Ayer en LNE: Desarmando la bolera


                                     
                                                    L’APRECEDERU

                                           DESARMANDO LA BOLERA


                El coronavirus no deja bolo en pie. No me refiero solo a muertos y enfermos. Más allá de la crisis financiera y de los problemas de las grandes empresas, son especialmente los bolos pequeños, los biches, los que se ven gravemente afectados.
                Como yo, seguirán las noticias diarias de LA NUEVA ESPAÑA sobre autónomos, pequeños empresarios o sectores económicos afectados. Los llagares vuelven la sidra al tonel; los peluqueros no ven el pelo a sus veceros; los fisioterapeutas podrán acaso heñir la masa para hacer pan, pero no las carnes de los dolientes; igual los dentistas; los artesanos de quesos de toda clase, sobre no vender, ven perderse sus productos; las pequeñas empresas dedicadas al turismo activo tienen que entregarse a la meditación contemplativa; los chigreros ven envejecer o agriarse los vinos y la sidra en las botellas; alguien que acababa de abrir un negocio ha tenido que volver a cerrarlo; los pescadores ven caer abismalmente los precios; libreros. Eso sí, impuestos y vencimientos no dejan de correr.
                Algunos comerciantes, en una iniciativa loable, pero de no gran alcance, temo, traman alianzas para llevar sus productos al publico cercano o local a través de interné.
                Lo único que espoxiga en esta coyuntura son los osos y los xabalinos, para alegría de esa clase de misántropos que anteponen las bestias al hombre.
                De lo que no nos libramos es del rigorismo rabulesco de los mandonos. La “patrulla canina”, una iniciativa de la policía de Mieres para entretener a los niños ha sido prohibida. Circulaban en coche, protegidos, con todas las medidas de seguridad. ¿Por qué se prohíbe? Porque esa finalidad, entretener a los niños, no está entre las contempladas en el Decreto. Pero si se limita la circulación no es para que no se circule, sino para que no haya contactos.
                No quiero calificarlo, pero sí recordar que “no se hizo el hombre para el sábado…”.

No hay comentarios: