El PSOE y sus palafreneros llevan una temporada intentando conjurar los espíritus y las brujas, para ver si así alumbra una nueva realidad, más agradable (bueno, en realidad, lo único que les importa es que no sea más mustia en votos).
La novedad del día es que el conjuro y sus ritos se ha trasladado hoy al Congreso de los Diputados, donde se ha vuelto a invocar a los principales xanos y trasgos de la mitología zapaterosoína, se han oficiado los distintos rituales y se han verbalizado los conjuros pertinentes.
De entre los más destacados, el primero es el de "economía sostenible", un puro pleonasmo, ya que, de no ser "sostenible", no hay ninguna actividad productiva humana que sea "económica", en ninguno de los sentidos de la palabra, pero fundamentalmente, en uno, "rentable", y, por lo tanto, no tendrá más alcance que el de un ensayo erróneo.
El segundo, el de "cambio de modelo económico", que es un puro "flatus vocis", uno de esas expresiones sin significado, como "humano inmortal" o "xana asturiana de izquierdas". Porque no existen más que dos modelos económicos: el de la economía libre o de mercado y el de la planificación de las dictaduras (la comunista y la de las dictaduras fascistas, con algunas variantes ambas, entre otras, la española de la "autarquía", modalidad del "que inventen ellos"). Y, que se sepa, aquí no se trata de inventar ningún modelo, sino de sustituir aquellas actividades económicas que no son ya rentables por otras, pero de eso se encargan los agentes económicos y sus intereses, no la agencia económica de La Moncloa, que está, ella, bien necesitada de luz, de ideas y de conocimiento del mundo para ponerse a guiar el camino a los demás.
Por cierto, y a propósito, si La Moncloa y Zapatero inventasen (intentasen inventar) algún tipo de proyecto económico sui generis, este vendría caracterizado por lo que es, hasta ahora, el discurrir económico del PSOE zapaterino: en la estructura conceptual, una mezcla de arbitrismo barroco, de cuento de hadas y de invento del doctor Bacterio; en su realización, la alternancia entre Pepe Gotero y Otilio y Manolo y Benito; en su discurrir, la utilización del BOE para Roures (el de Mediapro), Prisa y otros amigos.
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