Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
Bulnes, memoria y obstáculos
(Ayer, en La Nueva España)
BULNES, MEMORIA Y OBSTÁCULOS
Se acaba de conmemorar el vigésimo aniversario del funicular de Bulnes. Hasta su inauguración, habitantes y visitantes no tenían otro acceso que La Canal del Texu, una estrecha, dificultosa y empinada senda, intransitable muchos días de invierno; con las dificultades inherentes para atender enfermos y accidentados.
El proyecto, demandado durante mucho tiempo, fue puesto en marcha por el Gobierno de Sergio Marqués, siendo consejero de Obras Públicas Juan José Tielve. La obra fue inaugurada por Álvarez Areces.
Con motivo de ese aniversario, el Presidente, don Adrián Barbón, subió en el funicular a Bulnes, se felicitó y felicitó a los vecinos por la obra y oyó sus quejas. Cortésmente, recordó al entamador, Sergio Marqués, y al inaugurador, Álvarez Areces.
Lo que no quiso recordar don Adrián —y sí recuerda la crónica de LA NUEVA ESPAÑA y recordamos quienes, desde el principio, estuvimos a favor del proyecto, esto es, de los de Bulnes— es que tanto su partido como IU y el ecologismo en general se opusieron. ¿La razón? Para todos ellos, estaban antes los “derechos” de la naturaleza que los de los paisanos, cuyos trabajos y dificultades les importaban un rábano. No sé si habría llegado a tanto, pero José Antonio Pérez Prieto recuerda en carta a este periódico que Areces “si hubiera podido, habría tapiado dicho túnel”.
Curiosamente, para una gran parte del ecologismo y de la izquierda la naturaleza es hoy una especie de diosa sagrada cuyos derechos son absolutos y están encima de los derechos de los humanos. Así se explica que se negase a los ciudadanos de Bulnes el derecho a acceder a su localidad o salir de ella sin peligro o a llevar mercancías sin una dificultad excesiva.
“Los obstáculos tradicionales que se oponen el progreso”, ese era el marbete que recaía sobre la derecha en el siglo XIX. Hoy parecen haberse apropiado de él, como razón de su ser, otros.
¿Y si hubiese sido la viruela?
(Ayer, en La Nueva España)
¿Y SI HUBIESE SIDO LA VIRUELA?
He criticado aquí la primera sentencia del Constitucional sobre la pandemia, por uno de sus fundamentos, el poner el derecho a la libertad individual por encima del básico de la vida y del de su ancilla, el de la salud. Del mismo modo he censurado las decisiones de los Tribunales Superiores, que corrieron, en general, tras ese principio jurídico. Y había señalado cómo, por contraste, las restricciones al movimiento libre de los individuos venían limitados en otros muchos países, al exigir PCR o documentos de vacunación para viajar o para entrar en restaurantes o lugares de ocio. Lo que se ponía por delante, en esos países, no era, como aquí, según expresó con acierto una culta mujer en las redes, el derecho a tomar copas sobre el derecho a la salud / la vida.
Dicho de otro modo, no es que se obligue a vacunarse a quienes creen que no existe el virus o que usan de su albedrío para negarse a ello; es que se les prohíbe que, sin vacunar, convivan en lugares cerrados, donde es más fácil la transmisión, con otra población. Porque, sin que la vacuna sea una garantía absoluta de ausencia de contagio y transmisión, y sin que sepamos aún la duración de los anticuerpos en los vacunados, es evidente que la vacunación funciona y que enfermedad va a seguir transmitiéndose con más efectividad y virulencia desde los no vacunados (incluidos los menores). Por otro lado, la cuestión central no es, como alguna sentencia argumentó, el que los hospitales estén o no saturados, sino del derecho de cualquier ciudadano a no ser contagiado, enfermar y morir.
Afortunadamente, algunos estados empiezan a actuar para defender ese derecho básico a la vida y la salud frente al de la libertad de hacer o no hacer. Por ejemplo, EEUU va a obligar a vacunarse a todos los empleados federales y exigirá que las empresas con más de cien trabajadores vacunen a sus empleados o los sometan a un test semanal. Italia exigirá lo mismo a todos los empleados, públicos o privados. Aquí mismo, el Tribunal Supremo ha dado un paso atrás, en esta dirección: la Xunta de Galicia había pretendido pedir el certificado covid en bares y discotecas; el TS de la Comunidad lo había denegado al entender, entre otras razones, ¡”que podía ser discriminatorio”! (esto es, defendía el derecho —inalienable, al parecer— de los potenciales contaminadores frente al de sus posibles víctimas); ahora el Supremo avala a la Xunta en su proyecto (por cierto, en el vecino Portugal exigen el certificado para entrar en los bares y restaurantes).
Háganse conmigo una pregunta: ¿qué hubiera pasado si, en su día, los tribunales de todo el mundo hubiesen certificado el derecho de las personas a no vacunarse contra la viruela, en nombre de la libertad individual? ¿Y qué si, además, hubiesen estatuido que pedir certificados podía discriminar a quienes no hubieran querido, ellos de por sí o por decisión de sus padres, recibir el pinchazo?
Y quien dice la viruela en el mundo, dice la poliomielitis en la mayoría de los continentes.
¿Cómo estaríamos hoy?
Por cierto, parece que la próxima sentencia del TC, si se confirma lo filtrado, va a subrayar por partida doble el escaso interés que Podemos y PSOE (partidos que, hasta donde yo sé, gobiernan España) tienen en la salud de los ciudadanos.
Xuan Xosé Sánchez Vicente
Discursos baleros
(En La Nueva España, el 20/09/2021)
L’APRECEDERU
DISCURSOS BALEROS
Que, sin embargo, pese a su vacuidad, resuenan bien y pueden seducir incautos. Tan frecuentes en la política. El más reciente, el de don Pedro en la Laboral, pregonando la nueva FP. (¡Qué acierto, por cierto, venir a predicar la buena nueva de la formación profesional en la gironiana cuna de la formación profesional!).
Pues bien, pretenden que todos los alumnos pasen un tiempo de instrucción en las empresas. ¡Como si hubiese tantas que pudiesen acogerlos, dado el tamaño de la mayoría, o que estuviesen interesadas, pues, muchas veces, habrá que retrasar el trabajo para atender al alumno! ¡Y peor aún si hay que pagar al escolín! De modo que el propósito quedará en un “ya veremos, lo que se pueda”.
Con frecuencia ese discurso vacuo se llena de pomposidad. Así cuando el secretario general del PCE, Enrique Santiago, proclama y reclama una “soberanía industrial” para Asturies. ¿Soberanía industrial? ¿Con empresas dependientes del Gobierno asturiano? ¿Con I+D propio? ¿Con capital llariegu, privado o público? ¿Con capacidad para competir y exportar? En fin, ¿para qué comentar más el ruidoso eructema? Eso sí, admiremos la sonora retórica con que se empluma: todo ello, acompañado de una colorista transformación social, “con perspectiva roja, verde y morada”.
¿Solo estos? ¡Qué va! ¡Todos! ¿Qué proclaman los discurseantes de la Xunta en el día de la patria? LA NUEVA ESPAÑA, titular: “La reactivación y el cambio de modelo productivo unen a todos en el Día de Asturias”. ¿Ustedes han oído alguna vez la expresión “cambio de modelo productivo”? Seguramente desde hace treinta años. ¿Y eso en qué consiste? ¡Ah! Nadie lo sabe. ¿Más industria? ¿Quién la pone? ¿Quién invierte? ¿Qué industria? ¿Con qué tecnología competitiva y de vanguardia? ¿Dónde se coloca? ¿Es otra cosa, tal vez? No les contestarán a ninguna pregunta. Les basta con el ruido.
Lo malo no es que nos pretendan engañar, lo peor es que lo creen.
Presentación Estudios (I)
(En La Nueva España del xueves,23/9/21)
Sánchez Vicente redescubre las literaturas asturiana y castellana
El escritor presenta su obra “Estudios I”, una recopilación de 25 artículos de investigación filológica
Xuan Xosé Sánchez, al micrófono, durante la presentación . | Ángel González
Xuan Xosé Sánchez, al micrófono, durante la presentación . | Ángel González
Marcos FERNÁNDEZ
Gijón | 23·09·21 | 04:00
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“Tengo material para sacar uno o dos volúmenes más”, explicó Xuan Xosé Sánchez, escritor, fundador del Partido Asturianista (PAS), y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. En la tarde de ayer presentó, en la Escuela de Comercio, en Gijón, su nuevo libro, “Estudios (I)”, una recopilación de 25 artículos de investigación literaria y filológica, tanto de la literatura asturiana como de la castellana. La obra hace una excursión por la historia de ambas literaturas desde una etapa muy temprana hasta una más contemporánea, con ideas muy marcadas como el amor, el sexo o el matrimonio. En el libro, de casi 500 páginas, se pueden leer estudios antiguos que se publicaron en viejas revistas y que no tuvieron apenas repercusión mediática pese a su alto interés, pero también hay varios que no han sido nunca publicados, y que ofrecen datos culturales novedosos.
Sánchez Vicente destacó entre estos últimos un estudio sobre un prólogo del “Lazarillo de Tormes” traducido a la lengua asturiana, donde se dicen “cosas novedosas y que pueden ofrecer interpretaciones nuevas” sobre este clásico de la literatura española. También, siguiendo con la literatura nacional, destaca el estudio acerca de la novela de Larra “El doncel de Don Enrique el Doliente”, con el llamativo aliciente de que fue el regalo que la reina Letizia hizo a Felipe de Borbón con motivo de su pedida de mano.
A nivel regional, hay un apartado destinado a analizar todo el vocabulario de Jovellanos, asunto que no es ajeno a Sánchez, pues en este aspecto basó su tesis doctoral. En ese artículo se pueden descubrir cartas del ilustrado gijonés descubiertas recientemente, de las que no se tenía conocimiento previo y en las que emplea palabras en lengua asturiana.
En cuanto a cuestiones filológicas, el escritor quiso destacar un vocabulario asturiano del siglo XIX que estuvo en posesión del histórico dirigente Cánovas del Castillo, en el que se estudia la posible etimología de las palabras. El libro es en su conjunto un descubrimiento de datos e información sobre la cultura local y nacional, a través de escritos que tratan de analizar las literatura española y asturiana más allá de lo conocido hasta ahora.
Entrevista: Estudios (I)
Entrevista de ayer en La Nueva España sobre Estudios (I)
(Por Juan A. Ardura. Semeya de Juan Plaza)
Xuan Xosé Sánchez Vicente: “Soy escéptico sobre que salga la reforma del Estatuto”
El escritor y exdiputado autonómico presenta hoy en Gijón su libro “Estudios I”, una recopilación de su investigación literaria y filológica
Xuan Xosé Sánchez Vicente presenta hoy en Gijón su libro “Estudios I”, obra escrita en asturiano en la que recopila su labor de investigación literaria y filológica, tanto de literatura asturiana como en castellano y que se edita sin subvención alguna del Principado. “No se ha pedido, que conste en acta”, comenta el que fuera portavoz del Partíu Asturianista en la Junta General y tuviera un papel clave para la aprobación de la ley de Uso del Asturiano, actualmente vigente.
La propuesta del nuevo libro. “Trato cuestiones muy diversas. Hay una parte sobre la literatura contemporánea en asturiano, otra desde que empezó la impresa, sobre todo con Caveda y Nava. También hay cuestiones temáticas, como los monólogos o la religiosa y los intentos de modernización a principios del siglo XX de la literatura asturiana, y luego hay artículos filológicos de vocabulario asturiano relativos, entre otros, a la obra de Jovellanos. Y hay comentarios de literatura castellana como el de la novela de Larra “El doncel de Don Enrique el Doliente”, que fue el regalo que Letizia hizo a Felipe de Borbón con motivo de su pedida”.
El estado de la literatura asturiana. “ La literatura asturiana tiene bastante buen nivel, hay cada vez más escritores curiosos. El mayor problema de la literatura asturiana es su difusión. Salvo algunos casos muy excepcionales, el público lector no es muy abundante, por diversos factores. Somos una región pequeña, los medios públicos no están apostando como deberían y el número de lectores de libros, en general, no solo de literatura asturiana, tiende a la baja”.
“La edad de oro” de la literatura asturiana”. “Creo que en el arranque del siglo XVII, sobre todo con Marirreguera, y el segundo momento, el posterior al llamado Xurdimientu en los 80 y 90 del siglo XX. A partir de ahí la literatura asturiana se mantiene en un buen nivel”.
Una selección trabajosa. “Hubo mucho trabajo, más de un año, de selección. De hecho, hay material para una segunda entrega, que dependerá de que haya dinero. Y tuve que corregir los textos porque la ortografía asturiana varió, no mucho, pero cambiaron las preferencias léxicas y hubo que adaptar los textos, lo que obliga a leerlos todos”.
“Mera coincidencia” con la pandemia y la reforma del Estatuto. “Que la elaboración del libro coincidiera con la pandemia fue una mera coincidencia, ya lo tenía en mente y me dije: ‘Ahora, Xuan. Y que la presentación coincida con la reforma del Estatuto tampoco tiene ninguna intencionalidad por mi parte”.
Dudas sobre el apoyo de Foro a la cooficialidad. “En la reforma del Estatuto de Autonomía soy escéptico, no sé si la habrá, porque no veo que Foro, que es la pieza clave, no hay otra, tenga una posición abiertamente clara y las preguntas que hace son un poco inexplicables. Todo el mundo sabe lo que es la declaración de cooficialidad, otra cosa es después la ley que la desarrolle. El único valor de la declaración en el Estatuto es permitir el posterior desarrollo de la ley. Tampoco entiendo por qué el PP se encerrisca en su negativa”.
Experiencia personal con la ley de Uso del Asturiano. “Sé lo que cuesta aprobar una ley sobre el asturiano. Hay que amarrar cada palabra, porque tiene implicaciones sociales y económicas y unos derechos y obligaciones. A Sergio Marqués la ley de uso le costó parte de su expulsión del PP, ahí arrancó aquella bronca, algo que tampoco entiendo porque era el resultado de un acuerdo entre caballeros: nosotros aprobamos el Presupuesto a cambio de la ley de Uso del Asturiano y con aquel Presupuesto fue la última vez que se bajó en Asturias a los 50.000 parados. Esta ley tiene muchas más posibilidades de desarrollo, ahora está al 60 por ciento, pero estoy satisfecho porque, si no, no se hubiera hecho nada y, por ejemplo, no habría el cuerpo de profesores de asturiano que hay ahora”.
EN PERJUICIO DE TODOS (Sobre los aprobados regalados en la enseñanza)
(Ayer, en LNE)
EN PERJUICIO DE TODOS
Tras la gratuidad de la enseñanza, el Gobierno camina hacia la gratuidad de los aprobados y los títulos. Pues, efectivamente, la eliminación en la ESO de los exámenes de septiembre para los suspensos en junio (que, ciertamente, eran en junio, un par de semanas después del suspenso, en casi todas las comunidades) no es más que la culminación de un proceso que viene desde hace tiempo y que busca eliminar los suspensos y las repeticiones, con pretextos como que son discriminatorios por razones de origen o fortuna familiar, que causan el infortunio del alumno o que no valen para nada, porque esos conocimientos “recuperados” carecerían de importancia alguna.
Digamos que se trata de un discurso panglosiano y roussoniano sostenido por una parte del gremio de los psicólogos, los pedagogos, los enseñantes panfilistas y por aquellos que nunca han dado clase. El discurso entiende, en el fondo, que el esfuerzo no es un instrumento que forme a la persona, que los conocimientos tienen un valor muy relativo en relación con otra clase de aprendizajes, llamemos sociales, y no cree que los estudios sean un medio muy eficaz para la promoción social, o que, en todo caso, los conocimientos válidos han de adquirirse en una etapa posterior a los estudios básicos y medios, que serían únicamente una estadía para ir haciéndose adulto.
Decíamos que estamos hoy en una etapa avanzada de ese proceso hacia la gratuidad del aprobado y del título. Actualmente, ya se puede pasar de curso y titular con dos asignaturas en la ESO, siempre que no sean ambas Matemáticas y Lengua. Pero, si se estuviese en el primer caso, la Junta de Evaluación determinará si el alumno ha alcanzado la madurez académica, una serie de criterios de difícil precisión a los que cada profesor puede responder como quiere. Y, en todo caso, si un docente permaneciese terne, por ejemplo, ante un alumno que tiene un uno de nota en el curso y ha faltado a clase y faltado en clase, siempre queda el recurso ante la inspección, que fallará a favor del escolín, perdón de la justicia, ante el menor fallo formal en los papeles y testimonios que el docente ha de presentar. Ya comprenderán ustedes que, salvo agravio imperdonable, el profesor normal tienda a rendirse antes que sostenerse numantinamente: “haced lo que os de la gana” o, si es más antiguo, “pa vosotros la perrona”.
En el Bachillerato se va a poder pasar a la EBAU con un suspenso. Actualmente, ya pueden pasar, con Lengua, Matemáticas y otra asignatura, de primero a segundo. La Junta de Evaluación actúa con idénticos procedimientos.
El discurso dominante tiene como supuesto implícito el de que todo el mundo está capacitado o, al menos, que es trabajador y tiene interés en aprender. Ese panglosianismo ignora voluntariamente la realidad: hay estudiantes buenos o muy buenos, los hay medianos, los hay con poca capacidad y los hay que se niegan a atender, entender y estudiar, al margen de su capacidad. Parece evidente que, cuando se sabe que el aprobado y la titulación van a caer gratuitamente del cielo, el alumno que no desea esforzarse no halle ningún estímulo que lo mueva de su voluntad.
Pero ese clima de todo da igual tiene su traslación a las aulas: no motiva a los alumnos medianos y es posible que desincentive a los más dispuestos al trabajo, que, además, posiblemente se verán sometidos a censura o crítica por quienes no desean verse espoleados. Del mismo modo, se hace más difícil aprovechar el tiempo en la clase, más difícil que los alumnos se centren en sus tareas y, digámoslo también, más difícil conseguir períodos más o menos largos de silencio y concentración.
Y tiene, asimismo, su traducción en el desanimo de los profesores: se enseña peor, se obtiene menos rendimiento, al final da casi igual lo que se haga.
Se lo explico hiperbólica pero gráficamente. Pasen ustedes por delante de un centro de enseñanza. Verán a la puerta a una serie de docentes con una rodilla en tierra, la otra doblada y los dedos apoyados en el suelo: son las cohortes que cada año están dispuestas a salir corriendo de la enseñanza en cuanto les llegue el día de la jubilación anticipada. En el primer segundo de ese día.
¿Por qué creen ustedes que es?
Debate Estatutu (1980). Semeya
Xunta de diputaos y parllamentarios pa debatir l'Estatutu Autonomía (*1980). El de les barbes soi yo.
La semeya, del periódicu Asturias Diario.
MISERIAS Y ABUSOS
(Ayer, en La Nueva España)
MISERIAS Y ABUSOS
La falsa denuncia de un homosexual por una agresión que no fue tal ha vuelto a iluminar la miseria de la política española, su encanallamiento. En este caso, especialmente en la izquierda, aunque Vox no se ha separado del tono general. Ver a comentaristas y tertulianos correr a culpar a la derecha de ser los responsables indirectos del fingido asalto; sorprender a Pérez-Castejón adelantando una convocatoria institucional para sacar rendimiento político del ficto ataque homófobo, oír a su ministro del Interior, con su retórica monjil, responsabilizar a la derecha; escuchar, una vez más, a los abascalinos echar la culpa a la inmigración, produce auténtico asco.
Pero es el clima en que vivimos desde hace tiempo: la política como sistemático e insistente enfangamiento del rival. Ahora bien, no culpen ustedes únicamente a los políticos. Vayan a los bares, visiten los hogares particulares y encontrarán que en muchos de ellos no hay otra televisión que la de los canales cloaca, donde, remedando a Cervantes, “toda indignidad, mentira y manipulación tienen su asiento”.
Sí es notable que nuestra izquierda, en general tan hostil a los Estados Unidos, no haga otra cosa en los últimos tiempos que importar e imitar las modas y sectarismos yanquis: el feminismo divisivo, el revisionismo del pasado, la política de la damnatio memoriae, de la que aquí, en Asturies, sabemos desde el tiempo de Augusto, el enfrentamiento tribal. Todo ello, contra la economía, el empleo y la concordia civil.
Pero, a propósito de la falsa denuncia, quiero hacer una reflexión sobre de los hechos que están tras ella. Un encuentro (acaso venal) de un individuo con dos; un individuo que consienten que graben en su cuerpo la palabra “maricón”; los dos tipos que no solo gozan con el sexo en común sino que necesitan dejar constancia de su poder mediante la violencia y la humillación; un novio o conviviente al que inicialmente se engaña; la mala conciencia del engañador; su consciencia de que en el discurso social que se vive su mentira puede colar. ¡Qué sordidez!
En otro orden de cosas, señalo que existe un malestar no pequeño en Euskadi por un programa informático, Ticket-bai, que las Haciendas Forales y el Gobierno Vasco ponen en marcha a partir del año que viene, tras algún aplazamiento. Ese programa será el medio único para comunicar la emisión de facturas con la hacienda vasca. Su principal función es que todas las facturas sean comunicadas en el mismo momento de su emisión a través de Ticket-bai. Las multas por “incumplimiento o manipulación” se sitúan en el ¡20% de la cifra de negocios! Y un mínimo a partir de 20.000 euros. El programa obligará a adquirir un nuevo software y, seguramente, en muchos casos, nuevos equipos. Fíjense cómo será la cosa que se prevén incentivos fiscales de entre el 30% y el 60% en el IRPF, Impuesto de Sociedades e Impuesto sobre la Renta por implantar el programa.
Ese envío inmediato causará problemas obvios para las modificaciones posteriores, bien por defectos en la factura, errores, desacuerdos del comprador, rectificaciones, problemas con los equipos informáticos, etc., que serán después difíciles o complejos de subsanar. El trabajo, además, se multiplica exponencialmente (hasta ahora, como en el resto de España, la empresa solo informa al gobierno del detalle de facturas superiores a 3000 € una vez al año, y de la cifra global de facturación, si bien es obligatorio guardar copia de todas las facturas).
El ucase no afecta solo a las grandes empresas, también al mínimo comerciante, carnicero, repartidor de mercancías, taxista, quiosquero… Imaginen ustedes. Esperemos que no cunda el abuso.
Y, para abuso, el de Pérez-Castejón con la prensa en su reciente visita a la Laboral. Ya no es que no conteste preguntas, ¡es que tuvo encerrados y vigilados a los periodistas una hora durante su visita, para que no incordiasen! Bien podrían decirle, siguiendo aquel “porque no me tratara Barbarroja / de la manera que me tratas, Juana” de Lope de Vega: “porque no me tratara Kim Jong-Um, de la manera que me tratas, Pedro”.
Hasta que no se planten…
(Ayer, en La Nueva España)
UNAS QUE SE BAÑAN Y OTROS QUE NAUFRAGAN
Hay un reportaje y una foto de LA NUEVA ESPAÑA que alegran mi ánimo. No son exactamente les del sábanu, aquellas mujeres que venían a bañarse a Xixón por prescripción médica y llevaban por escudo de su pudor una sábana, supongo que de La Algodonera. No, estas mujeres, que repiten por cuarto año, acuden vestidas como las señoras de finales del XIX: sombrilla, gorros con volantes, camisola, pololos y colorido diverso, predominando los tonos azules. Son miembros de la Asociación Libre de Mujeres de La Corredoria, y llevan cuatro años haciendo lo mismo en algunas playas asturianas. Admiro y aplaudo su humor, su ánimo, su ingenio: poso la montera ante ellas.
A Xixón han venido, donde la ignorancia y la incapacidad de la mayoría gobernante en el Ayuntamiento está provocando un escándalo mayúsculo. Este es el resumen: se puso en marcha un proyecto de ayudas sociales para comprar en establecimientos. Un millón de euros. El dinero se ingresó directamente en las cuentas de los solicitantes (frente al modelo de la anterior Corporación, que proporcionaba un bono). Cumplido el plazo, en mayo, la mitad del dinero no se había utilizado en compras. Se prolongó el plazo. Iniciado septiembre, todo sigue igual. Cabe hacer una pregunta: ¿se va a recuperar ese dinero, si no se utiliza adecuadamente? De no ser así, tal vez haya graves responsabilidades del equipo de gobierno.
Por otro lado, este plan constituye uno más de los fracasos de la gobernaduría “progresista”, como el de las subvenciones a los establecimientos sin terrazas, o el plan de hoteles. Y es que conocen sus fantasías e ideaciones, pero desconocen el mundo. Y todo ello no lo hacen con el dinero de sus bolsillos (de ser así no habría plan alguno), sino con el del esfuerzo del trabajo de cada uno de los xixoneses, más desahogado el de algunos, apurado el de la mayoría.
Para ellos, carmencalvense.
El derecho a la vida y las sentencias
(Ayer, en La Nueva España)
EL DERECHO A LA VIDA Y LAS SENTENCIAS
La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el primer estado de alarma en cuanto instrumento contra la pandemia ha creado un vacío legal, al anular de facto la legislación sobre pandemias. Y puesto que, al mismo tiempo, PSOE y Podemos se han negado a legislar al respecto y han echado la responsabilidad de lo que pudiéramos conceptuar como la creación de una paralegislación tentativa en las espaldas de los tribunales superiores de justicia de cada comunidad y en el Tribunal Supremo, el resultado ha sido el de que se han producido sentencias contradictorias y que los Ejecutivos autonómicos se han encontrado impedidos para tomar muchas medidas que han entendido como necesarias.
La sentencia del Constitucional ha sido discutida en el propio tribunal, en la medida en que el pronunciamiento ha tenido en contra la mitad menos uno de los magistrados. Es también discutible en sus planteamientos, como diremos a continuación. Pero sobre todo, ha tenido el efecto de motivar que, en general, los distintos tribunales hayan preferido velar por los derechos de movilidad y libertad de movimientos antes que sobre los derechos a la vida y la salud.
Ese corpus sentencial que emana de la decisión del Constitucional tiene su fundamento en la tutela de las libertades individuales, la de movilidad fundamentalmente, muy limitada por la Ley del Estado de Alarma, sin las garantías suficientes que hubiese proporcionado el estado de excepción para ello, según entendió el tribunal. Frente a la reacción negativa de los Ejecutivos de las Comunidades, que se vieron casi desnudos de medios para contener los contagios, la sentencia encontró el aplauso de muchos intelectuales y opinadores, especialmente en la derecha, pero también en la izquierda, en la medida que suponía un freno contra la invasión del Estado (y seguramente, también, en el caso de la derecha, porque golpeaba al Gobierno). Ahora bien, cabe anotar que igualmente las propuestas del PP para legislar al respecto de la pandemia han sufrido idéntico ataque en nombre de los derechos individuales.
A mi entender, tanto la del TC como sus corolarios parten de un error original: el derecho fundamental individual que exige la máxima defensa no es el de la movilidad o el del desplazamiento, sino el derecho a la vida, del cual el derecho a la salud es un instrumento, y sin cuya existencia, la de la vida, nadie puede ser sujeto de derecho alguno. La Constitución misma establece en su preámbulo, entre sus objetivos, el de “promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida”, y el primero de los artículos (art. 15) de los dedicados a los “derechos fundamentales”, afirma que “todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral”. Es cierto que, ahí, “el derecho a la vida” está puesto en relación con la tortura y la pena de muerte, pero es que es tan evidente ese primer derecho, base de cualquier otro, el de la vida, que a los constitucionales ni siquiera se les ha ocurrido ponerlo en su forma primaria y básica.
De esa perspectiva, a mi juicio errónea, de olvidar ese derecho primero, el de la vida y el de su ancilla, la salud, vienen algunos argumentos o decisiones también equivocados de los tribunales. Por ejemplo, en las negativas de este pasado agosto a dar por buenas las restricciones de las Comunidades se argumentaba para ello que los hospitales no estaban saturados. Pero el objetivo de las medidas de salud no consiste en preservar el caos en los hospitales, sino que los ciudadanos no lleguen a ingresar en ellos. Que estén colapsados, ciertamente, incide en que no se pueda devolver fácilmente su salud a los enfermos, pero el objetivo primario no es ese.
Del mismo modo, hay que entender como discutibles o erróneas otras negativas a actuaciones que entrañarían obligaciones o prohibiciones. Por ejemplo, el que se pueda obligar a vacunarse a sanitarios o cuidadores de residencias de ancianos. ¡Como si el derecho a no vacunarse estuviese por encima del derecho a la salud de quienes son atendidos o cuidados por quienes no se vacunan! Algunas veces, las sentencias se acompañan de una ingenuidad admirable, así cuando se sugiere que a los cuidadores de las residencias que no se vacunen se los coloquen en otros puestos. ¡Tal que si no estuviesen en contacto con los residentes en cualquier lugar del edificio, o como si, de ser obligados a cambiar de puesto o categoría, no apareciesen convenios, sindicatos y jueces para amparar el derecho de los removidos!
Otro tanto podemos decir de la negativa a permitir pedir los certificados de vacunación o de PCR para entrar en restaurantes o en determinados lugares, primando así otros derechos frente al de la vida y la salud (algún tribunal, por cierto, llegó a calificar esa posibilidad “¡de discriminatoria!”). Solo apuntaré una cosa: en más de 15 países europeos se exige hoy o se exigió hasta ayer el certificado de estar vacunado o de tener una PCR reciente para entrar en recintos cerrados. ¿Somos aquí más listos? ¿Se la cogen nuestros tribunales con papel de fumar? ¿O es que hemos perdido de vista que antes que los demás derechos está el derecho a la vida (y su ancilla, la salud), sin la cual no hay sujeto alguno sobre el que pueda recaer ningún derecho?
Me temo, por otra parte, que llegará uno nueva ola del coronavirus, acaso con una variante y seguiremos sin legislación ad hoc. Es más, llegará una nueva pandemia dentro de unos años y seguiremos con este pandemónium.
Así somos y así votamos.
Dos norabones, una desaparecida, una primada
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
DOS NORABONES, UNA DESAPARECIDA, UNA PRIMADA
L’Ayuntamientu d’Uviéu acaba d’anunciar que yá nun tien atrasos nes concesiones de llicencies urbanístiques, que resuelve nel mes. Ye más, l’alcalde, un poco en plan gallu, retó a los constructores a “atascar el serviciu de licencies”.
Felicitaciones. Una de les torgues habituales pal crecimientu la riqueza, la creación d’empléu y la felicidá de los particulares son les alministraciones públiques. Inversores, negocios yá en marcha, ciudadanos d’a pie ven cómo se tarda munchos meses, na rodiada del añu, en dar los oportunos permisos, lo que supón mayores costos, malestar y, a vegaes, retraimientu de les inversiones: paru.
Otra de les felicitaciones, pal XXXI Salón de Teatro Costumbrista de Candás, que repite l’ésitu de tolos años n’innovación, en calidá y n’asistencia de públicu. Tamién al cronista de LA NUEVA ESPAÑA, Gonzalo Bengoa.
A quien nun podemos felicitar ye a la diputada de Podemos Gloria Santiago. Dempués de padecer un episodiu d’acosu nel Camín, acusó a una trabayadora del 112 de reñila y tratala mal. Como se demostró, nun hubo nada de too ello. Mentestantu, la trabayadora pasó les de coyer. Escribo esto una semana dempués de la esoneración de la trabayadora del 112 y nun sentí una pallabra de disculpa, nin de la mallorquina podemita nin del coru que la siguió. Seguramente cuando llean esto, tampoco ustedes lo tendrán sentío. ¿A quién-y importen los d’a pie?
Tampoco ye pa baillar la situación de les nuestres comunicaciones cola meseta. Al retrasu de doce años de la comunicación per AVE, a la carestía y escasez de les comunicaciones aérees, súmase agora la discriminación y castigu que sufrimos al respective d’otres comunidaes tocántenes a les comunicaciones per carretera. Agora que tan quitando o rebaxando peaxes per uquiera, resulta que Galicia y Asturies van ser les comunidaes con más tiempu (75 años) con peaxes.
¡Vaya verdá eso de “gallegos y asturianos, primos hermanos! Bueno, primos, seguro. Y nós, un migayín más.
COVADONGUES
(Ayer, en La Nueva España)
COVADONGUES
Covadonga es un complejo de al menos tres elementos. Al tiempo, esos elementos han tenido valoraciones o potencias distintas a lo largo de la historia o las tienen hoy.
En torno a Covadonga debió de haber un combate entre moros y cristianos, de mayor o menor entidad: batalla, engarradiella. A partir de ahí, comienza la construcción del Estado asturiano, que dura más de cien años como tal, con su cultura específica (el arte asturiano es su muestra más notable), en la que destaca la supervivencia de técnicas y tradiciones romanas: innovación junto a tradición. La conciencia de esa singularidad histórica y de su trascendencia la subrayan los asturianos inmediatamente posteriores. Para la Crónica Pelayana los asturianos se habían convertido en el pueblo elegido por Dios: “Escoyó Dios Asturies y per tol redol d’Asturies punxo unos montes firmísimos, y ye’l Señor el protector del so pueblu dende entós, agora y mientres el mundu durar”, dice con palabras que nos recuerdan las promesas de Jehová al pueblo judío durante el Éxodo. Y el testamento del Rey Casto señala que la victoria de Pelayo “defendió enalteciéndolo al pueblo asturiano y cristiano” (“asturiano”, no otro).
Hay historiadores que niegan el episodio de Covadonga; otros que reducen su entidad a poco más que una escaramuza. Como quiera que sea, sobre esa “realidad” se construye un discurso que da origen a la historia fundacional de Asturies, y, siglos más tarde, a la de España, reduciendo o ignorando, en este caso, la existencia de otras reconquistas y otros concursos en lo que va a ser el Estado Español. En algunas ocasiones, también, ese discurso se tiñe de lo que podríamos llamar “nacionalcatolicismo”.
Con todo, la importancia política del lugar no empieza a tener relevancia hasta el XVIII, cuando los ilustrados, con Jovellanos entre ellos, comienzan a pensar en dotar a Covadonga de suntuosidad monumental, al tiempo que tratan de convertir en emblema del origen de lo español a Pelayo y Covadonga. De todas formas, no es hasta el último tramo del XIX, con la restauración canovista —por el medio, Alejandro Pidal y Mon, Roberto Frasinelli y el obispo Sanz y Forés—, cuando se pone en pie la actual basílica y se engrandece el entorno de la cueva.
El segundo elemento es el religioso. Desde que tenemos noticia hay un culto mariano en Covadonga, en la “Cueva de la Señora”, continuación, probablemente de un anterior culto a una divinidad femenina en el misma lugar (“Diva/Deva”, diosa, es el nombre del río que de la gruta brota). Ahora bien, hay que señalar que Covadonga, como centro religioso, tardó mucho en salir de su ámbito local. Es más, hasta hoy compite con bastantes otros santuarios en su capacidad de atracción en su fiesta, el 8 de septiembre. Tampoco desde el ámbito estrictamente eclesiástico recibió Covadonga una atención exquisita, pues es solo en 1783, con el papa Pío IX, cuando la diócesis adquiere misa y oficio propios de Nuestra Señora de Covadonga, y es en esa fecha cuando se señala el 8 de septiembre como la de la festividad. También en ese momento se concede la indulgencia plenaria a los fieles que ese día o los ocho siguientes visiten la capilla de la cueva.
Tal vez lo que más ilumine la escasa magnificencia y proyección del lugar hasta esas fechas apuntadas sean las palabras de Sanz y Forés al conocerlo: “¿Pero esto es Covadonga?”.
Ahora bien, esa ligazón del sitio con, de un lado, lo religioso y, de otro, con determinadas versiones de España o, simplemente, de “lo español” provocan el rechazo o la distancia de ciertas izquierdas. Me acuerdo, por ejemplo, de la ingenuidad de don Gerardo Iglesias, durante el debate sobre la institución del Día de Asturies, intentando averiguar la efeméride de la batalla de Covadonga, a fin de separar la fiesta de la Comunidad del día religioso. Es, asimismo, notable el empeño del asturianismo de izquierdas en convertir la fecha del 25 de mayo en la Fiesta del país, en el intento doble de separarse de lo religioso y de lo políticamente “españolista”, como si, por cierto, el pronunciamiento de la Xunta Xeneral en esa fecha no fuese una manifestación tendente a devolver al rey al trono y de mantener la integridad e independencia de la nación española.
En otro orden de cosas, Covadonga establece a su alrededor otro espacio de sacralidad, el de la sacralidad de la naturaleza, si es que se acepta el concepto, de lo que es un epifenómeno la creación el 24 de julio de 1918 del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga (de sus avatares posteriores, mejor dejarlo correr hoy).
Y todo ello alguna excelsitud ha de tener. Cuando Alejandro Pidal y Mon le reenviaba a Cánovas, su reciente socio, las truchas pescadas en Covadonga por el canónigo covadonguín Máximo de la Vega, manifestaba el prócer malagueño que “no había comido en su vida cosa más sabrosa”.
Coyuntura económica y desajustes
(Ayer, en La Nueva España)
COYUNTURA ECONÓMICA Y DESAJUSTES
El crecimiento económico ya está asentado, el aumento del PIB y el del empleo son sus evidencias más notables. Con todo, frente a esa escala ascendente, aparecen algunos factores, coyunturales unos, estructurales otros, que representan una preocupación y añaden sobre el futuro algunas incógnitas no pequeñas.
Las primeras son monetarias: el despegue de la inflación, en primer lugar, que tendrá sus efectos sobre precios, salarios y financiación de las empresas y que no sabemos si ha venido para quedarse o es coyuntural, como algunos afirman. Aunque, en principio, una cierta tasa de inflación era hasta el día de hoy deseable en las teorías económicas, el actual despegue no parece verse con buenos ojos. En segundo lugar, la incógnita de las decisiones inmediatas de los bancos centrales sobre la creación (“emisión de belarminos”, lo llamo yo) de dinero y la financiación de bancos y gobiernos a costo cero, en la espera de que el futuro o un crecimiento exponencial de la economía en lo inmediato permitan reducir en algún momento la masa monetaria a términos más acordes con la riqueza real. En ese sentido, el endeudamiento de España, que se desliza e incrementa mes a mes sobre esa vaselina, constituye una evidente amenaza a la que algún día habrá que hacer frente (o que nos argayará encima).
La inflación tiene que ver, ciertamente, no solo con el incremento de la demanda en muchos ámbitos, muy notablemente el energético, sino también con el desabastecimiento o escasez de materias primas o productos elaborados, escasez provocada en parte por el parón productivo durante gran parte de la pandemia. De ese modo nos encontramos, por ejemplo, con fábricas de coches inactivas por la falta de chips, con empresas de viviendas prefabricadas sin materiales, con estrangulamientos en el sector de la construcción por el encarecimiento de las materias primas. Así, muchas empresas de este campo han tenido que renunciar a cumplir sus contratos o han renunciado a concurrir a convocatorias públicas porque los costos reales superan a los estipulados en los pliegos de los concursos. Así ha ocurrido, es un ejemplo, en la convocatoria del ayuntamiento de Xixón para la reforma de barrios degradados.
Un problema de otro tipo, este estructural, para frenar la actividad económica ha surgido en estos últimos meses: a la queja continua de falta de personal de algunos sectores especializados en los campos industrial e informático se suman ahora las carencias de personal en sectores como la construcción o la hostelería, que tanto empleo convocan. No se me escapa que es un problema que se ha suscitado en muchos países europeos, Inglaterra, por ejemplo, o Países Bajos, y en EEUU. Recuerden las recientes palabras de Joe Biden a propósito de ello: “si no encuentran quien quiera trabajar, que les paguen más”.
Aquí se han manifestado reiteradamente los sindicatos sobre la cuestión: si en algunos sectores no se encuentran trabajadores es fundamentalmente, dicen, por dos razones: porque se paga poco y porque no son empleos estables. Aceptémoslo. Pero ello, en un contexto en que existen millones de parados, plantea una reflexión de no poca enjundia: si esos parados no quieren emplearse por esas u otras razones, ello quiere decir que obtienen por otros medios el dinero que obtendrían trabajando: subsidio de paro, subvenciones de otro tipo o de instituciones varias, apoyo familiar, actividades ocasionales…, es decir, tienen cubiertas sus necesidades por una u otra vía.
Pero podríamos suponer que, efectivamente, las empresas tienen capacidad para subir los salarios del sector, bien porque las ganancias de los empresarios sean muy grandes, bien porque puedan trasladar los costos a los precios. Esa consideración nos lleva a otra, uno de los caballos de batalla de algunos partidos y de los sindicatos, la del Salario Mínimo Interprofesional. ¿Pueden las empresas subirlo, con la agregación de los costos a la Seguridad Social, y trasladar su aumento a los precios? De hacerlo, ¿pueden mantener la competividad frente a otras empresas?
Dada la estructura microempresarial de España, es seguro que a muchas sociedades contratar con sueldos más altos o hacerlo con contratos que no expiren cuando la tarea se acaba, en un contexto, además, de creciente competencia en algunos sectores —provocada, en parte, por el comercio digital y la internacionalización— y de precios muy ajustados por las administraciones, las llevará al límite de su viabilidad, por decirlo casi eufemísticamente.
De modo que ahí nos movemos, entre la Scila de las necesidades de los sueldos bajos y la Caribdis de la viabilidad de las empresas, que no significa solo riqueza de los empresarios, sino empleo e ingresos del Estado, en vez de gasto en subsidios.
Por cierto, los invito a dar una vuelta a esa paradoja de la convivencia del paro con la obtención de unos ingresos que no vienen del empleo y que, si no magníficos, son suficientes para vivir.
Y, en relación con ello, tal vez puedan ustedes plantearse otras reflexiones.
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Felicidades y felicitaciones
(El llunes, en La Nueva España)
FELICIDADES Y FELICITACIONES
Ocasionalmente tenemos buenas noticias que, como una bocana en este verano, nos hacen ver un poco de luz entre las nubes. Así, la existencia de 47 solicitantes para 15 plazas convocadas por nuestra Universidad para científicos internacionales es la clarixa que viene a traer luz entre los nubarrones que supone la caída en el “Ranking de Shangai”, saliendo de entre las mejores 500 universidades del mundo.
Otra buena noticia, al parecer inmediata, es nuestra mejora en las comunicaciones ferroviarias, al eliminar el “fondo de saco de León”, uno de tantas conversiones de las promesas zapateriles en algo peor, como aquel anuncio de que se eliminaría en Asturies el peaje del Huerna, para trasladar, en realidad, el cobro a León.
Pero esperemos que algún día podamos celebrar, por fin, la llegada del AVE, un proyecto que desde 1982 ha pasado por paralizaciones, plazos dilatados y promesas nunca cumplidas: 2010, 2015, 2022, 2023, esas son las fechas que, una tras otra, se nos han dado.
Y en cuanto a felicitaciones, las que hay que trasladar a Raúl Entrerríos, Saúl Craviotto y Pablo Carreño, por sus éxitos en los juegos olímpicos. Por distanciado que uno se encuentre, siempre se alegra si sus compatriotas tienen éxitos en el deporte, máxime si esos compatriotas lo son aún más por ser coterráneos.
Pero quiero subrayar la forma especial con que uno de ellos, Pablo Carreño, ha agradecido apoyos y felicitaciones. Lo ha hecho en un vídeo que cerraba con un “¡Puxa Asturies y puxa Xixón!”. Si todos son asturianos, de nacimiento o de adopción, Pablo Carreño subraya ahí esa identidad con el signo más visible de cualquier identidad, la lengua.
Y, a propósito de lengua e identidades varias. Los invito a leer la carta de Raúl Suevos Barrero, “Nacíu na 652”, en LA NUEVA ESPAÑA del 24 de agosto. La 652 es la comandancia de Contrueces, Xixón, de la Guardia Civil.
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