Empleos, fantasías, irresponsabilidades

(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU EMPLEOS, FANTASÍAS, IRRESPONSABILIDADES Llaman siempre mi atención los datos y opiniones relativas al paro y a los empleos. España ha establecido convenios internacionales a fin de traer trabajadores sudamericanos para la hostelería y la construcción. En el ámbito de la agricultura, el trabajo en muchas comunidades lo realizan aborígenes de otros países. Ello contrasta con el número de parados, que ronda los tres millones. La hostelería, la construcción, el transporte y otros sectores no encuentran, o lo hacen con dificultad, empleados. Ocurre con frecuencia que quienes concurren a esos sectores o son llamados a ellos no quieren el trabajo. Me limito a copiar: “Los problemas de empresarios gijoneses del turismo para encontrar personal: «Se ven pocas ganas de trabajar»”. Empresas locales alertan de graves dificultades para cubrir puestos de camarero, cocina y recepción: «Quieren trabajos menos sacrificados». «Hay quienes nos piden que los rechacemos, porque si les hacemos contrato pierden la paga». Son referencias asturianas, pero lo mismo repiten empresarios de toda España. Ante esas informaciones, saltan inmediatamente los sindicatos: si el salario y las condiciones fuesen otras, nadie rechazaría el empleo. Aceptémoslo, y obviemos si pueden ser distintos, pero lo que es evidente es que quienes rechazan esos empleos tienen medios de subsistencia suficientes, ya el cobro del desempleo, ya otros. A subsanar los problemas del desempleo no colabora en nada el Gobierno. En el decreto mangaráu que fue rechazado el 22 de diciembre, había una serie de medidas económicas urgentes para estimular la inversión o facilitar la vida de las empresas, así las ayudas para la industria electrointensiva -de la que dependen miles de empleos- o el plan MOVES III -relativo a los coches eléctricos y sus conexiones a la red-. ¿Se han vuelto a llevar esas medidas a las Cortes? El ministro Jordi Hereu, el 12 de febrero, dice que “se está trabajando en ello”. Y así andamos. Con Montero y Díaz a la greña.

No hay comentarios: