Como yéramos. Entrevista

La mio entrevista ayer en LNE, a propósitu del mio caberu llibru: PUBLICA EL LIBRO «COMO YÉRAMOS» XUAN XOSÉ SÁNCHEZ VICENTE Escritor "Éramos más pobres, más trabajadores, con más ilusiones... nos quejábamos menos" "Llevamos camino de, en veinte años, ser cada vez más ‘paraíso’ de monte y matorral, y menos, o nada, de prados y vacas"
Xuan Xosé Sánchez Vicente. JUAN PLAZA Tino Pertierra Oviedo | 11·04·23 | 04:00 | Actualizado a las 08:44 Xuan Xosé Sánchez Vicente cumple 55 libros. "Como yéramos" es el noveno de ficción narrativa. La obra, que se presentará el jueves en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA a las 19.30 horas, contiene catorce textos, uno de los cuales es una pieza dramática y otro una especie de narración-reportaje publicado en su día en este diario, donde colabora asiduamente. Y el resto, explica Sánchez Vicente (Gijón, 1949), son "cuentos, narraciones cortas. Su escritura llevó más de tres años, la acumulación de la materia convertida en ficción, o, si lo prefieren, en literatura, toda una vida". –La primera, facilina. ¿Cómo éramos y cómo somos? –Más pobres, más trabajadores, con más ilusiones, nos quejábamos menos. –¿Son relatos que invitan a la nostalgia, a la melancolía, a la amargura…? –A la señardá, muchos; al recuerdo, todos; al humor, alguno; a la emoción, todos. –¿Qué hilo conductor une sus catorce narraciones? –El tiempo: de comienzos del XX a los años 70 del siglo pasado. La vida y la gente común de Asturies, especialmente, la ciudadana, obrera y de menos posibles. Asimismo, alguna de clase media. –¿Qué lección nos dejó la Campaña del Rif? –Más muertos y miseria que lecciones. –¿La realidad y la ficción se dan la mano en su caso? –¡Hombre!, la literatura se sostiene sobre sí misma. Aunque casos y personajes sean reales (“históricos”), si no se hace literatura con ellos (estructura, ritmo, orden, vocabulario, sorpresa, humor…) no hay literatura. –Teatro, periodismo… ¿Estamos ante un caso de mestizaje literario? –La pieza teatral ("Hermanos") hay que explicarla: después de un año de darle vueltas, no pude resolver literariamente esa tragedia familiar (real) de la Guerra más que dramatizándola. La otra pieza, más reportaje que relato, se publicó en estas páginas y es el menos literaturizado de todos los textos. –¿Con esto de la Inteligencia Artificial peligra la tarea de un escritor? –Pues no lo sé. ¡Hombre!, vale para repetir lo que ya está dicho. Lo que está por decir, y por revelar, del mundo no puede decirlo. –¿De qué color es su humor? –Tierno, a veces; sarcástico, otras. Xuan Xosé Sánchez Vicente, con su nuevo libro. Xuan Xosé Sánchez Vicente, con su nuevo libro. –¿La literatura en asturiano goza de buena salud? –La literatura, como creación, sí; en cuanto a lectores, no. –¿Tiene alguna idea para enganchar a la gente joven con el asturiano? –Ahí tenemos la radio y la TV, sin utilizarlos para eso. –De protagonizar un relato, ¿quién daría más juego, Canga o Barbón? –Barbón, sin duda, fundamentalmente porque de Canga sabemos poco. La figura de Barbón es, además, más notable. –¿La oficialidad del asturiano se aleja? –Está siempre a la misma distancia de Aquiles que la tortuga. –¿Hay algún personaje real camuflado entre la ficción? –Son todos reales, naturalmente, literaturizados. Menos, evidentemente, los de "Manolín, el ñerbatu y el Fortnite". –¿Leyendo su libro sacamos mucha información sobre lo que fue Asturias y lo que es? –Mucha, mucha, especialmente sobre las clases trabajadoras (urbanas) y los paisajes y ambientes en que se desenvuelven. También sobre la Guerra Incivil. –¿Escribir es una cura para las heridas o más bien las reabre? –Depende del propósito y del receptor. Pero no es mala pregunta: hurgar no es bueno, en principio. –¿Lo de paraíso natural sigue vigente o va a menos? –Bueno, no es un mal eslogan. Pero llevamos camino de, en veinte años, ser cada vez más "paraíso" de monte y matorral, y menos o nada de prados y vacas. –¿Qué personajes de la historia reciente asturiana servirían para un novelón? –¡Hombre!, igual mejor, de las figuras más notorias, para una comedia bufa. Para un novelón de gozos y dramas, cualquiera de la gente común.
–¿Los relatos en castellano serían / sonarían distintos? –Seguramente en parte, las lenguas y las palabras tienen sus resonancias afectivas. No son lo mismo los pronombres enclíticos que los antepuestos, "Diosín", como decía el clásico, que "Diosito". Que nadie retroceda porque el texto esté escrito en mi lengua, a nadie que entre sin graves prejuicios le será difícil la lectura. No tendrá más obstáculos, al menos, que aquellos con que uno se encuentra al leer algunas páginas de Azorín, Delibes o Pérez de Ayala. Y ello sin contar con que el asturiano tiene sus peculiares resonancias emocionales y sus particulares bellezas expresivas. –¿Páginas alimentadas de veracidad? –Pues, efectivamente, salvo "Manolín, el ñerbatu y el Fortnite", toda la materia literaria que el libro contiene es materia "veraz", es decir, "histórica", o sea, sucedida. Gran parte de esa materia la he recibido a través de la familia o de personas próximas, una parte notable de la misma ha sido de mi conocimiento directo, si no estrictamente el "nudo" de lo narrado, sí las personas, el ambiente, los escenarios, lo que no quiere decir, obviamente, que cada uno de los escenarios esté ligado necesariamente a la persona ("personaje", en cuando convertida en sujeto literario). De entre todo, únicamente una historia, la de "Meruca", tiene un origen "externo": efectivamente, el Meruca, personaje real, vino a mí a través de las crónicas de sucesos de principios del siglo XX. –La portada es elocuente: una foto de Constantino Suárez con obreros en un taller mecánico de Gijón en 1937. –Tiene su importancia. Efectivamente, frente a otras opciones que me ofrecían los editores, ligadas al mundo rural antiguo, exigí alguna semejante a esta, porque lo retratado no es el mundo rural asturiano antiguo, sino el mundo urbano, fundamentalmente de las clases trabajadoras, aunque no exclusivamente, las que se desplazaban a trabajar en bicicleta, con pinzas en los pantalones y vivían, algunos de ellos, en ciudadelas, tres de las cuales, reales también, son el escenario de "Ciudadela", "Castañón" y "Agustín entró". –Hay humor. –Inevitablemente, dado el mundo que describen y como reflejo de él, ciertos relatos tienen un poso de dureza, la mayoría, aunque no deja de asomar el humor en algunos momentos, especialmente en "Meruca", "Fermina reviste a Osiris" o "Toc, toc". En otros, brota la esperanza, tales "Castañón", "Mercedes"; en ocasiones, el sarcasmo del narrador aparenta disfrazar la tragedia, como en "La verdá, que tuvo abonda suerte". –¿Temas? –Dentro de ese mundo que fue el nuestro, asoma la emigración infantil a América ("Tres camisines y tres mudes"), los abusos de los señoritos ("Ciudadela") junto con su compasión (ahí mismo) y, muy notablemente, la guerra, la del Rif, aunque tangencialmente, y la civil ("Agustín entró", "Hermanos") así como sus consecuencias, y el regreso de los emigrados. Mi escritura no es una escritura "feminista", pero sí realista, del mundo real, por eso en ella tienen protagonismo tan amplio las mujeres, "Mercedes", "Fermina", "Rosina Montes", "Tres camisines", "La verdá", la narradora de "Ciudadela"…

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