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Decía ellí:
«Un gobierno, el de Areces, que desgobierna de tal forma que pone en marcha para los empleados públicos una llamada carrera funcionarial que no tiene base legal alguna, que constituye una arbitrariedad y que va a traer un montón de complicaciones, colectivas e individuales. Unos sindicatos que firman todo esto y no lo firman. Que, al mismo tiempo, apoyan al Gobierno y no lo apoyan…».
Y concluía:
«Dime —concluye ante mi gesto de apagar el ordenador para quitarlo de delante—, ¿qué empresa?, ¿qué sociedad?, ¿qué particular aguantaría tanta incompetencia, tanta ineptitud, tanto mangante, tanto daño a las arcas públicas, tanta traición hacia quienes depositan en ellos su confianza en forma de voto, tanta logomaquia, tanto engaño, tanta mentir…».
Pues agora acaba de certificase lo que todos sabíemos: la carrera profesional nun tenía base llegal dala, como acaba de sancionar el TSJA.
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1 comentario:
Dixo una vez un poeta
cavilando, cavilando
la verdá ye la que ye
anque se ponga al revés;
por exemplu escribió él
esto de muncha sabencia;
hai tantu burru mandando
en xente d'intelixencia,
qu'avegaes quedo pensando
si la burrez será ciencia.
Ye de Manuel Asur, va-y al pelu p'Areces y reciella...
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