Sobre la solidaridad


La palabra solidaridad es hoy una palabra mágica. Evoca lo positivo, lo bueno, lo humano, lo moderno, lo progresista. Dígase solidaridad y cesará el pensamiento de quien reciba el vocablo. ¿Quién se parará a discernir lo que son sus contenidos reales en cada acto de habla, lo que cela u oculta? ¿Quién dudará en acudir corriendo a su acapiu?

Y, sin embargo...

Los invito a meditar sobre esta reflexión de Alberto Savinio, en su Nueva enciclopedia (Nota: Alberto Sabinio es el pseudónimo de Andrea de Chirico (Atenas, 1891-Roma, 1952), hermano del pintor Giorgio, y, como él, pintor, además de escritor y músico):

SOLIDARIDAD. En Roma, en los últimos meses de la ocupación alemana (invierno y primavera de 1944) mi casa era diaria y literalmente invadida por amigos y también por personas a quienes conozco poquísimo, e incluso por gente a la que no conozco en absoluto. Y así, en razón de aquella situación excepcional, forzosa y preñada de amenazas, se habían ido creando una solidaridad, una intimidad y un conjunto de intereses comunes entre mí y gente que, en tiempos normales, libres y seguros, me es completamente extraña. Éste es uno de los efectos peores y más inmorales, no ya del estado de guerra y de ocupación enemiga, sino de todos los hechos generales que influyen igual e indistintamente en todos los hombres, creando una solidaridad, una intimidad, un interés común entre hombres que, por sus cualidades mentales, por su índole, por su destino no tienen nada que compartir unos con otros. Comunidad profundamente desconsoladora y humillante, que es a modo de maligna anticipación de la futura e inevitable comunidad de la muerte. ¿Es necesario acaso añadir que cualquier forma, cualquier intento, cualquier voluntad de asimilar lo distinto lleva consigo el principio de la muerte, y que la vida más intensa, la vida máxima nos conduce a un aislamiento cada vez mayor? Percibo, en torno a mí, intentos de confundirme con otros, intentos de «suave asesinato».

3 comentarios:

Jesús Garmón dijo...
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Jesús Garmón dijo...
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ayalgueru dijo...

La solidarida puede seguro ye la idega mas masunhada y abusada del debate politicu contemporaneu espanhol , debate que ye la version “Rincon del vago” del ya reaccionariu y caducu debate politicu frances.

La solidarida ye un conceptu que ( puedo tar equivocau ) entiendo entra pola via xuridica cuando falamos de les obligaciones solidaries o indivisibles que introduz la idea de comunida ( voluntaria o non ) de intereses ( esti parez ser el sentiu del textu del escritor italianu que citares ) pero el sentiu mas frecuente contemporaneu tien mas que ver con la idega del sacrificiu y el “facer el bien a los demas” en xeneral.

Nun se puede “facer meritu” si nun existe la voluntarieda, la posibilida de negase a ayudar y pesie a ello, ayudar. Esto si ye xenuina solidarida, nun diriamos que ye “solidaria” una persona que va a servir sopes a la cocina economica pero que lo fai teniendo detras un puntu con una ametralladora amenanzandolu de muerte. Podriemos dicer que ye una victim de la coaccion pero nunca un solidariu.

Cuando el progresismu patriu usa la maxica palabra siempre significa gastu publicu adicional que automaticamente xustifique pola apelacion permanente a aquellos que sufren y tienen necesidaes, si les intenciones son bones AY ! a quien y pueden importar que los resultaos seyan un desastre.

Esta “solidarida” nunca ye voluntaria y reduzse a la simple execucion de les politiques disenhaes pol gobiernu , financiada siempre pol muy obligatoriu pagu d’impuestos.