Cuando se produjo el nuevo encuentro entre el PSOE e IU para repartirse el Gobierno, manifesté mi opinión: «En lo económico y en el empleo se acentuarán las peores tendencias del PSOE, con una mayor proclividad al gasto y al endeudamiento; en lo cultural y en otros muchos aspectos, el programa que IU parecía defender desaparecerá; y, en algunas cuestiones, como la de la eliminación de basuras, nos saldrá muy caro».
Me he equivocado, en la práctica, en el primero de los aspectos: la situación económica es tan mala que la capacidad de empeorar las cosas se ha limitado al artificio de hinchar los números de los ingresos en los presupuestos de 2009, a petición del socio minoritario. La realidad no ha dado para más despilfarro, aunque, la verdad sea dicha, para dilapidar, dilapidar (en concepto de lucro cesante, de capital inmovilizado o inutilizado, como proyectos futuros de costo desmedido e injustificable), ya se las arregla solo el socio mayoritario.
En el segundo punto no he errado: la voz de IU ha desaparecido —como no podía ser de otra manera, por otro lado: no se pueden repicar sillones y andar en la procesión de las pancartas— y las cuestiones que la formación jesusina decía liderar las ha llevado el Sumiciu (ente que, como se sabe, sobre hacer desaparecer las cosas, pone en paradero desconocido los escrúpulos y las voces discordantes). Por cierto, ¿qué ha dicho IU del reparto en la financiación autonómica? ¿Han oído ustedes algo?
Ello ha empobrecido aún más a una comunidad como la nuestra, donde la opinión pública, si es que existe, no se manifiesta, y el único partido de la oposición parlamentaria no tiene más entidad que el eco de un volador: si hace buen tiempo y las montañas no lo impiden, los españíos de los disparos en Madrid, llegan aquí como una reiteración apática y con escasa fuerza. Esa es toda la artillería del PP: sus ideas sobre Asturies son inexistentes.
Centrémonos ahora en la última cuestión que yo señalaba, la de la recogida de basuras. Es sabido que nos enfrentamos los asturianos a un gravísimo problema inmediato: la vida útil del gran vertedero del país, Cogersa, se acaba en el 2014. Encontrar otro lugar adecuado en la Asturies central es prácticamente imposible, fuera, extremadamente problemático. Quien quiera imaginar los problemas que supondrá la inexistencia de un sitio donde tratar la basura, o el mero hecho de buscarlo, no hace falta que mire a Vigo o La Coruña en el pasado, basta con que se acuerde de lo que ocurrió aquí a finales de los años 70, con los camiones de alguna ciudad saliendo de noche, como salteadores, y vagando por toda Asturies para poder depositar, si había suerte, la basura del día.
Pues bien, el PSOE tenía previsto poner en marcha una incineradora (llevaría entre cuatro o cinco años hacerla efectiva), pero la entrada de IU en el Gobierno ha dilatado su puesta en marcha sine díe. Porque ya se sabe cuál es la receta de IU: no hacen falta más centrales, basta con que consumamos menos energía; no son necesarias más carreteras, potenciemos el transporte público y la bicicleta; no es necesaria una incineradora, reciclemos. Es decir; pase frío en invierno y calor en verano y que las industrias produzcan menos y más caro; si usted quiere llegar a la hora al trabajo, llegue tarde; si pasear, fastídiese; si es viejo, quédese en casa, etc. Es decir, propuestas que son pura metafísica en su realidad; incordios y daños —de ponerse en práctica— para el ciudadano y el asalariado; propaganda, para un puñado de acólitos y votantes.
Esto es así, y lo sabe cualquiera que quiera saberlo. Pero por si queda alguna duda he aquí la última: En Barcelona PSC, CiU, ICV (esto es, IU más los Verdes) y ERC acaban de aprobar una nueva incineradora para el área metropolitana. Afectará a 31 municipios y tendrá capacidad para quemar 450.000 toneladas de residuos. No es un exotismo. Incineradoras (en plural) para los residuos urbanos las hay en París, en Londres, en Milán, en Berlín… Esto es, en todo el mundo, al parecer, subdesarrollado. Porque, por lo visto, sólo en Asturies las dioxinas, los furanos vienen por la noche y, junto con la Guaxa y el Coco, se llevan a los ciudadanos que reciclan poco.
¿Lo saben ellos? Lo saben. Lo que pasa es que la política de los partidos mayoritarios en Asturies no consiste en solucionar los problemas de los ciudadanos ni en afrontar los retos de futuro, sino en hacer ver como que esos problemas no existen o en contar las cosas de forma contraria a lo que son. ¿Objetivos? Llegar sin sobresaltos al cobro en las urnas del próximo rédito del capital invertido. Ser premiados en las listas por los gerentes de la empresa (que es siempre de Madrid).
¡Y el que venga detrás, que… arree!
Esti artículo asoleyose en La Nueva España del 24/07/2009
1 comentario:
Lo que ye ablucante ye'l pelo de Javier Fernández. Qué pose, qué saber estar... ¿gastará Farmatint?
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