Ayer, en LNE: Cita previa y nueva burocracia

 L’APRECEDERU

CITA PREVIA Y NUEVA BUROCRACIA

La “nueva burocracia”, la “nueva normalidad” de la relación con los servicios del Estado se ha convertido en un problema.

El más común: el acceso a la atención primaria. La petición de cita médica ha de realizarse por teléfono, el cribado inicial lo realiza un administrativo. Después (no significa el mismo día) el médico lo llama, usted describe sus síntomas, él interroga y diagnostica. Si el galeno cree que necesita una exploración meticulosa, es cierto, lo cita en la consulta. Lo normal es que despache vía telefónica.

Pónganse en el caso de quienes se expresan con dificultad o entienden mal y verán cómo es la cosa, sin descartar, además, la inseguridad sobre una exploración de esa guisa. También las necesidades de esa “nueva burocracia” (motivada por evitar la acumulación de pacientes en los ambulatorios, y, por tanto, los contagios) han eliminado el examen rutinario que se realizaba con los pacientes de enfermedades crónicas y los han dejado sin vigilancia continua y sin la tutela y consejo que mejoraba la vida del enfermo y le daba seguridad.

En el ámbito de la Administración general, la cita previa y el manejo de todos los trámites por internet han ralentizado todo. Si antes el trato con la Administración era desesperante, lo es más ahora: teléfonos que nunca se atienden, consultas que, por tanto, no pueden hacerse, cobros que no se efectúan (piensen en los ERTE). Incluso, los trámites por la “sagrada” internet no pueden realizarse a veces. Dos humoradas recientes: correo del Tribunal de Cuentas desaparecido como spam; navegadores que avisan que el servidor de un servicio público está mal conformado y que, para evitarle a usted peligros, no lo conectan con la página.

Y ahora repita, busque otros caminos (del teléfono olvídese), a ver si lo consigue. Y, si finalmente tiene que desplazarse al centro, normalmente le pedirán que se conecte por interné.

Como ardilla en jaula.


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