De momento la presión de Orlando Zapata (muerto) y de Guillermo Fariñas (130 días en huelga de hambre) ha tenido un éxito parcial la excarcelación y expulsión del país de 52 presos políticos (es decir, de opinión).
Es verdad que a esa presión ha venido a sumarse el ramoneo de la Iglesia cubana y el zascandileo de Moratinos, pero la palanca y el fulcro han sido los dos huelguistas decididos a llegar hasta su muerte.
Pero, no lo olvidemos, el principal problema político de Cuba es que es una dictadura, y, si molestas, te encarcelan. Ahí sí que no se ha dado ni un paso, ni un pasín, siquiera.
Así que alegría contenida por la liberación de los pesos. Gesto hosco hasta que los cubanos vean la libertad.
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