Entrevista (segunda parte)

(Ayer, en La Nueva España)
–Entra en el PSOE. –Llámame Pedro Silva pa la executiva la UXT de la enseñanza y m’afilio por decoro. Salgo diputau por Infiestu en la Diputación Provincial. –Estuvo en la Comisión de Cultura preautonómica. ­–Damos una vuelta grande a la orquesta y traemos de director a Víctor Pablo Pérez. Llevo el museo, que se abre gracies al equipo que tamos allí, loa políticos con los que vinieron de la diputación y los funcionarios. Con Francisco Álvarez-Cascos funcionamos estupendamente. En el museo están Fernández Canteli, Nely Fernández, Ramiro… Querían que fuese temporal, para mantener al tiempo sede de la Bienal de Arte, fichamos a Marcos Vallaure y a Toto Castañón... Abrimos la Cuevona, con Javier Fortea pusimos en marcha un plan de excavaciones y ficimos un llibrín que los arqueólogos no queríen sacar porque yera divulgativu. –Cosas como diputado. –No había bandera d’Asturies ni en el actu de constitución ni en todo Cangues de Onís, con el ministro Clavero Arévalo. Fuí al coche y puse una. Ocúrreseme cambiar el nombre de provincia de Uvieo por Asturies. –Impulsa el artículo cuarto del Estatuto, el del bable. –No lu habría si no toy de diputau. Entró después de un durísimu debate con Barthe Aza, muy amigu míu y lleva un elemento fundamental: «el bable como lengua específica de Asturias». Eso cápase en Madrí. Llámame de noche Pedro de Silva y me diz: «o desaparez lo de ‘como lengua específica de Asturias’ o no hay artículo cuarto». La decisión tengo que tomala yo. Funcionaba así. Curiosamente, les actes del debate del estatuto de esi día son les úniques que no tan publicaes en los cortes. –¿Por qué deja el PSOE? –No ye tanto la llingua cuanto que no existe ninguna política autonómica y fáese lo que se manda de Madrid y que en aquel momento especialmente, no hay más política asturiana que el SOMA y la UXT d’Ensidesa. –Se va en el mejor momento. –Manolo Villa dixome: «vas pegar una patada a la lechera ahora que la ties llena». Queríen poneme na llista de la autonomía, dixe «ponéisme atrás del todo». No sé si me pusieron el 19, salieron 18 y ficieron tolo posible pa que nadie dimitiese o marchase nos cuatro años siguientes, porque empecé a decir lo que quería. Lo mismo en Xixón con Palacios. –El Partíu Asturianista. –Hay una persona muy importante, Xesús Cañedo Valle, que taba ya en la DSA y en el PSPA, que ye el mayor amigu que tengo. El núcleo inicial seguimos todavía. Costó mucho llevalo adelante. Igual recuerdes los mítines que daba col altavoz en plena calle. Luis Riera Posada escuchó unu enteru y dixo: «no te voy votar, pero qué cojones tienes». Llevábamonos muy bien, entonces, todos los políticos. –Estuvieron dos legislaturas. –Pa la tercera faltáronnos 800 votos. Hubo dos coses: el barullu de Marqués y Cascos y, sobre todo, que Areces venía cola varina máxica y yera la esperanza de tol mundo. Y haber conseguido la llei d’ usu y promoción del asturiano. –¿Por qué? –Nos fizo la campaña en contra to’ l asturianismo, llamándonos traidores, más Izquierda Unida. Nos cursos de verano de la Academia de la Llingua nos poníen a parir académicos. El argumentu era que no conseguimos la cooficialidá porque no quisimos, que el PP nos la hubiese concedido. Tovía lo decía haz un mes un prócer asturiano que siempre quier sacar la cabeza. Había 6 votos pa la cooficialidá y necesítense 27. El gran éxitu de promoción y protección del asturiano pa maestros, pa los periódicos, pa tal, que lleva en vigor veintipico años fue la nuestra culpa. Esa absoluta memez indica mucho de la intelixencia d’ un ciertu setor de la población. Puntu. –¿El asturianismo tiene que ser de derechas? –Haylu muy izquierdsu. El nuestru asturianismu tien que ser templau. Ayudamos a crear 10.000 empleos polos pactos col PP que durante 5 años ficieron obres públiques que inauguró Tíni Areces. Pero esta ye la cabecina la xente: encontré un rapaz que llevaba años de parau, díxome que taba trabayando en una empresa de eses obres que pusimos en marcha y respondióme: «da igual, sois unos traidores, cola derecha no se puede pactar nunca». –Me refería a su red de pequeños empresarios. –Dimos durante 10 o 12 años el premiu a la meyor Empresa. Ahí tán Zitrón, Talleres Alegría… José Cardín, de «El Gaitero», dixo que era la primera vez que se fijaban en ellos y que, a partir del premio, creía que iban a tomalos en serio. –¿Qué modelo tenían? –La economía de Vizcaya, mucha industria, muchu trabayu, pero los asturianos somos terriblemente conservadores y tamos pensando en la época de los 100.000 empleados del Estado de Franco. –PAS-URAS. –A Marqués castíguenlo los suyos porque ya pasó la moda y se xuntó con nosotros, muy roxos, y a nosotros castíguennos por fusionanos con Marqués, la extrema derecha. No lo era. Marqués era un hombre encantador. Tuve tratu con él fuera de la política y tenía una idea muy clara que por dónde debíen ir les coses de Asturies. Muy clara. La lley del asturiano que el PP había preparado era una auténtica basura y y no querían votala y eso que era un acuerdo presupuestario. Sentámonos con Marqués y negociamos línea por línea. –Tiene tres hijos. –De 46, 48 y 50 años. Xuan Xinés, Xabel Colas y Llarina. Pa los dos primeros, como pa mí, túvelos dos años sin apuntar, hasta que se xubiló el xuez y no admitía’l asturiano. El primero anda n’el mundu de la empresa y la informática. El segundu ye inxeniero Caminos, Canales y Puertos, tán en Portugal, tienen tres fíos. Llarina teletrabaya pa Total energy y tien un fíu. –¿Son asturianistas? –No. Ni el mi nietu David, que tá aquí tolos dís y come aquí... El mundu d’ ellos, desde el parvolario, ye en castellano. La trasmisión xeneracional ye muy difícil. Ónde hay, por exemplo, un padre y una madre castellano-asturiano triunfa el castellano. El parvolario tá muy bien, pero los neños no tienen unos años pa deprender el asturiano en casa y que sea la llengua dominante socialmente pa ellos. El catalán, el gallego pasen el día quexándose. Todes les llingües lo tienen muy complicado, Nosotros tenémoslo un pelín más. Sí, que se caltuviese el usu social me parecía estopendo –¿Fue un padre presente? –No. A parte de trabayar y dar clase taba nel mundo de la política con obligaciones de diputáu, reuniones, encuentros. Y escribí. El ñeru débese a Elena. –¿Qué tal de profesor? –Bien, desde muy mozo. Nunca cobré de diputau. Dietes. Tuve que conseguir permisu pa dar clase hasta les 11 de la mañana y después exercer la llabor de diputado. Don Mariano adelantóme 5 años la edá de xubilación. Pasábalo muy bien. Empezamos a fartucar por facer más reuniones sin sentíu, más presión de los inspectores, más exixencia pa aprobar a tol mundo. –¿Le safisface escribir? –Escribir préstame. En xeneral no hay mucha devoción de vuelta. Tolo asturiano, no digo sólo lo que tá en asturiano, tien poca proyección. Salvo la mi hermana –¿Le satisfizo la política? –Sí, fice muches coses. –¿Qué tal lo trató la vida? –Bien, toy vivu tovía, tomo poques pastilles, tengo una muyer a la que quiero mucho y que me quier, fíos y nietos... Fíce cosas que, seguramente, -no tanto polo que valgo, sino por los coyuntures- no les habría fecho nadie.

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