Incineración, sí.

(Ayer, en La Nueva España) INCINERACIÓN, SÍ O, con más precisión, incineradora. Pero déjenme antes citarles unas palabras del alcalde de Siero ante la subida de los precios de la recogida de basura: “Se paga el error de no hacer una incineradora” (10/11/2023). Permítanme ahora ir hacia atrás. El 24/07/2009 publicaba yo en La Nueva España un artículo titulado “El que venga detrás, que… arree”. En él recordaba que, cuando se produjo el nuevo Gobierno PSOE-IU, en el año 2007, pronostiqué, entre otras profecías cumplidas, que “en algunas cuestiones, como la eliminación de basuras, nos saldrá muy caro”. Y así es, como saben, pues el proyecto de incineradora del PSOE se suspendió en virtud de los acuerdos entre ambos partidos. Era el triunfo de la política metafísica, de la patada a seguir y del “el que venga detrás, que se…”. En estos momentos nos enfrentamos a un doble problema: uno, los costos de gestión de los residuos se han disparado y van a subir mucho más (es decir, usted y yo pagaremos más, directa o indirectamente); dos, el vertedero de Asturies, el de Cogersa -en el que ya se han invertido millones y millones-, está llegando al límite, esto es, pese a sus sucesivas ampliaciones, en muy pocos años no llevará más: habrá que buscar otro sitio. Como lo de la incineración es pecado mortal (ahora parece que también para el PSOE), una solución para lo que ya en la actualidad no se puede deglutir es buscar qué empresas pueden incinerar el actual sobrante no transformable sin que parezca que se incinera. Antes de seguir, y para no abrumarlos con datos, los remito a ustedes a dos amplios informes publicados en La Nueva España recientemente: https://www.lne.es/asturias/2023/10/30/factura-basura-asturias-subira-30-93996701.html#:~:text=La%20factura%20de%20la%20basura%20en%20Asturias%20aumentar%C3%A1%20en%2030,ciudadanos%20a%20partir%20de%202025; https://www.lne.es/asturias/2023/10/29/cronica-politica-debate-cogersa-esperar-93945289.html Miremos al exterior. Existen incineradoras en siete comunidades autónomas en España, once en total, y en Europa las hay en prácticamente en todos los países y ciudades: Londres, Berlín, París, Milán… Esto es, en todo el mundo, al parecer, subdesarrollado. Aquí no puede haberla, porque, por lo visto, solo en Asturies las dioxinas y los furanos vienen por la noche y, junto con la Guaxa y el Coco, se llevan a los ciudadanos que incineran a lo loco. Y vayamos al fin del vertedero de Serín. ¿Dónde se ubicará el próximo centro de reciclaje en la Asturies central, o en cualquier otra parte del territorio? ¿Cuáles serán los costos del transporte? ¿Y quién lo admitirá? ¿Se acuerdan ustedes cuando en los años 70 los camiones de cierta ciudad asturiana salían de noche, como salteadores, y vagaban por toda Asturies para poder depositar, si había suerte, la basura del día? ¿O lo que pasó en Vigo o La Coruña por aquellas fechas? Les daré otra opinión, al margen de la mía. La de Rodríguez Fano, viceconsejero en su día de Medio Ambiente (por el PSOE): “La solución es la incineración, como se hace en otras comunidades, por ejemplo, Cantabria, Galicia y el País Vasco, y en otros países”. Un tema colateral: ante la subida inminente y abultadísima de los costos por reciclar, los ayuntamientos protestan. Los d’Uviéu y Xixón quieren que sea la autonomía (el Gobierno asturiano) quien asuma el coste. Me da la risa y me indigna este tipo de “exigencias”. ¡Como si por asumir las cargas esa Administración no fuésemos usted y yo quienes pagásemos, bien mediante más impuestos, bien con peores servicios (sanitarios, por ejemplo)! Claro que, así, las corporaciones locales disimularían con el engaño. La política que se ha seguido en esta materia (y la que parece se va a seguir) por las fuerzas de izquierda asturiana (y habría que ver si las derechas, de gobernar, no harían lo mismo), la política del avestruz, me parece tanto una estafa como un engaño. Porque su actividad no consiste en solucionar los problemas de los ciudadanos ni en afrontar los retos de futuro, sino en hacer ver como que esos problemas no existen o en contar las cosas de forma contraria a lo que son. ¿Objetivos? Llegar sin sobresaltos al cobro en las urnas del próximo rédito del capital invertido; ser premiados en las listas por los gerentes de la empresa (que es siempre Madrid). ¡Y el que venga detrás, que… arree!

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