
Recuérdenlo. Empezó con la variante 3-C, aquel proyecto lunático que pretendía tabicar la mitad de la bahía de Xixón (y menos mal que esta gente es bastante ignorante, porque un “ociosu”, a principios de los cuarenta del siglo pasado, pretendía hacer un dique hasta el cau San Llorienzu). Algunos combatimos aquel proyecto denodadamente (por cierto, entre la casi general indiferencia ciudadana), proyecto que al final, por razones provenientes de Lluarca que residían en Madrid, se logró frenar.

-¡Meca! ¡Escapóseme!
Y efectivamente, se les había escapado el presupuesto (¡qué raro! ¿no les extraña cosa tan insólita?) en 250,9 millones de euros (¡¡250,9 millones de euros!!).

¿Y cuál es la verdad? Pues, mire, ayer, martes, el ministro José Blanco (don exPepiño) acaba de hacerlo público en La Coruña: lo pagaremos usted y yo, esto es, lo pagarán los presupuestos asturianos, por lo que esa cuantía se detraerá de hospitales, servicios sociales, etc.
¿Pasa algo por que nos mientan? Nada, todos tan contentos. ¿Ocurre alguna cosa porque nos hagan más pobres? Nada, todos tan felices.
Porque, en el fondo, la mayoría de los asturianos saben que son ellos los responsables de tal desaguisado: los siguen votando.
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