Les interesantes y atinaes opiniones d'un economista

Asoleyamos equí una entrevista con Jesús Fernandez Villaverde, un economista caderalgu na Universidá de Pensilvania. Publicóse en La Nueva España del 27/05/12.

Les sos opiniones paécennos interesantes y coinciden na dirección principal colo que tanto'l PAS como yo venimos calteniendo dende fai más de 25 años. ¡Llástima de ceguera, de cobardía y d'adocenamientu! ¡Llástima d'eso que se llama "pensamientu"! ¡Y cuántu aprovecháu (material o n'espectativa d'ello) del discursu dominante! Pero, en fin, onde nun hai tasa ponse ella (o "dientro de cien años, toos calvos").

«O Asturias cambia el chip, o en veinte años se queda como un parque nacional»

«La región ha estado con la cabeza metida en la tierra, pensando que esto se arreglaba con subvenciones»

«Si damos una educación bien orientada, en cinco o diez años habrá gente emprendedora generando ideas»

Jesús Fernández Villaverde en semeya de Luisma Murias pa LNE

El economista asturiano Jesús Fernández Villaverde -nacido en Madrid en 1972, aunque toda su familia es de Lena y de allí se considera- es catedrático en la Universidad estadounidense de Pensilvania y uno de los miembros más activos del llamado «grupo de los cien», colectivo de intelectuales ligado a la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), de orientación liberal. En esta entrevista expone su diagnóstico sobre Asturias: «Lleva quince o veinte años con la cabeza metida en la tierra».

-Asturias cambia de Gobierno tras un año de convulsión política y parálisis presupuestaria. ¿La factura de los daños es alta?

-Lo es. Hay nuevo Gobierno, pero tengo mis dudas de que haya estabilidad, porque el PSOE tendrá que contentar a la vez a IU y a UPyD, y será difícil. Históricamente el PSOE ha tendido relativa habilidad para pactar con aliados difíciles, pero creo que no se ha resuelto el problema de la estabilidad a medio plazo. Y esto ocurre con las cuentas públicas particularmente mal y en medio de una crisis muy fuerte.

-Esa crisis ha pillado a Asturias sin haber completado su transición económica...

-Está agravada por un problema estructural que arrastramos desde hace décadas. Lo ilustro con un ejemplo gallego: hace cuarenta años, Xosé Manuel Beiras publicó un libro sobre el atraso económico de Galicia que se convirtió en el origen del nacionalismo gallego moderno. En 1972 a nadie se le hubiese ocurrido publicar algo así sobre Asturias, entonces una región rica. Ahora vemos que hay partes de Galicia que han conseguido un desarrollo importante, mientras que Asturias, en general, no ha sabido gestionar el cambio de modelo del carbón y la siderurgia hacia otro basado en el capital humano, la tecnología, la investigación?

-¿Ha fracasado el modelo de reconversión que se siguió en Asturias?

-Yo lo veo básicamente en mi pueblo, en Pola de Lena. Me cuenta que han prejubilado a la gente con cuarenta y pocos años. ¡Es que es mi edad!? El modelo ha consistido en meter dinero y subvenciones. Otro ejemplo: la gente dice que la Autovía Minera está bien, ¿pero era verdaderamente una prioridad? La última campaña electoral me deprimió mucho, de nuevo con los líderes hablando sobre los fondos mineros. Parece que nadie se ha sentado a pensar, por ejemplo, qué pasa con la Universidad, por qué no está al nivel que podría tener. La discusión política y de la sociedad no se ha centrado donde debiera, en tener una buena educación. Los vascos lo ha hecho mucho mejor que nosotros, con una política más sensata en educación y tecnología.

-¿Qué falló?

-La salida no es buscar un caballero blanco, darle un porrón de dinero a la Thyssen o otra empresa en subvenciones para que se instale. Sí puede serlo tener un buen departamento de Informática en la Universidad del que sale un chico o una chica muy listos que decidan el último día de la carrera montar una cosa que de pronto se convierte en una gran empresa. Es el ejemplo de Google: dos alumnos de Standford, con buen apoyo intelectual de la Universidad y facilidades para emprender. No les dan una subvención, pero tampoco les exigen dieciocho papeles para empezar. Y existe acceso al capital riesgo, algo que aquí no está valorado. En España no hay una cultura de tratar bien a la gente emprendedora. Si los creadores de Google van con sus 23 años a pedir financiación a un banco en España, les dan la vuelta, mientras que para otra persona de 45 años y con corbata puede aparecer el dinero. Asturias necesita un cambio de chip y corresponde al presidente regional, como líder natural, transmitir ese cambio a la sociedad.

-¿Qué capacidad de maniobra tiene un Gobierno regional en circunstancias tan adversas como las actuales?

-Es relativamente claro. Una de las ventajas como dirigente regional es que no te tienes que preocupar de política monetaria y otras de ámbito semejante, sino de procurar que la educación vaya bien y de que sea fácil abrir una empresa. El Estatuto de Autonomía te da margen para ello. El problema es que a los políticos lo que les gusta es inaugurar estaciones del AVE. Cambiar los estímulos para premiar a los mejores profesores y que funcione mejor la educación es algo mucho más gris, pero muy importante. Se puede orientar el modelo productivo, evitar gastar dinero tontamente, transmitir a la sociedad que los problemas son muy serios y regenerar el capital social que existe, que es una de las claves de lugares como el País Vasco.

-Allí hay una tradición empresarial muy potente; aquí escasean los emprendedores...

-No creo que el asturiano en sí mismo no sea emprendedor. Fíjese de la cantidad de los que hay por el mundo. Pero tradicionalmente esa iniciativa se ha volcado hacia la emigración, porque la economía asturiana estaba controlada por las grandes empresas. La iniciativa empresarial no se crea de la noche a la mañana; pero si damos una educación de calidad y orientada a ello, en cinco o diez años habrá gente que genere ideas. Ésas son las cosas que funcionan. Siempre que hay una Universidad donde se prima la investigación y la excelencia, surgen empresas como hongos.

-¿Todos los caminos conducen a la Universidad?

-También a la formación profesional, gran olvidada. ¿Por qué los alemanes hacen mejores coches que nadie? Tiene mucho que ver su programa de aprendizaje. Reproducirlo desde cero es muy difícil, pero se puede hacer mucho. También con el reciclaje de los trabajadores (formación continua), que en España es una vaca sagrada. Básicamente funciona así: se da un dinero para que los sindicatos o la CEOE organicen un cursillo, traen a uno que cuenta a los alumnos cómo hacer un currículum y facturan 40.000 euros. Toda la formación es importante. La educación temprana es básica y seleccionar buenos maestros es esencial, algo que compete al Principado.

-Hasta ahora el acento se puso en las infraestructuras. ¿Hay que pasar página?

-Cuando voy a Asturias por el verano, desde Madrid a Ribadesella llego en autovía. ¿Qué más se quiere? Para lo que nos va a dar, el AVE no merece la pena, es una inversión costosísima. Ahora está en marcha y habrá que acabar la obra, pero el día que se planteó ¿era una prioridad mayor que meter dinero en la educación? Y no vale decir que eran prioritarias las dos cosas, porque el dinero es finito.

-Arcelor, primera industria regional, está en riesgo de deslocalización...

-Si dependes de dos o tres grandes empresas, estás muy expuesto. Es un argumento más a favor del cambio productivo del que hablaba antes. Pittsburgh (en el estado de Pensilvania) era casi exactamente lo mismo que Asturias: carbón y acero. En un momento determinado llegó el acero japonés a EE UU y los hornos altos dejaron de ser rentables. Se sentaron y dijeron: hay que cambiar de vida y apostar por la biotecnología. En Búfalo (estado de Nueva York), con una situación semejante, optaron por hacer infraestructuras, un nuevo aeropuerto, un gran puerto? Pittsburgh salió adelante y Búfalo está como antes. En Asturias hemos estado quince o veinte años con la cabeza metida en la tierra y pensando que esto se arreglaba con subvenciones.

-Los mineros han vuelto a las barricadas...

-Es un grupo de presión muy bien organizado. Hay que cambiar el chip de toda la sociedad. Pero agua pasada no mueve molino. No podemos cambiar las políticas de reconversión de Solchaga, que fueron muy equivocadas. Después del estropicio, hay que intentar salir de la mejor manera posible, convenciendo a la población de que es necesario.

-Usted procede de la Asturias minera. Haga un diagnóstico.

-El tejido social ha quedado tan deteriorado que se puede tardar muchísimo en recuperarlo. ¡Es que no trabaja casi nadie! Si el eje metropolitano empuja, irá tirando también de las Cuencas, pero su situación es muy precaria.

-Dice que las prejubilaciones han sido un error, pero evitaron los despidos traumáticos y amortiguaron la caída de la renta...

-Se tenía que haber hecho de una manera muy distinta. Intentando resolver los problemas de la gente, pero de otra forma. Prejubilar a alguien con 42 años no tiene sentido, se debió ocupar a la gente aunque sólo hubiera sido en algún tipo de trabajo de tipo social, un voluntariado. No hacer nada destruye el tejido social. O cambiamos el chip, o nos vamos al hoyo y Asturias se queda en veinte años como un parque nacional. España, en su conjunto, es insostenible, pero todo lo que está mal se multiplica por dos en Asturias. Por eso es tan importante cambiar las cosas cuanto antes.

-El nuevo Gobierno está obligado a empezar por un recorte de 616 millones. ¿Por dónde metería la tijera?

-En primer lugar, por los sueldos de los funcionarios. Lo siento mucho, es muy desagradable, pero no habrá otro remedio, aunque sea de manera temporal. Habrá que reducir empleo público, priorizar el gasto en las áreas productivas y tocar lo menos posible en sanidad y educación, aunque algo habrá que tocar. Y habrá que subir los impuestos. Recaudamos poco y muy mal, de manera muy distorsionante.

1 comentario:

Administrador dijo...

Patético foi, na última campaña electoral, presenciar a tolos partíos políticos grandes defender los Fondos Mineros. Siguimos cola mentalidá de sosidiaos. Menos nel últimu párrafu, toi mui d´alcuerdu. Cola base educativa que tenemos -ameyorable- podíamos tener una rede d´emprendedores, un texíu económicu de pymes curiosu, como los vascos. Pero, amigu, l´Asturies dinamitera amazcara -en realidá- una Asturies paniguada, peselbrera.