Desde Egipto nos llega la voz de la Vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, anunciando que van a dar a las amas de casa, tras un examen, un diploma que las acredite como que saben cuidar niños y ancianos. Tal diploma, por lo visto, les permitiría ejercer de cuidadoras y, por tanto, recibir por ello algún duro.
¿Se trata de abaratar la Ley de dependencia? ¿De dar algún euro a las amas de casa, sin más? ¿Quién las va a examinar?, etc. En cualquier caso, se trata de una gilipollez propablemente extraída del arcano de los secretos de ultratumba de los faraones.
O, a lo mejor, es que doña Teresa se encontraba colocada con polvo de momia, que, sobre colocar mucho, sería muy propio (por el lugar, claro, no por la persona).
1 comentario:
Ya Napoleón lanzó en ese mismo lugar un manifiesto. hace 200 años. Las momias constatan que, efectivamente, nuestra civilización decae.
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