¿Qué significa esa metáfora, “cuervos”? ¿Cuál es su concreto significado? ¿Alguien lo sabe? Bien, pero evitemos formar cuervos. O doña Begoña Gómez, esposa de Pérez-Castejón, don Pedro. Es codirectora de la Cátedra de Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid, sin duda por méritos propios. Participa en el Foro Global para la Ciudadanía Global y propone un objetivo: restaurantes sostenibles. Les transcribo una líneas de su alocución, porque quiero que obtenga la misma fruición de que yo he gozado con su lectura: "el restaurante puede apoyarse en dos puntos: en el eje ecológico porque recicla, usa energías limpias, usa productos ecológicos y en el objetivo de la educación: puede enseñar a la gente a comer bien. Esta es una perspectiva que cambia totalmente el restaurante. Tú puedes decir: '¿Qué hace tu restaurante?, ¿dar comida o generar educación? Educo en comida sana a mis clientes a través de productos ecológicos de proximidad'. Esta frase es completamente diferente a simplemente doy comidas. La narrativa es completamente diferente". Pues ya saben. A disfrutar de los gozos intelectuales de la Universidad y la modernidad. Pero no todo va a ser de fuera. Aquí tenemos también fenómenos que hacen todo lo posible para proporcionarnos eso que alguien ha troquelado como un “remedio infalible”, la risa. Por un poner. El partido político Vox. Sostienen que no puede aceptarse que la mayoría de parlamentarios en la Xunta Xeneral “determine algo que afectará a toda la ciudadanía”. “Al final 27 diputados quieren decidir el futuro de un millón de habitantes”. Es decir, que el portavoz de Vox desprecia la normativa constitucional y los procedimientos de reforma estatutaria, lo cual no tiene demasiada importancia. Aceptémoslo. Pero es que también niega la democracia representativa. Si los elegidos por los ciudadanos no pueden legislar, ¿para qué están? ¿Hay que acudir acaso al asamblearismo de los ciudadanos libres de las polis griegas? Y, sobre todo, ¿por qué cuando él vota en la Xunta cree que su voto representa algo más que a él mismo? Si es así como él dice, ¿no debería preguntar a cada uno de los ciudadanos cada vez que va a pulsar el botón del voto? Y, en ese caso, ¿merece la pena sentarse en un escaño para no representar —no formalmente, que sí, sino sustancialmente, según su discurso— a nadie? Seguramente es que, en el fondo, como la ciudadana Mercedes González, reciente Delegada del Gobierno en Madrid, el voxiano portavoz es partidario de no confundir libertad con libertinaje.

Ángeles y marcianos

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Ayer, en La Nueva España L’APRECEDERU ÁNGELES Y MARCIANOS “Vi en el cielo otra señal grande y maravillosa: siete ángeles con las siete plagas”, dice el Apocalipsis. Esa idea de hay determinadas maldiciones que de los cielos descienden se mantiene inveterada en la mente humana. Así, de vez en cuando, ante una mayor visibilidad o aumento de ellos, corre la certeza de que es la Administración la que arroja reptiles desde los helicópteros para alimentar rapaces. Al respecto no se me olvida que allá por los años 90 del siglo pasado un diputado del PP, de cuyo nombre sí me acuerdo, registró una Proposición no de Ley para que el helicóptero del Principado dejase de arrojar ofidios sobre campos y predios. Y estos días he oído que el coronavirus lo lanzan los chinos desde “dones”. Persistencias. Los que sí parecen haber caído desde el empíreo en la tierra son algunos responsables políticos. LA NUEVA ESPAÑA, domingo 16/05/2021. Amplio reportaje con los alcaldes de Xixón, Uviéu y Avilés. “Grito unánime: Hay que cambiar la Administración”. “Hace falta una transformación. Muchos trámites son eternos”. ¡Recaramba! ¿Pero no son ellos la Administración? ¿No dependen de ellos muchos de esos trámites? ¿O es que son nefelibatas ajenos a ello? Les doy un solo ejemplo de esa inutilidad (y encarecimiento de las cosas) en un Ayuntamiento: “Cien terrazas pendientes de un permiso”. “De la licencia depende que pueda contar con cinco de trabajos más”. “Verbalmente me han dicho que está todo bien. Pero desde el 28 de febrero que tramité la ampliación aún no me han enviado el papel”. Completo el panorama. Determinada licencia. Todo listo en diciembre del año pasado. Revistado y aprobado oralmente. Todo OK, pero el papel no llega. Vueltas y revueltas sometidas al “vuelva usted mañana, que el funcionario no está (o teletrabaja o concilia o)”. Respuesta, por fin: “En cuanto nos pongamos a ello, ahora estamos muy ocupados con lo de las terrazas”. ¿Marcianos?

¡A por ellos!

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Ayer, en La Nueva España ¡A POR ELLOS! Esa parece la consigna: acabar con toda actividad tradicional ganadera: despoblar el campo. Así que cuando les hablen del despoblamiento, como si quisieran hacer algo por evitarlo, olvídense, es todo mentira. Contra la vida tradicional del sector primario hay declarada una guerra abierta. Empezó con la insólita declaración de parques naturales con habitantes dentro. Ahí comenzaron las limitaciones de todo tipo para sus pobladores. Siguieron luego, en todo el territorio, prohibiciones y limitaciones variadas, cuyo efecto final es ahogar la economía del sector primario y la vida de las personas. De las últimas amenazas que sobre ellos penden es la declaración del lobo como especie protegida, y, por tanto, la imposibilidad de limitar sus daños, que no son únicamente económicos, sino vivenciales y de desánimo: a ver si todo el mundo abandona para que el bardial y las alimañas se apoderen del 70% de Asturies. Ahora, además, sabemos, que ni siquiera se pagan en plazo los daños causado por las bestias: el Gobiernu debe a campesinos y ganaderos asturianos ¡casi un millón y medio de euros en atrasos de los años 2019 y 2020! No me digan ustedes que no es esa la consigna oculta: ¡A por ellos! Pero no lloren, pueden reírse también. Porque, a veces, el esperpento de nuestros representantes es de comedia bufa. Helos aquí: en 2015 se presenta en la Xunta una propuesta de reforma de la Ley de Sanidad. En 2017 se aprueba y se manda al Congreso. El 11 de este mes (2021) se debate. Acuden a defenderla representantes asturianos del PSOE, Podemos e IU. Ninguno de los partidos respectivos en el Congreso la apoya. Y lo más gordo: a los de aquí ni siquiera los avisaron los suyos de que les iban a dar una patada en el culo. Eso somos: nada. Y es que pasar el día prosternado hace que uno lo tomen por lo que es.

Presentación (y regalu) de "Asturies: ni nos vemos ni nos ven"

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El vienres 28, nel Centru de Cultura Institutu Xovellanos (Xixón), a les 7,30, vamos presentar el llibru Asturies: ni nos vemos ni nos ven, una selección d'artículos asoleyaos na prensa por Xuan Xosé Sánchez Vicente ente 2018 y 2021. El llibru regalaráse a los asistentes. Por razones de seguranza pol COVID taría bien que vos apuntaseis nesti corréu: partiuasturianista@gmail.com, pa controlar l'aforu la sala. Nostante, si daquién llegare ensin apuntar o nun tuviere sitiu pue recoyer el llibru na entrada.

¿Cuántos muertos pondrá el Goberno?

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(Ayer, en La Nueva España) ¿CUÁNTOS MUERTOS PONDRÁ EL GOBIERNO? Que haya un cadáver más ¿qué importa al mundo? El 17 de abril publicaba aquí, en LA NUEVA ESPAÑA, un artículo que llevaba por título “Su salud les importa un 3,1416”, una forma elusiva de decir con un término más expresivo y vulgar lo poco que importa, en la práctica, al Gobierno la salud de los españoles. Pronosticaba yo allí lo que después pasó, que no habría prórroga del estado de alarma, y que la razón no era que quienes nos gobiernan diesen por superada la pandemia para el 9 de mayo, fecha término de la citada situación jurídica, ni que estimasen que los riesgos serían pequeños, sino que los movía su exclusivo interés político: no someterse al desgaste de negociar otra declaración de excepcionalidad, no exhibir que carecían de apoyos entre quienes hasta entonces los habían apoyado (caso de ERC, por ejemplo), no cargar con la responsabilidad de una medida fatigosa e impopular, que echan ahora en las espaldas de las autonomías. Que ello era así, lo ha confirmado el ministro de Justicia en una televisión hace pocas fechas: “ya sabe lo difícil que es conseguir apoyos para declarar el estado de alarma (por eso no lo intentamos)”. Según decíamos allí, y como opinan la mayoría de los juristas, la ausencia de ese instrumento legal, impide a las autonomías dos cosas al menos: los cierres perimetrales y el toque de queda, y, en todo caso, cualquier medida que intenten tomar debe estar sometida al arbitraje o a la arbitrariedad de los tribunales de cada comunidad. Como ustedes saben, presidentes de comunidades de todo pelaje reclamaron a PSOE-Podemos que ampliase el estado de alarma o, subsidiariamente, que dotase de instrumentos legales a las comunidades para poder legislar al respecto. PSOE-Podemos tampoco ha querido hacerlo, pese a que así lo negoció con el PNV y C’S cuando apoyaron la declaración de estado de alarma y a que el propio Pérez-Castejón publicó que era necesario. No lo hicieron por las mismas razones políticas, y, a última hora, dieron a luz una norma derivando las reclamaciones sobre las decisiones de los Tribunales Superiores de Justicia al Tribunal Supremo, una norma de cuya legalidad duda el propio tribunal y cuya efectividad, al dilatarse los plazos para poner en práctica medidas efectivas, va a ser limitada, si es que el Supremo no estima que ciertas restricciones no pueden establecerse más que a través del estado de alarma. El Gobierno PSOE-Podemos actuó y actúa así con un cálculo que es fácil que sea erróneo: que el avance de la vacunación limite en mucho los contagios o, al menos, no los lleve a cifras absolutamente escandalosas. Pero no parece verosímil que antes de finales de julio o agosto —a pesar de lo bien que van las vacunaciones— haya un número suficiente de españoles vacunados como para limitar casi a cero la transmisión del virus. De modo que bien podemos volver a vernos en situaciones límite. No es una predicción personal, es un temor que han manifestado presidentes de autonomías, virólogos, colegios de médicos, especialistas en medicina comunitaria… ¡Ojalá estemos todos equivocados, pero…! Y ya ven ustedes cómo ha sido el final del estado de alarma en parte de la opinión pública, tal que si hubiese acabado la pandemia. Y las decisiones de los tribunales de cada lugar y de los fiscales respectivos son según el genius loci: en unos sitios dan por bueno el toque de queda o el cierre perimetral y en otros, no. Fíjense, de este modo, los habitantes de Euskadi, donde la transmisión del virus es la más alta de toda España, pueden viajar a Llanes, por ejemplo, con los peores índices de Asturies. Y todo ello, además, con las plantillas médicas agotadas, con las vacaciones cercanas, con atrasos espectaculares en las operaciones (en 18.000 cifra LA NUEVA ESPAÑA su número en el año pasado), con las citas médicas presenciales prácticamente eliminadas. ¡Como para volver a situaciones anteriores por salvar el culo del Gobierno! Lo dicho, nuestra salud les importa un 3,1416, o tal vez piensen en aquel verso final del Canto a Teresa de Espronceda. ¿Cómo decía?

Llirios (8/05/2021)

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Castillos en el aire

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU CASTILLOS EN EL AIRE La patronal xixonesa se propone imitar a Bilbao y San Sebastián y atraer visitantes “en familia y con alto poder adquisitivo”. El deseo está bien, ¿pero la idea? Frente a Xixón, San Sebastián tiene una larguísima tradición de destino veraniego de élites, entre otras cosas, por haber sido plaza de descanso de la realeza. Aquí, salvo una visita de Isabel II en el verano de 1858, poco mas hubo. Bilbao ha conseguido en las últimas décadas, con la modernización, el Guggenheim y la propaganda, un enorme atractivo. Pero la cuestión no es lo que queremos, sino lo que tenemos para que se logre lo que queremos. No que nos gustaría ligar con lo mejor del baile, sino qué ofrecemos para atraer a lo mejor del baile. ¿Y qué podemos ofrecer, aparte de les letrones y el Elogio? Pues yo creo que poco. No tenemos una imagen potente de lo que somos, entre otras cosas, porque no queremos ser nada, aparte de un apéndice, muy español, de Madrid. Disponemos de una pieza única, un monumento singular, la Universidad Laboral, pero la única preocupación oficial, aparte de degradar su entorno y empeorar su arquitectura, parecer ser la de señalar el carácter nefando de su origen. Tan es así, que el Ayuntamiento progresista de la ciudad se negó en un momento a la tramitación de su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Ahora ellos y el Principado tienen la declaración guardada en la tenada y han de ser los antiguos alumnos los que vuelvan a impulsar el proyecto. Si no somos ni queremos ser un proyecto singular y potente es difícil que se enamore de nosotros lo más distinguido y solicitado del baile. Otra. Educación ha establecido cinco macropuentes para este curso. ¿Quién cuida a los alumnos durante esas fechas si ambos padres trabajan? Y luego se les llena la boca con la palabra “conciliar”. ¿Será de “concilio”? Comentariu d'Abrilgüeyu: "Claro, como tantu progre y revolucionariu de cierta edá salió de la Ilesia".

Jauja y maná

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(LNE, 09/05/2021) JAUJA Y MANÁ Les parres dan-yos vinu a cantaraes, / son la fruta más ruin melocotones… Es seguro que ustedes, como yo, llevarán más o menos la cuenta: a fin de paliar las pérdidas ocasionadas por la pandemia se han dispuesto subvenciones para muchos tipos de actividades: hostelería, autónomos, comercios, hoteles… Se conceden ayudas para que las empresas suspendan temporalmente el empleo, los ayuntamientos conceden bonos para gastos o para la vivienda… Pero esa panoplia inicial ha dejado fuera a muchos otros grupos, compuestos por un mayor o menor número de personas. Un día tras otro, nuevos colectivos presentan sus quejas o reclamaciones. Y así, hoy aparecen los dueños y los artistas de circo, mañana, los de las discotecas, pasado, los vendedores ambulantes; protestan los propietarios de dehesas; banderilleros, picadores y mozos de espadas se quejan “del abandono político”; los negocios de souvenirs, los guías turísticos, las agencias y los transportes ligados a los viajes de recreo colocan también su estandarte reclamador en la plaza, y, del mismo modo, un largo etcétera. No seré yo quien censure su derecho a pedir ayudas, ni, desde luego, quien dude de su necesidad. Lo que me llama la atención es otra cosa, que nadie o casi nadie se pregunte —ya no entre los reclamantes, sino entre la ciudadanía en general— de dónde va a salir el dinero para todo ello, ni se moleste en hacer un cálculo por encima del monto conjunto. Pero esa despreocupación por las fuentes del dinero no se da únicamente entre los sufridores directos e inmediatos de la pandemia o con respecto a sus exigencias. Ocurre lo mismo con las demandas que se requieren desde todo tipo de grupos. Las asociaciones de padres piden multiplicar los profesores; las de vecinos, que todos los ambulatorios abran todas las tardes; no hay concejo que no reclame que se repare y acondicione un edificio o monumento y se lo dote de utilidad (esto es, que se lo llene de personas que cobran del erario público), petición que, habitualmente, viene avalada por un sesudo profesor universitario; algún partido político pide que la televisión en los hospitales sea gratuita; la justicia (que se pretende sea electrónica y telemática) reclama que se sustituya todo su obsoleto equipamiento (y pregunten ustedes en la Administración general). Son solo algunos ejemplos. Podrían multiplicarse. Y están después las demandas, digamos estructurales, que suelen explicitar una comparación con el nivel de gasto (si quieren, de inversión) de otras naciones. Así, España debería pasar de invertir en sanidad el 6,3% anual al 7,2 % (10.783 millones de incremento) del PIB; un grupo de trabajo que asesora al Gobierno en materias científicas invita a elevar el gasto público en investigación, tecnología e innovación al 3%, desde el 1,25 actual. (Es cierto que nadie ha pedido que cumplamos con nuestro compromiso con la OTAN de tener un gasto militar del 2% del PIB para el 2024 —somos los últimos, en ese renglón, de todos los aliados—). Evidentemente, una mínima reflexión obligaría a concluir que o bien sube el PIB en esas proporciones sin que varíen las demás partidas, o bien esa subida porcentual ha de detraerse de otras. ¿De cuáles? ¡Ah! Eso no es cosa de los demandantes. Parece, pues, que todo es posible, y que basta únicamente con exigirlo al Gobierno, como si el dinero (esto es, la riqueza), saliese del rabo del burru cagarriales del cuento, al que bastaba, según los engañosos vendedores de la feria, con levantarle la cola para que arrojase inversiones y puestos de trabajo, digo, reales de oro. O, tal vez, lo que ocurre es que se abren los ojos para lo que se anhela y se cierran para ver la realidad, que es esta, tan desagradable: en este año tendremos un 8,4 de déficit, según la previsión del Gobierno; la deuda pública rozará el 120% del PIB; el déficit de las pensiones supera los 20.000 millones anuales; del paro para qué hablar. Tal vez en la tierra de Jauja, o allá donde descendiese del cielo el maná, sería posible satisfacer tantas expectativas. Pero, sobre todo, lo que extraña es esa visión tuerta de la realidad.

Esti manoxu d'espinera

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24.04.2021

Weigela

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2/05/2021. La Miñota, Morís, Güerres

Ayer, en LNE: Los límites del limón y la paradoja ontológica

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LOS LÍMITES DEL LIMÓN Y LA PARADOJA ONTOLÓGICA Arrojar la cara importa, / que el espejo no hay por qué El día 23 de abril don Pablo Iglesias entraba al debate de la Ser dispuesto seguramente a romper y marchar. El pretexto se lo dio Rocio Monasterio con una no muy medida respuesta. Don Pablo largó diciendo que la actitud de Vox era de apoyo implícito a la violencia y, por tanto, de fascismo. Arrastrados por don Pablo, arrancaron también don Ángel y doña Mónica (doña Isabel no estaba). Desde ese momento la campaña de las tres fuerzas de izquierda, desde sus bots mediáticos, desde el Gobierno y desde La Moncloa, consistió en un discurso que aunaba directamente a toda la derecha y el fascismo (se insistió reiteradamente en que el PP condenase a Vox: si es que no lo hacía, era igual), sumando a ello el recuerdo de la Guerra Civil (las trincheras, el “no pasarán”) y del franquismo. Y hasta el día mismo de la votación exprimieron ese limón, pensando que contenía la suficiente sustancia para: a) movilizar a todos los suyos, b) hacer retrotraerse a algunos votantes del “enemigo”. La confianza en la efectividad del discurso se basaba (y basa) en lo que se tiene por una evidencia apodíctica, que no siendo la mayoría de la población ni capitalista ni burguesa (¿qué encerraran exactamente bajo este concepto?) deberían votar a la izquierda de forma natural, o, si quieren, a quien va a representar en exclusividad sus intereses. Ahora bien, ese discurso (esa “ideología”) no es más que una visión voluntarista de la realidad. Es cierto que en la sociedad industrial de los primeros momentos había un grupo grande de trabajadores que se movían en la misma dirección (pero cuánto voto de derechas hubo entre “la clase obrera”, así como sindicatos católicos, por ejemplo). Ahora bien, esa uniformidad antañona hace tiempo que se ha fraccionado por la complejidad creciente de los trabajos, las tareas y las representaciones del mundo hodiernas. Y, así, el limón dio todo su jugo, pero era lo que contenía, no lo que pensaron los Pablos, Ángeles y Mónicas que guardaba en su interior. Ello, además, nos lleva a una paradoja ontológica, la que se sustancia en la metafísica expresión de “un obrero que vota a la derecha es un imbécil”, y que viene a ser la que ha explotado en muchos comentarios de las redes sociales al conocerse los resultados electorales, acusando a los madrileños de tontos, fascistas, traidores, etc. Si se mira el mapa del voto por distritos de Madrid, en todos, menos en dos, el PP ha arrasado, incluidos aquellos que eran considerados tradicionalmente como obreros y/o de izquierdas. Ahora bien, si han votado al PP desde su condición proletaria-izquierdista es que no tienen tal condición (no quiero yo usar los calificativos con que los motejan sus hasta ahora conmilitones emocionales). Y si no tienen tal condición, ¿por qué se les exige que voten lo que no les es “connatural”? Más aún, ¿para qué quieren defenderlos si es que, realmente, no son de los suyos o renuncian a ello? Y no se trata solo de que un discurso que ficciona la realidad y la sueña como un pasado que solo existió relativamente no vea (o no quiera ver) la complejidad del mundo actual y de los individuos reales, sino de que la gente tiene también memoria. ¿O es que, por ejemplo, si se viene aquí a Asturies, los miles de emigrantes asturianos no saben de verdad qué poco tienen que ver los discursos de empleo y riqueza de la izquierda sempiternamente gobernante con la realidad? ¿O que acaso, en Madrid o en toda España, no han visto que las preocupaciones y discursos de quienes dicen defenderlos tienen en los últimos tiempos poco que ver con sus preocupaciones y problemas reales y sí, muchas veces, con discursos de ámbitos universitarios o que no tienen mucha más sustancia que la retórica política con que se visten, y que, incluso, puestos en práctica para salvar el mundo, destruyen el empleo existente sin crear apenas otro?

En el muro de tu corazón

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La próxima novela mía ta a puntu de salir. Preséntase'l 17 de xunu. La primera salida ye en papel y castellanu. Güei mándenme les portaes, pa qu'escueya. ¿Cuála vos presta más?

Weigela

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Asina ta la Weigela (2-5-2021). Por ciertu, Dempués de cuatro meses nos que perdí'l blog por razones "ayenes a la empresa", vuelvo retomalu. ¡Ah, y otra cosa, una cosadiella: ¿Qué ye lo que güei más retumbeya nes redes sociales? -Los silencios "clamorosos".