Una de risa y otra no tan de risa

(Ayer, en La Nueva España) UNA DE RISA Y OTRA NO TAN DE RISA La izquierda anduvo estos días revuelta con actos que tenían relación con la enseña nacional o, si quieren, constitucional; es decir, española. Tras la jura de bandera el fin de semana pasado en Uviéu, el señor Llamazares realizaba una protesta a la que los medios no dieron mucho aire. Pero no centra ello mi atención, sino una carta que el hoy presidente de la Xunta, el señor Cofiño, publicaba aquí, en LA NUEVA ESPAÑA, el 28.09.2023. La sustancia de la misiva era la siguiente: el PP había presentado una propuesta para conceder la Medalla de Asturias el año próximo al Regimiento Príncipe número 3. La Mesa de la Cámara (mayoría PSOE-IU) se ha opuesto a la tramitación de la propuesta. El PP ha calificado el rechazo de sectario. Don Juan Cofiño ha salido al paso acusando al PP de utilizar al Ejército y, por ello, de “prácticas sectarias que generan tensiones gratuitas, fracturan la unidad de los españoles y amenazan la convivencia”. Diré que tengo en estima al señor Cofiño por muchas razones, entre otras, porque es de los pocos políticos que han tenido con el mundo real una relación que ha ido más allá de su ideología –en su caso, el mundo empresarial–, y, por tanto, sus actuaciones tienen más aciertos que las de los que no tienen más patrimonio vivencial que su discurso. No obstante, sí quiero comentar otro párrafo de su carta, que está en conexión discursivo-política con el antecitado. Este: «Llueve sobre mojado sobre este particular, toda vez que la derecha española –en su desviada interpretación de la noción de Estado– lleva tiempo apropiándose espuriamente del emblema de nuestra bandera, de tal suerte que muchos españoles, lamentablemente, se muestran apáticos o escépticos en presencia de la misma, ante su grosera utilización partidaria». Afirmar tal cosa desde la izquierda, que mayoritariamente tiene, desde que hay democracia, como bandera emocional e identitaria una enseña retrógrada que pasea en mítines y manifestaciones, y que, además, mira con desdén o rocea a la española, la constitucional, puede incitar a muchos comentarios o reacciones. Apostemos por el más plácido: tomémoslo a risa. En otro orden de cosas, estos últimos días han producido cierta jocosidad algunos errores en los cambios de los indicadores de las carreteras dependientes del Gobierno central. “Gráu”, por ejemplo, o “La Corredoira”. Bueno, sonriamos, pero miremos lo que hay detrás: un avance, un reconocimiento, un respeto a la lengua asturiana y, por tanto, a los asturianos. Efectivamente, me consta que han sido gestiones del Gobierno de Barbón las que han “convencido” al departamento correspondiente del Estado para que se atenga a la ley y la realidad, con un retraso de, si no de toda la vida, por lo menos de 25 años, desde que se aprobó la Ley de Uso y Promoción del Asturiano. Porque, efectivamente, los nombres de los lugares (pueblos o ciudades) de Asturies son los que son oficialmente; es más, y perdóneseme la tautología, son los que son —y mucho menos son los que han falsificado los funcionarios de carreteras—, y eso no depende de que el asturianu sea lengua oficial o no, como me contestó en su día, en carta particular, el ministro Álvarez-Cascos y como han venido haciendo hasta ahora todos los ministros del ramo. Tres observaciones. La primera: los sucesivos ejecutivos socialistas vienen incumpliendo sistemáticamente el artículo 15 de la Llei d’Usu, según recientemente hemos denunciado ante el anterior Gobierno Xesús Cañedo y yo. La ley no dice que todos los topónimos deban ser bilingües, ni mucho menos, solo algunos; tampoco que la prelación deba darse al castellanizado. La segunda: como en la mencionada denuncia hemos manifestado, la metodología de los nombres en los indicadores de carreteras es una auténtica chapuza, cuyo único criterio parece ser el del operario que los rotula. Y tres: ya que se da ese plausible paso adelante en las carreteras de titularidad estatal, ¿no se podía tener un poco de cuidado y que alguien vigilase lo que al final se va a pintar y colgar?

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