A vueltas con Alakrana: los familiares

Las noticias relacionadas con el atunero El Pexín (en traducción al asturiano) no dejan de causarle a uno sorpresa y motivo de meditación.

Lo que hoy hay que comentar son ciertas reacciones de los familiares de los pescadores, de dudosa aceptación, aunque podamos buscarles mil explicaciones y causas.

En primer lugar, las de las familias de los pescadores vascos, negándose a ir a las Seychelles a buscar a sus familiares en un avión fletado por el Gobierno Español. En segundo lugar, las de las restantes familias de los pescadores –y de ellos mismos-, rechazando la presencia en Barajas de las autoridades y la prensa.

Sean cuales sean las cosas que haya hecho mal el Gobierno de Zapatero, lo cierto es que el representa a todos los ciudadanos españoles. Y que ha sido el dinero de los españoles el que ha pagado, al menos, parte del rescate y que los españoles hemos sufragado la actividad del CNI, el personal diplomático, los buques de guerra y los militares (haya sido cual haya sido su efectividad en este caso). Incluso, los aviones para ir a buscarlos y para devolverlos a Galicia y Euskadi.

No es menos cierto, por otra parte, que los familiares de los pescadores secuestrados han utilizado a los medios de comunicación cuando han creído que era necesario y que, asimismo, han presionado al Gobierno y su Presidente para que los recibiese y les sacase las castañas del fuego.

(Por cierto, en el caso de los arrantxales del País Vasco, se ha hecho bien visible lo que es el matriarcado, tan característico de aquella sociedad).

Aun entendiendo su situación de estrés, la de ellos y la de las familias, da la impresión de que, como muchos ciudadanos, esta gente entiende que los derechos de los demás hacia ellos son infinitos e inalienables, mientras que los suyos están sujetos a coyuntura o contingencia.

Por contraste, el armador del Alakrana, Kepa Etxebarría, se ha portado como un caballero: ha dado las gracias al Gobierno y ha guardado silencio sobre lo que debía.

1 comentario:

Solsticiu dijo...

Usar el castellán durante tola negociación (por mieu a que nun los entendieren en momentos tan críticos), pero agora que tán a salvo falar en vascuence ye una falta de respetu. Asina como llevar la bandera vasca violando les lleis de derechu marítimu, pero llueu pedir sofitu al gobiernu español porque España siempre-yos debe algo pero éllos nunca nun deben nada a naide ye otra falta de respetu y un sin sentíu