Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
Memoria de futuru. Carlos Rubiera
Ayer tuve en La Buena Letra, pal poemariu de Carlos Rubiera, Memoria del futuru. Un gran poemariu.
(Na semeya, col autor y migu, Inaciu Galán, que fexo de presentador).
Requerimientu notarial al Gobiernu asturianu sobre toponimia
AL CONSEJO DE GOBIERNO DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS
De acuerdo con el artículo 15.1 de la Ley 1/1998, de 23 de marzo, de uso y promoción del bable/asturiano “los topónimos de Asturias tendrán la denominación oficial en su forma tradicional. Cuando un topónimo tenga uso generalizado en su forma tradicional y en castellano, la denominación podrá ser bilingüe”. La finalidad del artículo transcrito es expurgar las denominaciones oficiales de pueblos y lugares de años de aculturación, falseamiento (deliberado o por desconocimiento), errores, castellanización desinformada o pura y simple desidia. La experiencia acumulada hasta la fecha en el proceso de aplicación de la Ley permite señalar desviaciones claras respecto de su espíritu y finalidad, que de no ser corregidos pueden provocar una situación similar a la que trata de revertir.
Veamos algunos casos:
1. Incumplimiento absoluto de la toponimia oficial. No son raros los casos en los que se observa un desprecio absoluto por los decretos que establecen la toponimia oficial de Asturies; para muestra, véase imagen nº 1 que se reproduce al pie.
2. Topónimos oficiales con versión única. En no pocas ocasiones se incumple manifiestamente la ley, añadiendo la traducción castellana a un topónimo que sólo tiene forma tradicional en el decreto correspondiente. En la mayoría de los casos esta práctica conduce a resultados ridículos. A modo de ejemplo véase imágenes 2 a 5.
3. Topónimos oficiales con doble versión. Sobre carecer de justificación en la mayoría de los casos, la denominación oficial no siempre es conforme con la letra y el espíritu que anima la Ley (“cuando un topónimo tenga uso generalizado en su forma tradicional y en castellano, la denominación podrá ser bilingüe”), que claramente obliga a anteponer la forma tradicional a la castellanizada. Sirvan como ejemplos las imágenes 6 y 7.
4. Uso de la toponimia oficial en la actividad administrativa. El uso de la toponimia oficial brilla por su ausencia en las resoluciones y actos administrativos, así como en aquellas disposiciones que acceden al Boletín Oficial del Principado de Asturias.
5. Uso de la toponimia oficial por otras administraciones. Aunque algunas administraciones usan correctamente la toponimia oficial (AEMET, IGN, algunos ayuntamientos), es preciso perseverar, tanto ante la Administración General del Estado como los ayuntamientos, para el uso de la toponimia oficial, que es por lo demás una competencia propia del Gobierno absolutamente imprescindible para evitar el caos.
A la vista de lo expuesto, se requiere al Consejo de Gobierno del Principado de Asturias para que, a la mayor brevedad, proceda a disponer lo siguiente:
1. Revisión por la Junta Asesora de Toponimia de los topónimos con doble versión, reduciendo su uso a los absolutamente imprescindibles, y anteponiendo en todos los casos la forma tradicional, de acuerdo con la la letra y el espíritu de la Ley 1/1998.
2. Dictar instrucciones a todos los servicios del Principado de Asturias para el uso correcto de la toponimia oficial en las resoluciones y actos administrativos y en la cartelería oficial, sea cual sea su uso o destino. En el mismo sentido, respecto de las disposiciones legales y reglamentarias.
3. Recordar con firmeza al resto de administraciones que la competencia para fijar los topónimos de Asturias, sin perjuicio de las que corresponden al Estado y a las corporaciones locales, es del Gobierno del Principado de Asturias, que los ha fijado en los múltiples decretos sobre toponimia aprobados hasta la fecha, por lo que son los únicos oficiales, y de cuya relación nos abstenemos al ser de público y general conocimiento.
Unos siglinos de historia
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
UNOS SIGLINOS DE HISTORIA
Publicaba LA NUEVA ESPAÑA la semana pasada un reportaje sobre el castro del Chao San Martín. La vida en el lugar se extendió desde la Edad del Bronce hasta el siglo II d. C., en que un seísmo lo destruyó. Al principio de nuestra era, convivió con la ocupación de Roma, que estableció allí un centro para la explotación de la riqueza aurífera de la zona. Como otros astures prerromanos, los habitantes del castro dominaban la minería, la metalurgia y la orfebrería (piénsese, por ejemplo en el aniellu d’oru de la Mata’l Casare, un monumento megalítico).
En el impulso al conocimiento del castro tuvo un papel decisivo José María Naveiras Escanlar. A “Pepe el Ferreiro”, un personaje difícil y singular, la cultura material asturiana le debe mucho por la recuperación y conservación de la misma, como, asimismo, la prehistoria y la historia le deben bastante a Joaquín Manzanares, otra persona que se movió al margen de la cultura oficial.
Los castros reconocidos, varios centenares, ocupaban prácticamente toda Asturies. A su condición de vivienda y fortaleza unían la de ser centro ganadero que explotaba la vecindad.
Esa extensión por todo el territorio se acentuó en los siglos medievales y posteriores, cubriendo prácticamente la explotación del suelo por el ganado hasta los últimos riscos con hierba.
Ahora bien, esa ubicua presencia humana se está reduciendo drásticamente en los últimos tiempos, no sólo por la evolución de la economía y la demografía, sino por la intervención política. Como ya avisamos en la primera ampliación del Parque de Cuadonga, esas políticas «conservacionistas» lo que hacen es dificultar la vida a sus habitantes —que allí llevan siglos, humanizando el territorio—.
En palabras de Rafael Menéndez y Fermín Rodríguez: «La protección ambiental colabora al abandono de la montaña asturiana y parece tener el objetivo encubierto de dificultar la actividad humana».
Lo empezamos a decir en 1995: «Quieren acabar con ellos».
Lo más admirable de la moción de censura
(Ayer, en La Nueva España)
LO MÁS ADMIRABLE DE LA MOCIÓN DE CENSURA
En general, ni antes ni después han sido muy favorables las opiniones sobre la moción de censura VOX-Tamames, aunque ha habido excepciones. Permítanme un repaso.
Se queden sintetizar así las censuras a la censura: convertía el Congreso en un circo; no iba a ser triunfadora; se criticaba al candidato por su edad o por su ego; la moción iba a representar un impulso al Gobierno y sus satélites; el más perjudicado por la moción sería el PP, quien, velis nolis, sería al final el damnificado.
He aguantado la mañana del martes desde la primera hora hasta las tres de la tarde. Permítanme algunas reflexiones tras esa experiencia de seis horas.
Sobre el «circo» y los debates parlamentarios. En ningún caso la iniciativa VOX-Tamames podía empeorar el criterio que los ciudadanos tienen sobre las Cortes. El Parlamento es siempre un circo, con sus «regidores» profesionales, que, como en las televisiones, señalan a los asistentes cuando hay que aplaudir o abuchear. Por otro lado, el debate, especialmente desde que enseñorea el hemiciclo Pérez-Castejón, es siempre un diálogo no diálogo, un diálogo por el método Ollendorf, como afirmó el señor Tamames rescatando un viejo concepto (ya saben en qué consistía: «¿Tienes la mesa grande del almacén de tu tía?» «No, pero tengo el sombrero azul de tu prima». En cristiano: «Falando d’escopetes, San Fernando tenía un carru»).
Respecto al éxito previsible de la moción, hay que señalar que todas las hasta hoy presentadas, seis en total, lo hicieron sin perspectivas de ganar, incluida la triunfadora de Pedro Sánchez, al que únicamente un quiebro inesperado de última hora del PNV dio el triunfo.
El discurso del candidato (cincuenta minutos, tono apacible) tuvo una introducción de tipo histórico (sobre la expansión de España por América, por ejemplo), habló correctamente sobre la Memoria Democrática y la República, para después plantear, entre otras, una serie de cuestiones de no poca enjundia: la oscura cesión del Sahara a Marruecos, la eliminación del delito de sedición, el crecimiento desorbitado de la deuda, la anomalía de la tasa de desempleo, el despilfarro de dinero. Señalaré particularmente una que me parece importante: el unánime rechazo del concepto de autodeterminación en la elaboración de la Constitución. Naturalmente, a nada de todo esto contestó el Presidente, o dio datos que sólo en parte correspondían a la cuestión.
La perorata de don Pedro Sánchez (una hora cuarenta minutos) tuvo como eje fundamental (al igual que la de doña Yolanda) la igualación de PP y VOX (como si la moción fuese conjunta) y la comparación de las políticas «expansivas» de su gobierno con las de los recortes de Mariano Rajoy, en una ficción argumental que obvió el desastre zapateril y sus recortes en pensiones y salarios de funcionarios (don Pedro mintió con la cabeza que él hubiese votado la congelación de pensiones de Zapatero), la crisis financiera mundial, el desastre de las cajas de ahorro y la recuperación posterior con Mariano Rajoy tras los más duros años de la crisis. Todo ello, adobado continuamente con dos viagras excitativos para su parroquia, el cambio climático y el feminismo.
La presentación de Yolanda Díaz como cabezalera de Sumar duró una hora larga y vino a repetir el esquema argumental de Pedro Sánchez, con una mayor incidencia en el trabajo y el empleo. Su oratoria, enfática y reiterativa, es un poco de clase elemental para iniciados en un cursillo de salvación. Por cierto, no quiero dejar de resaltar una parte de su discurso, con que vino a realizar una enmienda de totalidad a Tamames, a la Transición, y a nuestra historia: la democracia no la trajeron ni Suárez, ni el Rey, ni Carrillo, ni los hombres y mujeres que habían hecho la República y la Guerra y que apostaron por superar aquella división fratricida; ni Europa, ni la coyuntura histórica, ni…: la trajeron los sindicatos y los trabajadores. Laus Deo!
Tengo que señalar que Abascal fue un auténtico grosero con el candidato. Dos horas y media se lio con Sánchez, quitando el protagonismo a quien él había puesto de candidato y de expositor de argumentos. ¡Qué falta de educación!
Queda, para terminar, el Cui prodest? ¿A quién benefició y a quién perjudicó el acto? ¿A VOX, al PSOE, a Yolanda-Sumar, al PP? Cada uno de ustedes tendrá, sin duda, su opinión, y, a lo mejor, los efectos de todo ello, pasados unos días, son ninguno.
La había anunciado arriba. ¿Lo más admirable de la sesión? Sin duda, la próstata de don Ramón. ¡Seis horas, a sus ochenta y nueve años!
Un poema d'Eugenio del Riego Núñez
Un poema d'Eugenio del Riego Núñez (pá del xeneral Rafael del Riego).
El poema asoleyóse en 1844.
La información débo-yla a Lluis Ánxel Núñez Enríquez, estudiosu de la cultura y la historia d'Asturies.
DIÁLOGU
PEPÓN Y RAMÓN
P. ¿Qué tal, Ramón, la morciella?
R. Buena está; mas non tien sal.
P. ¿Qué dices, home?; No hay tal!
R. Si no tien ni una piella,
O dígase una señal.
P. Cousas de la mió moyer.
R. U outra cousa graciosa;
Porque ye una cousicousa
Que no se pode entender,
Sin añadié sua glousa.
P. ¿Pues qué ye? Dímelo, di.
R. Ye que para unoshay sal,
Y para outros, por su mal,
No se da en el Alfolí,
ni lo que lleva un dedal.
P. Esu, home, ye un desgubiernu.
Que no lu haya en Castiellas,
Pase: ¡mas a las oriellas
De la mar! Váyanse a un cuerno,
Con todas sus campaniellas.
R. ¿Y quiénes, Pepón? P. Los tales,
Y por [quales] cuales, que sin jhuicio,
Nos fan ese perjuicio.
R. No nus fagan outros males,
O cousas de mayor vicio.
De nuestro negocio hablamos
(Ayer, en La Nuevva España)
DE NUESTRO NEGOCIO HABLAMOS
Los hechos. La ley Sísí rebaja, con respecto a la legislación anterior, las penas a los condenados por delitos sexuales contra la libertad. Por ello, y en virtud de un principio general de la legalidad, a los penados por la normativa anterior se les aplican las nuevas penas. En consecuencia, y a la hora de redactar este artículo, 735 delincuentes condenados por la legislación anterior han visto reducidas sus condenas, 74 han sido excarcelados.
Ni los redactores de la ley, ni el Consejo de Ministros, ni los votantes del Congreso vieron en su día esas que luego calificaron de “consecuencias indeseadas”. Por ser precisos, no quisieron “ver” ninguno de los informes que avisaban de ello.
Ante los resultados de la chapuza y el escándalo subsiguiente, el PSOE se animó a tramitar una modificación de la ley que corrigiese las penas al alza.
Los discursos. UP, Montero y los suyos pusieron el grito en el cielo. Negación: la Ley era perfecta, las rebajas de penas y excarcelaciones no tenían justificación en el texto legal, sino en una conjura de la derecha y de los jueces machistas y franquistas. Afirmación: se quería volver a la «Ley de la manada» (la legislación anterior); se pretendía que la mujer tuviese que demostrar que no hubo consentimiento; eso sería lo que haría la propuesta de modificación del PSOE.
Los hechos: 711 rebajas de penas las sentencian juezas, menores de 50 años, por cierto, y, al parecer, «machistas y franquistas». La «Ley de la manada», la legislación anterior, castigaba con más penas que la ley «Sisí» (15 años, a cada uno de los miembros de «La Manada». El homicidio doloso se castiga con penas de 10 a 15 años). La cuestión del consentimiento (que en UP se ufanan de ser el eje de la «Ley Emperatriz») fue siempre eje central de la legislación penal. La propuesta del PSOE endurece las penas y crea nuevas agravantes.
¿Saben todo esto los vociferantes upedeos? Lo saben, naturalmente, al menos, la mayoría. ¿Por qué mienten? Porque saben que ello les reporta beneficios para su negocio: les hace aparecer ante «los suyos» como paladines del bien (de la mujer, en especial) y como víctimas de una conjura derechista, machista y franquista, hacia donde arriman al PSOE.
(No se le escapa a ninguno de ustedes que la columna vertebral de la actividad de un partido político es su propio negocio, el mantenimiento de su empresa, de sus puestos de trabajo y sus beneficios. Después, por añadidura, podrá afectar su actividad beneficiosamente a una parte de la sociedad, o a mucha, o podrá perjudicar a otra parte, mayor o menor; pero el objetivo fundamental es ese: el mantenimiento y el engrandecimiento de la empresa, del negocio).
Es, pues, inteligible todo ese griterío, toda esa impostura.
El problema radica en otro sitio. En «los suyos», en aquellos a quienes se dirigen con ese discurso, para reforzar su fe, para engañarlos con sus argumentos, para darles argumentos con que engañarse. Porque ahí hay de todo (hablo de encuestas, no de mi parecer): desde quienes sostienen que no ha habido rebajas de penas, a quienes (la mayoría) lo achacan a la conjura machista-franquista de los jueces, a los que pachilopezcamente dicen aquello de «¿A mí qué más te da?», postura en que, en el fondo, se basa toda fe política (y toda «fe», en general), en no creer lo que vemos en virtud de lo que queremos ver, o, expresado con un cínico y viejo adagio parlamentario, «su argumento podrá hacerme cambiar de opinión, pero no de voto».
De modo que toda esa falacia argumentativa, toda esa palabrería mentirosa, no es más que cháchara dirigida a la parroquia, digo, a la clientela.
Ahí reside el busilis de la cuestión. No miremos arriba, sino abajo.
Eutrapelia sobre la decadencia
L’APRECEDERU
EUTRAPELIA SOBRE LA DECADENCIA
El discurso sobre nuestra decadencia se hace permanente, como la lluvia en semana de borrascas. No hace falta que explique las causas, basta con que especifique los discursos y los datos: la emigración, la disminución de habitantes, el envejecimiento, el despoblamiento del campo (por el que hacen todo lo posible los gobiernos asturiano y central)… ¡Qué les voy a decir!
Pero estos días, en medio de este panorama entristecedor, una noticia ha venido a alegrarme: en una sima de la sierra Sobia, en Teberga, se han encontrado restos humanos fechables en el siglo I después de Cristo. Por el sarro de los dientes de un individuo se ha podido constatar una última comida de escanda, peras y arándanos; por lo tanto, estiman los investigadores, debió morir (o ser asesinado) en el mes de octubre (“La postrer nuiche yá d’octubre yera” —escribe Marirreguera—). Y, por las mismas adherencias, debía de ser un consumidor habitual de sidra.
Me conmueve y emociona esa antigüedad identitaria-potatoria, y me trae aquel «Dicen que los de Asturies / nun tamos en el mapa, / pero bebiendo sidra / conoznos hasta el papa». Ahora bien, de inmediato me envuelven la tristeza y las señas de nuestra decadencia. Según una reciente información, los asturianos no somos ya lo que fuimos: «Los jóvenes asturianos beben menos que la media española». «¿Los infantes de Aragón, ¿qué se ficieron? / ¿Qué fue de aquel Principado / por su virtud potatoria / famoso en el mundo entero?»
Pero cuando me asalta la más negra de las depresiones es al ver que la Universidad asturiana llega a un acuerdo con dos instituciones mexicanas para constituir el campus «Mexastur». ¿Nadie se ha dado cuenta del ridículo del nombre? ¿Tan grande es la ignorancia sobre nuestra patria o tamaño el desprecio a su lengua y ciudadanos? ¿Ni un solo “justo” en nuestra Universidad?
Ahí sí que brilla nuestra decadencia.
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De los inicios del asturianu na Xunta
Asoleyo esti documentu: un retayín de verdá, memoria histórica y o tempos!
El dinero público no es de Barbón y Revilla
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
EL DINERO PÚBLICO NO ES DE BARBÓN Y REVILLA
Un error en 2020, detectado inmediatamente e inmediatamente subsanable, permitió al Gobierno central arronchar en el gasto en nuevos trenes de FEVE para Asturies y Cantabria. ¡Total, para dos pininos políticos, cántabros y astures, de no mucha población y escaso peso…! Pero cuando se supo la noticia, el escándalo tomó proporciones gigantescas, no por lo sustancial, el menosprecio a ambas comunidades, sino por lo episódico, aquello de que los trenes no entraban en los túneles.
El ruido se intentó acallar con dimisiones, un papel (un “compromiso”) con una declaración de que las nuevas unidades ferroviarias se iban a acelerar y viajes gratuitos para los usuarios de cercanías a partir del año que viene y hasta 2026.
Ahora bien, ¿esa “indemnización” a esos usuarios de qué los indemniza? ¿De viajar en un servicio lento y con fallos, como hasta ahora, y que seguirá igual con las nuevas unidades? ¿Qué relación existe entre el retraso de los trenes y el costo de los viajes? Y, ya en ello, ¿por qué no indemnizar a las víctimas de un igual mal servicio de cercanías de Galicia, Castilla-León o Extremadura, que ya han exigido lo mismo?
Ninguna relación existe entre una cosa y otra. En realidad, a quien se trata de indemnizar es a don Adrián y a don Miguel Ángel, que son realmente quienes han sufrido daño: menoscabo en su imagen y, potencialmente, en sus votos.
Decía Carmen Calvo que el dinero público no es de nadie. Pues parece que, en este caso, sí lo es, de los indemnizados, don Adrián y don Miguel Ángel. Pero no es cierto tampoco, aunque ese sea su uso. El dinero público, incluido el de la deuda, es de usted, querido lector, y de cada uno de los españoles, que lo pagan con su trabajo, su IRPF, con el IVA cada vez que compran, y con su sudor.
Incluso de quienes viajarán gratis.
Como yéramos
Dende güei.
Yá ta nes llibreríes.
La mio cabera publicación: Como yéramos.
Como yéramos ye un conxuntu de catorce narraciones que dan idea de cómo fuimos los asturianos nun pasáu nun tan perdíu nel tiempu. Tiempu que va dende la Campaña del Rif (primeros del sieglu XX) a lo últimu de la década de los setenta del mesmu sieglu. Trabayu, silenciu, más trabayu y una vida ensin grandes palceres pa ser quien a ufiertar a los fíos una vida meyor. Como yéramos: alcordanza d'entós, pa que nun escaezamos quién fuimos, pa saber quién somos. Ensin aspavientos, como yéramos, como somos.
Rellatos tomaos los más d'ellos de la realidá vístense colos artificios de la ficción lliteraria, adoptando dalgún característiques teatrales y dalgún otru una manera intermedia de ser ente'l rellatu y l'artículu periodísticu, pel mediu de los cualos asoma, de xemes en cuandu, l'humor.
Una lluvia danaica
(Ayer, en La Nueva España)
UNA LLUVIA DANAICA
Ya saben ustedes. A Dánae la encierra su padre, Acrisio, en una torre para evitar que de ella nazca un hijo, el cual, según una profecía, lo asesinará. Xúpiter (que era «Dios mui bragueteru», según nuestro inmortal Marirreguera), encaprichado de ella, la embaraza mediante una lluvia de oro (por cierto, ¿podría ser ésta una alternativa a la penetración para la podemita Rodríguez Pam?); el fruto sería Perseo.
Pues bien, una lluvia de oro semejante a la que sobre Dánae descendió del Olimpo va a descender sobre los asturianos en los próximos tiempos, al menos según las profecías de los gobiernos central y autonómico, y aun de la UE.
Verán, al menos 2000 millones de euros en inversiones nos caerán encima en forma de parques eólicos marinos, con la subsiguiente creación de empleo, temporal al menos. Es cierto que el plan, que se dirige a toda la zona marítima cantábrica y atlántica, ya ha recibido la oposición de pescadores de todas las riberas y que además, en nuestro Parlamento, IU y Podemos ya han pedido la paralización del proyecto.
Pero van a permitirme una observación marginal. Los pescadores profesionales de Asturies, al oponerse a ello, argumentan “que se va a privatizar la mar”. ¿Ellos, que han privatizado hasta los pedreros, expulsando de los mismos a los pescadores pedestres y extinguiendo actividades libres desde que los astures ocupamos este territorio?
Otro don que sobre nosotros puede estar a punto de caer será «una inversión muy grande en el coche eléctrico», según Moncloa. Y, si ustedes acuden a La Nueva España del 04/03/2023, verán que, junto a esa promesa, don Adrián asegura que seremos «el polo logístico del Cantábrico», y don Francisco Blanco que «en los próximos meses habrá más operaciones». Y aun hay más, como otras siete comunidades, estamos esperando por la Agencia de Salud, para la que según nuestro Gobierno tenemos muchas opciones.
¿Cabrá todo? Y, si me permiten algo de memoria histórica (es decir, si ésta no es sólo patrimonio de algunos y sobre únicamente algunas cosas), ¿se acuerdan de otra multimillonaria inversión automovilística que nos ofreció el Gobierno de González, vía Solchaga, y a la que el PSOE renunció? O tempora, o coches!
Pero no acaba aquí la cosa, se va a poner en marcha la regasificadora de El Musel por fin, una planta que lleva parada casi una década y por la que llevamos pagando todo ese tiempo, y que, por cierto, aun puesta en marcha, nos va a seguir costando —a todos, a usted y a mí— 25 milloncejos de euros al año. Laus Deo!
Del mismo modo, vamos a ser una potencia en hidrógeno verde, del que se van a surtir un número no pequeño de nuestras industrias. Claro que eso del hidrógeno verde está muy verde aún, y que sus costos son muy superiores a los de otras energías, y que sin subvenciones no podrá ser rentable, es decir, utilizarse. ¡En fin!
Y para finalizar, aunque esto es sólo un resumen de esa danaica, dorada y preñante lluvia, lo último —pero, seguramente, de momento—, es que después de años de marginación de la idea del “Corredor del Atlántico” (o “Noroeste”, como prefieran) y de falta de inversiones para dicho corredor, frente al “Corredor Mediterráneo”; después de uniones de gobiernos y patronales norteñas para reclamar; después de un silencio absoluto para sus demandas durante años, aparecen responsables de segundo y tercer grado del Gobierno de don Pedro afirmando que va a haber inversiones iguales para ambos corredores y al mismo tiempo, y que en octubre se conocerán cuantías concretas y plazos.
Hacía tiempo que no irrumpía en mi ordenador mi trasgu particular, Abrilgüeyu.
—Oye —nunca da los buenos días ni saluda, ¡es tan mal educado!—, ¿nun hai elecciones esti añu, municipales y autonómiques en mayu, xenerales pa finales?
—¡Anda, coño! ¡Acabáramos!
(Disculpen la expresión, es que no cayera en ello).
Homenaxe a Enrique Suero Llera, "Javier de Montini", ayer en Güerres,
Homenaxe ayer a Enrique Suero Llera, "Javier de Montini".
Güerres entregó-y l'Arcín d'Oru, un homenaxe a la so trayectoria y persona. La escultura, com tolos años, d'Urrusti.
Allugo'l testu que lleí nel so homenaxe y delles semeyes que tomo d'El Fielato (https://www.elfielato.es/album/comarca-de-la-sidra/oricios-huerres-javier-montini/20230311165948047539.html), de La Nueva España (de La Nueva España (https://www.lne.es/.../huerres-hermana-festival-oricio...) y del dalgún particular.
(Por cierto, l'ésitu la fiesta, que sigue güei, impresionante).
Bueno, pues equí tais, los vecinos de Güerres, xente d’otres partes d’Asturies y don Enrique, el Quini de la prensa rosa, si a él nun-y paez mal la comparanza, aprovechando qu’hai unos años, a otru Enrique, Castro, Quini, dímos-y equí l’Arcín d’Honor.
Resumir la biografía d’Enrique Suero Llera ye más o menos fácil; resumir los sos méritos, imposible.
Nacíu en La Cepada, Carrandi, ehí pa la falda El Sueve, el 3 d’ochobre del mal añu de 1936, Enrique sintió pronto la vocación del periodismu, yá de neñu, escuchando nos chigres: “utilicé los chigres como fuente de noticias, incluso cuando empecé a trabajar profesionalmente”. “Nunca abandoné el reporterismo de calle”, dixo na Nueva España nuna entrevista que-y fixeren en 2020, a propósitu d’un de los munchos premios que recibiera na so vida, La Mazana d’Oru del Centru Asturianu de Madrid.
Enrique estudió primero en Valdediós, como tantos miles y miles d’asturianos, nel seminariu d’Uviéu dempués y, finalmente, na Universidá Pontificia de Salamanca. En toos esos llugares fue ún de los alumnos más destacaos, sinón el más piqueru. A partir de 1957, Javier, o sea, Enrique, dexa aquella sienda y pasa al periodismu. Entama collaborar na Nueva España y en 1961 allúgase en Madrid, onde empieza a escribir pa los diarios Madrid y Pueblo, asina como a trabayar p’axencies de noticies como la ASUNC o, más tarde, EFE. Ye nesos años onde recibe’l Premiu Azorín de Periodismu.
Tamién ye per esa dómina cuando escueye l’alcuñu de “Javier de Montini”, pol qu’adquier la so nomadía. Y masque yo pensaba qu’esi Montini tenía que ver col papa de daquella, y el Javier, acasu, provenía de “La Casa Nueva”, Javier, de onde toma’l nome’l santu martirizáu nel Xapón, nun ye asina, según el propiu Enrique: ye la sonoridá de´l so pueblu, Carrandi, el que lu afala a escoyer esi alcuñu.
En 1972 Enrique especialízase nun tipu particular de periodismu, el de la prensa del corazón o prensa rosa, al entamar la so collaboración cola revista Lecturas, onde, además del so trabayu d’entrevistador y escritor, aportó a cargos importantes de responsabilidá empresarial, hasta 2006, nel que se xubiló.
Permitiime apuntar tres coses sobre la so persona y obra. La primera la so peculiaridá y excelencia dientro del xéneru de la prensa del corazón, esa eufemística metáfora. Javier de Montini siempre fue esquisitu, cortés, un paisanu nel tratamientu del xéneru. Nada que ver colo que ye agora esa materia, que yá m’entendéis de sobra equí en Güerres, más que “Prensa del corazón”, debería llamase “Prensa del arcín”, y eso, por ser discretos.
La segunda, el so amor Asturies. Con estes pallabres lo decía’l periodista José María de Juana al glosar la so persona cuando-y entregaren la Mazana d’Oru: “Montini ha sentido siempre a Asturias en su corazón”; y “"Que un asturiano fuera el protagonista de una noticia le hacía levitar de emoción; para él, lo asturiano está por encima del bien y del mal.” Y esi amor a Asturies, a la so tierra natal, al so llugar, simbolízase dafechamente na so memoria permanente del onde nació: La Cepada, Carrandi, ñeru, al tiempu y raigañu dende’l que creció y s’espardió l’árbol de la so persona, sonadía y escritura.
Vo terminar: pero, ensin dulda, la meyor obra, de la que más orgullosu ha tar, van ser la so muyer, Conchita Méndez Val, y los tres fíos: Coral, Conchita, Enrique.
Gracies por too, Enrique Javier Suero Montini, pola to obra, pola to persona.
Les mios enmiendes (personales) al proyectu d'Estatutu d'Atunomía (1980)
(Restolando nel estoyu los recuerdos)
Equí tán les enmiendes que yo personalmente presenté (yera diputú rexonal del PSOE pela circunscripción de Cangues, y residía n'El Infiestu) al proyectu d'Estatutu d'Autonomía.
Dos obervaciones fundamentales:
El proyectu inicial caltenía p'Asturies el nome de "Provincia de Oviedo". Fue yo l'únicu inicialmente que propuso'l cambiu a "Provincia de Asturias". Aprobóse pero tardó munchos años en facese.
El proyectu nun contemplaba nada más pal asturianu qu'un artículu 7º.13: "Fomento de la investigación y de la cultura con especial referencia a sus manifestaciones regionales y a sus peculiaridades lingüísticas".
A la mio enmienda sumóse otra del PCA y hubo dempués delles transaccionales. De ehí salieron l'artículu 4ª (qu'entovía se recortó en Madrid) y l'Academia de la Llingua.
Adxunto tamién la so redacción manuscrita.
Coriinos
El nacimientu. Y más alantre, otros ocho coriinos más, que nun fui algamar cola semeya (espantaren al arrimame). ¡Prubinos! ¿Cuántos aportarán a ser pás o más? 07/03/2023.
Cerezu xaponés, primeres flores
Les primeres flores nel primer cerezu xaponés d'una llarga fila d'ellos.
Na calle Gloria Fuertes, de Xixón, casi nel so enxertamientu cola Avenida del Mar Cantábricu. Güei, 07/03/2023.
Llamémoslo por su nombre
(Ayer, en La Nueva España)
LLAMÉMOSLO POR SU NOMBRE
En el episodio de Gaiferos y Melisendra, de El Quijote, el galopín narrador de la escena que en el retablo sucede alaba el inmediato castigo que el rey moro de Zaragoza inflige a un su pariente que se atreviera a besar a Melisendra. Y el narrador viene a alabar la justicia «a lo moro» por su inmediatez, porque «entre moros no hay “traslado a la parte”, ni “a prueba y estése”, como entre nosotros».
Pues bien, entre nosotros se ha instalado en los últimos tiempos la «justicia a lo moro». Frente al proceso inquisitorial, largo, con testigos, pruebas, «traslado a la parte» y sentencia, las sentencias se pronuncian de inmediato por los nuevos inquisidores, sin otras pruebas que, acaso, unos indicios; sin otra causa que la voluntad del inquisidor y sus prejuicios; sin que, desde luego, se otorgue posibilidad de defensa al sentenciado o a lo sentenciado.
Esa voluntad inquisitorial es omnímoda, se proyecta tanto sobre las personas como sobre las creaciones artísticas. Sobre estas, modificándolas; sobre las personas, calificándolas de perversas, de no-personas o de gente que merece la marginación social, de manera, además, no temporal, como ocurriría con la sentencia de un tribunal que sancionase por unos hechos determinados, sino permanente, eterna, sin límite ni redención. J.K. Rowling, Woody Allen, Plácido Domingo pueden ser algunos de esos, de entre muchos, ejemplos.
La actividad censora sobre las obras, su reescritura, con el estandarte de que podría haber en ellas palabras o personajes que molestasen a algún grupo (es decir, a algunas personas de algún grupo) se ha convertido en una plaga en los últimos tiempos: Roald Dahl modificado, James Bond rectificado, el Tío Gilito reescrito, películas de Walt Disney “actualizadas”…
Pero la inquisición a lo moro no se limita a las creaciones artísticas. Actúa también en otros ámbitos, por ejemplo, aquí en Asturies, prohibiendo una “caravana de mujeres” por machista (como si las viajeras no viajasen voluntariamente o fuesen tontas) o, por lenguaje sexista, un anuncio de carnes que afirmaba que “las preferimos maduritas” (¿y si fuesen plátanos maduritos habría lenguaje sexista?). Asombra no solo la estrechez de miras y la falta de inteligencia, sino la voluntad dictatorial que encierran esas imposiciones y el desprecio a los ciudadanos y su inteligencia que encierran.
Ese conjunto de actitudes inquisitoriales y dictatoriales están constituidas por elementos muy complejos: minorías que pretenden representar a un conjunto y que encuentran en el supuesto agravio una fórmula de identidad y de “reconocimiento”; grupos con intereses económicos que pretenden no perder dinero, no ya por aquello que se censura en determinada obra, sino por no ser alcanzados, luego, por la acusación universal de “no ser sensibles”, ser reaccionarios o “fachas”; instituciones de origen y representación política cuya única justificación de existir es dedicarse a la caza de “pecados” y “pecadores”, etc.
Una palabra-piedra es aquella que, sin un contenido concreto, es capaz de suscitar una gran cantidad de emociones. Por ejemplo, en el pasado, la derecha calificaba “de la cáscara amarga” a liberales, feministas, sindicalistas, etc. Hoy en día, una de esas palabras-piedra es la de “fascista”: no designa ya a una persona que comulga con los movimientos totalitarios de los años anteriores a la II Guerra Mundial y durante la misma, sino que se usa para designar lo que molesta a quien arroja la palabra, y especialmente, a aquel o aquello que se tiene por autoritario, por su voluntad de imponer sus puntos de vista, sin contradicción de nadie.
Es notable, por otra parte, que hoy todas esas actitudes de censura e imposición, de intolerancia y, sobre todo, de «justicia a lo moro», sin “traslado a la parte”, ni “a prueba y estése”, arranquen de la emotividad de aquel conjunto de grupos y puntos de vista que se califican a sí mismos como de izquierdas.
No lo llamemos «censura», ni «cultura de la cancelación», pues, llamémoslo por su nombre: «levofascismo».
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Ñisales n'El Piles
Les ñisales d'El Piles
Como tolos años, vo dando cuenta del espoxigue de les ñisales (cagarrionales, pripirulos...; Prunus cerasifera atropurpurea, Prunus Pisardii) del Institutu d'El Piles, Xixón.
Estes son del 02/03/2023.
Hai que señalar que la primera, la más averada a la puerta, paez más retrasada o ta enferma.
Polo demás, paezme bien que, colos árboles espíos y en Navidá, se cuelguen adornos de los árboles, pero dexar boles ehí, ente les flores y, dempués, ente la fueya, paezme desdexu y desidia, xostronería.
Rótulos del PDP
Nel chaflán de l'enxertamientu la calle L'Entregu y Puertu Cubillas (Xixón), güei mesmo, 03/03/23:
Un cartel sobreviviente del PDP, de los munchos qu'hubo en Xixón y que solíen pintar en cierres de baxos como esti.
En Fuente del Real, acera de los impares hubo otru qu'asoleyé va tiempu y que duró décades.
El PDP tenía como cabezaleru a Óscar Alzaga, que se distinguía pola voz un daqué peculiar, el focicu y les gafes.
Los resultaos del PDP fueren escasos, anque la so pintura duró muncho.
De Canga a Cangues
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
DE CANGA A CANGUES
Trataré de asuntos culturales, relativos a nuestra historia, digamos fundacional, pero no puedo evitar comenzar por un reciente episodio cómico, el que representó el cuadro escénico de la ministra Maroto, el pretendiente Canga, el presidente Barbón y el eurodiputado Jonás.
El pretendiente anunció que la UE concedería una ayuda de 460 millones a Arcelor-Mittal. Lo hizo unas pocas horas antes de que la ministra, el eurodiputado y el presidente se enterasen de la efectividad de la ayuda. Primero lo acusaron de fabular, luego de utilizar «información privilegiada» e, incluso, de poner en riesgo la inversión. Posteriormente, ministra y eurodiputado, irritados, anunciaron con propiciar «una comisión de investigación».
Todo ello no es más que un juego de niños de los habituales en política, que pocos frutos dará en términos de votos. Si acaso hinchará las ínfulas de los que trabajan con Canga e irritará temporalmente a algunos socialistas. Lo demás, el ruido habitual que quienes figuran en política están obligados a mantener a todas horas.
Pero yo quería hablar no de Canga, apellido que vendrá de alguna de las localidades de ese nombre, sino de su plural, Cangues, donde se ubicó el primer núcleo de poder asturiano, el inicio de nuestro Reino y de la Reconquista.
Y es que aparecen continuamente noticias arqueológicas que van poniendo figuras en el cuadro de lo que seguramente fue nuestro territorio hasta el momento político fundacional, de 722 (o 718), con Pelayo, Covadonga y Cangues: un espacio poblado por nativos y señores autóctonos, con riquezas y con una tradición constructiva y artesanal potente, que se había ido forjando en los siglos anteriores. Solo así se explica la formación del Reino y su expansión tan rápida, y la creación del arte asturiano, en forma de iglesias o palacios, así como la orfebrería.
Las recientes informaciones sobre Gauzón o La Estaca que habrán visto en este periódico son parte de esa pintura.
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Reinu Astur
Palabrería mágica: política y ciudades
(Ayer, en La Nueva España)
PALABRERÍA MÁGICA: POLÍTICA Y CIUDADES
Saben como yo que los tópicos de contenido más emocional que preciso, las frases vagas, los conceptos confusos son parte sustancial de la política. Con esa palabrería mágica se excita al feligrés, se trata de captar al indiferente, hacer dudar al contrario.
Pero si ese uso emocional y de significado vacío o confuso es una práctica común de la política, ya el menos desde los griegos —y habrá que suponer que igual ocurría en los primeros tiempos de la humanidad—, cada época desarrolla nuevas troquelaciones, que, con su pátina de novedad, aumentan su capacidad de seducción y, menos desgastadas, invitan menos a destriparlas.
Algunas de ellas se mueven en el ámbito de la política municipal. He aquí una, frecuentemente empleada por determinados políticos, la del “modelo de ciudad”. El que agita en el aire el sintagma presume de tenerlo, mientras acusa a los rivales de no tenerlo o de ocultarlo. Ahora bien, ¿de verdad se puede tener un modelo de ciudad? Hombre, si la urbe fuese de nueva construcción, cabría. ¿Pero sobre urbes que se extienden por kilómetros, con cientos de miles de habitantes, es decir, ya constituidas, cabe concebir tal cosa?
Pero no crean que se trata únicamente de una argumentación, la mía, sobre el concepto teórico. No. Es que cuando uno intenta averiguar qué contiene la troquelación cuando alguien la profiere, no encuentra otra cosa que una o dos precisiones, una de ellas, por supuesto, relativa a las restricciones al vehículo particular; otra, si acaso, con alguna trivialidad referida a las nuevas tecnologías. Ni una palabra sobre lo que define fundamentalmente a una ciudad, lo que la constituye: el trabajo, el empleo, las empresas, las industrias, los impuestos del ayuntamiento, la expansión o limitación de su intervencionismo… Y cómo todo ello tiene su repercusión en otros miles de aspectos de la vida ciudadana y la felicidad y bienestar de los habitantes. Nada, solo lo coches y poco más.
Y es que esa persecución al coche individual (ojo, europea también, que de las decisiones para 2035 y de la posibilidad de su imposibilidad práctica habrá que hablar otro día) constituye el eje fundamental de la predicación y actuación de la mayoría de los ayuntamientos, de los partidos políticos y de los expertos o gurús del urbanismo.
Es curioso, pero coherente, que para justificar esa animadversión se hayan inventado expresiones y conceptos que están vacíos, son imprecisos o constituyen una pura falacia, de corte mágico.
La más usada de todas es la de la “movilidad sostenible” (“sostenible” es ahora, sin duda la palabra más “divina” de todas las de la neolengua del neopensamiento: sostenible ha de ser la agricultura, la movilidad, el consumo de agua, y así ad infinitum). ¿Pero qué significa ahí “sostenible”? En la práctica, cuando se indaga en las intenciones de los emitientes, se quiere decir únicamente “sin coches individuales, a pie, en transporte público y en bicicleta”. ¿Pero es sostenible para quienes tienen dificultades ambulatorias? ¿Para quienes necesitan trabajar y desplazarse por la ciudad o fuera de ella? ¿Para quienes tienen que transportar a otros? ¿Y la bicicleta, la gran vaca sagrada de los “gurús” de la movilidad sostenible, es para quien no sabe andar en ella? ¿Para los mayores de edad? ¿Velis nolis para quien no quiere hacerlo? Y dos preguntas a las que nunca quieren contestar: ¿van a pagar las bicicletas los impuestos con que los vehículos automóviles contribuyen a las arcas municipales y, en general, a las del Estado? ¿Nos podrán informar del uso de los carriles bici, vacíos en casi todas las horas el día, salvo en verano, algunos de uso más recreativo? Y, en último término, ¿por qué todo ello es “sostenible”? ¿Exactamente, qué es lo no sostenible y cuándo se evaluó y por quién?
Pero no quiero dejarlos sin dejar constancia de otras dos magníficas acuñaciones usadas reiteradamente, la de “pacificar el tráfico”, como si el tráfico anduviese en guerra, y como si ello no quisiese decir otra cosa que “eliminarlo”, o aquella otra que proclama que “la ciudad es para los ciudadanos, no para los coches”. Como si los coches fuesen entes autónomos que, al igual que en una película de ficción, paseasen su maldad por las calles, y no ocupados por ciudadanos, que los utilizan porque los necesitan o, porque, sencillamente, quieren hacerlo.
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