Más alegría...

(Ayer, en La Nueva España) MÁS ALEGRÍA… El sábado 20, don Ovidio Zapico, cabezaleru de IU y conseyeru de Ordenación del Territorio, Vivienda y Derechos Ciudadanos, escribía en estas páginas un artículo, en asturianu, titulado “Llei d’Identidá, igualdá de derechos y 25 de mayu”. Es un artículo confuso, tal vez voluntarioso, a veces ininteligible, porque no se sabe muy bien cuál es el contenido de algunas de las frases que en él se expresan. De ellas, yo diría que contienen más de voluntarismo nefelibático que de concreción inteligible. Así, cuando anuncia que «IU comprométese dende un análisis críticu y autocríticu a esi resurdimientu políticu del espíritu asturianista», no sabemos a qué se refiere, con «esi resurdimientu», de entre lo expresado en las líneas anteriores, ¿a la «oficialidá»?, ¿«al procesu de autoconcencia»? Y, en cualquier caso, ¿todo eso no existe ya con un gobierno tan progresista y asturianista? ¿Es la nueva ley la que va a hacer «resurdir» el «espíritu asturianista»? Y entonces, ¿úlu? ¿Y en qué consiste? Averígüenlo ustedes. Y sobre el final del artículo, ¿qué decirles? «Esti cursu políticu yá pue entamar estos cambeos qu’hai qu’alcordar col movimientu asturianista. La mocedá asturiana va ser la que provoque un resurdimientu del impulsu pa reclamar la nuesa voluntá de ser». Supongamos que sabemos qué es eso «del impulsu pa reclamar la nuesa voluntá de ser», ¿pero por qué la juventud no pueden ser don Ovidio y sus conmilitones, o los de don Adrián, y sí otros de menos edad? Por cierto, ¿esa apelación a la juventud como fuente, no solo de futuro, sino de autenticidad y fuerza, a qué me suena? Pero déjenme focalizar solo un punto de la propuesta, la centralidad de la Llei d’Usu y la cooficialidad para impulsar ese renacimiento asturiano. ¿Cuál ha sido hasta hoy la relación de IU con esos conceptos y esa legislación? Hasta 1996, la coalición no fue partidaria de la oficialidad del asturiano. En la legislatura 1995-1999 se opuso a la tramitación de la Llei d’Usu, por considerarla una inutilidad frente a la oficialidad (en la misma legislatura se empezó a tramitar la reforma estatutaria, donde, en teoría, se podría haber introducido esa oficialidad), después presentó una enmienda de totalidad a la Ley y, finalmente, votó a favor de varios de sus artículos e introdujo enmiendas en una sesión parlamentaria caótica. Durante mucho tiempo, IU manifestó a través de alguno de sus próceres que habíamos impulsado la Ley para evitar la cooficialidad y que la misma poco valor tenía. En el proceso de reforma estatutaria, IU pactó con nosotros -en vista de que era imposible que obtuviese los votos necesarios la oficialidad- presentar lo que dimos en llamar la «cooficialidad diferida»: se introducía en el Estatuto, pero su «actualización» se produciría en el futuro, cuando en la Xunta tuviese la mayoría necesaria. Sorprendentemente, al mes siguiente, IU se descolgó de la propuesta, nos acusó de renunciar a la oficialidad y, directamente y a través de grupos controlados por ellos, desató una campaña de mentiras y difamación, acusándonos de renunciar a la cooficialidad en el nuevo Estatuto -la propuesta de «cooficialidad diferida», decían, no era más que una añagaza para ello-. Pero, meses después, la coalición andaba miagando por Madrid ante el PSOE para que el Congreso introdujese «la diferida» en el texto que se tramitaba allí. Y miagaba ante los leones en compañía, ¡pasmen!, de don Isidro Fernández Rozada y de don Francisco Álvarez-Cascos, otros que tal bailaban. No lo podrán creer, pero, cuando, entre 2003 y 2011, IU gobernó, gobernó, con el PSOE de don Vicente Alberto, el caso que le hicieron a la Llei d’Usu, si alguno, no se advirtió. Igualmente, de la cooficialidad no se sintió ni un susurro. La última oportunidad que se volvió a abrir para la cooficialidad del asturiano se presentó en la legislatura 2019-2023. Foro anunció que apoyaría la oficialidad con ciertas contrapartidas referidas a reducciones impositivas. La respuesta del PSOE y de IU fue negativa. No bajar impuestos era para ellos preferible a la cooficialidad. Bien, esta es la historia. Podrán ustedes decir que se congratulan y que, como dice la frase evangélica, «más alegría habrá por un pecador que se convierta...». Como quieran, pero quien ya ha hecho muchos tratos en tantos mercados bien cree conocer el género a primera vista. (P.S. De toda esta historia que les he contado, de la ignorancia, la mala fe, las malas artes, la ceguera, el peculiar asturianismo de muchos de los que se predican asturianistas, los cambios en función de intereses y no de principios, y otras virtudes de nuestra sociedad, no solo de los políticos, doy cuenta cumplida en mi recién aparecido El cuestu camín hacia la normalidá, en torno a la negociación de la Llei d’Usu, la reforma estatutaria y el artículo cuarto de nuestro texto fundacional. A veces se irritarán, otras se reirán. ¡Qué xente!).

No hay comentarios: