Los sucesos del 34 en Asturies constituyen una operación militar cuya finalidad es la conquista del poder. Juzgándola estrictamente en esos términos, la acción constituyó un rotundo fracaso, parangonable, por tanto, a otras operaciones militares —Gallípoli, el barranco de El Lobo, Annual— en que la inepcia de los mandos llevó al degolladero a las tropas. Desde ese punto de vista cabe hacerse, pues, algunas preguntas.
Por ejemplo, la de cómo fue posible que el estado mayor (la Ejecutiva del PSOE) calculase tan mal las fuerzas propias y el estado de la opinión pública en el conjunto de España. O, si la acción se programó contando sólo con Asturies, ¿cómo pudo proyectarse un plan tan disparatado e inconsistente? En esos mismos términos, ¿se evaluó el coste en vidas humanas, dolor y destrucción material —aun esperando el éxito— que ello conllevaría para Asturies y los asturianos o, aun habiéndose evaluado, se despreció o se consideró un coste aceptable? ¿Cómo fue posible que, visto el fracaso inicial del plan, el estado mayor no reaccionase para lograr una rápida retirada o no tuviese capacidad para ello? .
Desde el punto de vista de los dirigentes asturianos, ¿de qué manera entender que se dejasen embarcar en un peligro tan grande con tan pocas posibilidades de éxito? ¿Pidieron garantías a la Ejecutiva del PSOE? ¿Comprobaron las disposiciones de armas, fuerzas y estrategia o se limitaron a aceptar las órdenes que les daban desde Madrid? Y en cuanto a sus responsabilidades para con su tropa y su país, ¿evaluaron los sacrificios y el dolor humano?, ¿estimaron la destrucción económica que su acción armada acarrearía? En otras palabras, ¿pensaron alguna vez en términos de sus propios hombres, de sus coterráneos y de su tierra?, ¿o se limitaron a soñar en términos de la utopía universal o de la revolución española?.
Con respecto a las consecuencias de la acción militar fracasada por tan disparatada dirección, no deja de sorprender que hayan sido precisamente los responsables, el PSOE, quienes fuesen los beneficiados posteriores del desastre, tanto en las elecciones del 36 como en el futuro.
Finalmente, pasma que, 75 años después, sea un dechado para muchos asturianos —e incluso, que se pretenda proyectar su ejemplo para las generaciones futuras— lo que, desde el punto de vista militar, no fue sino un Annual provocado por ineptos y, desde el punto de vista político, un embarcazu.
3 comentarios:
En mi opinión fue una operación electoral mal medida, que aprovechaba el descontento de los trabajadores y la agitación revolucionaria para buscar una convocatoria anticipada de elecciones. En realidad hemos visto cosas similares como el 11-M que han salido mejor. La gente aprende con el tiempo
Si las revoluciones que ha habido en este mundo hubieran sido calibradas en funcion de las armas que había, de la opinión de las ejecutivas de los partidos, y demás memeces que dices en el texto, ninguna absolutamente habría tenido éxito.
Todas las tonterías que dices ahí no tienen sentido alguno, ya que la revolución del 34 es una revolución dada por el hastío, lo harto que estaba el pueblo, la gota que colmó el vaso, un sin fin de despropositos antipopulares, no porque a la ejecutiva de un partido le apeteciera.
Una vez más, Xuan Xosé, cagas fuera de la pota.
¡hombre, juan! decir que fue una "operación electoral" se te admite por aquello que le sigue ¿verdad? Pero intentar tomar el poder con armamento pesado es otra cosa. En cualquier caso, me parece muy atinado el parangón.
Lo que nos cuenta Anónimo es muy simplista, su comentario es revelador, nos dice que sigue habiendo "ovellas" para otra "revolución", lo que no deja de ser curioso en el pensamiento progreZista, el de la "evolución", el de carlos darwin, la que aplican a lo que desean y no a toda la "naturaleza humana", a toda la antropología. Buena tarde.
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