Así no se sube L'Angliru

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(Ayer, en La Nueva España) ASÍ NO SE SUBE L’ANGLIRU Desde Madrid, la directiva del partido ha decidido que Teresa Mallada no sea la próxima candidata del PP a las elecciones autonómicas. Doña Teresa es actualmente la presidenta de la formación en Asturies y, desde hace meses, se venía rumoreando que no encabezaría la lista autonómica. Con todo, tanto ella como sus fieles se venían empeñando en negar el rumor y actuando como si con seguridad ella fuese a ser la primera de la candidatura. Al igual que todos ustedes, tengo mis criterios sobre el papel que hasta ahora ha venido desempeñando el PP —regido por doña Teresa— en esta legislatura, tanto en sus propuestas, como en sus juicios sobre la realidad de nuestra tierra. Pero no es el objetivo de este artículo el exponerlos. Hace años ya que el Partido Popular en Asturies —decir el “Partido Popular Asturiano” faltaría a la verdad y a sus miembros les horrorizaría, seguramente, la denominación— viene siendo el paradigma del caos y los enfrentamientos internos. Casi, casi, podría decirse que han tenido una enorme voluntad autodestructiva para no gobernar nunca o para destrozar su Gobierno, cuando lo han tenido. Recuerden ustedes el episodio de derribo del Gobierno de Marqués y el papel de Álvarez Cascos (y de Gabino de Lorenzo, Mercedes Fernández, Fernández Rozada e tutti quanti) en todo ello. Y en esta legislatura, Mercedes Fernández fue apartada de la dirección de Asturies en favor de Teresa Mallada. Y ahora… Y si nos vamos a algunas agrupaciones locales, como la de Xixón, el argayu es permanente. Solo les recordaré la última: que el «designado», también desde Madrid, como cabeza de lista, Alberto López-Asenjo, se ha convertido en concejal libre. ¡Hombre!, es verdad que alguna anécdota memorable nos han dejado, como la del hematólogo del hospital de Cabueñes —silenciaré su nombre— que, en protesta, en una de tantas peleas internas, se amarró a la puerta de la sede local con una correa de perro. Ahora ha sido apartada la señora Mallada, pero no ha sido nombrado nadie. Se espera para ello a la celebración de un próximo congreso, aún sin fecha. Estas cosas deben hacerse con inmediatez y determinación, no pueden dejarse pudrir: incita a los rencores internos, aumenta la defección o el desaliento de los votantes. Así, evidentemente, no puede subirse L’Angliru.

Gentes y cosas extraordinarias

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU GENTES Y COSAS EXTRAORDINARIAS Deambulo por lo que fue el barrio de mi infancia, y caigo en que existe una calle denominada Domingo García de la Fuente y que se halla situada entre un conjunto de rúas que llevan el nombre de personajes próximos a Xovellanos: Saavedra, Caveda, Argandona, Ceán Bermúdez, Fernando Morán Lavandera, Francisco de Paula. Lo peculiar de esta que llama mi atención es que García de la Fuente era mayordomo y administrador de Jovino, claro que no un mayordomo cualquiera, casi un igual. Como quiera que sea, que el Ayuntamiento lo haya emparejado con el resto de los nombres me produce una especial satisfacción. Como también me la produce otro acontecimiento realmente extraordinario: José Luis Bermúdez, un vecino de Trasdacorda, SanTirso de Abres, puso de su bolsillo 25.000 euros para arreglar el puente que constituye el acceso principal a su localidad. ¡Poso la montera! Pero no todos los sucesos fuera de lo ordinario son igualmente plausibles o, al menos, suscitan dudas. He aquí uno: la recaudación del IBI bate récords en Asturies, todos los ayuntamientos recaudan más. Ese dinero sale, evidentemente, de quien ha trabajado y ahorrado. Ahora bien, ¿en qué lo emplean los concejos? ¿Cuánto se despilfarra? ¿En cuántes caxigalines no se gasta? Es dinero del trabajo de los propietarios, no es que caiga del cielo. Ocurre igual con el IVA: la recaudación de Hacienda ha subido un 47% en el último año. ¿La fuente? La misma, el trabajo de los ciudadanos. ¿El gasto? Más: las nóminas del Principado superarán, por primera vez, los 2000 millones para el año que viene. ¿Estamos seguros de que esa inversión rinde frutos al cien por cien? Y, finalmente: las mujeres son en la plantilla de la Administración autonómica 31.880, los hombres 11.691. ¿No es extraordinario que nadie del genus irritabile de los entregados a la denuncia de las brechas de género no haya realizado ningún género de comentario?
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(En La Nueva España, el 24/09/2022) ENTRE LA RELIGIÓN, LA MENTIRA Y LA IMPREVISIÓN El Gobierno ha practicado el fundamentalismo ecologista en materia de fuentes de energía: el Gobierno, la ministra del ramo ha sido solo la firmante. El empeño en ser los más rápidos al oeste del Misisipi en descarbonizar, nos ha llevado a cerrar anticipadamente las centrales térmicas, poniéndonos en una situación de pérdidas de empleos, desertización de comarcas y encarecimiento de la energía. Ahora, además, con los problemas de desabastecimiento y encarecimiento de gas y petróleo, nos encontramos en una situación de extrema gravedad, por los precios de los insumos y por la inseguridad del abastecimiento. El fundamentalismo es, en realidad, una especie de religión, una creencia holística que lo explica todo y lo justifica todo. Creyendo avanzar con esa antorcha, al fundamentalista no le importan los daños o consecuencias de su actitud. Porque, en general, las políticas que pudiéramos denominar “verdes” tienen como víctimas a quienes están incluidos en el vacuo hipogrifo sanchezsco de “la clase media trabajadora”. Piensen, si no, en quiénes son las víctimas de la política anticoches de los ayuntamientos y la UE. ¿Quiénes no tienen dinero para cambiar su coche a uno eléctrico? ¿Quiénes se quedan sin poder circular por el centro de las ciudades? ¿A quiénes se les despoja de lugares de aparcamiento en la vía pública? Así, todo lo demás. Y lo grave es que ese sobreesfuerzo en la limitación de la emisión de gases de efecto invernadero aporta relativamente poco a su reducción global: Rusia, China, los principales emisores, no solo no limitan su producción de CO2, sino que la aumentan. EEUU, el siguiente productor, realiza una tímida limitación. Esa situación de encarecimiento y de pérdida de bienestar va acompañada, por otro lado, de mentiras o medias verdades. Es cierto que la subida del IPC español corre casi paralela a la europea, poco más de un punto superior, y que con la subida de la electricidad ocurre otro tanto, igual en Europa que en EEUU, donde este año subirá el kilovatio/hora unos 14,8 céntimos. Ahora bien, lo grave es que todo ello va acompañado de mentiras o disimulos. Si preguntan ustedes por la inflación o el coste de la luz, lo normal es que les respondan que es todo a causa de la guerra de Ucrania y culpa de Putin. Pero a comienzos de febrero de este año, un mes, pues, antes de la invasión de Ucrania, el IPC era del 7,5% y la luz había subido un 80,5% en un año. Esto es, la situación actual de subida de precios y de escasez energética es consecuencia de varias causas anteriores: las políticas monetarias aplicadas durante la pandemia, una disminución de la oferta energética y de materias primas a nivel global, y políticas nacionales equivocadas, como el apresuramiento de cierre de centrales en España o la negativa a construir embalses. Otras se deben a políticas desnortadas de la UE, como la de ligar la retribución de toda la energía producida por los generadores a la de mayor coste (el gas), decisión que ahora se trata de enmendar parcialmente, y no sé si de modo totalmente acertado. Al mismo tiempo, seguimos gravando a nuestras empresas con cargos sobre el CO2 mientras permitimos la importación de acero u otros materiales desde países que no tienen contemplación alguna al respecto. En las medidas que se van adoptando hay también mucho de mentira y trampantojo. Así, el bono social, que el ciudadano pagará siempre a través de los presupuestos, lo paga también, en muchos casos, a través de la factura habitual. La limitación de una parte del costo del gas (el “topamiento”) para producir energía lo pagan directamente los recibos de la mayoría de los españoles, con lo cual es una solución dudosa. Ahora bien, “los méritos”, la propaganda, los exhibe el Gobierno. Pero lo grave de todo ello es que nadie parece pensar en mañana. Así, mientras Europa reconsidera el carbón y las nucleares, aquí seguimos ni siquiera pensando en abrir un debate sobre ello. Y no digamos ya nada sobre la búsqueda de gas subterráneo. Mas las renovables nunca van a cubrir toda la demanda y habrá que pensar en cuáles son las fuentes de respaldo y, sobre todo, de qué fuentes energéticas vamos a disponer en momentos de crisis global o de restricciones en el suministro desde fuera. ¡Ah!, y por cierto, de momento el hidrógeno verde, ese príncipe azul bueno, bonito y barato con que tantas delicias nos prometen no es más que un veremos del que no se sabe el cuándo será útil ni su disponibilidad por el precio.

Espicha de Volver al Pedreru

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Espicha de Volver al Pedreru. L'Asociación que consiguió que se pudiera pescar pulpu otra vegada, y otres meyores pa los pescadores deportivos, de caña y de pedreru. Un resume d'ello y semeyes de la espicha en: https://quintes.blogspot.com/ (Nota, la semeya ta sacada del blog).

La Administración, contra los ciudadanos

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(Ayer, en La Nueva España) LA ADMINISTRACIÓN, CONTRA LOS CIUDADANOS Conocerán ustedes casos en que los retrasos de la Administración para recibir a quien necesitaba realizar un trámite determinado han producido o han estado a punto de producir perjuicios irreparables por sobrepasarse la fecha en que se cumplían determinados plazos para alguna gestión interna o externa a la Administración. La causa fundamental de ello consiste en la exigencia de cita previa que, durante la pandemia, establecieron las administraciones y algunas empresas y, que, para pasmo e irritación de todos, han decidido seguir manteniendo en estos momentos y como norma para el futuro. No se entiende de ninguna manera que, tras haberse superado los momentos más difíciles, en lo que las autoridades califican ahora como “de normalidad”, no se vuelva a la situación de “normalidad” anterior. Ya que la cita previa implica una dilación injustificable para recibir al ciudadano, supone molestias o perjuicios para él y entraña mayores costos en la Administración. ¿La razón? Porque el tiempo calculado entre cita y cita es un tiempo generoso, y, por tanto, el número de personas diarias atendidas es mucho menor. Pregúntense ustedes en qué tiempo antes llegaban a un mostrador y cuánto tardan ahora en llegar. ¿Y a quién beneficia el sistema? Digámoslo con claridad: únicamente a los funcionarios de toda condición, sexo y ventanilla, a su comodidad, lo mismo que el teletrabajo. Pero el problema de la gerencia pública de los asuntos va mucho más allá. Como mero indicio, piensen ustedes que el Gobiernu lleva años tratando de modificar la legislación relativa a la Administración (gestión y funcionarios) y que no acaba de hacerlo: reconoce que existe un problema (y no menor), pero no sabe cómo realizarlo. Una parte sustancial de ese problema proviene de la legislación, esto es, de la política: Ejecutivos, Parlamentos, partidos políticos, asesores, expertos, sabios. Se legisla “con las témporas”, con desconocimiento de los efectos reales de lo impreso sobre la realidad. Piensen ustedes, por ejemplo, en los problemas de la legislación asturiana con respecto a los arreglos de viviendas en los entornos del Camino de Santiago (solo recientemente solucionados en parte) o para ampliar una casa en núcleos rurales. Yo les recomiendo que relean ustedes la amplia información contenida en LA NUEVA ESPAÑA del domingo cuatro del corriente titulada «El colmo de la burocracia dieciocho años para obtener un permiso para fabricar galletas artesanales». Verán ahí cómo la legislación impide muchas veces que puedan encajar en ella determinados proyectos. Pero también de qué forma cada departamento o funcionario se escuda en otros para no tomar decisiones: «La licencia dependía de tres departamentos del Principado y todos me decían: ‘si te la firma el otro, te la firmo yo’. Y yo les decía: ‘vale, os junto a los tres y me firmáis’. Pero no hubo manera». Y es que la histeria anticorrupción que azota el país desde hace una década no solo ha creado una legislación que se excede en la vigilancia y los procesos y excita el celo robinhoodesco de algunos togados, sino que ha provocado entre los funcionarios un clima de permanente recelo y de huida de las propias responsabilidades. Algunos lo sabemos desde hace tiempo y lo hemos denunciado, prefiero ahora ponerlo en boca de un alto funcionario, don Antonio Arias Rodríguez («Elogio de la Y», LA NUEVA ESPAÑA, 14/09/2022): «Hoy los funcionarios… Nadie se moja. No importa la eficacia del gasto. Los empleados públicos… intentamos hacer nuestra tarea… sin correr ningún riesgo. Si cae una ladera o un puente y deja cientos de vecinos incomunicados por carretera, nadie asumirá el riesgo de considerarlo una emergencia y verse después ante posibles responsabilidades o involucrado años después en un titular de prensa». Que haya una empresa que no pueda abrir o tenga que cerrar, negocios o vecinos perjudicados, un ciudadano mal o tarde atendido, con daño en sus intereses… que haya un cadáver más, ¿qué importa al mundo?, como diría Espronceda. ¿Alguien se atreverá?

Daqué falla nes Cuenques, y nes cabeces

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(Ayer, en La Nueva España) DAQUÉ FALLA NES CUENQUES, Y NES CABECES Las noticias sobre la enseñanza en Les Cuenques son desalentadoras. Esta: “Tres titulaciones de FP industrial con pleno empleo, a cuyos alumnos les llegan, además, ofertas de trabajo cuando aún están en prácticas, solo cubren la mitad de sus plazas”. Y esta otra: “El número de jóvenes que acceden ahora a la prueba de selectividad es un tercio de lo que era en 1999”. Todo ello no solo indica lo evidente, el desplome de la natalidad y la emigración de familias, sino otra más profunda: la práctica inutilidad de los cuantiosos fondos invertidos en Les Cuenques tratando de evitar lo inevitable y luchando, además, contra una estructura de empresas y salarios que desvirtuaba la percepción social de lo posible. Si a esto añadimos lo anómalo de la decisión de gestión de aquellos fondos, en manos de los sindicatos merced a un acuerdo entre Cascos, Villa y Hevia que tenía como objetivo arrebatar su gestión al gobierno de Marqués, no nos extrañarán algunas decisiones equivocadas. Desde ese punto de vista, el del vaciamiento de Les Cuenques y la disminución de su población estudiantil, llevar Minas a Mieres parece un esfuerzo inútil o desproporcionado. También falla la mentalidad de muchos de nuestros munícipes. LA NUEVA ESPAÑA publicó recientemente un reportaje sobre “les lletrones” de nuestros pueblos y ciudades. Pues bien, los paneles están únicamente en castellano, incumpliendo la Llei d’Usu, lo que denota que el interés por el asturiano que dicen tener algunos es solo palabrería; el respeto a la ley, de ninguno. Además, indica también nuestro aldeanismo. Nuestros rectores piensan que el nombre en asturiano haría desmerecer a su localidad y “espantaría” a los forasteros. Seguramente sería al revés. Lo distinto, lo llamativo, atraería más. Y, en último término, ¿piensan que los nombres de los pueblos de Galicia sin falsificar espantan a algún turista? ¿Sería aquí distinto? ¿O somos nosotros los que somos distintos, sin pulir?

Góngora, Griñán y otros

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En La Nueva España del día 13/09/2022, dos días antes de la publicación de la sentencia: GÓNGORA, GRIÑÁN Y OTROS En los últimos días vengo observando con sorpresa ciertas reacciones ante la condena al expresidente de la Junta de Andalucía, don José Antonio Griñán. Como saben, ha sido condenado, entre otras cosas, a inhabilitación para cargo público y seis años de cárcel. Sin que hasta ahora haya sido hecha pública la sentencia, lo que sabemos es que la condena se produce por malversación, esto es, porque bajo su mandato, como bajo el del también expresidente Manuel Chaves, se han empleado inadecuadamente 680 millones de euros en falsos ERES, en los que, con el pretexto de la reestructuración de empresas y protección de empleo para los desempleados, se han cometidos desde la Administración autonómica un amplio número de tropelías e irregularidades (durante el tiempo en que Griñán era consejero de Economía y Hacienda se siguió haciendo lo mismo, pese a las advertencias de la Intervención). El argumento de los sucesivos tribunales que han sentenciado el caso es que queda probado que ambos presidentes (y otra serie de responsables políticos y administrativos también juzgados y condenados) eran sabedores de esas irregularidades (si no impulsores), y que no hicieron nada por modificar la situación. Naturalmente, a nadie se le escapa que todas esas irregularidades fomentaban el voto cautivo y agradecido para el PSOE y, por tanto, que, en último término, eran beneficiarios (conscientes) de ello la organización en su conjunto y, especialmente, directivos y cargos públicos. Pues bien, tras la última sentencia, se ha iniciado una campaña de declaraciones y firmas de cargos y figuras de relieve socialistas solicitando el indulto para don José Antonio porque “es una persona honrada” y “no se ha lucrado en un céntimo”. Es posible, y, si quieren seguro, y aun, por lo que sabemos de la sentencia, nada se dice en ella al respecto; pero al señor Griñán no se lo condena por ello, sino por lo que hemos dicho arriba, que son hechos incontrovertibles, tanto en sí mismos como en el provecho que de ellos se obtenía. Lo único que podría salvarlos, tanto a él como al señor Chaves, es que no se hubiesen enterado de nada de lo que pasaba en su Gobierno (o en su consejería, en su momento), lo que es difícil de creer y, desde luego, no cree la sentencia, y, así y todo, tendrían una responsabilidad “in vigilando”. Uno, por lo tanto, queda sorprendido ante este clamor porque una sentencia, firme en segunda instancia, no se cumpla. Y recuerda, al tiempo, cómo otra sentencia, la del golpe de Estado dado en Cataluña para proclamar su independencia (que esa es la nuda cuestión, vístase como se vista), se haya visto burlada por el indulto concedido a algunos de los provocantes, que por cierto, no dejan de proclamar que volverán a hacer lo mismo en cuanto puedan. (¿Recuerdan, por cierto, la aseveración de don Pedro Sánchez-Castejón de que los condenados del Procès deberían cumplir íntegras las penas? ¿Y cuando calificaba de sinsentido que un político indultase a otro?). A uno, a la vista de estos ninguneos a la justicia (A propósito, ¿de aquello de Jordi Pujol qué fue, “¿qué se fizo el rey don Jordi?”?) y de los rigores en otros casos, y sin que tenga nada que ver con el asunto, lo asaltan de repente aquellos versos de don Luis de Góngora: Porque en una aldea, / un pobre mancebo / hurtó sólo un huevo / al sol bambolea; / y otro se pasea / con cien mil delitos.

Entropía cero

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(Ayer, en La Nueva España) ENTROPÍA CERO El grado de previsibilidad de un debate de orientación política (respetemos el voluntarismo del sintagma, “orientación política”) es absoluto: según la posición que ocupen con respecto al poder, así se comportan los partidos políticos. Optimismo y anuncios de futuro, quienes están en el Gobierno. Pesimismo y aviso de tiempos peores, quienes están en la oposición, eso sí, si es que no se invierten las tornas tras las próximas elecciones, que entonces ellos traerán la bonanza, o si el Ejecutivo no rectifica y hace caso de sus propuestas o los llama a su seno. Por supuesto, eso no obsta para que todos reclamen el que haya acuerdos, es decir, que los demás se avengan a sus planes. Dirán ustedes que ese antagonismo de posiciones entre quienes están en el poder y los que no lo están es lo natural y que, por tanto, difícilmente puede esperarse otra cosa. Es cierto, pero esa previsibilidad va más allá de ese enfrentamiento general, y se extiende al discurso de cada uno, reiterado año tras año. Videlicet, ¿a quién le extraña que el PP ponga la solución de tantos problemas en la bajada de impuestos?, ¿que Podemos centre su discurso en la cooficialidad y la reforma estatutaria o pida subir los impuestos?, ¿qué IU lo haga en la política industrial?, ¿que Ciudadanos y Vox pongan su ímpetu oratorio en la cooficialidad y la reforma estatutaria, pero en sentido inverso a Podemos; y, unos y otros, en la “debilidad” o “sumisión” de Barbón frente a su conmilitonancia madrileña? ¿A quién le extraña? (Por cierto, y en eso de la sumisión o sucursalismo desde el poder, ahí los quería ver yo. ¡Si repiten discurso y consignas hasta cuando están en la oposición!) Del mismo modo, todos son creyentes en el burru cagarriales, todos hacen como que creen que el dinero cae del cielo —algunos lo creen—, los que evidencian ser creyentes y los que parece que no. Unos, como el Ejecutivo, ofreciendo más y más (eso sí, si le aprueban los presupuestos), o, como la oposición de izquierdas, pidiendo más y más, más derechos, más bonos, más pagas, más descuentos, más ayudas…; el PP, ofreciendo lo mismo con menos recaudación, dicho sea con permiso del señor Lafter. Luego ocurre que, al igual que con el bono social de la electricidad, una parte (y todo, al final) la paga la sufrida clase media trabajadora (por usar el hipogrifo huero de Sánchez) en su recibo de la luz, mientras los beneficios propagandísticos son para el Gobierno Por lo demás, todos siguen empeñados en batallas irresolubles: la caída demográfica, el despoblamiento rural, por un decir, y con propuestas que no enfrentan lo que se puede enfrentar de la cuestión (los problemas de la conciliación para la empresa y los particulares, el cambio de mentalidades al respecto de la natalidad, por ejemplo; la feroz política contra el sector primario de todos los gobiernos). Para encontrar alguna información novedosa, para que la contemplación de tres sesiones de oratoria tautológica previsible proporcione algún fruto, es necesario descender al escenario y a la representación de los discursos: la vestimenta o peinado de cada uno, sus gestos al oír al contrario, el tono de su voz en las réplicas o contrarréplicas, su enfado o los melismas lanzados para intentar seducir… En ese aspecto, lo más entrópico de estos días, subrayado por todos los comentaristas y especialmente aquí, en La Nueva España, por una magnífica pieza literaria de Javier Cuervo, ha sido el discurso atropellado, “enfragado” (de “Fraga”, con mayúscula, no de “fraga”, ‘breñal`), de comedor de sílabas y palabras, de don Adrián. ¡Bon appétit!

Un debate manipulado por TVE

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(Asoleyóse en La Nueva España, el 07/09/2022) UN DEBATE MANIPULADO POR TVE Pedro Sánchez es un magnífico actor. Tiene, además, buen porte, una voz cálida, una pronta sonrisa. Feijóo, por el contrario, es un tipo de gesto serio, poco dado a la sonrisa, mal actor ante las cámaras: confía en lo que dice, no en el gesto. El encuentro se desarrolla, además, en evidente desigualdad: tiempo sin límites para don Pedro; quince minutos para Feijóo. Más aún: los últimos tres minutos de don Alberto, seguramente ya excedido en su licencia temporal, los minutos en que el del PP cierra el discurso con su oferta de “pacto por España”, machacados continuamente por el presidente del Senado: “concluya usted, señor Feijóo”. ¿Más? Sí, más. TVE. Mientras habla don Pedro, las cámaras captan de vez en cuando los gestos “feos” del líder popular ante las palabras del socialista, cuando le sorprenden, le extrañan o le parecen demagógicas: el ceño, los labios fruncidos, el gesto de extrañeza que comenta con Egea. En cambio, cuando habla Feijóo, las cámaras “sorprenden” a Sánchez sonriendo y riendo ante las acusaciones o ataques de aquel. Por lo demás, el discurso de Sánchez se adornó con Europa y sus “conquistas” allí, proclamó la solidaridad europea, acusó reiteradamente a Putin (“Putin” fue la palabra más usada por el Presidente); publicitó sus medidas de apoyo a la “clase media trabajadora”, ese “hipogrifo violento”, que, permítanme fui el primero en señalar; sumó todo el gasto a unos y a otros (de dónde sale el dinero nada dijo); acusó a la derecha de estar al servicio de la oligarquía y se proclamó el defensor del pueblo. Notable y aplaudible fue su afirmación final de que no hemos entrado, ni España ni Europa en un destino de retroceso. Feijóo, por su parte, recordó al Gobierno sus insultos hacia su persona; señaló las permanentes contradicciones entre los ministros del Gobierno y sus vueltas atrás, así como las rectificaciones de Sánchez, varias de ellas sobre lo propuesto por el PP anteriormente; contradijo los datos que el Gobierno proclamaba sobre el paro y la inflación; se extrañó de que el PSOE prefiriera llegar a acuerdos con Bildu, Podemos o ERC en vez de hacerlo con él; se ofreció para llegar a acuerdos “por el bien de España” si Sánchez se libraba de sus ataduras. Comprimido por el tiempo, falto de la “gracia” de Pedro Sánchez, obligatoriamente conciso, seguramente algunas de sus propuestas o críticas no habrán sido entendidas más que por los que ya están en ello, los entendidos. ¿A quién llegó cada uno? Las encuestas dirán. Desde luego, el formato y TVE hicieron lo posible por conseguir el éxito del Gobierno. ¡Ah! El título alternativo habría sido: “Los rojos no usamos corbata”, ese infantilismo.

Al este del cabu Peñes: norabones y displaceres

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU AL ESTE DEL CABU PEÑES: NORABONES Y DISPLACERES Felicitación efusiva a quienes han llevado a cabo, con gran éxito de público, el XXXII Salón del Teatro Costumbrista, en Candás, del 17 al 28 de agosto. Al director, Alain Fernández, y su equipo, a los grupos todos, que han repetido presencia en su mayoría y que han ofrecido nada menos que ocho estrenos y otras novedades, gracies y norabona. Uno se felicita aquí tanto por la persistencia del Salón como por la continuidad e innovación de los grupos que, año tras año, siguen con su trabajo entusiasmando al público. Por cierto, alguna de las compañías, como la Asturiana de Comedias, ha repetido actuación y éxito, pocos días después, en el Xovellanos xixonés. Y, a propósito, un bien merecido elogio a Gonzalo Bengoa, puntual y preciso cronista de cada sesión aquí, en el patrocinador del concurso, LA NUEVA ESPAÑA. Un poco más hacia Peñes, otro éxito, el de Aurum, la agrupación femenina del coro lluanquín El León de Oro, y su directora, Elena Rosso, que han conseguido tres galardones en la Toscana, en el Concurso Polifónico Internacional Guido d’Arezzo. Lo que no merece sino reproches es la situación de Perlora, completamente abandonada por su propietario, el Gobiernu, que es un verdadero muestrario de dejadez y cochambre, y, que pese a todo, mantiene su tirón. Aunque está cerrada, hasta 2.500 vehículos se contabilizan algunos fines de semana, y, naturalmente, muchos más usuarios. Perlora parece sufrir alguna maldición especial, seguramente, en parte, por su pasado “franquista” (al igual que La Laboral, aún hoy, sigue teniendo ese estigma para muchos “progres”). Acaso, por haberse desencadenado allí la ruptura del PCE que propició la salida de Areces y otros conmilitones y su posterior ascenso a más altos empeños. Tal vez, desde que hubo allí un episodio nunca aclarado de unos cursillistas chinos. El caso es que ni los carreñenses ni los asturianos merecen tal despilfarro y tanto abandono. ¡Responsabilidad!