Un país extraordinario


O extravagante. El nuestro. Asturies. Tenemos un gobierno que es responsable de lograr un porcentaje de paro que empeora mes tras mes (en noviembre, por ejemplo, alcanzamos la mayor subida del paro interanual —tras Castilla-La Mancha—); de que ocupemos uno de los puestos más “destacados” de desempleo entre las regiones europeas (el 16, sobre 314); tengamos una tasa de paro juvenil del 35,4%, cuando la media europea está en el 19,9%; seamos la comunidad española con menor tasa de actividad y una de las que consigue una incorporación menor de la mujer al trabajo. Eso, a pesar de las inversiones multimillonarias del Estado y de Europa aquí. Y sin embargo y con ello, los sucesivos gobiernos del PSOE o del PSOE con IU pasan por ser gobiernos “progresistas”, entregados a la causa de los trabajadores y de la mayoría.

Y “doquier mi arrebatada mente inquieta dichas y triunfos encontrar creía” ocurre otro tanto de lo mismo: las obras del Estado son eternas, sin que se atrevan nuestros gobernantes (cual sumisos dominados) a levantar siquiera la vista ante el rebenque castigador de sus jefes madrileños. Las que dependen de nosotros se eternizan (y ni siquiera somos capaces de hacer que las empresas cumplan los plazos que decimos han suscrito, como en el Hospital Central), sus costos se disparan (como, también, en El Musel), o hay que revisar los contratos para “ayudar” a las empresas, como sucede con el de la A-II, para lo que se va a suplementar de manera abierta el presupuesto del 2011, a fin de ayudar a Viastur, participada por Sacyr y Sánchez Lago, empresas del “Tuya, mía, cabecina y gol”, pues son también accionistas del Hospital Central, del Palacio de Calatrava y de la operación del Vasco.

Y, a todo esto, los progresistas nos mienten año tras año en los presupuestos. Deben 400 millones del 2008 y 2009 a la Hacienda estatal. Inflan los ingresos (que, obviamente, nunca se recaudan) para hacer ver que IU “lucha por lo social”. Acuden a trampas contables de forma escandalosa, de manera que, si lo hicieran otros, los acusarían de “pignorar Asturies” o de empobrecer a la población. Ellos, en cambio, hacen como que nos vendemos a nosotros mismos nuestro parque inmobiliario público para recaudar dinero y saltarse, así, las restricciones de gasto a que la crisis ha obligado a todas las administraciones. Más aún, como afirma un titular de la Nueva España del viernes 3, «El Principado compensará con el salario social la paga suprimida a los parados», abriendo a tal fin una partida ilimitada con la que se contravendrá lo decretado por el Gobierno central y se saltarán, nuevamente, los límites de la deuda.

Y todo eso, además, en unos presupuestos, los del 2011, que ponen en marcha dos medidas sorprendentes: la rebaja de la sanidad en un 5,5% y el aumento de las partidas de Bienestar Social, una de las consejerías que lleva IU, todo ello con el objetivo único y principal de solventar y mantener el «negocio» de ambos socios de Gobierno: su poder, su capacidad de influencia y favor, sus empleos y los de sus adláteres.

Y lo extraordinario no acaba aquí. He aquí que la historia se repite. Semejantemente a aquel Construyendo Asturies del 2007, de generosísima munificencia anónima, El país publicaba el día primero de este mes un suplemento de cien páginas a todo color sobre Asturies, que, como es lógico, subvencionaremos nosotros. No satisfecho con ello, el aspirante a desastre, el socialista Javier Fernández, nos invitaba, desde su blog, a pagarlo dos veces, comprándolo. A usted, parado sin empleo, a usted joven o mujer que no encuentra trabajo, a usted funcionario a quien le han rebajado notablemente el sueldo, pensionista a quien han congelado la pensión. Y, ello, hasta ahora, y que yo sepa, ante el absoluto silencio de nuestra sociedad.

De modo que no son únicamente ellos los extraordinarios, los extravagantes. También nosotros, que lo vemos, lo escuchamos y lo dejamos pasar como si lo normal en la vida y lo aceptable fuese el eterno i+d+i de nuestros sempiternos gobiernos: la ineptitud, el despilfarro, la incuria.

Nota: asoleyóse na Nueva del 09/12/10.

No hay comentarios: