La asociación Xuristes pol Asturianu viene, desde hace tiempo, defendiendo con tenacidad los derechos colectivos e individuales con respecto al asturiano, y denunciando, asimismo, los flagrantes incumplimientos que con respecto a dichos derechos y a la legislación que los ampara se producen.
La última denuncia de que hemos tenido noticia ha sido motivada por el trato dispensado en el Ayuntamiento de Xixón a un ciudadano. A dicho ciudadano, cuyo nombre es asturiano, pretendió rectificársele su patronímico en la instancia que presentaba, al tiempo que la funcionaria que lo atendía se mofaba de él por aquella razón. Paralelamente a la queja por esa conducta, Xuristes pol Asturianu denuncia asimismo que el Ayuntamiento, pese a todas sus promesas y campañas al respecto, incumple también la Ley de uso y promoción del asturiano, entre otras cosas, por no disponer de impresos bilingües y por no constar el nombre de Xixón en ellos.
El caso no es insólito, más bien todo lo contrario: quien tenga un patronímico de verdad en lengua asturiana (y digo “de verdad” porque hay muchos que sólo lo tienen de mentirijillas) sabe por experiencia con cuánta pugnacidad se resisten a aceptarlo o a darlo por bueno muchos asturianos. Y uno nunca deja de preguntarse cuál es exactamente el virus de intolerancia y autoodio que se ha inoculado a muchos de nuestros conciudadanos (o de que se han provisto ellos mismos). Porque personas generalmente civilizadas y pacíficas sufren una repentina efervescencia interior cuando sienten hablar asturiano en situaciones que ellos creen que no debería hablarse o cuando lo hablan quienes ellos piensan que no deberían hacerlo. Es más, son capaces de abandonar su educación y convertirse en «faltonas» con quien se expresa en su llingua o tiene su nombre de pila en ella. Y no se piense que son esos ciudadanos puristas del castellano, que no admiten que nadie se identifique con una etiqueta personal que no sea “al hispánico modo”. No, esas personas reciben con total naturalidad o benevolencia cualquier nombre extraño, japonés, bengalí, ruso, proveniente de un culebrón sudamericano o de las entrañas del glamour hollywoodense. Lo único que les excita y les irrita, hasta, como decimos, modificar su natural ser civilizado para convertirlos en maleducados y faltonos, es el asturiano.
Poco más cabe comentar al respecto del hecho xixonés: pese a las promesas electorales y a la propaganda, seguimos como siempre. En el ámbito institucional, sin ninguna voluntad de llevar adelante la normalización del asturiano y de cumplir la legislación que tutela los derechos de los hablantes. En el ámbito de la realidad social, silenciando a los usuarios de la lengua, vejándolos y humillándolos. Como decía A. Machado, "Hoy es siempre todavía".
En otro orden de cosas, merece la pena señalar que el fundamento legal a que, una y otra vez, acude Xuristes pol Asturianu para sustentar sus denuncias es la Ley de uso y promoción del asturiano, una ley impulsada por el PAS, plasmada frente a la resistencia de la mayor parte del PP y conseguida frente al filibusterismo parlamentario del PSOE, que se opuso a ella con todas las artes y artimañas posibles.
Pues bien, no estará de más recordar que el conseguir que dicha ley existiese y se plasmase en el BOPA nos costó, en el mundo del asturianismo, insultos, acusaciones de “traidores”, defección de algunas almas débiles y, finalmente, nuestra presencia parlamentaria. Y eso que advertimos a todo el que quiso oírnos que la Ley era lo óptimo, es decir, lo único que se podía conseguir y lo único que habría en mucho tiempo, a no cambiar la correlación de fuerzas. Pero que, en todo caso, no se trataba de un instrumento desdeñable, sino de un mecanismo apreciable para un gobierno que tuviera voluntad política. Es evidente que el tiempo ha dejado patente la razón que entonces teníamos.
Acabemos con una sonrisa. En una reunión multitudinaria celebrada por aquel entonces en el Club de Prensa Asturiana expuse las razones y pronósticos que acabo de decir, que fueron recibidos con notoria hostilidad y nulo crédito por los asistentes, los cuales prefirieron dar su asenso emocional (y racional, supongo) a un representante de IU, quien replicó que no le importaba ni la aritmética parlamentaria ni la voluntad de los partidos mayoritarios. Y su grito de «lo conseguiremos en la calle con movilizaciones» fue acogido con un unánime aplauso.
¡Qué magnífico estrambote para un buen soneto!
Nota: Asoleyóse esti artículu na Nueva España del 28/01/10
1 comentario:
Permítame Xuan Xosé que, junto a mi felicitación por su gratificante blog, escriba una pequeña anotación al presente post.
Se refiere usted en él a un ciudadano "que tien el nome n’asturianu, pretendió rectificar el so patronímicu na instancia que presentaba, mientres la funcionaria que lo atendía se moflaba d’él por aquella razón".
Si nos atenemos a los hechos, me veo en la necesidad de corregir dos de sus afirmaciones incluídas en este párrafo.
Primero, el ciudadano protagonista de los hechos no tiene nombre en asturiano. Basta para comprobar el dato con remitirnos a la carta que este gijonés, Ignacio Galán López-Dóriga, envió a los medios de comunicación.
Segundo, el "problema" no surge cuando la trabajadora municipal quiso corregir el patronímico del ciudadano, sino cuando quiso corregir el nombre de pila del hijo del ciudadano afectado y que es Inaciu Galán.
Por lo demás, en esta tema de nuestra lengua regional, pediría cordura y moderación. Al Ayuntamiento de Gijón que se deje de gestos a la galería y haga cumplir su propia ordenanza, y al señor discriminado que predique con el ejemplo y se plantee cambiar su nombre a una forma asturiana.
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