Ayer, en LNE: Caleyos, lobos,burocracia


                                                      L’APRECEDERU


                                        CALEYOS, LOBOS, BUROCRACIA


                Durante siglos, el lobo fue una plaga para el hombre: porque atacaba los ganados, las bases de su sustento, y porque podía matarlo. Un enemigo al que había que eliminar: o tú o yo. En Asturies se organizaron diversos sistemas de caza a tal fin. Alguno requería el levantamiento de obras permanentes. Uno de ellos, el caleyu, consistía en empalizadas que se iban estrechando progresivamente, hasta desembocar en un foyu, donde caía el lobo.
                Esa incompatibilidad está reflejada en la literatura popular y culta desde hace siglos, así como la de la desconfianza hacia las eventuales relaciones pacíficas entre unos y otros, como en la fábula del griego Esopo, El lobo y el pastor. En torno a Francisco de Asís se tejió una leyenda de coexistencia entre el hombre y la fiera, la del lobo de Gubbio, al que Francisco reduciría a condición pacífica (posteriormente, Rubén Darío daría una vuelta a la leyenda en su Los motivos del lobo).
                El de Asís es seguramente el precedente (único) del actual ecologismo pro-lobo, que niega, ignora o tiene en poco la realidad de su comportamiento específico. Y, sin embargo, la realidad es los campesinos asturianos están hartos y temerosos. Los lobos llegan a depredar al lado de las casas. “Van a acabar con nosotros”. “La gente está cansada de palabras y más palabras”. “Vamos a abandonar”. “Quieren que esto sea una reserva”.  “Los vecinos tienen miedo a salir de sus casas”. Día tras otro pueden encontrar estas desesperadas manifestaciones en LA NUEVA ESPAÑA.
                Homo, homini lupus. Seguramente los asturianos del campo podrán señalar a quiénes designan estas palabras de Plauto y las entenderán como proféticas.
                A propósito, la burocracia está lastrando la fabricación de respiradores y mascarillas, impide utilizar laboratorios que serían útiles; tramita con fatigosa lentitud ERTES y ayudas.  ¿No habría forma de construir caleyos para acorralarla hacia el foyu de la eficacia y la rapidez?



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