¡Qué emoción! ¡Qué sofistería!

(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU ¡QUÉ EMOCIÓN! ¡QUÉ SOFISTERÍA! Primero, la emoción. Después que don Pedro convocase el sábado 28 el sanedrín de sus fieles para darles la gastada nueva de que iba a pactar con Sumar y con quien le diese la gana o pudiese, en las condiciones que le diese la gana o pudiese: domingo 29, mitin de Salvador Illa : “La amnistía es la mayor muestra de afecto de España a Cataluña”. ¡Qué cursilería! Y dos sinécdoques. Volvamos atrás, al momento en que todos menos uno se levantan a aclamar al líder. ¿Quién? García-Page, que sostiene que la amnistía es un error. ¿Y qué dicen de él sus compañeros? “No necesitamos quijotes”. “Traidor”, incluso, lo han llamado. O que quien necesita una amnistía es él por lo que ha dicho. Minutos antes. Las palabras de don Pedro: “En el interés de España defiendo hoy la amnistía por los hechos acaecidos el 1 de octubre”. “Cataluña está lista para el reencuentro total”. He ahí una figura retórica llamada sinécdoque, llamar el todo a lo que no es más que una parte. ¿O es que todos los excargos del PSOE que están en contra no son España? ¿O es que los miles de catalanes víctimas del independentismo y temerosos de que vaya a más no son Cataluña? Otra, de sofistería: “No queda más remedio que hacer de la necesidad virtud”, dijo don Pedro. La frase significa “aguantarse con lo (poco) que hay”, pero él quiere decir otra cosa: “Convertir en virtuoso lo que nos obliga a hacer la necesidad”: tragar con lo que sea para gobernar y decir que es por el bien de todos. Para al final del discurso, reconocer la realidad: sin ese trágala (la necesidad) “no es posible mi gobierno” (la virtud), progresista, por supuesto, y feminista y... ¿Sería una impertinencia decir que, de entre la militancia, quienes están en el negocio muestran más entusiasmo que quienes no lo están?

No hay comentarios: