Palabrería, despilfarru, macizu

(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU PALABRERÍA, DESPILFARRU, MACIZU Hace semanas inundan los medios anuncios del Gobierno de España y el Ministerio de Cultura que constituyen un arcano, una especie de fórmulas mágicas recitadas por una tropa de hechiceros. Esto proclaman: “La cultura está en ti, está en todo. Una nota, un sabor, una textura, una imagen, una idea, una historia, un encuentro… Todo esto es cultura. ACCEDE, CREA, DISFRUTA. Son derechos culturales”. Todo ello sobre una fotografía donde una persona adulta parece dirigir un grupo de menores divirtiéndose. Un arcano. Pura palabrería que no se sabe lo que dice. ¿Qué es un derecho? Según el Gobierno, todo: el ser atendido por un médico, la percepción de un salario por un trabajo… y, asimismo, “acceder” (¿a qué, santo Dios?), “crear” (¿cuadros?, ¿ensaladas?), “disfrutar”. He ahí palabras sin significado en relación al concepto “derecho”; actos que nadie impide que se ejecuten si alguien desea realizarlos. ¿Dónde se hallan los obstáculos para ello? ¿Para disfrutar, por ejemplo, de un caramelo? ¿Y por qué son “derechos culturales”? ¿De ser derechos, que no lo son, ni lo contrario, por qué “culturales”? Pues porque paga el Ministerio de Cultura. Recordemos que este mismo Gobierno puso en marcha una campaña dirigida a los jóvenes, que les proporciona 400 euros para que puedan ir al cine, ver los toros o comprar videojuegos, entre otros. ¿De dónde sale ese dinero que se ofrece como gasto o se gasta como propaganda? Pues de nuestros bolsillos, del que cobra el salario mínimo, del que trabaja 8 o 10 horas, del autónomo. Por supuesto, no del Gobierno. ¿Y a qué viene ese despilfarro? Sencillamente, a macizar. El Gobierno ha descubierto que hay ahí un segmento de voto interesante y a ellos se dirige con nuestro dinero. En unos casos, con dinero contante y sonante, en el otro, con el engaño de palabras vacías pero seductoras. ¿Tiene nombre usar el dinero de todos para beneficio particular?

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