Hasta agora los radares de la DGT "saltaben" a los 138 Km/h nes víes nes que la velocidá ta llimitada a 120. Entendíase que los márxenes d'error del radar y los del cuentakilómetros del coche facíen afayaízo que 138 km/h (esto ye, una ralura d'error de 18 km, 9 per caún) fuesen una cifra afayaíza pa sancionar ensin riesgos xudiciales de perder si'l sancionáu recalamaba. (Fai poco tiempu, por cierto, el llímite yeren 142, 11 per caún).
Agora la DGT establez el puntu de saltu de los radares en 135 Km/h. La disculpa, como siempre, ye la de la seguridá en carretera. Que nun los engañen, ensin embargu, la única pretensión, como siempre, ye la de tocar los coy...
Al respective, dos cuestiones: les estadístiques y argumentos estadísticos de la DGT son pura manipulación o especulación (salvo, claro ta, nes cifres totales de siniestros o de persones). Segundo, el llímite de 120 Km/h en autopista ye un caprichu, y, pa qu'ustedes imaxinen, si un coche a 120 tuviese qu'adelantar a otru a 119 tardaría ¡17 minutos! n'adelantalu. ¿Creen qu'eso nun carreta riesgos?
INVÍTOLOS A LLEER EL SIGUIENTE ARTÍCULU DEL 18/09/2009 (nesti blog)
CONTRA PERE NAVARRO Y SU SOSTÉN
Circula por ahí un chiste a propósito de los sermones de Pere Navarro y los suyos: «La DGT afirma que, de cada diez accidentes de coche, tres de los conductores bebieron. La conclusión es que vale más ir bebido que conducir abstemio». Pero el dicho no es simplemente una facecia, es lo único que, en rigor, se puede concluir —no se me escandalicen— de las estadísticas de la DGT, tal como nos las presentan. Porque en esto de las estadísticas sobre el tráfico y sus eventos, la DGT realiza una permanente fabulación en la interpretación de los datos y en las conclusiones que de ellos extrae, confirmando así la máxima de Benjamín Disraeli: «Hay tres tipos de mentiras: mentiras pequeñas, mentiras grandes y estadísticas».
Pero no es mi propósito hoy analizar toda esa logomaquia embaucadora y recaudadora, sino mostrarles un nuevo disparate a donde nos lleva la conjunción de los Pere Navarro y los cefaloñálguidos de las Cortes o Parlamento.
Sabido es que el límite máximo de velocidad en las autopistas y autovías españolas es de 120 Km por hora. Por otro lado, el límite de velocidad de 100 km/h en vías rápidas y carreteras nacionales puede ser superado en 20 km/h momentáneamente, para adelantar. En principio, por el contrario, en las autopistas y autovías nadie podía exceder el límite señalado, ni para adelantar ni por otras razones. Ahora bien, en la práctica ese límite podía ser superado por una tolerancia consentida, primero de un 20% y, desde hace poco más de un año, del 10%, tolerancia que no tenía —a mi juicio— la intención de facilitar la circulación de los vehículos, sino el evitar que la Administración perdiese demasiados pleitos. En todo caso, el límite de velocidad no sancionable estaba situado hasta ahora en los 132 km/h.
Pues bien, la próxima nueva Ley de tráfico y circulación —ya votada en el Congreso— establece que de ningún modo se pueden sobrepasar los 120 km/h, ni siquiera para adelantar. Les pongo algún supuesto de sus consecuencias. Si usted se encuentra en una autopista con un coche que circula a 119 y usted lo adelanta a partir de la distancia reglamentaria (144 metros, separación de seguridad) sin superar el máximo de velocidad (120), tardará algo más de 17 minutos en realizar la maniobra completa de adelantamiento (distancia al coche inmediato, superación de éste, nueva distancia de seguridad antes de la reincorporación al carril izquierdo). Eso si el suelo está seco, si está mojado tardará usted el doble. Un conjunto de diez coches que realizasen esa misma maniobra estarían casi una hora y media circulando por la izquierda.
¿Que a ustedes les parece que no merece la pena adelantar si el antecesor va sólo 1 km/h menos rápido? Pónganlo a 117 por hora, emplearán casi seis minutos en caso de que la carretera esté seca. Ahora bien, ¿podrán ustedes reincorporase al carril izquierdo siempre? Pues puede que no sean capaces de hacerlo nunca. Suponga que circula por el carril próximo al arcén un coche que iba a menor velocidad —puesto que usted ha podido alcanzarlo— y que, al llegar usted a su lado, decide ponerse a 120 de forma permanente. En esas circunstancias, usted correría en paralelo con él hasta su destino, digamos, desde Mieres, donde se habría producido el encuentro, hasta Guadalajara o Madrid.
Es verdad que, en unas circunstancias como estas, se abren infinitas y jocundas posibilidades: intercambiar direcciones de Internet con el vecino, contarse chistes, timarse con el prójimo o la prójima (usted o su acompañante), bendecir a Zapatero…
Pues, bromas fuera, ya ven a qué nos va conduciendo poco a poco esta conjunción de cefaloñálguidos y un gobierno que a la rancia pulsión hispana del arbitrismo une un puntín de voluntad dictatorial. Por eso, cuando les toque circular en paralelo con otro automóvil durante cientos de quilómetros, no maldigan sólo a Pere Navarro, maldigan también a su sostén, don José Luis Rodríguez Zapatero.
Y, al llegar al destino, una vez que se liberen del malhumor, piensen ustedes en los sostenes del sostén, porque como dice el adagio: «La causa de la causa es la causa de lo causado».
O llean esto de La Nueva España del 201/2011
Tráfico ajusta los radares de las autovías para multar a partir de los 135 kilómetros por hora
Tanto los fijos como los móviles saltan desde el 1 de enero cuando detectan un vehículo a esa velocidad en vez de hacerlo a 138 km/h
Los vehículos que excedan la velocidad de 135 kilómetros por hora en autopista serán multados. La Dirección General de Tráfico ha ajustado a la baja los márgenes de error de los radares fijos y los móviles que utiliza la Guardia Civil para que en las vías limitadas a 120 kilómetros por hora se empiece a sancionar a partir de los 135 .
Así se desprende de una circular interna fechada el 9 de diciembre, en la que el director general de Tráfico, Pere Navarro, ordena a la Agrupación de la Guardia Civil que los radares móviles sean configurados para que se activen en cuanto los vehículos excedan los 135 km/h, «en lugar de los 138 km/h», como sucedía hasta ahora.
Los fijos están configurados para saltar cuando se exceden los 135 por hora en autovías desde el pasado 1 de enero y Tráfico considera que también deben hacerlo los móviles. Esta medida de la Dirección General de Tráfico llega justo después de que en el último trimestres de 2010 repuntara el número de víctimas mortales en las carreteras, sobre todo debido al exceso de velocidad.
Al medir la velocidad a la que circula un vehículo, todos los radares tienen un cierto margen de error. Fuentes de la Dirección General de Tráfico han asegurado que este último cambio se debe a que, según la tecnología de estos dispositivos va mejorando, también se van recortando esos márgenes.
Igualmente explicaron que es el Centro Español de Metrología el que establece esos límites, y por tanto, el tope en el que se tiene que empezar a multar, en función de cada aparato. Para reforzar la vigilancia de la velocidad, el Ministerio del Interior anunció a primeros de años la instalación de cien radares más para estrechar la vigilancia en las carreteras.
En 2010 murieron en autopistas un 31 por ciento de personas más que el año anterior. En concreto, de los 80 fallecimientos registrados en 2009 en este tipo de vía se pasó a 105. El director general de Tráfico señaló recientemente que si todo el mundo respetara los límites de circulación se podría evitar uno de cada tres accidentes y avisó de que la vigilancia de la velocidad va a ser la prioridad en los próximos años.
El porcentaje de vehículos detectados circulando a más de 140 kilómetros por hora fue del 0,3 en 2010, cuando en 2001 era del 6,8 por ciento. Un portavoz de la DGT explicó ayer que pese al ajuste de los radares para multar a partir de los 135 por hora en vez de a 138, los márgenes de error de estos dispositivos son los mismos y se van a seguir manteniendo.
1 comentario:
COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
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