Detrás de la ventana


                          
                             (Asoleyóse ayer en La Nueva España)

                          DETRÁS DE LA VENTANA



                En el exterior, la naturaleza prosigue su curso. La hierba espoxiga en los prados, los árboles florecen, lo insectos cursan su ciclo.
                El Ayuntamiento de Xixón ha encargado instalar 1.400 trampas, para atrapar a las reinas velutinas que emprenden ahora sus vuelos para formar nuevas colonias.
                Me he manifestado repetidamente contra los decretos de aislamiento del Chapugobierno, porque legislan sobre lo que no conocen, y, así, han de rectificar cada poco; y por lo inútilmente rigoristas que son en muchos aspectos.
                Miles de asturianos tienen huertas o pumaradas. Deberían poder desplazarse a ellas para atenderlas, o para colocar trampas antivelutinas. ¿Por qué no pueden? Porque están prohibidos los desplazamientos. Pero los desplazamientos no se prohíben para no gastar gasolina, sino para que no haya contactos. ¿Qué empece que una persona se desplace sola a su huerto y ejerza allí el lopesco “a mis soledades voy…”? Nada, salvo el rigorismo y desconocimiento del Gobierno, y, especialmente, su desconfianza en las personas.
                En otro orden de cosas, el Ayuntamiento xixonés deja de “atracar” a los ciudadanos anulando la plusvalía para los inmuebles vendidos sin ganancia. Este abuso venía siendo así en toda España desde hace décadas: si usted no ganaba dinero al vender su piso, era igual, se suponía que lo había ganado. Y sobre esa cantidad, le cobraban. Reiteradas sentencias, en estos últimos años, habían ido dando la razón a los expoliados. Ahora, por fin, el Ayuntamiento de Xixón ha rectificado. ¿Devolverá lo indebidamente cobrado?
                Suelen justificarse estas injusticias con el pretexto del bien común. ¿Pero es el bien común que los ayuntamientos despilfarren en voladores, subvenciones inútiles y chorradas con el dinero de esos abusos?
                Lo he reiterado: “ni sus hijos, ni su piso, ni su hórreo”. Nada es plenamente de usted, es del Estado. Carmen Calvo: “El dinero público no es de nadie”, o sea, es del Estado, no de usted, de donde proviene.

No hay comentarios: