Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
De los sueños hicimos pesadilla. Una crítica
Otra crítica d'un llector
De los sueños hicimos pesadilla
No creo que nadie pudiera contar el período de 1930 a 1945, especialmente en lo relativo al 34 y la Guerra Civil, en Gijón como lo has hecho tú. En realidad, de no haber hecho tú ese relato dramático, minucioso y preciso, no creo que lo hubiese hecho nadie. De hecho, no se ha hecho.
Prresentación d'Asturianadas, de Joaquín Pixán
Presentación de, Asturianadas, el nuevu discu de Joaquín Pixán.
Ayer, na Colegiata Revillagigedo, Xixón (17/12/2024)
Disfrutamos d'un magníficu Anda, y señálame un sitiu, cantáu por Maribel González, y de tres cancios de Joaquín. Y pa enriba, un Dime xilguerín parleru, cantáu por Revilla, y el so discursu políticu y emotivu.
Na primer semeya, propia, de derecha a manzorga, Martín Pérez, Yolanda Vidal, Joaquín Pixán, Migel Ángel Revilla, Maribel González Morán.
Na segunda, de La Nueva España, tamos d'espectadores, ente otros, el presidente Barbón y yo.
La portada del discu (disponible n'Ediciones Trabe).
Y esti ye l'enllaz a la RTPA
https://www.rtpa.es/.../Joaquin-Pixan-presenta...
Crítiques a De los sueños hicimos pesadilla
Novela de ficción pero en la que aparecen algunos personajes reales, que hacen más atractiva la lectura a quienes busquen una trama de novela.
Protagonismo coral en el que quedan reflejados distintos puntos de vista de la época que se vivió en Asturies,- y más concretamente en Xixón, en el segundo cuarto del siglo XX.
También se citan otras zonas de España y países (Francia, México).
Para todos los xixoneses resultará atractivo que se desarrolle en nuestra ciudad. Y, aunque no hayamos vivido esa época, sí vamos situándonos en los distintos lugares en los que discurre la acción.
Novela muy documentada, escrita con gran detallismo y total objetividad. De fácil lectura y con deseo de seguir hasta el final.
Muy interesante el apéndice en el que se presenta a los numerosos personjes. No sólo a los protagonistas, sino también a los secundarios e, incluso, a aquellas personas a las que se alude en algún momento del relato.
Y de la maestría literaria no hace falta hablar, ya queda demostrada en la larga trayectoria de la obra de Xuan Xosé.
La recomiendo a todos los lectores que tengan amplitud de miras. Les gustará.
A Sevilla a chirlos mirlos
(Ayer, en La Nueva España)
A SEVILLA A CHIRLOS MIRLOS
El último fin de semana de noviembre se celebró en Sevilla el cuadragésimo primer congreso del PSOE. Todos marcharon contentos de allí, por lo conseguido en sus reivindicaciones y por lo que trazan para el futuro común. En Asturies parecen satisfechos de sus logros, y así lo manifestó el señor Barbón.
Dejemos lo más complejo y confuso para más adelante. Empecemos por lo simple. Los socialistas asturianos pretendieron que el lobo saliese del catálogo de especies intocables y que se pudiese limitar su número. No lo consiguieron. A la mayoría de los socialistas españoles no les importa el terror de las ovejas masacradas, el pánico de los potros y xatos, las pérdidas y desesperación de los ganaderos. No. Probablemente, ni siquiera el lobo. ¿Saben por qué se opusieron a la petición de sus conmilitones asturianos? Porque “podría perjudicar políticamente a Teresa Ribera”, flamante comisaria europea. Hete aquí la causa y razón que están por encima de las víctimas de lobos, animales y personas: Teresa Ribera.
No hago comentario alguno, simplemente señalo que en esta materia volvieron con las manos vacías o, en otras palabras, bien poco pesan los socialistas en su organización, y menos aún, los asturianos.
Pero vayamos a cosas más complejas (y sibilinas). La preocupación más importante de la FSA, como la de los socialistas de otras comunidades, era la de conseguir una financiación mejor e igualitaria entre todas las comunidades autónomas de régimen común, donde, hasta ahora, se incluye Cataluña. Esa demanda no constituía una pretensión autónoma, sino que se oponía a lo pactado entre el PSOE y los partidos catalanistas para la investidura de Sánchez e Illa, particularmente con ERC. En concreto, se veían como inaceptables estos aspectos del acuerdo: el principio de ordinalidad, en virtud del cual el que más recauda más recibe; la creación de una Agencia Tributaria Catalana con la capacidad de recaudar todos los tributos y devolver parte, según se acordase; el carácter de particular de ese pacto, al margen de los demás. Ese acuerdo bilateral vendría a romper la solidaridad entre las comunidades y la igualdad entre los ciudadanos, y se convertiría, de hecho, en un convenio semejante al de Euzkadi y Navarra. Pueden ver los detalles de la argumentación en https://www.lne.es/opinion/2024/11/17/noticias-psoe-111755246.html.
Tras el congreso, los socialistas se han manifestado exultantes con los acuerdos alcanzados. Según ellos, frente a esa pretensión de bilateralidad, de acuerdo entre el Estado y Cataluña, se habría impuesto la multilateralidad (todos los acuerdos han de ser tomados en el Consejo de Política Fiscal y Financiera) y habría desaparecido el principio de ordinalidad. Si lo desean, puedes ustedes leer la literalidad del acuerdo sobre financiación. En conjunto, es un farragoso discurso lleno de palabras biensonantes, de conceptos cuyo contenido no se precisa, de llamadas a la igualdad entre ciudadanos y comunidades y con la apelación a un futuro maravilloso de corte “federal” (sobre la palabra volveremos más adelante). El asenso sobre el acuerdo y el éxito ha sido total, de Barbón a García-Page. Las pretensiones catalanistas habrían sido derrotadas.
Ahora bien, permítanme una reflexión pragmática. ¿El PSOE va a incumplir los acuerdos de financiación con ERC, formación de la que dependen los gobiernos y la gobernación, por varios años, de Pedro Sánchez, Illa y Collboni? Me parece dudoso. Añadan más, Salvador Illa ha venido insistiendo en que el acuerdo entre PSC y ERC se cumpliría y que no se sometía a votación en este congreso.
Vengamos, pues, al confuso y melífico texto aprobado en Sevilla. ¿Qué dice? Que la financiación “debe dirigirse hacia un modelo de financiación federal” y que “dicho modelo será aprobado de manera multilateral en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera, sin perjuicio de la relación bilateral del Estado con cada comunidad autónoma en función de lo recogido en los diferentes estatutos”.
Anotemos, en primer lugar, que, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, el voto del Gobierno central representa el 50%, con lo que es difícil que su voluntad no se imponga, aun contando con la oposición de todos los demás. Pero vayamos más allá. Fijémonos en estas palabras “sin perjuicio de la relación bilateral del Estado con cada comunidad autónoma en función de lo recogido en los diferentes estatutos”; o sea, acuerdos entre todos, menos en aquello que establezcan los estatutos. Y vayamos ahora al Estatuto de Cataluña. 201.4: “La financiación de la Generalitat no debe implicar efectos discriminatorios para Cataluña respecto de las restantes comunidades autónomas”. Y el 206.5: “El Estado garantizará que la aplicación de los mecanismos de nivelación no altere en ningún caso la posición de Cataluña en la ordenación de rentas per cápita entre las comunidades autónomas antes de la nivelación”. ¿No es esto el principio de “ordinalidad”? Y el 204, sobre la Agencia Tributaria de Cataluña: “Se constituirá, en el plazo de dos años, un Consorcio o ente equivalente en el que participarán de forma paritaria la Agencia Estatal de Administración Tributaria y la Agencia Tributaria de Cataluña. El Consorcio podrá transformarse en la Administración Tributaria en Cataluña”. Hacia cuya constitución colaboran con su entusiasmo los congregados en el congreso con la idea de la federalización de la financiación y con la de la “federalización de la Agencia Tributaria”.
(Por cierto, ese Estatuto catalán es el que impulsaron los socialistas, del que Zapatero proclamó que lo apoyaría tal cual saliese de Cataluña, y contra cuya razonable limitación por el Constitucional todo el PSOE, encabezado por Montilla y seguido por sus conmilitones de toda España, incluidos los más conspicuos asturianos, proclamó una revuelta semejante a un golpe de Estado, que impulsó lo que vino después: Mas, Montilla, Puigdemont... Y es ese Estatuto el que sustenta jurídica y políticamente los denostados acuerdos entre ERC-PSOE-Gobierno).
¿Son conscientes los disidentes con los acuerdos ERC-PSOE de lo que realmente han acordado en el congreso sevillano? ¿Los han engañado o se han engañado? ¿O, simplemente, saben que han dado una patada hacia delante para salir del momento y a ver qué pasa después? Dice el refrán: “El que lloñe va casar o va engañáu o a engañar”. Acaso les ocurra lo mismo a quienes van a votar al otro extremo de la Península.
Por cierto, tanto el señor Barbón como el señor García-Page se han mostrado encantados con los acuerdos y la perspectiva federalizante encumbrada a orillas del Guadalquivir. En concreto, los de Page han manifestado que no ven problema alguno en la invocación al federalismo, porque precisamente esa es la salida "que menos quieren los independentistas".
A uno se le ocurre sonsañar aquella pregunta del ahora turiferario permanente López a su entonces rival, Pedro Sánchez: “Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?”. ¿Pero vosotros sabéis lo que ye’l federalismu, rapazos? Porque existen muchos tipos de federalismo o de confederalismo. ¿Y el suyo, aparte del buen sabor de boca de la palabra, en qué se concreta?
Y a uno se le ocurre una pequeña maldad: ¿ese federalismo igualitario que se reclama para toda España va a eliminar los privilegios de Euzkadi y Navarra, para que todos, todos, seamos iguales? ¿Y los que, seguramente, se van a conceder a Cataluña? Esperamos la respuesta.
Por cierto, los pactos entre ERC y PSOE se van cumpliendo inexorablemente. Illa y Turull ya han anunciado la próxima transferencia a Cataluña de las competencias en inmigración. De ese modo, podrán tener el respaldo de la ley para negarse a lo que ahora se niegan: a aceptar que se mande un cupo de menas a su territorio. Que los digiera España. Prefederal, supongo.
Así que. si no me equivoco, a eso han ido a Sevilla, en la práctica, los socialistas asturianos: a chirlos mirlos.
Inocentadas anticipadas
(Ayer, en La Nueva España)
INOCENTADAS ANTICIPADAS
Lo que van a leer a continuación no constituyen noticias ciertas. Las invento yo como inocentadas, ya que para esa fecha, el 28 de diciembre, no voy a poder escribir.
El ínclito ministro de Cultura, Ernest Urtasun, enemigo a muerte de los toros, hasta de los de Guisando, ha manifestado que el poeta Miguel Hernández murió fusilado durante el franquismo. Miguel Hernández murió durante el franquismo, es cierto, en la cárcel, en Alicante (1942). Murió de tuberculosis, enfermedad que arrastraba hacía tiempo -como, por cierto, nuestro Pachin de Melás, que murió en El Coto, también de enfermedad pulmonar-, y su inicial pena de muerte le había sido conmutada. No crean que Urtasun no sabía esto. Lo sabía pero quiso gastar una inocentada a los españoles, tal vez para remedar aquella otra de su jefe, don Pedro Sánchez, cuando afirmó que Antonio Machado había muerto en Soria, conociendo, como conocía, que lo hizo en Colliure, donde yace.
Los vecinos de Xixón, opuestos como media Asturies a cualquier explotación minera o instalación industrial, están en contra de las prospecciones de fluorita. Este es su razonamiento: “No nos fiamos de la empresa y lo que tenemos claro es que parando los sondeos se para la mina, porque si encuentra algo, la habrá, es un mineral muy demandado”. No, hombre, no, la empresa solo opera por gastar una inocentada.
Y esto sí que es una inocentada: créanme, nunca ha ocurrido, aunque haya aparecido en los medios. El recientemente reelegido secretario general de la UGT, el heisenbergiano José María Álvarez, Pepe Álvarez, Jusep Álvarez -asegún- ha viajado a Waterloo para entrevistarse con el que llama “el President Puigdemont”, a fin de negociar con él la ley para la reducción de la jornada laboral. Sin importarle que esté buscado por la justicia ni que no sea President más que de su partido.
¿Cómo va a ser verdad? Les gusta gastarnos inocentadas.
Crítiques a De los sueños hicimos pesadilla
A "De los sueños hicimos pesadilla"
Comentarios de los llectores:
"Leída la novela, me sorprendió el ritmo que le proporcionan esas escenas cortas. Los personajes parecen abocados a un destino fatal , sin posibilidad de escapar de él. Salvo algunos psicópatas, todos resultan de una humanidad desbordante. Con el típico regalo de varios finales, marca de la casa En fin, para leerla de un tirón".
Librennos de la fana de Muface
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
LÍBRENNOS DE LA FANA DE MUFACE
Muface atiende a los funcionarios de la administración civil del Estado. En relación con la prestación más importante, la sanitaria, los funcionarios pueden adscribirse a la Seguridad Social general o ser atendidos por alguna de las tres compañías sanitarias que tienen convenio con Muface.
En España hay 1.500.000 personas adscritas al sistema de convenios con compañías sanitarias, entre funcionarios propiamente dichos (1,1 millones) y familiares.
Este año concluye el convenio del Estado con las compañías sanitarias, que aseguran pierden dinero. El Gobierno propone subir el convenio un 17,2%. Las aseguradoras demandan un 38%. Si no hay acuerdo, los funcionarios adscritos a esas compañías pasarán a ser atendidos en la Seguridad Social general.
Al margen de las concretas cuestiones de los costes del servicio y de la negociación rota, cabe señalar que la atención a los funcionarios fuera de lo que pudiéramos llamar el “régimen común” viene siendo objeto de críticas vehementes por una parte importante de la izquierda, por entenderlo como un privilegio y, sobre todo, por inscribirse en el nefando concepto de “lo privado”. La actual ministra del ramo, Mónica García, ha sido siempre militante en contra y ha expresado su satisfacción por el fin del “privilegio”.
En Asturies hemos pasado de poder tener una cita en dos días en el médico de familia a esperar siete. De las esperas para especialistas y operaciones, ni les cuento. ¿Qué ocurriría si ahora añadiésemos los 21.600 beneficiarios de Muface? Los entusiastas del cierre nos mienten diciendo que sería asumible el aumento. Es más, dicen que, transfiriendo el dinero ahora dedicado a las compañías, mejoraría la Seguridad Social. Mienten: ni hay médicos ni hay instalaciones.
Así que, al margen de los derechos de los mutualistas de Muface o de las pasiones de los amigos de la exclusividad de lo público, líbrennos a los ya mal atendidos usuarios de la Seguridad Social de esa fana de 21.600 nuevos usuarios.
Presentación de De los sueños hicimos pesadilla
Ayer, en La Buena Letra.
Llenu total. Pero l'éxitu nun fue ello, sinón el vese arrodiáu de tantos amigos y xente que t'aprecia.
A toos ellos, gracies, asina como al llibreru que nos acueye y a Carlos Espina, antiguu escolín y editor güei, qu'ayer fexo una magnífica presentación del llibru nuna conversación dialogada que tuvimos ente los dos.
Un matón a nuestras puertas
(Ayer, en La Nueva España)
UN MATÓN A NUESTRAS PUERTAS
“¡Hannibal ad portas!”. El grito expresaba el temor de los romanos cuando Anibal, después de varios éxitos, amenazaba con arruinar Roma y su civilización, y, naturalmente, exterminar o esclavizar a los ciudadanos de la Urbe. Pues algo así podríamos exclamar hoy -y en algunas naciones lo hacen-, pensando en Putin y viendo sus amenazas y sus actos.
Recordemos que el dictador invadió y se anexionó Crimea en 2014, sin grandes protestas de la sociedad internacional, y que en 2022 hizo lo mismo en Ucrania, con el pretexto de “desnacificarla”, en realidad, para apoderarse de parte o todo su territorio y poner al frente del Estado un Gobierno títere.
Desde entonces, mantiene ocupada una parte del territorio ucraniano y lucha por extender ese dominio, mientras destroza las infraestructuras comunicativas y energéticas del país aún no tomado y bombardea sus ciudades. No bastándole con sus soldados, ha importado al frente militares norcoreanos (con cuya feroz dictadura mantiene una excelente relación) y, en las últimas semanas, ha avanzado en la voluntad de intensificar la guerra, lanzando un cohete hipersónico de nueva factura, capaz de portar bombas atómicas. Paralelamente, a través de sus medios, ha amenazado con utilizar armas atómicas contra aquellos países que él estime que apoyan la resistencia ucraniana de una forma que él no está dispuesto a tolerar. La amenaza ha consistido en una lista de esos países que podrían ser arrasados. Uno de sus voceros ha proclamado que tres artefactos nucleares en determinados lugares del Reino Unido “acabarían para siempre con la civilización británica”.
Esa exacerbación de última hora encuentra su pretexto en que EEUU y Gran Bretaña han dotado a Ucrania de armas de largo alcance para su defensa. Putin, que se ha anexionado parte de Ucrania, la masacra y lucha por dominar más territorio del que ya ha conquistado, considera inaceptable que los invadidos tengan nuevas armas para defenderse.
Las amenazas del dictador y la política de guerra y conquista de Rusia no se tienen como pura palabrería en los estados vecinos. Países tradicionalmente no alineados, como Finlandia y Suecia, han ingresado en la OTAN ante la amenaza rusa y aumentan sus fuerzas militares. Estonia, Letonia y Lituania, por la misma razón, piden más presencia permanente de la Alianza Atlántica en sus territorios. Noruega, Finlandia, Suecia y otros países informan a sus ciudadanos sobre qué hacer en caso de guerra o grave crisis. Los refugios antinucleares comienzan a ser construcciones que se buscan o preparan en varios países.
Se ha comparado a Putin con Hitler, la situación previa a la Segunda Guerra y la voluntad de no enfrentarse a él o contenerlo por parte de las democracias. Recordémoslo: cuanto más se cedió , más se envalentonó y más fácil pensó que sería su expansión.
En relación con Putin-Rusia, sus guerras y sus propósitos, conviene analizar algunos datos y discursos, en particular, aquellos que sostienen los que yo llamo “putineros”, quienes defienden las actuaciones del dictador o las disculpan. Comencemos por señalar el gran pretexto para sus agresiones con unas palabras de Merkel en su último libro, “Libertad”: “Para Putin, la perspectiva de membresía de la OTAN de Ucrania y Georgia fue una declaración de guerra”. Vamos a aceptarlo: la OTAN a las puertas de Rusia iba a entenderse como una amenaza inaceptable. Ahora bien, esa integración no se ha producido (a pesar de las reiteradas peticiones de Ucrania); lo que sí se ha producido es la apropiación de Crimea, la invasión de Ucrania, la devastación de su territorio y miles de muertes y mutilaciones. Recientemente, la cesión de misiles de largo alcance a Ucrania para su defensa también ha sido tomada como una excusa por Putin para la amenaza nuclear, por los putineros para la justificación de las actuaciones de Rusia y sus intimidaciones. En una palabra: sea cual sea la realidad, Occidente es siempre el provocador y el culpable. Recordemos que, aunque ahora levantan menos la voz, para destacados putineros españoles -personas y partidos- la paz en Ucrania solo se consigue no enviando armas a Zelenski, es decir, rindiéndose y dejándose conquistar Ucrania por su destructor.
¿Y quiénes son los putineros? Pues un amplio elenco de españoles, fundamentalmente de izquierdas, pero no solo, también, en menor número, de derechas. Su estructura discursiva -eso que llaman “ideología”- y emocional se compone de varios factores, no todos presentes en las mismas personas ni en las mismas proporciones: una vocación hacia la dictadura como forma ideal de gobierno, por lo que añoran la Rusia “socialista” y proyectan esa añoranza sobre la Rusia actual; una pasión vehemente contra EEUU, lo que no impide que sigan ciegamente sus modas discursivas y de conducta; una hostilidad primaria hacia el modo de vida occidental -en el que, sin embargo, viven cómodamente-, cuya hostilidad justifican motejándolo de “capitalismo”, “liberalismo” o etiquetas semejantes.
¿Hacia dónde avanzará el conflicto de Ucrania? ¿Cuáles son los propósitos a medio plazo de Putin? ¿Será invitable un choque? Deseo (no he puesto “espero”) que no. En todo caso, y en esa previsión, preocupémonos por los putineros de dentro. ¡Hannibal intra portas!, gritemos, y mantengámonos ojo avizor, que ellos buenas ganas tienen.
P.S. Hace unos días, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Netanyahu por crímenes de guerra. En calles y plazas de España aparecieron inmediatamente manifestaciones de celebración. En 2023, el mismo organismo dictó idéntica orden contra Putin, por las mismas razones. No recuerdo ni una sola manifestación de júbilo por esa causa desde entonces.
Bable a la escuela
(El domingu 1/12/24, en LNE)
Crónicas gijonesas: Bable a la escuela
El 22 de julio de 1976, Gijón acogió la primera gran manifestación a favor de la llingua asturiana, en la que participaron 6.000 personas
Crónicas gijonesas
Luis Miguel Piñera
01 DIC 2024 4:05 Actualizada 01 DIC 2024 4:00
Eso era lo que ponía la pancarta principal de la manifestación: "Bable a la escuela. Autonomía Rexonal". Pero había más pancartas: "Estatutu Autonomía", "En Nuevu Xixón axuntámonos pola Cultura Rexonal", "Puxa Asturies", "Escolín, fala la llingua", "Naguamos peles llibertaes y pela amnistía", "De Payares a Xixón en bable la lección", "Llingua llariega darréu pala escuela", "Democracia da fechu"...
Estamos en la primera gran manifestación a favor de la llingua asturiana: en Gijón, el martes 22 de julio de 1976. Seis mil personas, desde la parte más alta de la cuesta de Begoña para pasar por Corrida, Trinidad, San Bernardo y terminar en la plaza del Ayuntamiento. Decía la revista "Asturias Semanal": "Un público entre divertido y complaciente contempló el paso de la comitiva y de los grises con casco que la flanqueaban". Era en plena transición a la democracia. Hacía siete meses que Francisco Franco había muerto, los partidos políticos eran todavía ilegales, las primeras elecciones democráticas llegarían un año más tarde y hasta abril de 1979 no serían las primeras elecciones municipales.
Era una manifestación legal. El Gobierno Civil había dado el visto bueno para la manifestación, pero con la condición de que terminase no más allá de una hora concreta: a las nueve de la noche, hora y media después del inicio. Xuan Xosé Sánchez Vicente, apoyado en un coche y con un altavoz en la mano, leyó en la plaza Mayor un manifiesto, "la ovación más fervorosa se la llevó el párrafo dedicado a la aún clausurada Asociación de Cabezas de Familia de La Calzada, se cantó el ‘Asturias Patria Querida’, volaron los gritos pidiendo amnistía y la manifestación se disolvió". Decía entre otras cosas el manifiesto leído: "Queremos que la llingua y la cultura asturiana entren en la escuela, y queremos autonomía regional en todos los órdenes".
Más pancartas en las fotos de la revista "Asturias Semanal": "El petróleu y el carbón que queden en la rexón", "Llibertaes democrátiques", "Conceyu Bable: 30.000 firmes pal Bable na escuela", "Volvei la llingua al pueblu"...
Las crónicas hablaron de mucha participación y de ningún incidente y de que los manifestantes habían dado ejemplo de "madurez y corrección pública. En algunos momentos se apreciaron puños en alto que se bajaban tras los consejos y sugerencias del servicio de orden". El periodista y director de "El Comercio", Francisco Carantoña, firmaba como Till su artículo diario (el día siguiente, 23 de junio de 1976) y escribía cosas que nos parecen ciertamente interesantes.: "Quizá la mejor manera de no frivolizar la manifestación de ayer, o de tomarla perfectamente en serio, consiste en considerarla como una invitación a reflexionar sobre las singularidades de Asturias para construir sobre ellas una comunidad regional más consciente, más defensora y más potenciadora de lo suyo, y más entregada a la tarea de mantener su identidad. [...]. El verdadero objetivo es una vida regional autónoma, en el buen sentido del término, que convierta a Asturias en un lugar donde valga la pena quedarse porque aquí existan oportunidades suficientes para que los talentos más distinguidos se apliquen a actividades con entidad, y porque aquí exista una infraestructura económica capaz de dotar de los medios necesarios a las instituciones propias".
Conceyu Bable se había fundado en el año 1974 y relativamente recientes son los actos del la "45 Selmana de les Lletres Asturianes" dedicada entre abril y mayu de 2024 a Conceyu Bable al medio siglo de su creación. Aquella manifestación de 1976 fue una iniciativa de Conceyu Bable asumida por la Coordinación Democrática de Asturias (CDA). Coordinación Democrática era un organismo de oposición a la dictadura conocido popularmente como "Platajunta". Eso porque resultó de la unión de dos colectivos anteriores: la Plataforma de Convergencia Democrática de España y de la Junta Democrática de España.
La revista madrileña "Triunfo" publicó información sobre aquella manifestación unas semanas más tarde, en su número del 10 de julio de 1976, con una foto firmada por R. Costales y un texto sin firmar: "Después de cuarenta años de silencio y dudas se celebró en Gijón, el día 22 de junio, la primera manifestación masiva en apoyo de la autonomía asturiana. La organización corrió a cargo del grupo Conceyu Bable y a ella se asociaron una serie de entidades cívicas –sobre todo las asociaciones de vecinos de Pumarín, Roces, La Calzada y Nuevo Gijón– así como Coordinación Democrática Asturiana y otros grupos políticos encuadrados en ella". Un año más tarde, el 20 de junio de 1977, y legalizados casi todos los partidos políticos, tuvieron lugar las primeras elecciones generales tras la dictadura.
Cinco años y medio después el Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias fue publicado por el Boletín Oficial del Estado, BOE, el 11 de enero de 1982. Artículo cuarto: "El bable gozará de protección. Se promoverá su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza, respetando, en todo caso, las variantes locales y voluntariedad de su aprendizaje".
Reconocimiento y desplazamientos
(Esti llunes, en LNE)
L’APRECEDERU
RECONOCIMIENTO Y DESPLAZAMIENTOS
Se aparece mi trasgu particular, Abrilgüeyu. ¿Oye nun te paez qu’esta xente merez un reconocimientu? Consigo que se explique: les policíes. ¿Nun te paez que tán teniendo grandes y rápidos éxitos?
Y pasa a enumerarme algunos: la detención de yihadistas en Avilés, la resolución de una espantosa violación (si no son todas) en Xixón, el apresamiento de un asaltante reiterado de negocios, el de la muerte de un sintecho... “Y otros presuntos” -me sonríe torciendo su bocona-. Es cierto, y seguro que, aparte de estos éxitos de repercusión mediática, habrá otros muchos que cursan en silencio. Creo que es merecido ese reconocimiento.
Ello contrasta con el menosprecio hacia su trabajo y riesgo que manifiestan el Gobierno y otros partidos. Como saben, entre las regalías diarias de don Pedro y conmilitones hacia otras fuerzas políticas y territorios, una de ellas ha sido el de prohibir el uso de pelotas de goma por la policía. De modo que, cuando se enfrentan a manifestaciones violentas, no les queda otra que el cuerpo a cuerpo. La consecuencia: “Más de treinta policías heridos en Valencia al no poder utilizar pelotas de goma por primera vez”. Y subrayémoslo: la policía contiene a los manifestantes para defender la ley y por mandato de las autoridades que les deniegan el uso de esos medios defensivos.
Hoy anda Abrilgüeyu “de ley y orden”, y recoge las quejas ciudadanas xixoneses sobre patinetes eléctricos y bicis de servicio municipal: “los tiran donde quiera, impidiendo el paso a los peatones”. Y va más allá: “Munchos usuarios nun respeten les normes y van peles aceres como llocos”. “Güei mesmo vi dos atropellos llibraos de milagru en treinta metros”. “Además, solo les bicis cuéstennos 700.000 euros al añu, fundamentalmente pa que los mozos se paseen”. “Y, aunque fuere pa trabayar: a esos años “nun hai rapacina (nin rapacín) de quince que nun tenga buena pierna”, como diz el cantar”.
De los sueños hicimos realidades
(Entrevista en LNE, el 01/12/2024)
Entrevista | Xuan Xosé Sánchez Vicente Escritor, publica la novela "De los sueños hicimos pesadilla"
"Los muertos en las cunetas se deben desenterrar y el frentismo sectario debe ser encerrado"
"Una cosa es la triste realidad de la historia y otra una fábula de buenos y malos contada por un idiota para embaucar a incautos y gente de buena fe"
Xuan Xosé Sánchez Vicente, en su casa, con su nuevo libro. / Juan Plaza
Tino Pertierra
Gijón 01 DIC 2024 4:01 Actualizada 01 DIC 2024 4:00
–¿Qué sueños degeneraron hasta ser pesadillas?
–Pues, en primer lugar, todas esas expectativas que trajo el nuevo tiempo de la República, pero, sobre todo, los ideológicos: el sueño de una democracia con alternancia pacífica, el de la resolución del paro y los problemas económicos, el de la revolución socialista.
Xuan Xosé Sánchez Vicente (Gijón, 1949) propone en la novela "De los sueños hicimos pesadilla" (Impronta Editorial) un ambicioso relato plural y caleidoscópico de vidas cruzadas para explicar lo que fue para los asturianos y gijoneses el segundo cuarto del siglo XX, tiempo convulso y vertiginoso durante el cual los sueños de la razón engendraron sus propios monstruos. El 12 de este mes presentará la obra en la librería La Buena Letra de Gijón y el 13 de enero lo hará en el Club LA
–Una novela coral. ¿Cuesta mover tantos hilos?
–Bueno, costar, costar, no estrictamente, pero sí trabajar mucho: anotar, avanzar, volver atrás, rectificar o añadir… Hay que establecer sutiles tramas entre personajes, tiempos y lugares. Son en total más de trescientos personajes.
–¿La sociedad como colmena?
–No sé si se trata de una metáfora correcta. En todo caso, podemos darla por válida, es decir, entender que hay movimientos colectivos que arrastran a los individuos formando grupo, si no olvidamos que, al tiempo, hay individuos que arrastran a los demás e individuos que son capaces de actuar siempre según su voluntad o decisión, o, incluso, al margen de la corriente dominante.
–¿Qué supuso el segundo cuarto del siglo XX para los asturianos?
–Pues, frente a tantas expectativas que se vieron como ilusionantes –la marcha del Rey, la llegada de la República– y a la buena marcha de la economía durante una parte de la dictadura de Primo de Rivera y el apaciguamiento de la situación en Marruecos, la realidad, en la economía, en la política, en la vida social, con una violencia desatada e, incluso, manejos electorales, fue una catástrofe.
–¿Se puede buscar alguna equivalencia con los tiempos actuales?
–En la polarización de buena parte de la sociedad y, sobre todo, en la sobreexcitación que provocan algunos partidos y medios en la búsqueda de su triunfo y su "negocio" hay una semejanza. Pero también la hay en lo que no se ve. En una gran parte de la población que no está a un lado u otro, pero que se ve arrastrada por unos y por otros o que sufre las consecuencias de esos intereses y pugnas.
–¿Por qué es una novela de no-ficción?
–Ante todo, primordialmente, es una novela de ficción, de otra forma no sería una novela, es decir, que la organización de la materia, la selección de los personajes, el ritmo narrativo, etcétera, pertenecen al ámbito de la creación, de la invención, de la escritura. Pero es verdad, no solo la novela está plagada de personajes públicos, sino que también la mayoría de los actores del segundo plano de la narración son personajes reales, y las historias y sucesos que se cuentan lo son también, incluso las de los más anónimos. En ocasiones, el nombre no responde al personaje real, pero ese personaje real existió y pasó por esa peripecia que se cuenta.
–La Revolución de Octubre de 1934, ¿qué poso dejó?
–Dos, fundamentalmente. Del lado de quienes no la hicieron, parte de Asturies y una gran parte de España, el horror, el temor de que aquello volviese a repetirse y la suspición general hacia la izquierda y parte del sindicalismo. De quienes la hicieron, la voluntad de repetirla, al menos en su voluntad de imposición totalitaria, y la idea de que aquello no había sido sino un fracaso coyuntural en la buena línea de la historia.
–¿La II República, entre todos la mataron…?
–Así fue. Un libro relativamente reciente sobre la II República se subtitula: "Una democracia sin demócratas". Yo creo que, matizable como todo, es un buen diagnóstico del problema de aquel régimen. En muchas de mis conversaciones hago ver que los más notorios proclamadores de la República, Ortega, Marañón, Ayala..., tienen que salir de España por pies u ocultarse. Y que, incluso, la adalid del voto femenino, Clara Campoamor, tiene que escapar huyendo, porque la buscan para matarla.
–¿De qué forma afecta a sus personajes el golpe de Estado de 1936?
–De diversas formas. Unos lo ponen en marcha, como Franco o Pinilla, otros lo combaten y viven o mueren en ese combate. Algunas mujeres ven cómo sus esposos o sus hijos mueren en uno u otro bando, según quien los recluta. Un hijo, por ejemplo, haciendo la mili en el Simancas, un esposo obligado a ir al frente en la ofensiva del Ebro. No pocos son paseados, fusilados o asesinados.
–Empieza fuerte, con Calvo Sotelo y Franco charlando en Gijón. ¿Fue estimulante incluir personajes reales en la ficción?
–Por supuesto. Pero quiero subrayar que, aparte de los personajes reales, como esos dos, prácticamente más del 90 por ciento de los protagonistas de la novela –algo más de trescientos– son personajes reales, con sus propios nombres, muchos; con otro, alguno. De la misma forma, yo diría que casi el cien por cien de los acontecimientos son también reales, históricos. La ficción novelesca actúa en la selección de momentos y escenas donde ellos intervienen, en la conformación de esas escenas y, por supuesto, en lo que en concreto dicen o hacen en esas escenas que responden a hechos reales.
–La nómina de personajes es larguísima. ¿Le hizo sudar tinta?
–No. Si acaso, el evitar la tentación de desarrollar más la participación de muchos de los personajes, porque la novela, que pretende dar una visión precisa, minuciosa y veraz del tiempo que va del 29 al 45, trata de evitar abrumar al lector, que pueda seguir muchos ámbitos, tiempos y personajes sin agobiarse, y que sean perceptibles, a la par, lo particular y lo global.
–¿La memoria se puede enterrar?
–Eso fue lo que hicieron la mayoría de los que provocaron o sufrieron la Guerra Civil. Desde muy temprano, ya desde 1942, se va imponiendo esa idea entre gentes que estuvieron enfrentadas en la contienda. La Constitución y la Transición no son más que esa voluntad de enterrar la memoria como fermento de un estadio de discordia permanente. Para que quede claro: los muertos en las cunetas se deben desenterrar. El frentismo sectario debe ser encerrado a "siete estadios", como la piedra de rayo, o "bajo siete llaves", como el sepulcro del Cid.
–¿Qué aprenderán las nuevas generaciones de su novela?
–Espero que disfruten, ante todo. Y si abren los ojos y quieren aprender, verán que una cosa es la triste realidad de la historia, también la belleza de sus héroes y sus gentes comunes, y otra una fábula de buenos y malos contada por un idiota para embaucar a incautos y gente de buena fe.
–¿Qué supone esta novela en su trayectoria como escritor?
–Al margen de las novelas y cuentos en asturianu, pienso que esta recupera la complejidad de "No miréis al mar", pero con una riqueza de trama y personajes mucho mayor. Pienso también que es en un punto superior en eficacia narrativa y en la articulación de escenas y secuencias. Espero también, con ella, dar a conocer la realidad de nuestra historia, invitar a reflexionar y a sentir compasión por aquellos antepasados nuestros.
NOXU
(Ayer, en La Nueva España)
NOXU
Nun ye que tea fartucu, non. La mio sensación ye la de “noxu”, que nel mio Diccionariu Asturianu-Castellanu (G-Z) diz asina na primer acepción: “Enojo, enfado”, y na tercera: “Asco, repugnancia que invita al vómito”. Pues asina me siento yo, y supongo que la mayoría de vustedes, al ver los postsucesos de Valencia, cómo caúna de les partes, caún de los implicaos, trata d’esculpase a sí mesmu y echar la mayor parte la responsabilidá al otru. Toos. A nivel colectivu y a nivel individual, los partíos y les instituciones, los organismos del Estáu. Que si esti llegó tarde, que si l’otru nun tocó’l timbre abondo fuerte, que si aquel fue llentu en poner en marcha lo que-y correspondía, que si toos se portaron como raposos pa disimular y cargar les culpes al rival…
Y, ensin embargo, la mayor culpa del desastre d’eses hores nun la tuvo naide. De mano, naide podía prever que la gota frío fuese tan gorda y, concretamente, que lo fuese sobre aquellos determinaos kilómetros cuadraos. Pero, anque l’avisu se tuviere dao a tiempu, ye duldoso que pudiere evitase gran parte del desastre. Agora que entamamos a conocer estadístiques precises, sabemos que la metada los muertos morrieren en cases y garaxes, esto ye, taben abellugaos, non en medio de la caye. Del mesmu mou, conocemos tamién que casi la metada los muertos teníen más de 70 años, lo que suxer una cierta incapacidá de prevención o un desconocimientu del peligru o despreciu d’él. Y, especialmente, hai que señalar que, frente a lo qu’asocede n’otros países, nun esisten alvertencies clares de lo que facer en casu de riesgu nin, menos, ensayos preventivos cola población.
Y ehí sí entamen les culpes, retrospectivamente, pa toles alministraciones y partíos, pa dalgunos más que pa otros. Porque ¿qué significa que tanta xente morriera nes cases? Pues lo mesmo que’l que tantes cases y cayes quedaren afaraes o, cenciellamente, inundaes: que tán allugaes onde nunca debieren tar allugaes porque se vienen construyendo, dende hai más de cuarenta años, en terrenos fácilmente inundables polos fenómenos repetíos de lluvies intenses que se dan a partir del veranu nel Mediterraneu, como tol mundu sabía y taba alvertío
La segunda causa ye lo que podíamos denomar como “selvaxismu hidráulicu”, que tien dos manifestaciones: la primera, evitar y prohibir la llimpieza de los ríos pa conseguir asina la so “renaturalización”. La consecuencia ye que, cuando hai riaes, el material acumuláu tien l’efectu devastador de miles de tonelaes anegando riberes y arrasando colo que tien delantre, pontes o cases. La segunda manifestación del “selvaxismu hidráulicu” ye la voluntá de derribar construcciones d’embalse o contención de los ríos y la negativa a establecer preses o elementos de contención. En concreto, pa la zona arrasada nel reciente desastre había dende hai tiempu proyectaos mecanismos de contención. Dos vegaes, con Zapatero y Sánchez, esos proyectos echárense atrás por esa mentalidá máxica relixosa del “selvaxismu hidráulicu” que predomina en tantos grupos y xente, y que nun ye otro qu’una manifestación más de la metafísica relixosa de la naturaleza como ente benéficu y ensin defectos, frente al home.
Asina, pues, nada d’echa-y la responsabilidá del desastre al “cambiu climáticu”, un de los tópicos llingüísticos y emocionales del momentu: la responsabilidá ye de la necedá y la imprudencia humanes.
Y agora, al marxen de la engarradiella enllamorgadora universal, ¿ven que, además de les cuestiones de llimpieza y reconstrucción, ten falando de los asuntos fundamentales pa prevenir otru desastre (non otra gota frío, que va seguir habiendo, como sabemos dende hai cientos d’años)? Yá s’entiende que los pueblos nun los van camudar de sitiu, que ye la causa fundamental del desastre, ¿pero saben vustedes que tean en marcha proyectos de prevención qu’incluyan ensayos cola población? ¿Que se vayan a poner en marcha, torrentes y cabeceres enriba, construcciones que remansen y domestiquen les riaes? ¿Pozos de tormentes y canalizaciones urbanes de mayor capacidá?
Pues ehí ta l’enquiz de la cuestión, el megollu pa evitar catástrofes como esta, non pa evitar que llueva a los sos deleres, como fizo siempre.
Aniversario y lengua
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
ANIVERSARIO Y LENGUA
El 15 de noviembre, viernes, treinta personas nos reuníamos para conmemorar los 50 años de Conceyu Bable Xixón. A la reunión faltaban algunos que por razones distintas no pudieron acudir, como mi esposa, Elena Fernández Poch, autora del primer Diccionario Castellano-Bable destinado a la escritura. De los afiliados de aquellos tiempos ya idos hicimos memoria.
El lunes, 18, los periódicos de Galicia daban cuenta de una numerosa manifestación en Santiago el día anterior, domingo, que reclamaba una nueva política para frenar la “emerxencia extrema” de la lengua gallega.
En la celebración de los cincuenta años, además de los recuerdos y los saludos entre personas que no nos veíamos desde hacía décadas, se habló de la situación de nuestra lengua. Podríamos decir que Conceyu Bable recogió del barro una lengua desprestigiada socialmente y levantó su aprecio entre muchos asturianos. Al mismo tiempo, impulsó la creación de una literatura moderna y estimable, así como la creación de la Academia, la normativización escritural, y una legislación que confiere “normalidad” a nuestra lengua.
Ahora bien, del asturiano, más o menos penetrado por el castellano, se podía decir entonces, casi como en los tiempos de Xovellanos: “odos lo mamamos en nuestra primera leche; va pasando de padres a hijos y se continúa de generación en generación”. Hoy, sin embargo, el deterioro de esa transmisión es evidente. Incluso, como ocurre en otros países, los jóvenes hablan castellano en el patio tras la clase en llariegu.
¿Causas? Al margen de las generales, y salvo excepciones anecdóticas, los gobiernos asturianos tienen una responsabilidad importante en ello, por dejación o por hostilidad. La RTPA, un posible instrumento importante de preservación, no ha sido utilizada o lo ha sido negativamente.
Es de justicia reconocer el relativo cambio positivo que el Gobierno de Barbón, con su presidente al frente, ha tenido al respecto. Cabe preguntarse si es aún tímido, que lo es, y si, inevitablemente, tardío.
Palabrería, despilfarru, macizu
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
PALABRERÍA, DESPILFARRU, MACIZU
Hace semanas inundan los medios anuncios del Gobierno de España y el Ministerio de Cultura que constituyen un arcano, una especie de fórmulas mágicas recitadas por una tropa de hechiceros. Esto proclaman: “La cultura está en ti, está en todo. Una nota, un sabor, una textura, una imagen, una idea, una historia, un encuentro… Todo esto es cultura. ACCEDE, CREA, DISFRUTA. Son derechos culturales”. Todo ello sobre una fotografía donde una persona adulta parece dirigir un grupo de menores divirtiéndose.
Un arcano. Pura palabrería que no se sabe lo que dice. ¿Qué es un derecho? Según el Gobierno, todo: el ser atendido por un médico, la percepción de un salario por un trabajo… y, asimismo, “acceder” (¿a qué, santo Dios?), “crear” (¿cuadros?, ¿ensaladas?), “disfrutar”. He ahí palabras sin significado en relación al concepto “derecho”; actos que nadie impide que se ejecuten si alguien desea realizarlos. ¿Dónde se hallan los obstáculos para ello? ¿Para disfrutar, por ejemplo, de un caramelo?
¿Y por qué son “derechos culturales”? ¿De ser derechos, que no lo son, ni lo contrario, por qué “culturales”? Pues porque paga el Ministerio de Cultura.
Recordemos que este mismo Gobierno puso en marcha una campaña dirigida a los jóvenes, que les proporciona 400 euros para que puedan ir al cine, ver los toros o comprar videojuegos, entre otros.
¿De dónde sale ese dinero que se ofrece como gasto o se gasta como propaganda? Pues de nuestros bolsillos, del que cobra el salario mínimo, del que trabaja 8 o 10 horas, del autónomo. Por supuesto, no del Gobierno.
¿Y a qué viene ese despilfarro? Sencillamente, a macizar. El Gobierno ha descubierto que hay ahí un segmento de voto interesante y a ellos se dirige con nuestro dinero. En unos casos, con dinero contante y sonante, en el otro, con el engaño de palabras vacías pero seductoras.
¿Tiene nombre usar el dinero de todos para beneficio particular?
Con noticias del PSOE
(Ayer, en La Nueva España)
CON NOTICIAS DEL PSOE
El contrato firmado por el Gobierno y la dirección del PSOE con los partidos independentistas catalanes con motivo de la elección de Pedro Sanchez, renovado después en la investidura de Salvador Illa, para una nueva forma de financiación de Cataluña (y la manera de articularse la misma) constituye un auténtico argayu no solo con respecto a cómo es hasta ahora la financiación de las autonomías de la España no privilegiada (todas, excepto Navarra y País Vasco), sino en lo relativo a la igualdad entre los ciudadanos del Estado y al concepto mismo de cómo se establecen la igualdad y la solidaridad, si entre territorios o entre individuos.
Las observaciones negativas con respecto al pacto, su insolidaridad, la desigualdad, el convertir de hecho a Cataluña en un nuevo territorio foral, la pérdida de capacidad del Gobierno central, la disminución de la financiación de las autonomías de régimen común y otros aspectos, han sido reiteradamente señaladas por economistas e instituciones. Aquí, en LA NUEVA ESPAÑA han aparecido, al respecto, un par de extensos artículos del expresidente Rodríguez-Vigil. Yo mismo lo he señalado varias veces, la última en https://www.lne.es/opinion/2024/10/06/cuentos-claros-108958714.html.
Pues bien, frente a lo que parecía una aceptación unánime en Asturies (fuera, son conocidas, por ejemplo, las críticas de Lambán y Page) de esas decisiones de la cúpula del PSOE y del Gobierno, en el socialismo llariegu han aparecido diversas propuestas que tratan de modificar esa postura, expresada en la ponencia oficial de financiación autonómica redactada para el próximo congreso federal, a finales de mes, en Sevilla. La propuesta de la cual tenemos información más extensa, a través de este diario, y que es, sin duda, la más radical, es la que ha presentado la agrupación socialista de Llanes, encabezada por el expresidente Antonio Trevín”.
Estos son sus argumentos fundamentales: niega, en primer lugar, y con números, que, como se pretexta, Cataluña esté infrafinanciada. Rechaza, fundamentalmente, el principio de ordinalidad, según el cual una comunidad no puede dar más de lo que recibe. Respetar la ordinalidad supondría fijar límites a la solidaridad territorial: “No se justifica que unos contribuyentes que paguen más por su nivel de renta tengan derecho a recibir mejores servicios públicos que otro conjunto de ciudadanos cuya contribución fiscal sea inferior como consecuencia de su menor renta per cápita”. Subraya que el acuerdo ERC-PSOE, que recoge la ponencia, “puede comprometer tanto el principio de solidaridad como la autonomía financiera del Gobierno central”, y que no es verosímil que el modelo propuesto sea beneficioso para todos, debiendo negociarse el nuevo sistema de financiación -necesario por las carencias y defectos del actual- “de manera multilateral entre el Estado y todas las comunidades autónomas que integran el sistema común de financiación autonómica” (es decir, no dando por sentado ya el modelo firmado para Cataluña). E, importantísimo desde el punto de vista conceptual, afirma que el modelo firmado y propuesto es, en realidad, un concierto fiscal (como el de los territorios -es decir, los ciudadanos de los mismos- ya actualmente privilegiados), que “nos aleja radicalmente de los países federales de referencia, como Estados Unidos, Alemania, Canadá, Suiza y Australia” (frente al camelo reiterado de que acuerdos y ponencia suponen un avance hacia un Estado federal).
Se pueden decir más cosas -ignoro, con la información de que disponemos, si las dice-, sobre los acuerdos, la ponencia y sobre el camino de desigualdades y tormentas financieras en que la dirección del PSOE pretende sumergirnos, pero estas aquí apuntadas iluminan como varios soles la verdad.
Reunidos los delegados de la FSA al Congreso de Sevilla, han aprobado un texto más dulce, menos explícito sobre todos los entrañamientos de los acuerdos y la ponencia del Gobierno y del Partido centrales. En ese texto destacan tres aspectos: la negativa a la ordinalidad, la exigencia de acuerdos multilaterales, sin exclusiones, y la negativa a un tratamiento privilegiado para ningún territorio. Veremos ahora que resulta tras el Congreso. Lo verosímil es que triunfe la postura actual del Gobierno y del PSOE centrales, con algunas fórmulas peculiares para Cataluña y algún remiendo para que las cosas parezcan resolverse de manera satisfactoria para todos.
Una reflexión ahora. Asistimos a discusiones sobre si unas propuestas son más o menos socialistas, se adecuan o no a lo que “es el socialismo”. Constituye una falacia argumental. Pensemos que hay un socialismo soviético, otro norcoreano, otro chino, etc. Incluso, limitándonos al socialismo político mayoritario en España a lo largo de la historia, el del PSOE, no existe un socialismo-socialismo, un socialismo canónico: el socialismo es, en cada tramo de la historia “lo que hace” el Partido Socialista. Por irnos lejos, hay un socialismo del 34. Más cerca, uno de González y su dirección. Y ahora hay lo que hace el de Pedro Sánchez.
Veremos a partir del día 1 de diciembre de este año “qué es” el socialismo, según se defina en esta materia, tan nuclear de la acción política. Y, tal vez, frente a él, podremos decir: “hubo otro socialismo que pretendió ser y no fue”.
Ver veremos. En cualquier caso, reiterémoslo, el ser no lo definen las siglas ni las palabras, sino el hacer.
Pa los interesaos na Transición n'Asturies, les candidatures, el rexonalismu, Conceyu Bable...
Pa los interesaos na Transición n'Asturies, les candidatures, el rexonalismu, Conceyu Bable...
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Fuera ratos, fuera sapos, fuera toa comición
(Ayer, en La Nueva España)
FUERA RATOS, FUERA SAPOS, FUERA TOA COMICIÓN.
De la tragedia del Levante no le echen la culpa a la gota fría. Tampoco al llamado cambio climático. La causa real es la política de construcción en zonas inundables que, durante décadas, ha venido estimulándose por las sucesivas administraciones, y el “salvajismo” hidráulico.
Ni gota fría ni cambio climático: la necedad y la imprudencia humanas.
Pero no es sobre esas realidades sobre lo que quiero reflexionar, sino sobre algunas conductas. La primera, la inaceptable actuación de ciertos individuos durante la visita de los Reyes, Sánchez y Mazón; algunos, incitadores, otros, seguidores espontáneos. ¿Y esos gritos de “asesinos”? ¿Culpables de la dana?
Dejemos eso también. En lo que quiero fijarme es en las manipulaciones, mentiras y babayaes que muchos medios de comunicación y periodistas lanzan al aire, al modo como algunos vecinos lanzaban fango durante la visita. Con frecuencia, con un discurso desviado a favor de la facción que defienden o de quien paga.
Deseo, especialmente, subrayar dos manipulaciones de la política. La primera, del Gobierno de don Pedro y sus turiferarios, acusando de los disturbios de Paiporta al “empeño del Rey” en ir allí. Como si no fuese obligado el ir y, sobre todo, como si cualquier acto de la Corona no requiriese el refrendo del Gobierno.
La segunda es al revés, contra Pedro Sánchez. Este nunca afirmó “si quieren ayuda que la pidan”, tan reiterada y tan criticada. Esto dijo tras anunciar el envío de un numeroso grupo de efectivos y un buque de la Armada: “... el Gobierno central está listo para ayudar. Si necesita más recursos [el señor Mazón, con quien acababa de hablar], que los pida”. Punto.
Ante tanta basura personal, política y profesional uno desearía que el conjuro tradicional para alejar las pestes de los campos, “fuera ratos, fuera sapos, fuera toa comición”, valiera para algo.
Lo recitaría mil veces y esparciría agua bendita hacia los cuatro puntos cardinales.
Después de vieyu, gaiteru
(Ayer, en La Nueva España)
DESPUÉS DE VIEYU, GAITERU
En realidad, debería haber escrito “después de vieyu, muleta”, pero ello hubiese conllevado una interpretación inicial de este texto distinta a la idea que en él se defiende.
Verán, el grupo municipal de IU en Uviéu, que encabeza don Gaspar Llamazares, ha pactado con la mayoría del Ayuntamiento, el PP del alcalde don Alfredo Canteli, una serie de medidas de orden económico, entre las que destacan la construcción de viviendas de alquiler, y otras de carácter medioambiental y social. Conviene subrayar que el PP tiene mayoría absoluta y que no necesita de los tres concejales de IU para nada. Es, asimismo, innecesario señalar que un acuerdo “sin necesidad” entre dos fuerzas políticas de ese tipo es absolutamente infrecuente, sino chocante. Las razones para ese encuentro por parte de IU pueden ustedes encontrarlas en las palabras de don Gaspar, aquí https://www.lne.es/oviedo/2024/11/03/muleta-propiciar-cambios-izquierdas-pp-111259463.html.
Naturalmente, el PSOE y otros grupos de izquierda han corrido a acusar a IU de ser “la muleta del PP”. Y permítanme ustedes que esa banderilla en las espaldas de don Gaspar y los suyos me lleve a un ejercicio de memoria, acaso de melancolía y, aventuradamente, de prospección.
Estamos en la legislatura 1995-1999 de esta tierra de ríos. El PP ha obtenido 21 diputados, el PSOE, 17, IU 6 y el PAS, al que represento, 1, en total, 45 escaños. La mayoría la forman 23 diputados, aunque para formar gobierno basta a una candidatura con tener más diputados que otra, sin exigencia de quorum. La IU de Anguita, que hasta entonces siempre había llegado a acuerdos con el PSOE, vistos los casos de corrupción de los socialistas, decide no hacerlo. De modo que en Asturies se forma un gobierno del PP, presidido por don Sergio Marqués, y en la oposición quedamos 24 diputados. Hay, pues, Gobierno, pero no puede haber presupuestos, en principio, durante toda la legislatura.
Nosotros entendemos que es una situación altamente indeseable, que destruirá empleo -en una situación ya de altísimo paro- y empresas e impedirá inversiones en obra pública, cultura etc. Manifestamos, pues, nuestra disposición al diálogo y al acuerdo. Ahora bien, esa disposición de nada vale, pues falta un voto. En esas, el diputado Antón Saavedra se pasa al Grupo Mixto, por discrepancias con la actitud de IU con respecto al SOMA, y anuncia su disposición a pactar las cuentas públicas.
Hay toda una historia de anécdotas sobre el desarrollo de las negociaciones presupuestarias durante esos años, pero me centraré en lo principal. Frente a la pretensión del PSOE e IU de que durante cuatro años no hubiese presupuestos a fin de desgastar al PP -los partidos no suelen mirar a las víctimas “reales” de sus juegos de poder, los ciudadanos perjudicados; en este caso, por la ausencia de presupuestos-, los hubo durante tres. Con ello conseguimos crear unos 15.000 empleos -ciertamente, en un momento esplendoroso de la economía española-, evitar el lucro cesante de unos cuantos miles, se rebajó el IAE, y se puso en marcha una apabullante serie de proyectos de obra pública de los que vivió durante casi cinco años el Gobierno siguiente de Areces. En el ámbito cultural, además de otras muchas cosas, conseguimos que se aprobase, casi milagrosamente, con el apoyo del PP, que era enormemente reticente, la Ley de Uso y Promoción del bable/asturiano.
Pues bien, PSOE e IU comenzaron una campaña denigratoria permanente acusándonos de ser “la muleta del PP”, para enlodar así nuestro marchamo de partido progresista. También hubo otras indignas y falaces acusaciones sotto voce, pero dejémoslo aquí.
Me interesa ahora señalar que mientras se negociaban o no unos y otros presupuestos, menudeaban ante nuestras puertas y oídos muchas y variadas gentes que tenían interés en que se aprobasen. Empresarios de todo tipo, la mayoría de ellos, pequeños, una parte de cuya actividad dependía de las cuentas publicas, personas e instituciones culturales. No escaso número eran conocidos y, además, votantes, militantes o simpatizantes de los partidos de izquierda.
En las siguientes elecciones nuestra candidatura quedó fuera de la Xunta por 800 votos. Se nos castigó severamente por dos razones fundamentales (no es una suposición, tuvimos comprobaciones abundantes): el pacto con el PP (“con la derecha no se puede pactar nada”), el ser su “muleta”, según el baldón con que nos calificaron durante tres años PSOE e IU, y haber aprobado la Ley de Uso y Protección del bable/asturiano, ¡el único desarrollo normativo del artículo 4º del Estatuto -en el que, por cierto, tuve una influencia decisiva- hasta hoy!, porque, según el asturianismo, fue una traición y constituyó la renuncia a la oficialidad, que podíamos haber conseguido y que no quisimos negociar. Que para la oficialidad hacen falta 27 votos y la reforma estatutaria, para la que no había en aquel caso más que cinco votos, es una evidencia que el asturianismo quería ignorar -seamos piadosos, no supongamos la inopia plena.
(Por cierto, en el primer trimestre del año que viene publicaré un libro en que se cuenta cómo se negoció la Llei d’Usu, los ardides que intentaron impedirla y las necedades, despropósitos y mala fe que contra ella desplegaron, partidos, particulares e instituciones).
Pues bien, creo que ninguno o casi ninguno de los beneficiarios de aquellos acuerdos presupuestarios lo agradeció -tuve acusaciones por la calle de gente que se empleó en obras presupuestarias-, y, mucho menos, el asturianismo, incluso aquel que tuvo empleo en la enseñanza por la Ley. Ni siquiera conseguimos un puñado de firmas para un manifiesto de apoyo a nuestra candidatura. Ni, por supuesto, un candidato para alguna lista autonómica o municipal. A nuestra solicitud no respondían exhibiendo la cruz y un “vade retro”, pero casi.
Es muy posible que la respuesta a IU en Uviéu sea muy semejante. En una no pequeña parte de los votantes, la adhesión política se encuentra establecida en la amígdala, un conjunto de neuronas encargadas de las reacciones emocionales. “Hay republicanos y demócratas que nunca cambiarán de voto”, afirmaba el otro día en LA NUEVA ESPAÑA Juan Fueyo, un investigador asturiano en Houston. Pues como tantos, en todas partes.
Pero esa reflexión no debe llevarme a dejar de señalar mi aplauso a la decisión del grupo municipal de IU en Uviéu, en que, además de doña Cristina Pontón y don Gaspar, forma parte don Alejandro Suárez, a quien estimo de antiguo. En política se debería estar para lograr cosas para los ciudadanos, a fin de mejorar la vida colectiva (“Podemos regenerar la práctica política mediante una política útil”, dice don Gaspar), y con el objetivo de templar pasiones -algo tan necesario hoy-; y no sólo para engordar el discurso identitario -”ideológico”, llaman- del partido político, aunque sea inútil para la sociedad, pero que mantendría y acrecentaría las adhesiones a la formación. En qué medida ambas cosas, voto y atención real a la ciudadanía, son posibles, ye fariña d’otru costal.
En todo caso, reitero: mi aplauso. Poso la montera.
Ganzetum
Un llibru sobre Gancéu, que ye un pueblu de La Villa, conceyu (l'antigua Maliayo).
El llibru ta escritu por Lluis Portal y tien un entamu de José Vicente Vallín Amandi, afalador del mesmu y alma de l'asociación del pueblu, que lleva 25 años esbrexando por él.
Aparte de ver a amigos qu'había tiempu nun vía, como Luis Menéndez Pidal y Lluis Portal Hevia, deprendí delles coses y recordé un alcuentru hai trenta años -del que la mio muyer alcordábase perfectamente- n'El Llavanderu, nel llagar de los Collada, con Alejandro Riva Collada, péritu en metese en toneles, que nun ye roína cosa.
Asoleyo semeya la invitación a la presentación y otra d'una tropiellina los asistentes: de manzorga a derecha: Rafael Gutiérrez Testón (el llibreru La Buena Letra), el qu'esto escribe, Ricardo Gallego Lueje, de Gancéu, Alejandro Riva Collada, Mercedes Amandi Obaya (bendita ente too paisanos), José Vicente Vallín Amandi (l'alma l'asociación vecinal y el prologuista del llibru), Lluis Portal Hevia, l'escritor.
Sobra pero falta
(Ayer, en La Nueva España)
SOBRA PERO FALTA
No hagan más cábalas. Es la burocracia. Dirán ustedes: ¡si siempre sobra! Es como en aquel chiste en que el funcionario, después de mil vueltas, le decía al ciudadano que le faltaba la póliza redonda. “¡Pero si no existe!”, protestaba el ciudadano. “Pues por eso”, respondía el funcionario.Y es que impide o retrasa todo, incluso, cuando hay acuerdo entre fuerzas políticas contrarias. Miren, con relativo buen criterio, en Asturies se ha decidido impulsar una Ley de Proyectos Estratégicos, que, en palabras corrientes, pretende simplificar la burocracia, es decir, los requisitos y plazos para acelerar las inversiones de mucho monto y los proyectos de instalaciones importantes (una fábrica de automóviles, por ejemplo). Pues bien, la ley que pretende eliminar parte de la burocracia lleva en trámites desde el 6 de junio de 2022. La burocracia legislativa de la autonomía y la de nuestro Parlamento llevan dilatando su tramitación desde esa fecha. Es decir, que la ley para las prisas camina según el adagio latino atribuido a Augusto, “festina lente”, que, en romance, vendría a ser nuestro “nun correr, que ye peor”.
Pero hay otra burocracia que falta, concretamente la de la inspección de las realidades de lo que se llama “justicia social”. Miren, recientemente desde la Consejería de Ordenación del Territorio y Vivienda se ha informado de que existe un fraude notable en las viviendas sociales. Sobre una inspección limitada, se descubrieron un total de 100 viviendas en “uso fraudulento”: asaltadas, con usuario indebido, algunas “vacacionales”. Y, en total, los inquilinos tienen unos atrasos con la Administración -con nosotros- de 4,4 millones de euros. Seguramente, cuando se efectúen más inspecciones aparecerán más realidades de ese tipo. E igual en otros ámbitos.
Téngase en cuenta que esos dineros defraudados no salen del Gobierno, ni de los presupuestos, sino de quienes trabajan, empezando por el del salario mínimo y el mileurista. Y de sus horas de ocupación.
La culpa fue del chachachá y unos cursinos
(Ayer, en La Nueva España)
LA CULPA FUE DEL CHACHACHÁ Y UNOS CURSINOS
Asunto Errejón, circunstancia y coyuntura. Empezaré por ella, Elisa Mouliaá, la ciudadana que denunció ante la Policía una agresión sexual de don Íñigo. Es actriz, divorciada. Tiene 35 años. Ante todo: “Yo sí la creo”. Creo todo lo que cuenta en la denuncia: que van a una fiesta en el coche y que don Íñigo le marca lo que tiene que hacer y que le tiene que dar un beso; que en el ascensor él la besa metiéndole la lengua; que después de un tiempo en la fiesta la lleva a una habitación donde la besa, la toca, le quita el sujetador, la tumba, saca el miembro viril, le lame los pechos, sin su consentimiento; que después se marchan en el mismo coche y sube a casa del varón, donde este vuelve a los besos y los tocamientos, y ella le recuerda que “solo sí es sí”.
Sí la creo, pero no lo puedo creer -que es cosa distinta-. Una dama que ha sido invadida sin su consentimiento, entra después con el agresor en una habitación y ocurre lo que no esperaba, más tarde sube a su casa y vuelve a suceder lo que tampoco esperaba. En declaraciones posteriores confiesa a una amiga: que estaba «ilusionada con Íñigo», y que «le tenía en un pedestal». «Pensé que podía ser una historia de amor preciosa, pero, en lugar de encontrarme con algo romántico, me encontré con una persona que lo único que quería era tocar mi cuerpo y meterme la lengua».
Déjenme repetirlo: no lo puedo creer. Una mujer de 35 años a la que se acosa una vez proporciona una segunda ocasión y una tercera. ¿No sabe lo que es inevitable que pase? ¿Y esa declaración de que esperaba encontrarse algo romántico y no a alguien que quisiera “tocar su cuerpo y meterle la lengua”? Reitero: yo sí la creo, pero no lo (que no “la”) puedo creer, me parece inconcebible, más en una sociedad como la actual, donde las relaciones amorosas se entienden fundamentalmente como sexo -miren ustedes las campañas para avisarnos acerca de la pornografía infantil- y donde expresiones como “amor romántico” suenan a cursis, anticuadas y fuera del entendimiento dominante hoy de esas relaciones, me parece inconcebible, digo, que alguien con esos años y esa trayectoria esperase otra cosa de una ligazón de proximidad, y más que no sospechase la reiteración de esas conductas.
Y vamos a don Íñigo. En su carta de confesión/despedida destacan tres cosas: la primera, que está muy malín y que por eso se encuentra a tratamiento; la segunda, que sus problemas nacen del exceso de trabajo por mejorar el mundo; la tercera, que todos sus males se han agravado por vivir en una sociedad neoliberal y por el patriarcado. O sea, nos viene a decir, “además de darme las gracias por mis esfuerzos en pro de un mundo mejor, apiádense de mí porque la culpa no es enteramente mía”. ¡Prubín!
Pues no, las culpas son siempre del actor, de cada uno de nosotros, lo demás son dis-culpas, retórica, decir que “la culpa fue del chachachá”.
Vuelvo un momento a doña Elisa. Sí puedo creer que tuviese a don Íñigo “en un pedestal”. No lo puedo creer pero sí lo creo. En realidad, no ha hecho cosa distinta a lo que han hecho tantos y tantas: poner en un pedestal toda esa chatarra ideológica ferruñosa y toda esa retórica de vendedor de milagros de feria que don Íñigo y sus conmilitones vienen pregonando desde hace una década.
No entro en las explicaciones y justificaciones de diputados y partidos de la tropa conmilitonera tras la autoexculpación de don Íñigo y las denuncias que están apareciendo, pero sí quiero subrayar una cosa que me alegra: tras el escándalo, los de Sumar, a fin de tratar de evitar nuevos errejonazos, van a poner en marcha para sus notables, “con carácter obligatorio”, cursillos de cristiandad, digo, de feminismo. Amén.
Aborto y demografía
(Ayer en La Nueva España)
ABORTO Y DEMOGRAFÍA
Según las estadísticas oficiales, Asturies es una de las regiones españolas donde más abortos se efectúan, práctica que ha aumentado en el último año. Al mismo tiempo, España es uno de los países europeos donde más interrupciones del embarazo hay.
No creo que haga falta señalar lo indeseable que es un aborto, salvo en aquellos casos en que sea inevitable o imprescindible. Entiéndase bien: las mujeres tienen derecho al aborto cuando lo deseen; ahora bien, no es un acto trivial: entraña molestias físicas y angustia, en los casos de menores complicaciones, y, desde algunos puntos de vista, plantea problemas de orden moral al tener en cuenta la realidad del nasciturus.
Ahora bien, ¿cuál es la razón de ese considerable número de abortos? Suelen aducirse razones de tipo económico. Pero esas razones de orden económico no se presentan de repente, de existir, existirían antes del embarazo. Si seguimos escudriñando en las estadísticas, nos encontramos con este dato: el 30% de las mujeres que interrumpieron su embarazo no usaba ningún método anticonceptivo. Y es posible que alguno de los métodos anticonceptivos utilizados lo fuese inadecuadamente.
De modo que es fácil que un número no pequeño de embarazos posteriormente no deseados se deba a que las parejas -estables o no- no tengan en cuenta las consecuencias de sus actos y se guíen por algo semejante al saulino “comamos hoy y bebamos, que mañana moriremos”.
En otro orden de cosas, no existe una implicación unívoca entre la alta tasa de abortos y la extensa caída demográfica que se produce en todo el mundo, pero sí tiene una cierta relación con las mentalidades.
Como sabrán, la natalidad está cayendo aceleradamente en una gran parte del orbe, hasta el punto de que en algunos países anda por debajo de 2,1 hijos por mujer, cifra que se estima el límite para el mantenimiento de la población.
Esa tendencia tiene varios riesgos. Las pensiones, pensaremos todos en primer lugar. Pero no solo eso: puestos de trabajo que no se ocupan y para los que habrá que acudir a mano de obra de fuera, si es que se encuentra preparada para esos puestos; la defensa del país, cuestión importante de la que no se suele hablar; el envejecimiento de la población, con las subsiguientes consecuencias de falta de innovación y de dependencia; la convivencia y, acaso, confrontación entre la población inmigrante y la aborigen, que bien pudiera ser entre una concepción abierta y democrática y otra teológica y antidemocrática.
Las razones para que las mujeres (y las parejas) tengan hoy muchos menos hijos son de tipo diverso. La primera, evidentemente, es el control de la natalidad. Hoy ya no vienen al mundo los hijos que vienen sin quererlo (o “los que Dios nos da”), sino los que se desea tener. Pero a partir de ese presupuesto actúan causas muy variadas: la primera es la salida del hogar de la mujer y su incorporación al mundo del trabajo. En esa situación, los descendientes pueden limitar o cortar la carrera de la mujer y, por tanto, no ser deseados. Además, en general, tanto la mujer como el hombre prefieren tener un cúmulo de experiencias antes de disfrutar de descendencia, de ahí que la edad del primer hijo se haya retrasado bastante, o que se acuda a técnicas de preservación de óvulos para su fecundación en edad tardía. Un ejemplo concreto de esa forma de pensar la expresaba el otro día una joven de 20 años:
—Yo no quiero verme atada por una cosa así —y estiraba los brazos indicando lo que sería un bebé de pocos meses— para media vida. Antes tengo que viajar por el mundo, comprar un coche, tener un piso, experimentar.
Pero no hemos de ocultar otra verdad: para muchos, los hijos son una carga agobiadora o insoportable que nos limita en nuestra libertad personal, de ahí que se prefiera no tenerlos, tenerlos muy tarde o en número limitadísimo. Y tal vez sea esta la razón principal que esté explicando la tendencia demográfica actual y, al mismo tiempo, la de que se sustituya por mascotas la necesidad de proyección de afectos que antes proporcionaban los hijos.
Suele argumentarse como razón primordial para la renuncia a la descendencia o su limitación la económico: en muchos posibles padres no se vería con claridad la posibilidad de mantener y educar a sus vástagos.
Sin embargo, ese argumento que parece tan obvio y tan “materialista” -lo “materialista” suele parecer una evidencia incontrovertible- no parece ser el fundamental. Hay abundantes gobiernos que ofrecen todo tipos de incentivos para fomentar la natalidad: guarderías, exenciones tributarias de por vida, facilidades para obtener vivienda…, pero nada tiene efecto alguno sobre esa progresiva renuencia a tener hijos.
Porque se trata, fundamentalmente, de un problema de mentalidades.
¿Y el futuro, dirán ustedes? Pues hagan sus camientos, más o menos pesimistas u optimistas. Pero que no se nos olvide que el futuro anda muchas vueltas y revueltas antes de convertirse en presente.
Una cueva y los cambios climáticos
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
UNA CUEVA Y LOS CAMBIOS CLIMÁTICOS
Me llega una información de Galicia. Unos arqueólogos descubren polen oculto en una cueva de Ons. Ese descubrimiento ayudará a desvelar la flora del Paleolítico en la costa de Galicia. Preciso: a la cueva solo se puede acceder hoy por mar, pero en aquel entonces, entre 20.000 y 35.000 años, la mar estaba muy distante. La ría de Pontevedra era un valle fluvial, atravesado por el río Lérez, como lo fue al menos hasta el año 6.000 a. C.
La traducción, para nuestro objetivo: desde entonces y poco a poco, sin tener que ver con la industrialización ni con la actividad humana, es decir, desde la última glaciación, la temperatura, al igual que la mar, no ha dejado de subir, con algunas oscilaciones.
Y ello me lleva a recomendarles a ustedes la lectura de Cambios climáticos (hay edición digital asequible), un libro escrito por tres geólogos “contra las teorías sobre el calentamiento global”. Y, aunque ustedes ya habrán asistido a la presentación y debate en LA NUEVA ESPAÑA el día 23 y su ulterior crónica o leído el artículo publicado por uno de sus autores, Sáenz de Santa María, el pasado martes 22 (https://www.lne.es/opinion/2024/10/22/cambios-climaticos-109993558.html), me permito, sobre recomendar su lectura reposada, sustanciar algunas de sus ideas: la central es que las oscilaciones de temperatura y los efectos a ellas asociadas son cíclicos y tienen que ver, fundamentalmente, con el sol, es decir, con la naturaleza. La segunda, que ni el CO2 presente en la atmósfera hoy ni la temperatura representan ningún techo histórico. Señalan después los continuos errores de las predicciones catastrofistas y cómo estas se han convertido en una especie de religión de secta.
Finalmente, apuntan a los desastres para nuestra economía y nuestro empleo de una política basada en teorías discutibles, más aun si es Europa la que aplica esas recetas mientras los demás no. Ahí tienen el problema del acero europeo y de nuestra Arcelor.
Don Francisco de Quevedo desciende a la coyuntura:
¿Miras ese gigante corpulento / que con soberbia y gravedad camina? / Pues por dentro es trapos y fajina, / y un ganapán, le sirve de cimiento.
Con su alma vive y tiene movimiento, / y adonde quiere su grandeza inclina; / mas quien su aspecto rígido examina, / desprecia su figura y ornamento.
Tales son las grandezas aparentes / de la vana ilusión de los tiranos: / fantásticas escorias eminentes.
¿Veslos arder en púrpura, y sus manos / en diamantes y piedras diferentes? / Pues asco dentro son, tierra y gusanos.
Plumeros y plumeros
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
PLUMEROS Y PLUMEROS
El 9 del corriente alertaba LA NUEVA ESPAÑA de un disparate ilegal: el Ministerio de Transportes proponía sembrar las márgenes de las carreteras con plumeros de la pampa ("Cortaderia selloana"), una especie declarada invasora hace tiempo.
Seguramente, la propuesta actual parte de un simple recorta y pega que algún funcionario ha ido a buscar a un expediente del pasado, sin conocer lo que ha ocurrido con la planta y su declaración posterior como catastrófica.
Pero a mí no me ha llamado la atención eso, sino otra cosa: las informaciones del periódico nos dicen que desde hace seis años el Gobiernu tiene en marcha un plan para eliminar la planta, que se expande a toda velocidad y que afuega la flora autóctona. En ese plan se han gastado 1,5 millones de euros y erradicado varios millones de ejemplares. Todo inútil: el plumero no para de expandirse por nuevas tierras y por nuevos concejos. Lo que es peor, quien haya seguido con alguna atención el proceso sabe que la invasora ha vuelto a reproducirse allá donde se había eliminado. Su capacidad de adaptación es tal que yo la he visto colgada en un acantilado, sobre la mar, formando un pequeño penacho de tres plumeros.
¿No es, acaso, hora de rendirse ante lo inevitable y actuar solo para preservar espacios muy especiales?
En otro orden de cosas, me siguen horrorizando los niveles de violencia verbal, estupidez y tribalismo de la política española. Una de estupidez: la propuesta del PP de reducir el trabajo a cuatro días semanales cobrando lo mismo.
Una de amenazas. El encausado Fiscal General del Estado: “Los fiscales manejamos material muy sensible [...] también muchísima información [...]. Le aseguro que si yo quisiera hacer daño a un determinado espectro político, tengo información de sobra que por supuesto no voy a usar jamás para insinuar, para filtrar o para decir de cualquier manera”.
¡Daos por avisados!
Extraños en nuestro presente
(Ayer, en La Nueva España)
EXTRAÑOS EN NUESTRO PRESENTE
Veo la película Downton Abbey. Una nueva era. En ella, la anciana Lady Grantham manifiesta a sus familiares que no le importa morir, que el mundo presente ya no es su mundo y que no se reconoce en él: su mundo ha desaparecido hace tiempo.
Esa idea de que nuestro mundo o una parte importante de nuestro mundo ha desaparecido es una emoción que embarga a muchas personas cuando llegan a una determinada edad. No es solo que hayan desaparecido objetos, costumbres, vestidos, músicas, personas… es que aquel “mundo”, el de la infancia, la juventud, la temprana madurez, constituía una especie de placenta o líquido amniótico que nos construyó y, en la medida en que seleccionamos sus elementos y sus límites, construimos.
Esa desazón conlleva, al mismo tiempo, la impresión de que el mundo de nuestro presente no es enteramente el nuestro, de que nos es relativamente ajeno y no lo comprendemos, de que estamos enajenados en nuestro propio presente. Y aparecen entonces, junto al extrañamiento, los recuerdos del pasado, la consciencia de la mutación de los tiempos, la añoranza de lo que se fue, la señardá, esa palabra asturiana que señala la consciencia emotiva de sentirse solo, extraño, separado de los demás y, tal vez, de lo que fue uno mismo, de lo más auténtico de nuestro yo.
Del libro Escrito sobre Gijón. Selección de textos desde la antigüedad a nuestros días, compilado por José Antonio Mases y prologado por Juan Cueto, extraeré algunos ejemplos que, con más o menos emoción, señalan la mutación de los tiempos y las cosas y, en parte, su añoranza.
Aurelio Menéndez, cuyos barrios de infancia y juventud fueron el Natahoyo y La Calzada de Xixón, rememora: “En aquel tiempo la calle era nuestra, de los niños. Por aquellas calles jugué a todo y con todos. A todo: al pío campo, a la peonza, a ‘les chapes’, a la rasa, a ‘les boles’, al trueque de ‘les vistes’ y los cromos, al balón, a las peleas de un barrio contra otro. Recuerdo con cierta nostalgia aquella Asturias urbana, pero todavía Asturias de la huerta, la bolera y el barrio que me tocó vivir”. (Por cierto, ¿cuántos de nosotros no vivimos nuestra infancia así, en la calle y en los juegos de la calle?).
Ernesto Salanova: “Cimadevilla está pasando de ser una atalaya marinera y pescadora a ser una cantina bullanguera […] Ya no bajan, entre imprecaciones y burlas, las sardineras a la rula. Ya nadie, en domingo, calafateaba su barca o le daba una mano de pintura […] Ya no se veían, al pasar, las ventanas y puertas abiertas de las casas, donde cosían “para afuera”, ante la Singer, muchas mujeres del cerro. Don Fermín y su enclave leguleyo declinaban”.
Desde fuera, Hans Magnus Enzenberger, hablando de Juan Cueto Alas (a quien me presta aquí recordar y honrar): “Cueto vive en la periferia española. Antaño, Gijón había sido un floreciente centro de la industria pesada y un importante puerto exportador. Pero hoy la ciudad está marcada por la miseria posindustrial”. Y José Luis Garci, hablando con Juan José Plans (a quien también quiero aquí recordar y honrar): “Y es que la moda que sufrieron las chicas de mi generación […] era lamentable. Todas las madres, e ignoro el motivo, se empeñaban en comprar unos vestidos horribles a sus hijas de catorce o quince años, o se hacían con retales igualmente espantosos y encargaban el modelito a las modistas de la barriada; daba igual. El caso es que telas, estampados, patrones, frunces, tablas, hechuras, nada, en fin, favorecía a las mujercitas -mocinas- que ya habían florecido ni, peor aún, ocultaban la eterna niña por la que suspiraban las mamás”.
En todo ello no hay novedad alguna. No debe pensarse que es la modernidad con su relampagueante fluir y mudar la que provoca esa sensación de extrañamiento, seguramente siempre ha sido de ese modo, o, al menos, desde hace siglos. Los versos de Jorge Manrique por la muerte de su padre señalan la fugacidad del tiempo y lo inevitable de la muerte, pero también el declinar de las cosas, el cambio de los “mundos” que no ha mucho tiempo se vieron nacer, florecer y triunfar: “¿Qué se fizo el rey don Juan? / Los infantes de Aragón, / ¿qué se ficieron? / ¿Que fue de tanto galán? / ¿Qué fue de tanta invención / como truxeron? / Las justas y los torneos, / paramentos, bordaduras / y cimeras, / ¿qué fueron sino verduras / de las eras? […] ¿Qué se fizo aquel trovar, / las músicas acordadas / que tañían? / ¿Qué se fizo aquel dançar, / aquellas ropas chapadas / que traían?”.
Pero no son únicamente los mundos personales los que se nos enajenan, también las instituciones. Con motivo del cincuentenario del congreso del PSOE en Suresnes (1974), Rosa Conde realiza un elogio de aquel renovado partido socialista y afirma: “Por eso para una votante socialista desde 1977, militante desde 1988 y durante años con responsabilidades en el Gobierno y en el Congreso de los Diputados, resulta difícil entender la distancia que esta generación de responsables políticos del PSOE ponen con personas que tuvieron en aquellos años la máxima responsabilidad en el partido y en el gobierno y que siguen defendiendo los valores socialdemócratas”.
“Como resulta difícil entender que para llegar a acuerdos de investidura u otras decisiones políticas se renuncie, no ya a postulados del partido de hace treinta o cuarenta años, sino a los aprobados en el último Congreso del PSOE de hace apenas tres años o a compromisos en las elecciones generales de hace poco más de un año”.
Es evidente que para ella este PSOE ya no es “su” PSOE, que su tiempo ya no es el de hoy, como les ocurre a muchos militantes socialistas que han dado en llamar, despectivamente, “del Viejo Testamento”.
Carmen Calvo, como siempre
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
CARMEN CALVO, COMO SIEMPRE
Doña Carmen Calvo es mujer sabia y de sentencias dignas de ser grabadas en mármol y transmitidas a las generaciones futuras. Tengo un amplio muestrario de esas sus sabiduría y creatividad. He aquí una: “Yo también trabajo en el ámbito privado muchos años, soy funcionaria pública", lo que es la síntesis perfecta, la superación dialéctica de las contradicciones.
Es capaz también de efectuar una vívida capacidad de disección de la realidad, una especie de deconstrucción de la primigenia naranja unitaria platónica: “¿Delito de rebelión? Eso no lo dijo el presidente del Gobierno, lo dijo Pedro Sánchez”.
No le falta tampoco a doña Carmen una hercúlea y universal voluntad de eliminar barreras, limpiar defectos: “Deseo que la Unesco legisle para todos los planetas”. ¿He dicho universal? ¡Qué va! He quedado corto: galáctica.
Su potencia intelectiva la lleva a penetrar en las tinieblas de las cosas, a desvelar lo oculto para el común de los mortales: “El cambio de hora -dixit- sirve para combatir el machismo”. Ya ven, nadie hasta ella había visto el intríngulis de la cuestión.
Y, siempre dispuesta a combatir los prejuicios y las engañifas de la religión, señala con rigor: “El grave problema del español es el anglicanismo”.
Como jurista y constitucionalista que es, ha descubierto que la actual Constitución no proclama la igualdad de hombres y mujeres: “Habrá una constitución, en el futuro, que diga con todas las letras que hombres y mujeres son iguales. Ahora no lo dice”. Ni que lo son niños y niñas, inválidas e inválidos…
Bien. Pues ha llegado a Uviéu estos días, para presentar en el Club de LA NUEVA ESPAÑA su libro “Nosotras el feminismo en la democracia”. Y ahí tienen otra perla: “El patriarcado nos quiso prostitutas, brujas y santas, y ahora locas”.
¿Qué quieren que les diga? Otra carmencalvada.
Bueno, tal vez sea indispensable para triunfar en política y en la Universidad.
Dempués del recital
Esti domingu. En Candás. Nel RegueradaFest
Dempués del recital.
Con Beatriz Quintana Coro y Marisa López Diz
Las dudosas estadísticas del tráfico y la Ley Seca
LAS DUDOSAS ESTADÍSTICAS DEL TRÁFICO Y LA LEY SECA
Recuerdo perfectamente a Pere Navarro cuando, en 2021, al reducirse la velocidad de circulación en las vías urbanas de un solo carril en una dirección a 30 km hora argumentaba: “En realidad, no tiene importancia ninguna: la velocidad media en esas vías es hoy de 20 km hora”. Todos ustedes se darán cuenta de la falacia. Si de verdad -¡vaya usted a saber!- la velocidad media era esa, ello quiere decir que unas veces se circularía a 5 km por hora y otras a 35; o que, en ocasiones, no se avanzaría -por un atasco- y en otras se iría a 40 km. De ser así, la reducción del límite a 30 implicaría que la media subsiguiente fuese ineludiblemente más baja de 20 km hora.
En marzo de 2022 la DGT redujo de 20 km hora a 10 km hora la velocidad en que se podía superar, al adelantar a otro vehículo, el límite de velocidad en las carreteras convencionales. La medida recibió un alud de críticas, ya que aumentaba el tiempo y la distancia en que el vehículo que adelantaba ocupaba el carril contrario (tres veces más y 112 metros). Hace pocos días, un informe particular, de la Fundación Línea Directa, comparaba los nueve meses de ese año posteriores a la medida con los datos de 2019 y concluía que, ya que el número de accidentes en adelantamiento había disminuido (con víctimas, -6,1%; el de fallecidos, -8,5%, y el de heridos graves, 9,6%), era ello consecuencia de la limitación de la superación de velocidad. Naturalmente, en la DGT han celebrado esos datos ajenos.
Ahora bien, dando por buenas las estadísticas (la suma de datos, mejor) pese a su estrecho marco temporal, cabe hacerse algunas preguntas. ¿Cómo es posible que la limitación tenga esa concreta efectividad cuando el 80% de los conductores está en contra y el 46% afirma que no la cumple? ¿Quién asegura que esa disminución de accidentes tiene su causa en la nueva norma? ¿Cómo se establece esa relación causa-efecto? Pues de ninguna manera, es simplemente una inducción, una suposición a partir de un prejuicio. Y, finalmente, piensen ustedes en las carreteras de Asturies y del norte de España, en los escasos tramos que existen de línea discontinua (a veces, inadecuadamente trazada, sin suficiente visibilidad), y piensen si es mejor adelantar al paso de la tortuga o hacerlo rápidamente, antes de que asome otro vehículo en dirección contraria.
En los últimos días desde el Gobierno se ha puesto en marcha la propuesta de rebajar a cero la tasa de alcohol permitida para llevar un vehículo, tasa de alcohol que se halla actualmente en 0,25 g/l en aire espirado y en 0,50 g/l en sangre para conductores no noveles y no profesionales (a los que se exigen cantidades inferiores), lo que viene a suponer la ingesta de un par de vasos de vino o dos cervezas. Algunos países europeos, que se citan como ejemplo, han establecido la ley seca: Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumanía.
Examinemos con atención algunos estudios o informaciones del Gobierno con respecto al consumo de alcohol en relación con el número de muertos en accidentes de tráfico y la presencia de alcohol y/o drogas en su cuerpo, para extraer algunas conclusiones. Pero, antes, como trataremos de demostrar más adelante, afirmaremos que es imposible establecer una correlación causal indubitable entre un accidente y la cantidad de tóxicos encontrados en el cuerpo de un accidentado. Su muerte pudo haber sido causada por un choque con otro vehículo no siendo él el causante, las malas condiciones de la vía, un fallo mecánico, etc. ¡Atención! No es que queramos negar la influencia de los tóxicos en las condiciones de guía de un vehículo, sino que es imposible establecer una conexión causal inevitable, tan solo una correspondencia sobre la que podemos establecer una inferencia probabilística.
Pero vayamos a los datos. En la información de 18/07/2024 se nos dice que, “de los 862 conductores fallecidos en 2023 en accidente de tráfico y sometidos a autopsia y análisis toxicológico, un total de 462 conductores (el 53,6%) dieron positivo en los resultados toxicológicos de alcohol, drogas de abuso y/o psicofármacos, aisladamente o en combinación”. Ahora bien, si descendemos a los datos concretos, no muy minuciosos, por cierto, se nos asevera que “en relación con el tipo de sustancia detectada fue: el 61% positivos a alcohol, la mayoría de ellos (casi el 70%) con una tasa muy alta de alcoholemia, igual o superior a 1,2 g/l y, por tanto, con grados de intoxicación muy severa”. Y la pregunta es: ¿y con tasas de alcohol dentro de los límites tolerados, cuántos? ¡Ah!, eso no interesa decirlo, porque estamos en la campaña del 0,0%.
En un amplio informe sobre muertos y tóxicos referidos al 2022 (https://www.mjusticia.gob.es/es/ElMinisterio/OrganismosMinisterio/Documents/Toxicological%20Findings%20in%20Road%20Traffic%20Fatalities%202022.pdf) encontramos detalles más precisos. Del número total de víctimas que conducían su vehículo, sobre 854 examinados presentaron presencia de drogas más una tasa de alcohol igual o superior al 0,1%, 451. ¿Se puede de ello inferir que la causa indubitable de esas muertes es el alcohol? Otro dato importante: de esos accidentados con tóxicos, 231 lo han sido en coche (el 45%), 148 en motocicleta (el 37,6%), 14 en bici. Como decíamos arriba, ¿podemos establecer que el vehículo, la carretera u otro tipo de incidencias no tienen nada que ver con esos accidentes? Para hacer un estudio probatorio deberían relacionarse los accidentes con todas sus posibles causas (tipo de carretera, presencia de lluvia o hielo, visibilidad, edad del conductor… y, por supuesto, también alcohol en sangre). De esa forma sí se podría tener una idea real de la incidencia de la tasa de alcohol.
Añadamos más ítems. De los 303 conductores a quienes solo se halló alcohol en sangre, 17 no llegaron al límite permitido, 56 presentaban entre 0,50 g/l y 1,19 g/l; 102, entre 1,20 g/l y 1,99 g/l, y 118 más de 2,00 g/l. Cualquiera de ustedes se hará inmediatamente la pregunta: ¿al que no le importa en absoluto la cantidad de alcohol ingerido lo va a limitar la “ley seca” del 0,0%? ¿Va a modificar sus malos hábitos por ello?
Por otra parte, si comparamos algunos datos de accidentalidad de países con tolerancia cero o baja y otros con mayor nivel de tolerancia, la interdependencia entre alcohol y limitaciones no es evidente: Hungría, tolerancia cero, 7,7 accidentes sobre 100.000 habitantes; Islandia, tolerancia 0,10, 4,6 sobre 100.000; Reino Unido, 0,8 de tolerancia, 2.9 accidentes. Y eso por no ir a países fuera del continente europeo, donde la tasa de accidentes con permisividad cero de alcohol es, sencillamente, sorprendentemente alta.
Mi opinión es que no es en absoluto necesario reducir la actual tasa de tolerancia de alcohol en sangre, en primer lugar, porque su ingesta no parece producir efectos indubitables sobre la conducción. Con tasas dentro de lo permitido circulan, sin duda, hoy muchas gentes que comen fuera de casa o toman una cerveza o un vaso con un amigo y que no tienen accidente alguno: hágase -y eso sí es una estadística- el cotejo entre positivos detectados en las pruebas de alcoholemia en carretera y el número de accidentes entre esos positivos. En segundo lugar, debe tenerse en cuenta que la tasa 0,0% implica que tampoco se pueden ingerir formas ligeras de alcohol: el vino, la cerveza, la sidra sin alcohol, aunque en cantidades mínimas, también contienen alcohol. Lo mismo ocurre con ciertos medicamentos, elixires bucales o alimentos. ¿Se imaginan ustedes los trastornos, pleitos e injusticias subsiguientes? Sin olvidar, como hemos dicho, y dejando a un lado los no menores casos de conducción con la ingesta de sustancias alucinógenas, que a quienes no les importan nada los límites actuales ¿por qué les iban a importar cualesquiera otros límites?
Pero, a mi juicio, lo fundamental es que no existe prueba alguna de que las tasas de alcohol hoy toleradas signifiquen trastornos que modifiquen la capacidad de conducción. Es más, las estadísticas que pretenden aducirse en favor de la tesis de que la única tasa segura para la conducción es la del 0,0%, no son estadísticas probatorias, como creo haber argumentado, sino, simplemente una acumulación de datos que se utilizan para demostrar la premisa que quiere demostrarse, esto es, imponerse. Como ocurre con otras decisiones o medidas para las que hemos visto otras estadísticas.
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