EL PREMIU NACIONAL DE LLITERATURA NEL CUADRAXÉSIMU PRIMER DÍA DE LES LLETRES ASTURIANES
Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
Esti vienres: El Premiu Nacional de Lliteratura na XLII Selmana de les Lletres
Ayer, en La Nueva España: Predicar trigo y darlo
EL TRIGO: PEDRICARLO Y DARLO
El verano me entusiasma porque durante él se realizan excavaciones que van poniendo al descubierto un pasado que ignorábamos o concretándolo en imágenes. Las de La Carisa, por ejemplo, y nuestra resistencia a Roma; el pecio hallado en el Eo que venía a comerciar con los habitantes de los castros; los continuos hallazgos en Gauzón, donde se fabricó la Cruz de la Victoria, entre los cuales me emocionan dos alquerques con cuyo juego la tropa del castillo se entretendría…
Pero es la hora también de las quejas. En Peñerudes se quejan del estado del Turruxón, como también se quejan del de su lugar en Cenero o como lloramos el de Tudela. Asimismo sobre los palacios se derraman lágrimas en algunos concejos. De todas formas, habrá que irse haciendo a la idea de que no nos es posible conservar tanto patrimonio (como los hórreos), y de que, al margen de mejorar la legislación, si acaso, no hay trigo para tantos peticionarios.
Porque una cosa es pedirlo, otra prometerlo y otra darlo. Lo sabe bien el presidente Barbón, que junto a sus mensajes animosos va dejando en las últimas semanas un largo rastro de lágrimas y quejas por el siempre insuficiente dinero: no lo tenemos para cofinanciar los proyectos del maná europeo, demandamos que se aflojen los límites del déficit y del endeudamiento, porque, si no, seríamos incapaces de elaborar los presupuestos de 2021. Y es que una cosa es predicar eficacia y voluntad y otra dar trigo.
De todas formas, a don Adrián habría que recordarle que tanto su Administración como la de los ayuntamientos acrecentarían notablemente sus ingresos si actuasen con más diligencia para los permisos de obras e inversiones, puesto que los paralizan durante meses y años. Y esa ineficacia se ha multiplicado exponencialmente con la pandemia.
“Devuelvan al menos la Administración a su nivel de ineficacia anterior”, he aconsejado aquí hace tres semanas.
Ayer, en La Nueva España: ¿Quién paga?
¿QUIÉN PAGA?
Un
familiar próximo tenía una expresión que usaba siempre que alguien proponía un
gasto, fuese como inversión, para cubrir una necesidad o con una finalidad
ligada al ocio: ¿quién paga? Quería así subrayar que no existe nada que sea
gratuito y que de algún sitio (esto es, de alguien y del algún acto productivo
previo) tiene que salir el dinero. Una versión más sencilla y más universal, a
fin de cuentas, que el antiguo y teatral “no hay plazo que no se cumpla ni
deuda que no se pague”.
Lo
saben de sobra: estamos cerca del 20% de gente en paro; tenemos un millón de
personas al borde del abismo, en los ERTE; nuestra deuda se ha disparado al
110% del PIB; la previsión de déficit para este año supera el 9%; el de las
pensiones sigue aumentando; crece exponencialmente el número de personas que
cobran por no trabajar, ya por haber cesado recientemente de hacerlo, ya por no
haberlo hecho nunca o haberlo hecho hace mucho tiempo; en el mes de julio ERTES
y despidos se habían comido ya los 21.300 millones de euros que nos van a
llegar de Europa…
Y,
sin embargo, la ciudadanía alegre y confiada exige y pide y el Gobierno da como
si no llegasen los plazos ni se pagasen las deudas o, mejor aún, como si
hubiese un depósito sin fondo del que se pudiese sacar y sacar sin que jamás se
agotase, al modo en que aquel ingenuo creía que el burru cagarriales que le
vendían en la feria eyectaría monedas de oro a voluntad con solo levantar su
rabo (el del burro).
Aquí
tienen ustedes una breve y escogida lista de qué sectores piden subvenciones o
indemnizaciones: los hosteleros, en general, los hoteleros, los propietarios de
establecimientos dedicados al ocio nocturno (también los consagrados a la
prostitución y las –y, supongo, aunque menores en número, los– allí
ejercientes), los feriantes, las orquestas, las empresas que han tenido que
cerrar por enfermedad, por no poder exportar o por contracción del mercado,
aquellas cuya actividad ha menguado notablemente... e tutti quanti.
Yo
comprendo que quien no llora no mama. Pero esta ignorancia (voluntaria) sobre
la fuente del dinero, este no querer saber quién paga no es ceguera solo de
particulares o empresarios particulares, lo es también de las instituciones y
de colectivos. Estas son algunas de las demandas hasta un futuro sin límites (solo
titulares): “Los autónomos piden reestablecer la prestacion extraordinaria por
cese”. “La FADE reclama ayudas a la contratación y ayudas fiscales a las
empresas”. “Los empresarios turísticos piden los ERTE hasta 2021”. Garamendi,
presidente de la patronal española: “Hay que alargar los ERTE hasta 2021”. Y
naturalmente, UGT, CCOO, USO y FADE se suman con entusiasmo a la propuesta.
También el Gobierno central, aunque con alguna reticencia respecto a la
duración de los ERTE: “no dejaremos en la cuneta a nadie”, “alargaremos los
ERTE el tiempo necesario”.
Y,
si ayer constreñía el uso de los remanente por los ayuntamientos, hoy les abre
la mano parcialmente: suspende la regla de gasto sin desbloquear los remantes.
Y, ¡cómo no!, el fenómeno más disparatado de este “cansino rabo de Europa por
desollar”, también quiere más leña en la hoguera: “Podemos exige incrementar el
gasto para aparcar subidas de impuestos en los presupestos”, y la ministra de
Trabajo se opone a cualquier modificación en las condiciones de jubilación
desde la ensoñación de que el trasero del burro es una fuente que mana
inagotable.
Decía
mi abuela que “onde nun hay tasa ponse ella”. A lo que podríamos añadir
aquellos versos –hechos, ciertamente, con otro sentido– de Quevedo: “De ayer te
habrás de arrepentir mañana, y tarde y con dolor serás discreta”.
PS.
En general, todas las medidas económicas que hasta ahora se han tomado o
programado se han hecho bajo el cálculo de que la crisis del Covid se
terminaría una vez pasada la primera oleada y acabado el confinamiento. Sin
embargo, la crisis va a durar mucho más. La perspectiva aún no se ha
modificado.
Premiu Nacional de Lliteratura
CUADRAXÉSIMU SEGUNDU DÍA DE LES LLETRES ASTURIANES
EL PREMIU NACIONAL DE LLITERATURA
El próximu 2 d’ochobre, vienres, va celebrase’l cuadraxésimu Día de les Lletres Asturianes (¡Yá van años!), que s’aplazara en mayu pola situación d’acorripiamientu o acorraxamientu provocada pola pandemia.
D’aquella, por tanto, nun pudo procedese a l’actu de la entrega del Premiu Nacional de Lliteratura, que nesta segunda edición, tuve la suerte que recayere na mio persona. Pues bien, xunto col nomamientu como Correspondiente de Pablo Rodriguez Medina y l’habitual discursu del Presidente l’ALLA, Xosé Antón González Riaño, va llevase a cabu l’actu aplazáu naquella fecha.
Por ciertu, con motivu d’ello asoléyase una antoloxía de lo mio obra lliteraria y filolóxica (poesía, teatru, novela, cuentu, estudios lliterarios y llingüísticos). Esta ye la semeya la so portada.
Ayer, en La Nueva España: Pallabres ensin pesu, pallabres posaes
PALLABRES
ENSIN PESU, PALLABRES POSAES
A diariu atopa uno nos medios
pallabres ensin pesu, pallabres que nun tienen más sustancia que los fonemes
colos que se sustancien, yá porque nun sepa bien lo que diz el que fala, yá
porque quiera ocultar daqué.
“Que se sepa la música no transmite el virus”, diz José Luis Álvarez Almeida, presidente d’OTEA, pa quexase del pieslle de los bares nocherniegos. Y ye verdá, pero, al marxen d’otres cuestiones, sabe bien qu’eso ye un sofisma: la música nun tresmite’l virus, pero pue trespasase ente los clientes qu’acuden a les hores del esperteyu a sentila y tomar copes.
Un rapaz de les Nuevas Generaciones del PP de Xixón paxarea’l so apoyu al xoven de Wiscosin que mató a tiros a dos manifestantes negros. Poco dempués el pío-pío retírase y el rapaz diz que lu trinó por error. Falso. Trinólu porque-y paeció bien facelo. Nun fue un “error”, como’l del que pon “gata” por “gota”, como quier dicir. Si acasu, fuelo nel sentíu que tien na famosa frase de Fouché, viendo les repercusiones negatives que pa Francia tuvo’l fusilamientu del duque d’Enghien: “Ye peor qu’un crime, ye un error”.
Pallabres ensin pesu, pallabres de disimulu
Llamóme l’atención una entrevista que LA NUEVA ESPAÑA fai a dos cineastes, Marcos Merino y Marta F. Crestelo, nel especial del Día d’Asturies. Poques vegaes vi tanta claridá nel análisis de lo que nos pasa: el nuestru conservadurismu, el nuestru mirar hacia atrás que nos convierte n’estatues de sal, la señardá permanente de la industria del pasáu y l’esperar siempre polo público y l’Estáu, la desconfianza hacia lo nuevo, la falta d’unidá y proyectu común, l’ausencia de tresmisión de la historia y la cultura, l’avergoñase o menospreciar lo nuestro, los mitos de l’obrerismu, el disparate de formar mozos pa la emigración…
Pallabres de pesu. Dícennos, valiéndonos d’Ortega: “Nun queremos saber lo que nos pasa y eso ye lo que nos pasa”.
Ayer, en La Nueva España: La mentira, la comedia y el concilio
LA MENTIRA, LA COMEDIA Y EL CONCILIO
Lo saben de sobra. La política española está llena de mentiras y mentirosos. Sin disimulo. Sin pudor. A la luz del día. He aquí algunas de las últimas, de las ultimísimas: doña Celaá manifiesta que no habrá bajas retribuidas para aquellos padres cuyos hijos queden en cuarentena sin dar positivo en covid. Dos días después don Iglesias dice que va a haber. Dos más tarde, doña Yolanda dice que ya está legislado (falso, el programa que contempla esas ayudas concluye el 24 de este mes). Cuatro más allá, don José Luis (el de la renta mínima como socorro de necesidad perentoria y respuesta inmediata, ja, ja, ja), que está en estudio. ¿Ineptidud? ¿Ignorancia? ¿Babayería? No. Lo del concilio.
He aquí que una gran parte de los ayuntamientos, especialmente los del Partido Popular, se manifiestan con extremada hostilidad contra la pretensión del Gobierno de tomarles en préstamo sus remanentes de tesorería, que no pueden usar por una ley de Montoro aprobada durante los años de la crisis de los años diez. Apelan a la justicia y claman contra “el expolio”. Bien, pero hasta hoy estuvieron achantados, sin poder usar igualmente los remanentes. Quienes ahora, más o menos, están conformes con la propuesta del Gobierno son los municipios socialistas, que, mientras gobernaba el PP, clamaban contra la ley de Montoro y, encabezados por el propio Pedro Sánchez, calificaban aquello de atraco y pedían usar libremente esos dineros. Ya ven cómo es la comedia. Por cierto, con eliminar la ley ya estaría resuelto el problema del gasto de los remanentes municipales. ¿Lo ha propuesto el Gobierno?
Sigamos. He aquí que Podemos jura y perjura, como Aníbal ante su padre Amílcar, odio eterno a los de Ciudadanos, y que con ellos no acordará nunca unos presupuestos. Días después dice que no le gusta, pero que todo sea por el pan, digo, por la patria, esto es, por los desfavorecidos.
Pero la más gorda, gorda, tanto que nun entra en prau, la de don Pedro: nunca pactaría con Podemos/Pablo, y solo pensarlo, juraba, le quitaba el sueño. Pero posteriormente, ambos cuyos epónimos son los distinguidos apóstoles cristianos, al igual que los Micifuz y Zapirón de la fábula, hacen caso de conciencia y llevan a cabo lo que decían no iban a hacer así cayese el cielo sobre sus cabezas: arrejuntarse.
¿Creen ustedes que todo esto no son mentiras y comedias, sino cambios de posición, mejor valoración de la realidad, ataques de realismo? Están equivocados: lo dicen porque saben que es lo que queremos oír, por eso nos mienten en cada ocasión con lo que estiman oportuno, sabiendo, además, que la memoria del ciudadano en estas materias es más efímera que el placer del sexo, según la valoración que hace Lord Chesterfield en carta censoria a su hijo.
El concilio de Gangres, allá por el siglo IV, condenó a un
heresiarca llamado Eustacio, quien afirmaba que, siendo Dios infinito, no se lo
podía confinar en el recinto de los templos. La respuesta del concilio fue que
no era a Dios a quien se encerraba en los templos, sino a los fieles.
De manera semejante, las
preocupaciones, ocupaciones, discursos, actuaciones de los partidos políticos
no versan fundamentalmente sobre la teología o la divinidad, sino sobre los
fieles que están encerrados en sus respectivas iglesias; no sobre los problemas
de la vida real de los fieles: sobre cómo manteneros aherrojados en la fe, y, para
ello, decirles lo que creen que quieren oír.
Especialmente, en estos tiempos
en que parece hacerse más certero y vívido aquel diagnóstico de Ortega y Gasset
de 1916 tras una visita a Xixón: “Hubo, sin embargo, largas y ardientes
disculpas que dividieron en dos bandos acérrimos a los gijoneses [muselistas y
apagadoristas], como hoy se dividen en germanófilos y francófilos y mañana se
dividirán de otra manera, porque a los buenos españoles les es el mundo
pretexto para querellarse los unos contra los otros”.
Y todos ellos saben bien como
excitar o retener a los suyos, con el sildenafilo de sus comedias o con el
sahumerio de sus mentiras.
Ayer, en La Nueva España: Poso la montera
L’APRECEDERU
POSO
LA MONTERA
Como desde hace veintinueve
años, se ha celebrado en el Teatro Prendes de Candás el Salón de Teatru Costumista Asturianu, que patrocina LA
NUEVA ESPAÑA.
Los
autores que en él se representan y las compañías que lo hacen continúan una
larga tradición que arranca a principios del XX, y en la que destacaron
inicialmente, por solo citar un ejemplo de cada, Pachín de Melás y la Compañía
Asturiana de Comedias. Lo habitual es que las piezas tengan un contenido
melodramático o cómico, aunándose, por lo general, ambos aspectos. Por otro
lado, si bien las representaciones suelen recurrir al repertorio clásico,
actualizado en referencias, chistes o sentimientos, ningún año falta el estreno
de nuevas obras, ya colectivas, ya de autor.
Este
tipo de representaciones tiene, como el de la tonada, un público tan entusiasta
como fiel, para el que el Salón viene a representar un excepcional festival de
lo clásico y de lo nuevo.
Merece
la pena subrayar el esfuerzo que este año ha representado la celebración del
festival y el cuidado puesto en ello, tanto por la organización como por los
grupos teatrales, que han tenido que bregar con las dificultades de reunión y
comunicación de la pandemia. Aun así, han participado un total de doce elencos,
con un total de ocho estrenos, seis de ellos absolutos. Felicidades y
enhorabuena.
Sería
injusto concluir este artículo sin una mención especial a Alain Fernández, que
dirige el Teatro Prendes, y, por supuesto, el Salón. Su dedicación, entrega,
entusiasmo y acierto son memorables.
Y, de la misma forma, hay que felicitar al
Ayuntamiento de Carreño y a las sucesivas corporaciones, por el sostenimiento
del teatro, sí, pero también por tantos actos culturales e instituciones que
siempre han sido objeto de especial cuidado y empeño a lo largo de muchas
décadas.
Quizás
porque Carreño ha sido la patria del padre de nuestras letras, Antón de
Marirreguera.
Poso la
montera.
Ayer, en La Nueva España: Moderadamente pesimista
MODERADAMENTE PESIMISTA
En 2022 celebraremos el XIII centenario de la batalla de Covadonga. ¿En qué condiciones lo haremos? La pregunta no es meramente retórica. Si Covadonga (o el inicio del Reino) supuso la ruptura con una situación terrible y el comienzo de una nueva época mejor, nos enfrentamos hoy, asimismo, a una grave crisis –evidentemente, no de aquella entidad, pero grave– de la que no sabemos cómo vamos a salir, si igual, mejor o capitidisminuidos.
Si ustedes han seguido con atención las entrevistas que en este diario se han venido publicando desde hace meses con profesores universitarios, economistas, profesionales de la empresa habrán visto que las respuestas no invitan al optimismo, ya porque así se expresen directamente los entrevistados, ya porque sus propuestas o lo que entienden como necesidades ineludibles (llegar, por ejemplo, a los 500.000 empleos para no ver peligrar nuestro futuro) parecen estar muy lejos de nuestro alcance.
Como antecedente, señalan algunos de los encuestados el de los fondos mineros, un auténtico despropósito en su gestión, ya que no propiciaron la aparición de empresas con futuro y la creación de empleo. Es cierto que ese despilfarro ya no podrá darse, pues los fondos europeos vendrán condicionados a la inversión en determinadas actividades, fundamentalmente de transformación digital y energética. Pero el antecedente apunta a uno de los principales problemas de nuestra sociedad: la estructura de poder –y, por tanto, de decisión– y el discurso y la mentalidad generales, que son, fundamentalmente, retardatarios, mirando siempre más a repetir el pasado que a abrirse al mundo. Ese conservadurismo es en Asturies consustancial con la izquierda y sus satélites –incluida la de las nuevas iglesias–, pero también con las derechas. Y ese conservadurismo, profundamente vicario, además, del centralismo, no ayudará en nada para el esfuerzo de remodelación e innovación que se requiere. Somos, además, muy dados a la palabrería poco a la práctica. “Asturias debe desterrar el “hay que hacer”– manifestaba Enrique Macián, directivo de Du Pont– y centrarse en tener planes estratégicos”.
Nuestra estructura empresarial es, por otro lado, muy débil: con poco capital y muy pequeñas la mayoría de las empresas, tienen escasa capacidad para trazar y abrazar proyectos complejos y de envergadura. Necesitaremos, pues, abrirnos a buscar inversores o empresas que quieran venir aquí, o propiciar una improbable concurrencia entre las nuestras para diseñar y gestionar proyectos. Y, para todo ello, la competencia de las demás autonomías será feroz: lo que no lleve uno lo llevará otro.
Por otro lado, el tiempo acucia: entre el 2021 y el 2023 deberán estar realizados los proyectos, en el 70% en el 2022. Tampoco es cosa menor la cofinanciación de las autonomías: si las cosas siguen así, Asturies debería sufragar el 40% de cada proyecto, como el Presidente asturiano subrayaba con quejas en LA NUEVA ESPAÑA del 4/08/2020, ya que nuestra capacidad de endeudamiento es prácticamente nula.
Haría falta, en otro orden de cosas, mejorar la relación de nuestra enseñanza con la realidad económica. Con otra imbricación de la Universidad y el mundo empresarial, entre la Formación Profesional y ese mundo. Formar cerebros para que emigren año tras año es un dispendio. Nuestra FP es escasamente efectiva y los planes FP-empresas no tienen mucho atractivo para estas.
Tenemos, además, un Gobierno central tóxico, lo que en nada ayuda a la inversión ni al empleo. Tóxico en la medida en que es un equipo de discursos sagrados, y, así, ha adelantado la transición el carbón o creado problemas innecesariamente con el automóvil, destruyendo tejido y empleo. Es tóxico por su orientación económica y su desconfianza hacia el capital y el empresario. Así, mientras Alemania y Francia bajan impuestos a los centros de actividad, el discurso aquí de buena parte del Gobierno es el de subir esos impuestos; hablan, incluso, de nacionalizaciones. Tóxico en fin, porque, con su política general y autonómica, con sus contradicciones, provoca inseguridad, lo que es contrario a la inversión.
Digamos fundamentalmente que en la Administración existe, asimismo, un obstáculo de envergadura. Si era hasta ahora torpe, retardataria, entorpecedora de la actividad económica, desde la pandemia está prácticamente desaparecida: nadie coge los teléfonos, es imposible saber si uno está en un ERTE o imposible devolver el dinero recibido indebidamente desde que se ha reincorporado al trabajo, es tarea hercúlea dar de alta a un empleado en la SS, y no digamos ya nada de los trámites cotidianos. Así las cosas, ¿qué va a funcionar?
El Gobiernu asturianu se propone reformar la Administración: bastaría con que la devolviese a su estado de ineficacia tradicional.
Ayer, en La Nueva España: Todos a la escuela
TODOS A LA ESCUELA
Los demás. En Europa, y, en general, en el resto del mundo, las aulas están abiertas. Con enseñanza presencial. ¿Hay contagios? Los hay. ¿Se cierran aulas o colegios? Se cierran, pero su cierre es coyuntural y la tendencia y la voluntad es que la enseñanza siga siendo presencial. Y si eso lo hacen los demás, ¿por qué nosotros vamos a ser distintos? Y por si anima a los reticentes, la comisaria de Salud de la UE, Stella Kyriakides, acaba de declarar que diversos estudios en países distintos indican que “la transmisión de niño a niño en las escuelas es rara y que la reapertura de las escuelas no se ha asociado con un aumento significativo de infecciones”.
Escolares y enseñanza presencial. La enseñanza ha de ser presencial. En primer lugar porque se aprende más y mejor en la interacción con el profesor y los compañeros. En segundo lugar porque uno de los objetivos fundamentales de la enseñanza es la socialización del individuo, que solo se produce, obviamente, en relación con los demás. Pero, además, la presencia conjunta en las aulas facilita la adquisición de hábitos que en casa se adquieren con dificultad: la disciplina de horarios y tareas, el contraste de puntos de vista y de discursos ante la vida, los límites sociales...
La experiencia y la enseñanza a distancia. La enseñanza a distancia, que algunos preconizan, no permite evidentemente el ejercicio y adquisición de hábitos y habilidades como los antes señalados. Su efectividad, además, no se sustenta en que el alumno tenga buen ordenador y buena conexión a internet, sino en el tipo de familia que tenga y, por tanto, en el ambiente en que se mueva. Por otro lado, la experiencia de estos pasados meses de encierro nos ha enseñado algunas cosas: un porcentaje no pequeño de alumnos no se ha conectado con sus profesores, lo ha hecho a destiempo o no ha realizado las tareas. Pero, sobre todo, la experiencia común es que los mozos se han sentido desanimados y desmotivados, con poco estímulo para realizar sus tareas o marcarse obligaciones. Que luego el número de aprobados haya sido el más alto de toda la historia, incluidas las pruebas de selectividad, constituye una prueba del fracaso de la enseñanza en ese período (y de otras cosas).
Los padres, su miedo y su trabajo. Entiendo que muchos padres tengan miedo por lo que les pueda pasar a sus hijos. Ahora bien, me hago algunas preguntas. ¿Parte de esos padres temerosos son algunos de aquellos que tienen a sus hijos circulando en la proximidad de las terrazas, o con ellos, mientras toman algo? ¿Aquellos que les permiten jugar con otros sin apenas mantener los cuidados pertinentes? Pero, sobre todo, una fundamental. Aquellos que no quieren que sus hijos vayan a la escuela en esta situación, ¿cómo van a cuidarlos? ¿Trabaja uno solo de ellos? ¿No trabaja ninguno? ¿Piensan dejarlos con familiares mientras trabajan? Un censo de estas situaciones nos daría un interesante panorama sobre el empleo, el paro y otras cuestiones conexas en España.
El trabajo y la empresa y el Gobiernu y el Gobierno. El Gobiernu ha tomado una serie de decisiones sobre la escuela y su organización que tienen consecuencias sobre el trabajo de los padres y las empresas. La primera, retrasar el comienzo de curso. ¿Los padres que tienen que trabajar qué hacen en tanto? Parece, por otra parte, decidido a que, a partir de segundo de la ESO, la mitad de los alumnos alternen la escuela presencial con la de sentados en casa. ¿Quién está en el hogar con ellos mientras tanto? Porque parece olvidarse que, suponiendo que los padres tengan empleo, han de abandonar su puesto de trabajo durante esos períodos, con lo que eso entraña no solo en lo relativo a su salario, sino con respecto al normal funcionamiento de las empresas y su sostenibilidad. ¿Quién paga esos salarios? ¿Los pierden ellos? ¿Los pierde la empresa? Y, por otro, lado, ¿está legislado cómo solventar esas ausencias, en materia de salarios, en materia de permisos, en materia de costos empresariales? Pues no. Ya ven, Demóstenes-Celáa dice que hay que legislar, Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo, dice que ya está resuelto, pero no es verdad, lo que hasta ahora había legislado con carácter temporal, el plan Me Cuida, que impulsa los acuerdos personales entre la empresa y el trabajador, termina su vigencia el 22 de septiembre.
¿Quieren que, al respecto, les diga algo sobre este Gobierno? ¿Para qué? ¿Han pensado ambos, siquiera, Gobiernu y Gobierno, sobre estas cuestiones? ¿Han buscado soluciones? Ustedes mismos. De nuestro Gobiernu se puede decir, además, que llevado por su celo, pretende que los padres firmen un “compromiso de responsabilidad”, según el cual no llevarán a sus hijos a los colegios si tienen fiebre o “síntomas compatibles con el coronavirus”, es decir, tos, carraspera, mocos, dolor de garganta… ¿Esto tipos saben lo que es un invierno? ¿Saben lo que son los rapazos de poca edad durante esa época, afectados frecuentemente con “síntomas compatibles”?
Las empresas, el empleo y la natalidad. ¿Y alguien ha pensado, a todo esto, en las empresas y, por ello, en el empleo? ¿Saben lo que supone que los puestos de trabajo se vacíen de forma imprevista y queden sus funciones sin cubrir? ¿Piensan que todo ello va a animar a contratar padres con hijos o con posibilidades de tenerlos? Porque no es solo una cuestión de salarios ni de ganancias, sino también de seguridad en el cumplimiento de los compromisos con terceros y, en último término, de competitividad y supervivencia. ¡Buen estímulo para el crecimiento demográfico!
¿Cómo dicen que decía Xovellanos en su delirio de muerte? ¡Ah, sí!: «¡Nación sin cabeza!».