Aborto y demografía

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(Ayer en La Nueva España) ABORTO Y DEMOGRAFÍA Según las estadísticas oficiales, Asturies es una de las regiones españolas donde más abortos se efectúan, práctica que ha aumentado en el último año. Al mismo tiempo, España es uno de los países europeos donde más interrupciones del embarazo hay. No creo que haga falta señalar lo indeseable que es un aborto, salvo en aquellos casos en que sea inevitable o imprescindible. Entiéndase bien: las mujeres tienen derecho al aborto cuando lo deseen; ahora bien, no es un acto trivial: entraña molestias físicas y angustia, en los casos de menores complicaciones, y, desde algunos puntos de vista, plantea problemas de orden moral al tener en cuenta la realidad del nasciturus. Ahora bien, ¿cuál es la razón de ese considerable número de abortos? Suelen aducirse razones de tipo económico. Pero esas razones de orden económico no se presentan de repente, de existir, existirían antes del embarazo. Si seguimos escudriñando en las estadísticas, nos encontramos con este dato: el 30% de las mujeres que interrumpieron su embarazo no usaba ningún método anticonceptivo. Y es posible que alguno de los métodos anticonceptivos utilizados lo fuese inadecuadamente. De modo que es fácil que un número no pequeño de embarazos posteriormente no deseados se deba a que las parejas -estables o no- no tengan en cuenta las consecuencias de sus actos y se guíen por algo semejante al saulino “comamos hoy y bebamos, que mañana moriremos”. En otro orden de cosas, no existe una implicación unívoca entre la alta tasa de abortos y la extensa caída demográfica que se produce en todo el mundo, pero sí tiene una cierta relación con las mentalidades. Como sabrán, la natalidad está cayendo aceleradamente en una gran parte del orbe, hasta el punto de que en algunos países anda por debajo de 2,1 hijos por mujer, cifra que se estima el límite para el mantenimiento de la población. Esa tendencia tiene varios riesgos. Las pensiones, pensaremos todos en primer lugar. Pero no solo eso: puestos de trabajo que no se ocupan y para los que habrá que acudir a mano de obra de fuera, si es que se encuentra preparada para esos puestos; la defensa del país, cuestión importante de la que no se suele hablar; el envejecimiento de la población, con las subsiguientes consecuencias de falta de innovación y de dependencia; la convivencia y, acaso, confrontación entre la población inmigrante y la aborigen, que bien pudiera ser entre una concepción abierta y democrática y otra teológica y antidemocrática. Las razones para que las mujeres (y las parejas) tengan hoy muchos menos hijos son de tipo diverso. La primera, evidentemente, es el control de la natalidad. Hoy ya no vienen al mundo los hijos que vienen sin quererlo (o “los que Dios nos da”), sino los que se desea tener. Pero a partir de ese presupuesto actúan causas muy variadas: la primera es la salida del hogar de la mujer y su incorporación al mundo del trabajo. En esa situación, los descendientes pueden limitar o cortar la carrera de la mujer y, por tanto, no ser deseados. Además, en general, tanto la mujer como el hombre prefieren tener un cúmulo de experiencias antes de disfrutar de descendencia, de ahí que la edad del primer hijo se haya retrasado bastante, o que se acuda a técnicas de preservación de óvulos para su fecundación en edad tardía. Un ejemplo concreto de esa forma de pensar la expresaba el otro día una joven de 20 años: —Yo no quiero verme atada por una cosa así —y estiraba los brazos indicando lo que sería un bebé de pocos meses— para media vida. Antes tengo que viajar por el mundo, comprar un coche, tener un piso, experimentar. Pero no hemos de ocultar otra verdad: para muchos, los hijos son una carga agobiadora o insoportable que nos limita en nuestra libertad personal, de ahí que se prefiera no tenerlos, tenerlos muy tarde o en número limitadísimo. Y tal vez sea esta la razón principal que esté explicando la tendencia demográfica actual y, al mismo tiempo, la de que se sustituya por mascotas la necesidad de proyección de afectos que antes proporcionaban los hijos. Suele argumentarse como razón primordial para la renuncia a la descendencia o su limitación la económico: en muchos posibles padres no se vería con claridad la posibilidad de mantener y educar a sus vástagos. Sin embargo, ese argumento que parece tan obvio y tan “materialista” -lo “materialista” suele parecer una evidencia incontrovertible- no parece ser el fundamental. Hay abundantes gobiernos que ofrecen todo tipos de incentivos para fomentar la natalidad: guarderías, exenciones tributarias de por vida, facilidades para obtener vivienda…, pero nada tiene efecto alguno sobre esa progresiva renuencia a tener hijos. Porque se trata, fundamentalmente, de un problema de mentalidades. ¿Y el futuro, dirán ustedes? Pues hagan sus camientos, más o menos pesimistas u optimistas. Pero que no se nos olvide que el futuro anda muchas vueltas y revueltas antes de convertirse en presente.

Una cueva y los cambios climáticos

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU UNA CUEVA Y LOS CAMBIOS CLIMÁTICOS Me llega una información de Galicia. Unos arqueólogos descubren polen oculto en una cueva de Ons. Ese descubrimiento ayudará a desvelar la flora del Paleolítico en la costa de Galicia. Preciso: a la cueva solo se puede acceder hoy por mar, pero en aquel entonces, entre 20.000 y 35.000 años, la mar estaba muy distante. La ría de Pontevedra era un valle fluvial, atravesado por el río Lérez, como lo fue al menos hasta el año 6.000 a. C. La traducción, para nuestro objetivo: desde entonces y poco a poco, sin tener que ver con la industrialización ni con la actividad humana, es decir, desde la última glaciación, la temperatura, al igual que la mar, no ha dejado de subir, con algunas oscilaciones. Y ello me lleva a recomendarles a ustedes la lectura de Cambios climáticos (hay edición digital asequible), un libro escrito por tres geólogos “contra las teorías sobre el calentamiento global”. Y, aunque ustedes ya habrán asistido a la presentación y debate en LA NUEVA ESPAÑA el día 23 y su ulterior crónica o leído el artículo publicado por uno de sus autores, Sáenz de Santa María, el pasado martes 22 (https://www.lne.es/opinion/2024/10/22/cambios-climaticos-109993558.html), me permito, sobre recomendar su lectura reposada, sustanciar algunas de sus ideas: la central es que las oscilaciones de temperatura y los efectos a ellas asociadas son cíclicos y tienen que ver, fundamentalmente, con el sol, es decir, con la naturaleza. La segunda, que ni el CO2 presente en la atmósfera hoy ni la temperatura representan ningún techo histórico. Señalan después los continuos errores de las predicciones catastrofistas y cómo estas se han convertido en una especie de religión de secta. Finalmente, apuntan a los desastres para nuestra economía y nuestro empleo de una política basada en teorías discutibles, más aun si es Europa la que aplica esas recetas mientras los demás no. Ahí tienen el problema del acero europeo y de nuestra Arcelor.

Don Francisco de Quevedo desciende a la coyuntura:

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¿Miras ese gigante corpulento / que con soberbia y gravedad camina? / Pues por dentro es trapos y fajina, / y un ganapán, le sirve de cimiento. Con su alma vive y tiene movimiento, / y adonde quiere su grandeza inclina; / mas quien su aspecto rígido examina, / desprecia su figura y ornamento. Tales son las grandezas aparentes / de la vana ilusión de los tiranos: / fantásticas escorias eminentes. ¿Veslos arder en púrpura, y sus manos / en diamantes y piedras diferentes? / Pues asco dentro son, tierra y gusanos.

Plumeros y plumeros

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU PLUMEROS Y PLUMEROS El 9 del corriente alertaba LA NUEVA ESPAÑA de un disparate ilegal: el Ministerio de Transportes proponía sembrar las márgenes de las carreteras con plumeros de la pampa ("Cortaderia selloana"), una especie declarada invasora hace tiempo. Seguramente, la propuesta actual parte de un simple recorta y pega que algún funcionario ha ido a buscar a un expediente del pasado, sin conocer lo que ha ocurrido con la planta y su declaración posterior como catastrófica. Pero a mí no me ha llamado la atención eso, sino otra cosa: las informaciones del periódico nos dicen que desde hace seis años el Gobiernu tiene en marcha un plan para eliminar la planta, que se expande a toda velocidad y que afuega la flora autóctona. En ese plan se han gastado 1,5 millones de euros y erradicado varios millones de ejemplares. Todo inútil: el plumero no para de expandirse por nuevas tierras y por nuevos concejos. Lo que es peor, quien haya seguido con alguna atención el proceso sabe que la invasora ha vuelto a reproducirse allá donde se había eliminado. Su capacidad de adaptación es tal que yo la he visto colgada en un acantilado, sobre la mar, formando un pequeño penacho de tres plumeros. ¿No es, acaso, hora de rendirse ante lo inevitable y actuar solo para preservar espacios muy especiales? En otro orden de cosas, me siguen horrorizando los niveles de violencia verbal, estupidez y tribalismo de la política española. Una de estupidez: la propuesta del PP de reducir el trabajo a cuatro días semanales cobrando lo mismo. Una de amenazas. El encausado Fiscal General del Estado: “Los fiscales manejamos material muy sensible [...] también muchísima información [...]. Le aseguro que si yo quisiera hacer daño a un determinado espectro político, tengo información de sobra que por supuesto no voy a usar jamás para insinuar, para filtrar o para decir de cualquier manera”. ¡Daos por avisados!

Extraños en nuestro presente

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(Ayer, en La Nueva España) EXTRAÑOS EN NUESTRO PRESENTE Veo la película Downton Abbey. Una nueva era. En ella, la anciana Lady Grantham manifiesta a sus familiares que no le importa morir, que el mundo presente ya no es su mundo y que no se reconoce en él: su mundo ha desaparecido hace tiempo. Esa idea de que nuestro mundo o una parte importante de nuestro mundo ha desaparecido es una emoción que embarga a muchas personas cuando llegan a una determinada edad. No es solo que hayan desaparecido objetos, costumbres, vestidos, músicas, personas… es que aquel “mundo”, el de la infancia, la juventud, la temprana madurez, constituía una especie de placenta o líquido amniótico que nos construyó y, en la medida en que seleccionamos sus elementos y sus límites, construimos. Esa desazón conlleva, al mismo tiempo, la impresión de que el mundo de nuestro presente no es enteramente el nuestro, de que nos es relativamente ajeno y no lo comprendemos, de que estamos enajenados en nuestro propio presente. Y aparecen entonces, junto al extrañamiento, los recuerdos del pasado, la consciencia de la mutación de los tiempos, la añoranza de lo que se fue, la señardá, esa palabra asturiana que señala la consciencia emotiva de sentirse solo, extraño, separado de los demás y, tal vez, de lo que fue uno mismo, de lo más auténtico de nuestro yo. Del libro Escrito sobre Gijón. Selección de textos desde la antigüedad a nuestros días, compilado por José Antonio Mases y prologado por Juan Cueto, extraeré algunos ejemplos que, con más o menos emoción, señalan la mutación de los tiempos y las cosas y, en parte, su añoranza. Aurelio Menéndez, cuyos barrios de infancia y juventud fueron el Natahoyo y La Calzada de Xixón, rememora: “En aquel tiempo la calle era nuestra, de los niños. Por aquellas calles jugué a todo y con todos. A todo: al pío campo, a la peonza, a ‘les chapes’, a la rasa, a ‘les boles’, al trueque de ‘les vistes’ y los cromos, al balón, a las peleas de un barrio contra otro. Recuerdo con cierta nostalgia aquella Asturias urbana, pero todavía Asturias de la huerta, la bolera y el barrio que me tocó vivir”. (Por cierto, ¿cuántos de nosotros no vivimos nuestra infancia así, en la calle y en los juegos de la calle?). Ernesto Salanova: “Cimadevilla está pasando de ser una atalaya marinera y pescadora a ser una cantina bullanguera […] Ya no bajan, entre imprecaciones y burlas, las sardineras a la rula. Ya nadie, en domingo, calafateaba su barca o le daba una mano de pintura […] Ya no se veían, al pasar, las ventanas y puertas abiertas de las casas, donde cosían “para afuera”, ante la Singer, muchas mujeres del cerro. Don Fermín y su enclave leguleyo declinaban”. Desde fuera, Hans Magnus Enzenberger, hablando de Juan Cueto Alas (a quien me presta aquí recordar y honrar): “Cueto vive en la periferia española. Antaño, Gijón había sido un floreciente centro de la industria pesada y un importante puerto exportador. Pero hoy la ciudad está marcada por la miseria posindustrial”. Y José Luis Garci, hablando con Juan José Plans (a quien también quiero aquí recordar y honrar): “Y es que la moda que sufrieron las chicas de mi generación […] era lamentable. Todas las madres, e ignoro el motivo, se empeñaban en comprar unos vestidos horribles a sus hijas de catorce o quince años, o se hacían con retales igualmente espantosos y encargaban el modelito a las modistas de la barriada; daba igual. El caso es que telas, estampados, patrones, frunces, tablas, hechuras, nada, en fin, favorecía a las mujercitas -mocinas- que ya habían florecido ni, peor aún, ocultaban la eterna niña por la que suspiraban las mamás”. En todo ello no hay novedad alguna. No debe pensarse que es la modernidad con su relampagueante fluir y mudar la que provoca esa sensación de extrañamiento, seguramente siempre ha sido de ese modo, o, al menos, desde hace siglos. Los versos de Jorge Manrique por la muerte de su padre señalan la fugacidad del tiempo y lo inevitable de la muerte, pero también el declinar de las cosas, el cambio de los “mundos” que no ha mucho tiempo se vieron nacer, florecer y triunfar: “¿Qué se fizo el rey don Juan? / Los infantes de Aragón, / ¿qué se ficieron? / ¿Que fue de tanto galán? / ¿Qué fue de tanta invención / como truxeron? / Las justas y los torneos, / paramentos, bordaduras / y cimeras, / ¿qué fueron sino verduras / de las eras? […] ¿Qué se fizo aquel trovar, / las músicas acordadas / que tañían? / ¿Qué se fizo aquel dançar, / aquellas ropas chapadas / que traían?”. Pero no son únicamente los mundos personales los que se nos enajenan, también las instituciones. Con motivo del cincuentenario del congreso del PSOE en Suresnes (1974), Rosa Conde realiza un elogio de aquel renovado partido socialista y afirma: “Por eso para una votante socialista desde 1977, militante desde 1988 y durante años con responsabilidades en el Gobierno y en el Congreso de los Diputados, resulta difícil entender la distancia que esta generación de responsables políticos del PSOE ponen con personas que tuvieron en aquellos años la máxima responsabilidad en el partido y en el gobierno y que siguen defendiendo los valores socialdemócratas”.   “Como resulta difícil entender que para llegar a acuerdos de investidura u otras decisiones políticas se renuncie, no ya a postulados del partido de hace treinta o cuarenta años, sino a los aprobados en el último Congreso del PSOE de hace apenas tres años o a compromisos en las elecciones generales de hace poco más de un año”. Es evidente que para ella este PSOE ya no es “su” PSOE, que su tiempo ya no es el de hoy, como les ocurre a muchos militantes socialistas que han dado en llamar, despectivamente, “del Viejo Testamento”.

Carmen Calvo, como siempre

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU CARMEN CALVO, COMO SIEMPRE Doña Carmen Calvo es mujer sabia y de sentencias dignas de ser grabadas en mármol y transmitidas a las generaciones futuras. Tengo un amplio muestrario de esas sus sabiduría y creatividad. He aquí una: “Yo también trabajo en el ámbito privado muchos años, soy funcionaria pública", lo que es la síntesis perfecta, la superación dialéctica de las contradicciones. Es capaz también de efectuar una vívida capacidad de disección de la realidad, una especie de deconstrucción de la primigenia naranja unitaria platónica: “¿Delito de rebelión? Eso no lo dijo el presidente del Gobierno, lo dijo Pedro Sánchez”. No le falta tampoco a doña Carmen una hercúlea y universal voluntad de eliminar barreras, limpiar defectos: “Deseo que la Unesco legisle para todos los planetas”. ¿He dicho universal? ¡Qué va! He quedado corto: galáctica. Su potencia intelectiva la lleva a penetrar en las tinieblas de las cosas, a desvelar lo oculto para el común de los mortales: “El cambio de hora -dixit- sirve para combatir el machismo”. Ya ven, nadie hasta ella había visto el intríngulis de la cuestión. Y, siempre dispuesta a combatir los prejuicios y las engañifas de la religión, señala con rigor: “El grave problema del español es el anglicanismo”. Como jurista y constitucionalista que es, ha descubierto que la actual Constitución no proclama la igualdad de hombres y mujeres: “Habrá una constitución, en el futuro, que diga con todas las letras que hombres y mujeres son iguales. Ahora no lo dice”. Ni que lo son niños y niñas, inválidas e inválidos… Bien. Pues ha llegado a Uviéu estos días, para presentar en el Club de LA NUEVA ESPAÑA su libro “Nosotras el feminismo en la democracia”. Y ahí tienen otra perla: “El patriarcado nos quiso prostitutas, brujas y santas, y ahora locas”. ¿Qué quieren que les diga? Otra carmencalvada. Bueno, tal vez sea indispensable para triunfar en política y en la Universidad.

El Nacimientu del Reinu

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Dempués del recital

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Esti domingu. En Candás. Nel RegueradaFest Dempués del recital. Con Beatriz Quintana Coro y Marisa López Diz

Las dudosas estadísticas del tráfico y la Ley Seca

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LAS DUDOSAS ESTADÍSTICAS DEL TRÁFICO Y LA LEY SECA Recuerdo perfectamente a Pere Navarro cuando, en 2021, al reducirse la velocidad de circulación en las vías urbanas de un solo carril en una dirección a 30 km hora argumentaba: “En realidad, no tiene importancia ninguna: la velocidad media en esas vías es hoy de 20 km hora”. Todos ustedes se darán cuenta de la falacia. Si de verdad -¡vaya usted a saber!- la velocidad media era esa, ello quiere decir que unas veces se circularía a 5 km por hora y otras a 35; o que, en ocasiones, no se avanzaría -por un atasco- y en otras se iría a 40 km. De ser así, la reducción del límite a 30 implicaría que la media subsiguiente fuese ineludiblemente más baja de 20 km hora. En marzo de 2022 la DGT redujo de 20 km hora a 10 km hora la velocidad en que se podía superar, al adelantar a otro vehículo, el límite de velocidad en las carreteras convencionales. La medida recibió un alud de críticas, ya que aumentaba el tiempo y la distancia en que el vehículo que adelantaba ocupaba el carril contrario (tres veces más y 112 metros). Hace pocos días, un informe particular, de la Fundación Línea Directa, comparaba los nueve meses de ese año posteriores a la medida con los datos de 2019 y concluía que, ya que el número de accidentes en adelantamiento había disminuido (con víctimas, -6,1%; el de fallecidos, -8,5%, y el de heridos graves, 9,6%), era ello consecuencia de la limitación de la superación de velocidad. Naturalmente, en la DGT han celebrado esos datos ajenos. Ahora bien, dando por buenas las estadísticas (la suma de datos, mejor) pese a su estrecho marco temporal, cabe hacerse algunas preguntas. ¿Cómo es posible que la limitación tenga esa concreta efectividad cuando el 80% de los conductores está en contra y el 46% afirma que no la cumple? ¿Quién asegura que esa disminución de accidentes tiene su causa en la nueva norma? ¿Cómo se establece esa relación causa-efecto? Pues de ninguna manera, es simplemente una inducción, una suposición a partir de un prejuicio. Y, finalmente, piensen ustedes en las carreteras de Asturies y del norte de España, en los escasos tramos que existen de línea discontinua (a veces, inadecuadamente trazada, sin suficiente visibilidad), y piensen si es mejor adelantar al paso de la tortuga o hacerlo rápidamente, antes de que asome otro vehículo en dirección contraria. En los últimos días desde el Gobierno se ha puesto en marcha la propuesta de rebajar a cero la tasa de alcohol permitida para llevar un vehículo, tasa de alcohol que se halla actualmente en 0,25 g/l en aire espirado y en 0,50 g/l en sangre para conductores no noveles y no profesionales (a los que se exigen cantidades inferiores), lo que viene a suponer la ingesta de un par de vasos de vino o dos cervezas. Algunos países europeos, que se citan como ejemplo, han establecido la ley seca: Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumanía. Examinemos con atención algunos estudios o informaciones del Gobierno con respecto al consumo de alcohol en relación con el número de muertos en accidentes de tráfico y la presencia de alcohol y/o drogas en su cuerpo, para extraer algunas conclusiones. Pero, antes, como trataremos de demostrar más adelante, afirmaremos que es imposible establecer una correlación causal indubitable entre un accidente y la cantidad de tóxicos encontrados en el cuerpo de un accidentado. Su muerte pudo haber sido causada por un choque con otro vehículo no siendo él el causante, las malas condiciones de la vía, un fallo mecánico, etc. ¡Atención! No es que queramos negar la influencia de los tóxicos en las condiciones de guía de un vehículo, sino que es imposible establecer una conexión causal inevitable, tan solo una correspondencia sobre la que podemos establecer una inferencia probabilística. Pero vayamos a los datos. En la información de 18/07/2024 se nos dice que, “de los 862 conductores fallecidos en 2023 en accidente de tráfico y sometidos a autopsia y análisis toxicológico, un total de 462 conductores (el 53,6%) dieron positivo en los resultados toxicológicos de alcohol, drogas de abuso y/o psicofármacos, aisladamente o en combinación”.  Ahora bien, si descendemos a los datos concretos, no muy minuciosos, por cierto, se nos asevera que “en relación con el tipo de sustancia detectada fue: el 61% positivos a alcohol, la mayoría de ellos (casi el 70%) con una tasa muy alta de alcoholemia, igual o superior a 1,2 g/l y, por tanto, con grados de intoxicación muy severa”. Y la pregunta es: ¿y con tasas de alcohol dentro de los límites tolerados, cuántos? ¡Ah!, eso no interesa decirlo, porque estamos en la campaña del 0,0%. En un amplio informe sobre muertos y tóxicos referidos al 2022 (https://www.mjusticia.gob.es/es/ElMinisterio/OrganismosMinisterio/Documents/Toxicological%20Findings%20in%20Road%20Traffic%20Fatalities%202022.pdf) encontramos detalles más precisos. Del número total de víctimas que conducían su vehículo, sobre 854 examinados presentaron presencia de drogas más una tasa de alcohol igual o superior al 0,1%, 451. ¿Se puede de ello inferir que la causa indubitable de esas muertes es el alcohol? Otro dato importante: de esos accidentados con tóxicos, 231 lo han sido en coche (el 45%), 148 en motocicleta (el 37,6%), 14 en bici. Como decíamos arriba, ¿podemos establecer que el vehículo, la carretera u otro tipo de incidencias no tienen nada que ver con esos accidentes? Para hacer un estudio probatorio deberían relacionarse los accidentes con todas sus posibles causas (tipo de carretera, presencia de lluvia o hielo, visibilidad, edad del conductor… y, por supuesto, también alcohol en sangre). De esa forma sí se podría tener una idea real de la incidencia de la tasa de alcohol. Añadamos más ítems. De los 303 conductores a quienes solo se halló alcohol en sangre, 17 no llegaron al límite permitido, 56 presentaban entre 0,50 g/l y 1,19 g/l; 102, entre 1,20 g/l y 1,99 g/l, y 118 más de 2,00 g/l. Cualquiera de ustedes se hará inmediatamente la pregunta: ¿al que no le importa en absoluto la cantidad de alcohol ingerido lo va a limitar la “ley seca” del 0,0%? ¿Va a modificar sus malos hábitos por ello? Por otra parte, si comparamos algunos datos de accidentalidad de países con tolerancia cero o baja y otros con mayor nivel de tolerancia, la interdependencia entre alcohol y limitaciones no es evidente: Hungría, tolerancia cero, 7,7 accidentes sobre 100.000 habitantes; Islandia, tolerancia 0,10, 4,6 sobre 100.000; Reino Unido, 0,8 de tolerancia, 2.9 accidentes. Y eso por no ir a países fuera del continente europeo, donde la tasa de accidentes con permisividad cero de alcohol es, sencillamente, sorprendentemente alta. Mi opinión es que no es en absoluto necesario reducir la actual tasa de tolerancia de alcohol en sangre, en primer lugar, porque su ingesta no parece producir efectos indubitables sobre la conducción. Con tasas dentro de lo permitido circulan, sin duda, hoy muchas gentes que comen fuera de casa o toman una cerveza o un vaso con un amigo y que no tienen accidente alguno: hágase -y eso sí es una estadística- el cotejo entre positivos detectados en las pruebas de alcoholemia en carretera y el número de accidentes entre esos positivos. En segundo lugar, debe tenerse en cuenta que la tasa 0,0% implica que tampoco se pueden ingerir formas ligeras de alcohol: el vino, la cerveza, la sidra sin alcohol, aunque en cantidades mínimas, también contienen alcohol. Lo mismo ocurre con ciertos medicamentos, elixires bucales o alimentos. ¿Se imaginan ustedes los trastornos, pleitos e injusticias subsiguientes? Sin olvidar, como hemos dicho, y dejando a un lado los no menores casos de conducción con la ingesta de sustancias alucinógenas, que a quienes no les importan nada los límites actuales ¿por qué les iban a importar cualesquiera otros límites? Pero, a mi juicio, lo fundamental es que no existe prueba alguna de que las tasas de alcohol hoy toleradas signifiquen trastornos que modifiquen la capacidad de conducción. Es más, las estadísticas que pretenden aducirse en favor de la tesis de que la única tasa segura para la conducción es la del 0,0%, no son estadísticas probatorias, como creo haber argumentado, sino, simplemente una acumulación de datos que se utilizan para demostrar la premisa que quiere demostrarse, esto es, imponerse. Como ocurre con otras decisiones o medidas para las que hemos visto otras estadísticas.

Recito esti domingu en Candás

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A la 1,30. Na antigua fábrica de conserves d'Ortiz. Dientro los actos del RegueradaFest. Con Marisa López Diz y Beatriz Quintana Coro Y la música de La Güeriata

Como la xente: pel paséu y non pel pedreru

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Como la xente: pel paséu envede pel pedreru. Mazaricos. 23/09/2024

Señardá (lo que queda d'aquel barriu)

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Señardá. L'otru día anduve pela rodiada les cayes onde me críe (nací en San Xosé, 53). Vi que taben tirando la casa que sal na semeya, de la caye, d'aquella, Hermanos Fresno, güei, Argandona y enantes d'Hermanos Fresno, Argandona. Nesa casa, la de la semeya, vivieron los Camblor, ún de los cualos, Miguel, fue mui amigu míu y con otru d'ellos, más pequeñu, Víctor tengo relación casi diaria en facebook (ye un defensor y propagandista acérrime de La Llaboral). Na rodiada, n'Argandona (enantes Hermanos Fresno) nun queda más qu'esa otra casa de cuatro pisos, onde vivieren los mios tíos Balta y Loli y los pás d'ella Lola y Arsenio, y, tarde, mio güela, Carolina, la so fía Elisa, el so paisanu Pedro (Jiménez pa les relaciones de trabayu) y los sos fíos Bego y Jose. La otra casa, la de verde, ta na caye San José, poco enantes del 53. Ehí nació'l nuestru amigu Gustavo. Nel sótanu, ente tablones, celebrábamos daqué merienduca infantil.

Recito esti domingu en Cándás

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Esti domingu vo participar nel RegueradaFest, un festival cultural, de mena asturianista, fundamentalmente, que se celebra en Candás, nel conceyu Carreño. Lleen migu Marisa López Diz y Beatriz Quintana Coro. La Güeriata pon la música. L'actu entama a la 1,30. El sitiu, la antigua fábrica de conserves Ortiz (enfrente l'Ayuntamientu). Ehí, l'enllace pal programa los tres díes, vienres, sábadu y domingu. https://asturiesculturaenrede.es/es/programacion/3449/actualidad.html

Gracias a un lobo y lo que pinta Asturies

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU GRACIAS A UN LOBO Y LO QUE PINTA ASTURIES Bueno, en realidad, gracias al sacrificio del poni “Dolly”. Como ustedes saben, los 27 decidieron hace tiempo proteger a los lobos, impidiendo su eliminación. Aclaremos que proteger a los lobos, no a las ovejas, cabras, perros, caballos u otras víctimas de su necesidad y su naturaleza depredadora. Pues bien, a principios de septiembre de 2023, el poni “Dolly”, que llevaba 30 años en compañía de doña Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, fue muerto y escarnado por un lobo. A consecuencia de ello, doña Ursula descubrió, un poco al modo en que el capitán Renault descubre “con sorpresa” en la película “Casablanca” que en el café de Rick se juega, que el lobo mata y depreda. En aquel mismo momento pensó en revisar los niveles de protección del lobo. (Por cierto, hay un punto de injusticia en esta historia: conocemos el nombre del poni vonderleyano, pero ignoramos el nombre humanizador del lobo que acaso vaya a ser el benefactor de tantos ganaderos y ganados europeos. Fíjense bien, se lo conoce como GW950m, así de impersonal, y, en la fecha, ya había liquidado, allá en la Baja Sajonia, una docena de víctimas). Pero volvamos a la cuestión. En España, la salvadotriz Teresa Ribera corrió a impulsar, apoyada por las comunidades que no tienen lobos, la inclusión del animal en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Especial Protección. En consecuencia, no se pueden eliminar estos animales. Contra esa situación llevan quejándose las comunidades que sí los padecen, y la nuestra, Asturies, no ha sido una de las que menos han suplicado y argumentado ante el Gobierno central. Ahora bien, hace escasas fechas la Unión Europea, siguiendo el impulso de doña Ursula, ha decidido revisar esa condición salvífica. Dos naciones se han opuesto, una, España. ¡Ya ven ustedes el caso que hacen en Madrid al Gobierno asturiano! ¡Cómo será en otras cosas?

Los cuentos, claros

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(Ayer, en La Nueva España) LOS CUENTOS, CLAROS El acuerdo de financiación “singular” de Cataluña que han firmado el PSOE y ERC para aupar a Salvador Illa como President de la Generalitat no viene más que a proseguir la senda que ya se había iniciado con el convenio entre ambas formaciones para la investidura de Pedro Sánchez. (En realidad, es una senda que el PSOE inició en 2003 para Pasqual Maragall). Los socialistas, tanto los del Gobierno central como los de los autonómicos, así como los medios y los comentaristas de su onda, manifiestan reiteradamente que no se puede criticar el acuerdo porque no está claro lo que dice y que conviene esperar hasta ver sus cifras (o datos) precisos. Esto, sin embargo, es un puro cuento. Lo que dice lo firmado (ya digo, en línea con lo rubricado anteriormente) es claro y patente. Dice: uno, que Cataluña recaudará el 100% de los impuestos producidos en su territorio y que lo realizará a través de una Agencia Tributaria propia; dos: que, de ellos, devolverá el coste de los servicios que el Estado preste en Cataluña y una aportación “a la solidaridad” al resto de comunidades autónomas, una aportación que vendrá condicionada así: “Sempre que duguin a terme un esforç fiscal també similar”; en todo caso, esa solidaridad estará limitada por el principio de ordinalidad. Es decir, que, si Cataluña es la cinco, digamos, en dar, no puede ser la sexta en recibir, en el balance de recaudación y reversión. Perseguidos por ese acuerdo que siempre han negado que se fuese a producir y que ahora vienen a negar que se haya producido en esos términos, el mundo socialista afirma que no pueden rechazarlo porque no se sabe muy bien lo que dice. Pero, sin embargo, es claro lo que dice. Lo ha dicho, con su meridiana claridad embarulladora, doña Maria Jesús Montero: «Lo que dice el acuerdo es lo que dice el acuerdo. Lo que no dice el acuerdo no lo dice». Y lo demás, digamos, son cuentos. En primer lugar, se subvierte (como lo subvierten ya Euskadi y Navarra) el principio de justicia progresiva fiscal moderna: es el dinero de los ciudadanos con más dinero el que revierte en los que tienen menos, no el de las comunidades. Y es esto lo que resulta, en términos de las dos partes que lo defienden y/o ocultan, más reaccionario. En segundo lugar, la valoración de los servicios del Estado en Cataluña será un nuevo “cupo”, es decir, habrá de negociarse y se acordará en virtud de las necesidades políticas de las partes, como los demás. La experiencia nos dice que siempre es a favor de la autonomía. En tercer lugar, la “solidaridad” (¿por qué no llamarlo la “caridad”?), la aportación para repartir entre las demás comunidades, se establecerá según dos principios: el esfuerzo impositivo de los demás (de ahí la algarabía sobre las bajadas de impuestos) y la ordinalidad. Es decir, no mucho y “asegún”. Si ustedes siguen con un mínimo de atención el ruido actual en torno a la cuestión, habrán advertido dos cosas: la primera, que nadie admitirá salir perdiendo del nuevo sistema de financiación comunitaria que van a provocar ERC /PSOE (nuestro Presidente: “Ya lo he dicho y lo seguiré diciendo: no voy a aceptar ningún sistema de financiación que perjudique a Asturias”), y la segunda, que va a haber más dinero para todos, es decir, que todo el mundo va a salir beneficiado. Ahora bien, si hacemos abstracción de la ruptura reaccionaria del mapa de justicia progresista tributaria entre una parte de los ciudadanos españoles (lo que no es cosa menuda), estas dos primeras afirmaciones, que se cumplirán, implican dos cosas: una menor aportación de los ciudadanos de Cataluña a la caja común; un aumento del dinero destinado a la financiación de todas las comunidades autónomas, para que todas salgan “indemnes”, y hasta contentas. Esto es, mayores impuestos para cada uno de los ciudadanos y más endeudamiento para cada uno de los ciudadanos, mañana, pasado mañana o el lustro que viene. Y todos satisfechos, esto es, callados.

Esti mes sal la próxima novela mía

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Esti mes sal la última novela mía: De los sueños hicieron pesadilla, editada por Impronta. Narra delles histories dende 1929 a 1945, toes históriques. Asina entama "De los sueños hicimos pesadilla": Domingo, 18 de agosto de 1929. 15.35 h Don José Calvo Sotelo había llegado a Xixón el 17 por la noche para reunirse con el marqués de Estella y visitar, junto con otros miembros del Gobierno, la Feria de Muestras de la ciudad. Pese a que era el mes de agosto, de reducida actividad en todos los ámbitos, y a que aquella visita iba a ser como unas pequeñas vacaciones, no había podido evitar durante todo el viaje desde Madrid el darle vueltas a la difícil situación de la peseta debido al déficit de la balanza de pagos, entre otras cosas. Lo que no se esperaba era verse ahora aquí, al lado del joven general Franco,

La AEMET y el rey que rabió

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU LA AEMET Y EL REY QUE RABIÓ Se sabe que las noticias malas y alarmistas venden más que las buenas. Durante el otoño y parte de la primavera pasados los informativos daban noticia diaria del estado calamitoso de las reservas de agua en España; una vez que tendieron a la normalidad, la información sobre los pantanos desapareció. Lo relacionado con el clima es una de esas materias proclives a proporcionarse con sesgos alarmistas: no hay semana en que no estemos libres de amenazas: inundaciones, lluvias torrenciales, vientos huracanados; siempre en peligro, siempre en alerta. Luego, la realidad se corresponde relativamente con esos peligros, pero el objetivo fundamental está conseguido: alarmar, inquietar a la población. La Aemet ha realizado recientemente sus predicciones para esta estación otoñal. Ya saben ustedes que estos pronósticos a largo plazo tienen una fiabilidad regular. Pues bien, la Aemet ha predicho para los tres próximos meses “un otoño cálido y seco”. Supongo que esos dos adjetivos, “cálido” y “seco”, habrán suscitado inmediatamente alarmas relacionadas con la preocupación que se difunde por tierra, mar y aire, la del cambio climático y el calentamiento global. Dejemos a un lado las precisiones sobre esas dos cuestiones: es verdad que la temperatura de la tierra lleva subiendo desde hace 21.000 años, lo discutible son otras cosas. Ahora bien, fijémonos en las posibilidades del pronóstico de la AEMET: 60 por ciento de que sea cálido, 30 de que sea normal, 10 de que sea estación fría. ¿Ustedes jugarían su dinero a una carta con la seguridad de esas probabilidades? Creo que no. En realidad, la única predicción certera, con esos indicios, es la que realizan los doctores de El rey que rabió, la zarzuela de Vital Aza, ante las dudas de si el perro que mordió al soberano está o no rabioso: “Juzgando por los síntomas que tiene el animal, bien puede estar hidrófobo, bien puede no lo estar”. Pues eso. Pero, dicho así, alarma poco.

El lecho de Procusto de las ideaciones

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(Esti 29/09/2024, en La Nueva España) EL LECHO DE PROCUSTO DE LAS IDEACIONES He aquí unos titulares de LNE (16 de septiembre): “Las ventas de vehículos eléctricos se desploman en Asturias”. “España está a la cola en matriculaciones y en Asturias las ventas caen un 50%”. Para tener una perspectiva adecuada de la cuestión es necesario recordar que la fábrica de ensueños europea establece que en el 2035 quedará prohibido fabricar y vender vehículos automotores de combustión; por lo tanto, todos deben ser eléctricos. Bien he ahí la voluntad y la teoría. Los fabricantes deberían estar produciendo vehículos sacros a todo pasto y los ciudadanos comprándolos. Y, sin embargo… ¿Qué está pasando? Pues que una cosa son los ensueños y los discursos y otra la dura realidad. Para empezar, el coche eléctrico es mucho más caro que el de combustión, lo que requiere mayor capacidad de inversión para unos ciudadanos que, salvo los jubilados, han visto en estos años disminuir su capacidad adquisitiva. De hecho, lo que está aumentando exponencialmente es la compra de vehículos de segunda mano, lo que quiere decir que, al margen de las capacidades monetarias, la gente no quiere comprar un eléctrico, pero, vista la amenaza, tampoco invertir en un coche nuevo de combustión. Pero, además, el uso del coche eléctrico tiene enormes problemas. Solo algunos: la inversión en puntos de recarga en los garajes particulares y la necesidad de ponerse de acuerdo con otros vecinos, si es comunitario; las limitaciones de la carga eléctrica para el número de kilómetros recorridos o el tiempo que se tarda en cargar el coche en carretera. Les doy un titular del 10 de septiembre de “La Voz de Galicia”: “Cargar un coche eléctrico en el 70% de la red gallega requiere entre 3 y 19 horas”. Todo ello constituye un marco intensamente problemático que se complementa con la competencia desigual del eléctrico chino y que conlleva la destrucción de empresas y empleos, como está ocurriendo y alerta el informe Draghi. En otra de las ideaciones, la del verde hidrógeno verde y la descarbonización a tuerto o a derecho del acero, nos encontramos con un lacerante desajuste entre el deseo y la realidad. Como ya se lo he contado hace poco, a ello les remito: https://www.lne.es/opinion/2024/09/15/acero-madrid-108150533.html. Déjenme añadirles que, en los últimos días, al problema ha venido a añadirse una fantasía con voluntad de remiendo, tejida por el ministro de Industria, Jordi Hereu: crear un consorcio (¿entre quiénes?) que ponga en marcha el DRI que de momento Arcelor no ve viable por los costos del hidrógeno verde, que fabrique acero (perdiendo dinero) y que después venda ese acero con pérdidas a Arcelor (¿para que este gane?). Se rumorea que el horno se llamara “Begoña 1”. Otro de los lechos de Procusto en que se pretende que se acomode la realidad es el de la Ley de Bienestar Animal, constituida desde la perspectiva de que los animales son casi como las personas (o sin “casi”) y que, consecuentemente, tienen “derechos”. Pues bien, aparte de que ha sido redactada, como me gusta decir, “con las témporas”, por utilizar un eufemismo, y que ha provocado, por ejemplo, el abandono frecuente de mascotas, la norma ha venido a constituir un problema inabordable para muchos ayuntamientos, que no tienen capacidad para cumplir con las exigencias de la Ione, digo, de la Ley. Les copio de LA NUEVA ESPAÑA: “Tienen que implementar una larga lista de medidas, a menudo ‘inalcanzables’", según apuntan desde varios consistorios. Varios ejemplos: deben desarrollar "programas de control de identificación y cría autorizada y de gestión de colonias felinas" o "contar con un servicio de urgencia para la recogida y atención veterinaria de estos animales, disponible las veinticuatro horas del día". La normativa incluye labores como “la vacunación, desparasitación o proporcionar alimentos a los animales callejeros. Los ayuntamientos se están enfrentando a un laberinto legal, por la falta de medios propios para poder desarrollar todas estas normativas”. Bueno, y a los ideacionistas procusteros, ¿qué diablos les importa eso? Ellos cumplen con su ensueño -y con el entorno que los empuja y los vota-, se repletan de las endorfinas subsiguientes al acto y, después, ¡allá la realidad! Personas instruidas como son todas ellas, se dirán aquello de “Fiat justitia et pereat mundus”, es decir, “Hágase justicia (esto es, mi ideación) y perezca el mundo”, o, tal vez, de modo más prosaico, “que se j…” P.S. No hace falta que les recuerde que Procusto era un bandido que invitaba a los viajeros a dormir en su lecho. Disponía de dos: si el viajero sobresalía en el que le tocase, comprimía sus huesos hasta ajustarlo a la yacija; si no llegaba, descoyuntaba sus huesos para estirarlos. La cuestión era hacerle tomar la medida justa del lecho que dispusiese el anfitrión. A costa de sus huesos y su vida, claro, o, como diría don Francisco de Quevedo, “a jornal de su pena y su cuidado”.