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CONTRA LA EXISTENCIA DE ASTURIES

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            CONTRA LA EXISTENCIA DE ASTURIES (22/09/2005)

En los primeros años de nuestra era, a lo largo de la muralla de Adriano, que separaba la Britania romanizada de lo que hoy es Escocia, se disponían una serie de guarniciones militares, de las que tenemos noticia a través de diversas fuentes. Entre aquéllas, la llamada Ala Primera de los Ástures (“Asturians”, escriben los historiadores ingleses) en lo que es hoy Benwell; la Segunda de los Ástures, en el actual Chesters. Significativamente, la Primera Cohorte de Hispanos (“Spaniards”) tiene su ubicación en otro lugar de la misma línea defensiva. (No puedo dejar, por cierto, de anotar que, empujados por la señardá, aquellos antepasados nuestros llevaron consigo a Inglaterra un vástago de su patria, una pequeña enredadera, la Erinus Hispanicus, un endemismo asturiano, cuyos zarcillos esguilen hoy todavía por las viejas piedras de Chesters).
Las actuales excavaciones de La Carisa nos han hecho ver que, algunas décadas antes de la invasión romana, los asturianos poseían (esto es, poseíamos) una fuerte estructura social que les / nos permitió organizar una poderosa y duradera resistencia militar contra Roma. <<La Carisa demuestra que los astures ya tenían identidad social y territorial hace 2000 años>>, dice el General Francisco Ramos Oliver, en declaraciones a la Nueva España, a principios de septiembre.
Ocuparía mucho espacio una brevísima exposición de momentos históricos en que nuestra identidad como pueblo se documenta por propios o ajenos. Dejaré constancia aquí de tres: el Poema de Almería (en torno a 1147) donde se señala que acude al combate <> con sus tropas, junto a otras del Reino; la Crónica Pelayana, para la cual los asturianos se habían convertido en el pueblo elegido por Dios (<>); el testamento del Rey Casto, que señala que la victoria de Pelayo <> (asturiano, no otro).
De modo que, a lo largo de los siglos, la conciencia de una singularidad de los asturianos como pueblo ha sido siempre una evidencia, tanto entre la gente común como entre los intelectuales. Desde el último tercio del siglo XIX, sin embargo, se suceden proclamas que niegan la existencia de una colectividad asturiana, de alguna singularidad histórica o cultural suya o del derecho a tenerla.
Esos comportamientos se manifiestan de mil modos, unas veces de forma explícita, otros mediante una sutil ocultación de la realidad. Así, frente a la evidencia de La Carisa (y otras muchas) el discurso oficial ha sido siempre –—y sigue siendo— el de que no hubo nunca una Asturies anterior a Roma, sino solo una serie de tribus desagregadas (y borrables, por tanto, del mapa y la memoria sin mayor pena), con el único vínculo común del territorio. Lo ejemplifica perfectamente el comportamiento de la inteligentsia regional a propósito de una exposición organizada durante el gobierno de don Antonio Trevín: Ástures, pueblos bárbaros en la frontera del Imperio, se denominaba. En contraste, una muestra del mismo género en Cantabria llevaba por título el de Cántabros, el origen de un pueblo.
Ese mismo menosprecio o afán por evitar cualquier elemento que pudiese reflejar una consciencia de lo asturiano se hizo patente igualmente en el nulo interés que los ponentes estatutarios tuvieron en cambiar el nombre de “Provincia de Oviedo” por el de “Asturies” (lo propuso quien esto firma) o en los más de diez años en que nuestras mayorías parlamentarias llamaron al gobierno “Gobierno regional”, evitando cuidadosamente el nombre de nuestro país (frente a lo que, por ejemplo, hicieron nuestros vecinos, titulándose “Gobierno de Cantabria”). En el colmo del despropósito, una ciudad, Xixón, levanta una estatua al exterminador y depredador (Augusto), en el entendimiento de que vino a traernos la luz, frente a las tinieblas que ellos (los asturianos, es decir, nosotros) representaban. En otras ocasiones, ese tipo de mentalidad no se limita a ocultar la evidencia o a mistificar la realidad, sino que se entrega a vehementes ataques contra lo asturiano o sus valedores (un ejemplo clásico de ello es Clarín; muestras hodiernas las encontrarán ustedes en su memoria más reciente).
El tipo de gente que se entrega a esa vehemente —y a veces sañuda— lucha contra lo asturiano suele definirse por uno o dos de estos rasgos: pertenecen a las élites intelectuales o de poder que se mueven en el amplio marco del Estado o que aspiran a triunfar en él; no son nacidos en Asturies. Los partidos políticos estatales son una especialización vehicular de estos trabajos de negación de lo asturiano y de estas aspiraciones a borrarnos de la faz de la tierra como colectividad actuante, esto es, como pueblo.
Los bienintencionados podrían pensar (o excusarse con ello los de la cuerda y sus beneficiados) que, a fin de cuentas, esa negación o ese poner en solfa la asturianidad no tiene otro interés que el emotivo, el cultural o el romántico, y que pocos efectos prácticos tiene esa hostil y terca negación. ¿Qué más da, argumentarán, que, por ejemplo, nos llamemos oficialmente Asturias o no? Aun suponiendo que las emociones, la historia, la cultura, el sentimiento y la memoria colectivos no tengan importancia alguna, se equivocan.
En primer lugar, porque podrían citarse muchos casos en que, al hacer tabla rasa de la identidad asturiana (o de sus peculiaridades, si ustedes quieren), se han dañado los intereses concretos de miles de asturianos. Dos muestras nada más: la arbitrariedad de negar un derecho foral asturiano ha damnificado expectativas y derechos de individuos y familias;  igualmente, el hacer tabla rasa de las peculiaridades de nuestro “derecho” en materia de montes ha incentivado la ruina de muchos, ayudado a la despoblación rural, generado desidia en su cuidado, incentivado incendios sin cuento. Perjuicios y agravios múltiples a lo largo de muchos años por el prejuicio de no aceptar la realidad asturiana como es y, por tanto, no defenderla.
Pero es que, además, convenientemente manejada por los partidos centralistas, esa mentalidad ha causado la falta de visión de cuáles son las prioridades asturianas y, por tanto, ha provocado la indefensión o el conformismo colectivo, pretiriendo nuestros intereses en función de los ajenos (videlicet, apoyando las pretensiones catalanistas, que redundan en contra nuestra) o lanzándonos a locas aventuras de sangre como vanguardia cuya realidad pesa poco en la balanza del Estado (tal el 34).
Y, en último término, ¿alguien juzga separable este nuestro caer los últimos tiempos, año tras año, en los parámetros de empleo, actividad económica y bienestar, de esa mentalidad que niega la identidad de Asturies como pueblo, y aun como cosa a considerar en sí, y la somete a intereses y empresas siempre tenidos como más altos o importantes?
No. Quienes niegan o atacan nuestra identidad y nuestra existencia como pueblo no menoscaban un concepto o mancillan una emoción. Su víctima no es el ente  abstracto de Asturies, sino que lo son los concretos e históricos ciudadanos asturianos.


ADDENDA: EN LA DÉCADA DE 850 COMIENZA A HABER UN ÉXODO HACIA ASTURIES DE LOS MOZÁRABES: «Así lo dice expresamente la Rotense al hablar de la repoblación de las ciudades de León, Astorga, Tuy y Amaya Patricia, «de antiguo abandonadas», a las que Ordoño «llenó de gentes, en parte de las suyas, en parte de las llegadas de España». Y esa España, en las crónicas de ese período, era el territorio bajo dominio musulmán». 

Puesto que no queremos ser

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Abro la Nueva España del 02/11/2012 y me encuentro reunidos en un solo día tres ejemplos iluminadores de nuestro problema particular, nuestro problema de ser asturianos, que es un elemento permanente de nuestra continua decadencia y destrucción como sociedad y constituye una variable independiente de las otras que hoy nos afligen, la financiera y la productiva. Porque, desde hace décadas, cuando las cosas van bien en España a nosotros nos van regular; cuando mal, peor. ¿Hace falta recordar acaso que nuestras altas tasas de paro en comparación con otras regiones industriales, nuestra baja tasa de actividad y las enormes dificultades de empleo de nuestra juventud no son fruto de esta coyuntura?

Pero vengamos a esas epifanías dolorosamente iluminadoras del segundo día de mes. He aquí un artículo de mi amigo Emilio Serrano Quesada, «La industria agroalimentaria en Asturias». ¿Qué nos dice? Pues que «ni los comerciantes, ni los ciudadanos ni la Administración apostamos por nuestros productos, como hacen otras autonomías». Y se pregunta: «¿Por qué seguimos en el tiempo con esa consigna indiferente en no dedicarle atención a nuestros productos?» (Un paréntesis: vayan ustedes a un restaurante de la comunidad menos «identitaria» de España, al menor de sus pueblos, intenten que les pongan con la comida agua que no sea de allí, no lo verán. Vayan ustedes a la mayoría de las casas de comidas de esta región, será inútil que pidan agua del país: no la tendrán).

En otra página, el propietario de un vino de Cangas prestigiado por su calificación en una afamada guía de vinos se queja y habla de su producto y de los de Cangas en general: «Dicen que nadie es profeta en su tierra, y en este caso no puede ser más verdad. En Asturias, en general, no se creen este vino [el de Cangas], y bajas a Madrid, o sales a sitios como Mallorca o Suiza y todo son alabanzas».

Veamos otra cara del problema. Sección local. He aquí un Erasmus estadounidense, George Delgado, que estudia en Vigo. Se encuentra de visita y afirma: «Nunca había oído hablar de Oviedo, y eso que conozco los premios Príncipe de Asturias». ¡Anda!, ¿pero no nos era tan útil ese acontecimiento anual? ¿No nos servía para proyectar en el mundo la imagen de Asturies y de la capital? Pues, como he dicho siempre, no: con respecto a nosotros, los premios suceden en un no-lugar de España. Y uno recuerda, al respecto, cómo, puestos a dotar al acto de su color local, quienes lo retransmiten por la televisión suelen hablar de los «gaiteiros» y de la «sidriña».

Es entonces cuando recuerdo que, justo el día anterior, el día de Todos los Santos, Pola recibía en su programa, «La quintana de Pola», a Maxi Rodríguez, para hablar de un libro de este, «¿Cómo ye lo nuestro?». En él cuenta que, con ocasión de estar en un bar en Madrid, el camarero se empeñó en que Maxi era gallego; cuando, al final, a regañadientes, aceptó que era asturiano, le dijo en un intento de empatizar: «lo sé, “vaquiña”, “sidriña”, “coroña”». Y Pola concluía, en el estilo Pola: «nun nos conoz ni Dios».

He ahí otra parte de lo que nos pasa: pese a nuestra babayería de que «Asturias es España y lo demás tierra reconquistada» o de nuestra presunción de singularidad por Pelayo o el 34, nuestra existencia para los demás es ninguna, somos unos perfectos desconocidos en España, y no digamos ya en el mundo.

Y lo somos porque lo queremos ser. Nuestras elites juegan, en general, el papel de vicarias de Madrid, repiten sus discursos, eructan sus tópicos, siguen sus consignas, sin importales el daño o trastorno que aquí puedan causar o su absoluta inutilidad para nuestra tierra. Más penosa es aún su actitud cuando creen ser la conciencia intelectual del Estado o se comportan, incluso, como la «reserva espiritual» de su ideología o facción (por poner, creo que era Arcadi Espada quien recordaba hace poco que el PSOE ya solo era tal en Asturies, que constituía el único lugar donde no era «Partido socialista de…», sino FSA) o cuando corren a «salvar el mundo», por ejemplo, a Cataluña, traicionando los intereses de los asturianos. La gente común, por lo demás, se limita a interiorizar los tópicos que les insuflan («No pintamos nada, somos menos que un barrio de Madrid») y a humillarse en el conformismo o a culpar a los demás de que «no nos ayudan». En todo caso, en todos ellos, una actitud común: borrar cualquier peculiaridad de nuestra historia, ocultar nuestras singularidades culturales, acallar cualquier cosa que nos pueda hacer diferentes; sino burlarse de todo ello o menospreciarlo.

Las consecuencias están a la vista, no son un vector menor de nuestra permanente y progresiva ruina económica. ¿Por qué, pongamos, creen ustedes que nuestro turismo presenta cifras alarmantes de descenso frente a otras comunidades de la España Verde, como Galicia o el País Vasco? Pues, entre otras razones, porque ellos exhiben su diferencia, como entidad política colectiva y como poseedores de peculiaridades, desde las culturales a las gastronómicas, y nosotros las ocultamos o menospreciamos.

Díganme, ¿a causa de qué nadie iba a poner sus ojos en un lugar que no ve y, a verlo, no le ofrece nada distinto, salvo quizás su enorme parecido con la Madrid profunda, de cuyos museos y riqueza cultural y social, por otro lado carece?

No queremos ser y eso es lo que somos. Y así nos va.

Tan estremaos ...tan parecios

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¿Entovía creen dalgunos que lo d'Echanove y Imanol sobre'l prau qu'atrapa yera una broma inocente?

¿Un bilordín intrascendente? ¿Una chancia eutrapélica?

Convendría que conociésemos un poco d'historia y un migayín de la realidá.

P'acabar col tema d'Imanol Arias y Juan Echanove nel programa de la televisión pública "Un país para comérselo" sólo reflesionar como personaxes tan dispares y aparentemente estremaos, son identicos según pa que coses:
  • O les opiniones de Federico Jiménez Losantos que pongo EQUÍ abaxu:


La rempuesta de don Juan Ramón Lucas

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LA REMPUESTA, UN POCO EMBERRIACADA, UN DAQUÉ AFUMIADA Y UN MIGAYÍN MAL EDUCADA DE DON JUAN RAMÓN LUCAS

Agora resulta que l’ofendíu ye don Juan Ramón Lucas. Emberriacáu, afumiáu y de mal tonu.




[Si nun furrula bien el reproductor, pues dir: EQUÍ]

Lo primero, y como siempre en toes estes graciosaes como la que dio aniciu a esta cuestión, ye señalar que la causa del enfadu de los ciudadanos ye esi decir babayu como si fuese seriu. Esi atribuir un falaxe faltosu (o coloquial-pseudorural, solo ente faltón y de monólogu, en puridá) pa un decursu, pa un mensaxe, que debería producise n’estándar. Lo primero, digo, porque ¿faríen la mesma faltosada en catalán, en gallegu o n'euskera? ¿A que non? Pues ta desplicao too con ello: por qué s’enfaden los asturianos, por qué llamen al programa de don Juan Ramón protestando.

Por qué él nun entiende nada y por qué se siente ofendíu tien otra desplicación: ye complexa y ye de grupu o clase social. Pa facelo cenciello: petenez a lo que podíamos llamar el “señoritismu asturianu” (incluye asturianos y foriatos) y cree que la cultura asturiana ye roína, aldeana y val pa pocu. Si se mira pa ella, ye pa facer con ella chistes y graciosaes.

Otra cuestión, finalmente. Nin equí, nin nel PAS facemos inxamás “campañes”. Puede creéseme o non. Equí pon ensiertos el que quier y colo que se diz nel blog reacciona’l que quier. Y, al respective del PAS, si se sospecha d’ello –que nun tengo por qué pensar que nello piense don Juan Ramón-, pues pa mexar y nun char gota: ¡como si nun tuviéremos más que facer!

En tou casu, don Juan Ramón y los suyos deben camentar que, si les reacciones son espontánes, que lo son, daqué razón tendrán.

Y torno al principiu. ¿Fadríen esto col catalán, el gallegu, l’euskera, etc. en Radio Nacional? La respuesta ye non. Pues ehí ta tola cuestión. Si don Juan Ramón y los suyos nun lo ven, pues ye que nun fain más que confirmar el diagnósticu enriba espuestu y afalar, asina, l’enfadu de los asturianos que quieren a la so tierra d’una forma “normal”, esto ye, nun tomando la so identidá como materia de chancies degradadores.

Y, polo demás, a don Juan Ramón y al so equipu, un saludu; éxitos nel programa y, espero, nun volver a repetir coses que, pa munchos, son ufienses.


Presuntes disculpes

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Con respecto a lo comentado ayer del programa de RNE, estas son las "peculiares" formas de presentar unas "presuntas" disculpas en el "filo de la inteligencia" (¿¿??):




Si no funciona bien el reproductor, puedes oirlo: AQUÍ

¿Qué pasaría si ....?

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Esto ye una especie de concursu.

SITUACIÓN: Periodista de prestixu na Radiu pública española, n'horariu de másima audiencia (el presuntu asturianu, Juan Ramón Lucas nel programa "En Días Como Hoy" de 06:00 a 12:00 -de llunes a vienres- en Radiu Nacional d'España)

ENTRUGA:
  • ¿sería posible esti "chiste" con otros ciudadanos del estáu español?
de producise'l presuntu chiste,
  • ¿cómo seríen les reacciónes del gobiernu, partios políticos, medios de comunicación, ...? que representen a esos ciudadanos.





Si nun furrula bien el reproductor, pues dir: EQUÍ

A propósitu la presentación de Llingua, clase y sociedá

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Vengo de la presentación de Llingua, clase y sociedá. Na presentación, onde falaren Esther Prieto, Rubén Vega, Xulio Viejo y Rafael Rodríguez Valdés (el factotum del llibru), el conceyal Montes Estrada, "Churruca", dixo unes palabres que, sobre perreres, vienen representar les mentires (o mentiruques) habituales de la manzorga de raigón heguelianu centraliegu sobre la so propia hestoria en relación con Asturies. En breve y en cañamina, Montes Estrada caltenía que les fuerces representatives de la clase obrera siempre se preocuparen de la cultura y la llingua de la clase obrera. Qu`esi esfuerzu fuera perimportantísimu na II República y que lu asegotara Franco. Que, dempués, les fuerces polítiques clasistes ("de clase", quier decise) tuvieren tan ocupaes n`echar a Pachu (en "lluchar contra Franco", decía`l conceyal) que nun tuvieren tiempu pa ocupase de la llingua de la clase (de les clases, diría yo, más bien), que decíen representar.

Tres o cuatro precisiones. Les cuestiones del asturianu y de la cultura asturiana les fuerces polítiques y sindicales de raigañu marsista tuviérenles siempre como despreciatibles (nin siquier como "menores", "despreciatibles"), y, en tou casu, como coses de dereches. Na II República la manzorga tradicional nun solo siguió teniendo por marxinal l`asturianu y la cultura asturiana, sinón que nun tuvo ningún interés por facer un estatutu d`autonomía p`Asturies y supeditolu, en tou casu, a la resolución enantes de los problemes de Galicia, Cataluña y Euskadi. Puede vese, al respective, el mio "Rexonalismu / Nacionalismu asturianu. Un sieglu: 1839-1936", ente otros sitios en Ríu Nalón (Estudios lliterarios y llingüísticos), Fundación Nueva Asturies, Xixón, 2005.

Esa siguió siendo la postura de los que güei se quieren llamar "la izquierda plural" durante`l franquismu, y non por culpa Pachu. Nin siquier concibieren nunca que pudiere haber un estatutu d`autonomía p`Asturies. Asina lo caltenía, per exemplu, Santiago Carrillo (Secretariu Xeneral del PCE, al que pertenecen Churruca, Llamazares, Jesús Iglesias -y, nel so día, don Vicente Alberto- y otros munchos de los que güei s`amaruten embaxu IU. Dotramiente, hasta 1996, col segundu ésitu del PAS, el PCE/IU sigue tando escontra la oficialidá del asturianu. ¡1996, vamos repetilo!

Per otru llau, el llibru, que promete ser interesante, parez tener partes feches dende esa tendencia xeneral a la falsificación y la mentira que calteriza a la manzorga de raigón heguelianu y a la cohorte los sos hestoriadores. Un exemplu: agüeyo`l llibru y topo un trabayu de Luis Benito García Álvarez, "El demonio rojo. La representación de los obreros en la literatura burguesa y fascista". Una parte non pequeña d`él ta dedicáu a señalar cómo esa lliteratura xuntaba les tabiernes y la bebida como una forma de pintar degradáu al obreru. ¿Por qué nun señalar que nesa concepción negativista del ociu del obreru arreyáu al alcohol y la tabierna participa tamién, en gran medía, la manzorga política y sindical, qu`entama campañes escontra onde s`amiesten puritanismu y razones de mena familiar y económica? ¿Por qué nun decir que muncho de la manzorga política y sindical pidiera`l pieslle de les tabiernes los fines de selmana y talantaba que la so apertura yera una forma que tenía`l capitalismu pa esclavizar al obreru y, otra vuelta, volver saca-y les plusvalíes que recibía en salarios?

Respuesta a "anónimu" de "Todos iguales"

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Sobre l'ensiertu "Todos iguales: PP, PSOE, IU (sobre financiación)" dizme un comunicante anónimu:

«Penriba, dediquense al discutinui de quien ye mas inutil. Y los garrotazos que yos sobren, pal asturianismu.Esto nun tien igua, ye pa "cagase".Non siempre te entendí Xuan, agora digote una cosa. Nun se de onde saques les fuerces nin. Porque equi nun hai onde colgar un candil.»
21 de marzo de 2009 0:13

Sobre agradece-y les sos palabres, arrespuéndo-y:

Tien razón el comunicante, nun hai munchos sitios onde colgar el candil (o onde colgar una felástica, que decía'l mio amáu Manuel Méndez Méndez, “Capitán”); a lo meyor, nin siquier ónde colgar el gabitu`l candil.

¡Pero qué vamos facer! Ún sigue esperando que munchos de los sos conciudadanos descubran en dacuando qu'hai actividaes más placenteres que ser sodomizáu con una cotolla. Y sobre tou, qu'esisten actitudes humanes más decoroses que, pa encima, quedar eternamente agradecíu por selo.

Hasta la llegada d'esi día (si ye qu'aporta) que, polo menos, éstos nun crean que toos comulgamos con ruedes de molín de cíclope y, menos entovía, que somos servidores sumisos, contentos de que nos vendan a los sos señoritos de Madrid a cambiu d'unos cuantos céntimos pa ellos y les suebres del so festín pa nós.

Todos iguales: PP, PSOE, IU (sobre financiación)

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Ya se sabe que, desde el 2003, con la "Declaración de Santillana", el PSOE vino impulsando la discriminación entre comunidades, buscando dar más dinero y poder a Cataluña ("el federalismo asimétrico" de Maragall). Todos, desde Zapatero a Javier Fernández, desde la FSA a Montilla, desde Chaves a Areces, colaboraron para ello, se esforzaron en consguirlo, lo bendijeron con sus votos, lo aplaudieron conseguido.

IU también se sumó a ello, con sus votos en toda España (los de Gaspar Llamazares, entre otros) y propiciando desde la IU de Asturies un sueño adolescente de federalismo para todo el Estado, creyendo (o fingiendo creer) que, abierta la pugna por modificar el statu quo, iban a amarrarse los pulpos con sardinas de abareque, o que, en otras palabras, los más fuertes no iban a quedarse con la parte del león, en detrimento del más débil. ¡Pura inconsciencia, pura irresponsabilidad, puro infantilismo político!

Por su parte, el PP, salvo en el caso de Cataluña, corrió a apoyar un proceso semejante en toda España: en Andalucía, en Valencia, en Baleares... Sólo aquí, en Asturies, renunció a pedir más: sacrificaron los intereses y dineros de los asturianos para que los otros medrasen: los votos de los diputados y senadores asturianos del PP en las Cortes también lo apoyaron.

En los tres casos, además, aparte ya de no defender los intereses de los asturianos, hubo una indigna sumisión palanganeril a los mandatos de los jefes madrileños.

Los efectos de aquellas decisiones siguen multiplicándose (y seguirán en el futuro). Lo último: 800 millones más de euros para Cataluña (sobre la ingente partida ya asignada en presupuestos); 1.200 millones para pagar, por enésima vez, la "deuda histórica" de Andalucía.

¿Y aquí? PSOE, PP e IU no sólo callan, sino que, encima, salen diciendo que Asturies "ya cobró su deuda histórica con la reconversión industrial de los años ochenta" (literal). ¡Qué les parece? ¡Y es que, además, de esforzarse para que seamos más pobres nos piden que estemos satisfechos y aplaudamos!

¿Y la opinión pública asturiana? ¿Y los votantes de estos vendepatrias? Pues muy preocupados por los trajes de Camps (en Valencia), por los espías de Aguirre (en Madrid), por el viajero Garzón (en Madrid) o por el experto en ciervos y jueces Bermejo (en Madrid).

PSOE: PERMANENTE BURLA / PERMANENTE TRAICIÓN

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De los asturianos y a los asturianos, naturalmente. Y, muy especialmente de y a sus votantes.
Datos desnudos:

Finales del 2005 se aproxima la finalización del período central de los fondos europeos. El señor Areces y el PSOE (Fernández Villa, Javier Fernández, etc.) afirman que pedirán ayuda a Zapatero y que papá PSOE (de Madrid) no “los dejará solos”.

Febrero, 2006. Don José Luis Rodríguez promete en La Moncloa a Areces que “el va a dar a los asturianos” (¡ÉL!) 500 millones de euros para la autovía La Espina-Ponferrada, como compensación de la pérdida futura de fondos.
(Escenario teatral: Allí, un autobús de periodistas asturianos entra en La Moncloa para ratransmitir la buena nueva a la salida de la entrevista arecino-joseluina. Aquí, la ejecutiva del PSOE, encabezada por don Javier Fernández, aúlla de placer por el acuerdo. Los medios propios y afines —¡tantos!— hacen retumbar los tambores de euforia por el maná futuro).

Septiembre, 2006. Don José Luis jura por su abuelo (el bueno) su solemne compromiso con La Espina-Ponferrada.

Septiembre, 2007. Oficio sacro de Rodiezmo. Don José Luis perjura (esto ye asturianu: “jura y rejura”) por su abuelo (el bueno) (entonces todavía no juraba también por la blackberry de Obama) que a finales de ese año firmaría los convenios para La Espina-Ponferrada.

2008/2009. No hay perres, pasta gansa, money, dinero, euros en los presupuestos para La Espina-Ponferrada.

¿Desean ustedes sumar? Sumen: plazos reiteradamente mentidos de la autovía de El Cantábrico, peaje de El Huerna nunca suprimido (pero sí trasladado, para que los impuestos de la empresa se paguen en León), AVE del cantábrico rechazado, Ave Madrid-Xixón que no sabremos ni si llegará ni si será AVE…

Dentro de poco don José Luis, don Vicente Alberto, don Javier, don Antonio Masip…y toda la tropa psoeterina empezará sus discursos como decíamos que Franco los empezaba, en aquellos chistes sobre el dictador, cuando se dirigía a las dos “naciones hermanas”.

—Españoles y lusos…

Han captado el calambur, ¿verdad?

Pues así empezarán:

—Asturianos y lusos…

Claro que, de tanta desinformación alguna responsabilidad habría que pedir a tanto medio palafrenero y a tanto periodista psogradicto.

Arte asturianu y antiasturianos

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arte ASTURIANUNun ye pa naide un secretu'l que l'arte asturianu (como denomara con intelixencia y razón Xovellanos al llamáu "prerrománicu"), esa antorcha de la humanidá y testimoniu del gran milagru del pequeñu estáu d'Asturies o Reinu asturianu, ta mal atendío poles autoridaes (des)gobernantes.

arte ASTURIANUEl discursu del PP al respective ye que los monumentos del arte asturianu nun s'atienden porque tán n'Uviéu y n'Uviéu gana siempre'l PP. Esi desdexamientu, pues, sería parte d'un procesu xeneral: el cercu a Uviéu.

arte ASTURIANUTán enquivocaos nel PP y dicen babayaes cuando dicen eso. En primer llugar, porque nun hai sólo xoyes del arte asturianu n'Uviéu, hailos en más partes d'Asturies y tán toos igual de poco curiaos. En segundu llugar porque nun ye la clave la ciudá carbayona nin los sos votantes. Si los monumentos del arte asturianu tienen un tratu roín ye por tres razones:


  • a) LA PRIMERA PORQUE SON ASTURIANOS, y ye sabío que'l PSOE (y en xeneral la izquierda asturiana) refuga tolo que sea asturiano, ye más, da-y ascu.


  • b) La segunda porque la mayoría d'esos monumentos son iglesies, y los que non, palacios de reis, los reis del Estáu asturianu.

  • c) La tercera, porque son cultura, con mayúscules, y del pasáu, colo que nun pueden poner a los sos amigos a entretenese nellos.


    Agora bien, tengan por seguro que, de gobernar, el PP faría satamente lo mesmo, porque tamién ellos, como el PSOE, tarrecen tolo asturiano.

    Alfonso Ussía también apoya a Areces y al PSOE

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    Alfonso UssíaAl sofitu de Federico Jiménez Losantos a la postura hestórica d'Areces y el PSOE contra la llingua y la cultura asturiana, súmase agora Alfonso Ussía, tamién a propósitu de les declaraciones de Victor Manuel.

    A les tropes de la reacción antiasturiana (PSOE, Javier Fernández, Areces) nun paren de sumáse-yos adeptos de la mesma triba (además, claro, d'IU, que nun los agabita coles palabres, pero sí colos fechos, esto ye, dende'l Gobiernu).


    Puede vese'l nuevu sofitu madrileñu al PSOE, a Areces y a Javier Fernández en:

    http://www.larazon.es/noticia/el-dolor-de-quintana

    Los encontos asturianos tiénenlos nos diputaos y conseyeros d'IU.

    Losantos, con Areces. Areces, contra Zapatero

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    Jiménez Losantos apoyando a Areces y al PSOE n'AsturiesHace unos días el cantante Víctor Manuel San José hizo público su apoyo a la cooficialidad del asturiano. El anuncio de ese apoyo provocó censuras y chacotas de muchos comentaristas. El más conspicuo, sin duda, y sin desmerecer a nadie, Federico Jiménez Losantos. En sustancia, él y los demás vienen a manifestar tanto una enconada oposición a la normalización de nuestra lengua y a su oficialidad, como un desprecio notable hacia su entidad. Coinciden en ello con la postura tradicional de don Vicente Alberto Álvarez Areces y del PSOE asturiano, a los que de este modo, vienen a ofrecer un importante apoyo, ignoro si deseado.

    Por otro lado, merece la pena recordar que hace también pocas fechas el señor Zapatero realizó unas manifestaciones a favor de las lenguas no castellanas que publicó toda la prensa española. Pongo a continuación el texto literal, extraído de El Faro de Vigo de 12/01/09: «…Como ejemplo puso la propuesta de Touriño para que en el reparto de fondos se tuviese en cuenta la riqueza lingüística de la comunidad gallega. “Les guste a algunos o no, donde haya una lengua propia tendréis siempre a un presidente de España apoyando esa lengua y esa identidad”, prometió…». Es evidente que, al respecto de la pluralidad lingüística y del respeto a los derechos de los hablantes y la riqueza cultural que las lenguas representan, Areces y el PSOE asturiano están contra las tesis de don José Luis Rodríguez. Y es que, tanto en esta como en otras materias (como, por ejemplo, las relativas al AVE del Cantábrico, donde tienen también sorprendentes coincidencias con ciertas fuerzas políticas) el PSOE asturiano está absolutamente alejado de la modernidad y ha dado en constituirse en una especie de «reserva espiritual de Occidente», condición que pregonan con orgullo.

    Merece la pena, seguramente, repasar cuál ha sido la historia de los instrumentos jurídicos de tutela de los derechos lingüísticos del asturiano y de protección de nuestra lengua, a fin de contextualizar y ver con claridad estas posturas y su significado.

    El artículo cuarto del estatuto de autonomía —redactado por quien esto escribe— salió de Asturies para Madrid con la siguiente literalidad: «El bable, como lengua específica de Asturias, gozará de protección. Se promoverá su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza, respetando, en todo caso, las variantes locales y la voluntariedad de su aprendizaje». Cualquier observador atento advertirá que del texto desapareció —en el trámite parlamentario madrileño— el sintagma «como lengua específica de Asturias». La razón se encuentra, sin duda, en el artículo tercero de la Constitución. En efecto, éste, en el 3.1., confirma el castellano como lengua oficial del Estado; en el 3.2. apunta la oficialidad de las demás lenguas españolas en sus comunidades autónomas, «de acuerdo con sus estatutos»; y en el 3.3. dice: «La riqueza de las distintas modalidades lin­güísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección». La interpretación jurídica mayoritaria (aunque no la única) de estos dos apartados, sostiene que lo que no son lenguas declaradas como tales en sus estatutos son «modalidades lingüísticas», esto es, en términos corrientes, «dialectos». Así, la última redacción del estatuto de autonomía de Andalucía, en su artículo 10.4., señala como uno de los “objetivos básicos de la comunidad autónoma”: «La defensa, promoción, estudio y prestigio de la modalidad lingüística andaluza en todas sus variedades».

    Tras ese primer texto, el del artículo cuarto, no hubo avance jurídico de ningún tipo (ni apenas actuaciones prácticas de cumplimiento del mandato estatutario) hasta que en 1998, por impulso del PAS y con la hostilidad abierta del PSOE, la Xunta Xeneral aprobó la Ley de uso y promoción del bable/asturiano, en cuyo artículo 1 se dice que «El bable/asturiano, como lengua tradicional de Asturias, gozará de protección. El Principado de Asturias promoverá su uso, difusión y enseñanza». Como se ve, se vuelve a introducir la madre del cordero jurídica, la palabra «lengua».

    Pues bien, en la propuesta de reforma estatutaria pactada por el PSOE y el PP (por ahora en suspensión) se declara al asturiano, en sus diversas variantes locales, «patrimonio lingüístico del Principado de Asturias» y «un valor social de respeto». A nadie se le escapará que —sobre volver a insistir en la diversidad dialectal con un término todavía más enfático (y tan sospechosamente semejante a la redacción andaluza) que el vigente: «en sus diversas variantes locales»— lo que hace la nueva redacción es ir a buscar su fundamento en el 3.3. de la Constitución y en la interpretación del sintagma «modalidad lingüística» como dialecto. En otras palabras, el texto pactado por los dos partidos centralistas es, otra vez, un notable paso atrás sobre lo actual y un ataque explícito y consciente al estatus social y jurídico de la llingua llariega.

    Por si fuera poco, ambos partidos han pactado además un quórum especial de dos tercios de los diputados «en la votación final» para cualquier nueva ley sobre el asturiano en la cámara. Se aseguran así mutuamente para el futuro de que ningún acuerdo con minorías parlamentarias podrá modificar el estatus del asturiano ni dirigir el desarrollo de las leyes o impulsar su puesta en práctica. No puede ser más clara la voluntad contraria a la llingua llariega y su normalización social. El próximo paso habrá de ser, obviamente, de aprobarse el nuevo texto, modificar, en congruencia con él, la Ley de uso y promoción, a fin de eliminar el término «lengua» de la misma.

    Areces y el PSOE n'Asturies apoyados por Jiménez Losanto¿He dicho que el PSOE de Asturies se ha constituido en aquello que los franquistas llamaban «la reserva espiritual de Occidente»? Es un término piadoso. Quizás les convendría mejor —al menos en lo que respecta a esta materia— el de «horda reaccionaria», blasón que, desde luego, comparten con el PP.

    Con esas premisas no es de extrañar la coincidencia de la FSA, de Javier Fernández y de don Vicente Alberto con Losantos y otros egregios representantes de la derecha. Tampoco su enfrentamiento con las tesis que al respecto mantiene don José Luis Rodríguez Zapatero.

    [Esti artículu asoleyóse en La Nueva España, el 29/01/09]

    Sobre los engaños del PSOE

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    Areces (PSOE) El PSOE y la FSA lleven años engañándonos (lo cabero: l'estatutu catalán, la financiación, la debacle económica, etc. etc. ...)

    Zapatero (PSOE) Reflexión d'Anaximandru (h.610/547 a.C.):

    "Si me engañas una vez, tuya es la culpa. Si me engañas dos, la culpa es mía."

    O sea:

    "Si m'engañes una vegada, la culpa ye de to. Si m'enfallentes dos, de mio."

    El PSOE, como siempre, contra Asturies

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    FSA de las JONSTola prensa española (pero non l'asturiana) asoleya les palabres de Zapatero, el 11/01/2009 n'Ourense:

    «...Zapatero también defendió que el nuevo reparto de la financiación incluya una aportación adicional para las comunidades con lengua propia, como propuso Touriño, y aprovechó para hacer un gesto en ese sentido afirmando que, “les guste a algunos o no, mi visión de España es que allí donde hay lengua propia tendréis siempre a un presidente del Gobierno de España apoyando esa lengua y esa identidad”...».

    Y equí, como siempre, los franquistes resistiendo como "la reseva espiritual d'Occidente" y Areces y la FSA xixilando, como la "llumina de Suárez de la Riva", que los suyos sigan "impasible l'ademán" e "inasquibles al desalientu" nel so antiasturianismu, na so negación de derechos a los asturianos y na so sumisión vasallática y palanganeril a Madrid.

    Y los bobos pensando tolos díes que va producise'l milagru y que'l PSOE y el PP van camudar.

    Yá lo diz el refrán: "Siempre vive d'ilusiones... "