Ayer, en La Nueva España

0 comentarios
DEPENDENCIAS Existen dependencias de tipo variado, desde las que implican una simple obligación de cortesía o de disimulo a las que son el síntoma de una profunda alteración personal. Unas lo son a las personas o a las instituciones, otras al discurso que suele llamarse ideología. En ciertos casos, unas refuerzan a las otras He aquí un par de ellas de las del primer tipo, de estos días. La del Vicepresidente del Gobiernu, don Juan Cofiño. Manifiesta este en LA NUEVA ESPAÑA del 20/12/2020: “El estatuto eléctrico no nos satisface, debemos presionar y lograr alternativas”. Y añade: “Si se puede hablar de desencuentros con la ministra Ribera, que los hay, son por los tiempos y ritmos con que aplica su hoja de ruta verde”. ¿Desencuentros con la ministra Ribera? El socialismo asturiano lleva, ya desde Javier Fernández, utilizando esa vía de escape, obligado por su dependencia del Presidente, el señor Sánchez-Castejón, en cuyo partido milita y cuyo jefe superior es. Porque la señora Ribera no actúa por sí y ante sí, sino consentida, amparada, y, seguramente, impulsada por don Pedro. ¿Pero cómo manifestar que es el propio cabezaleru del partido y del Gobierno el responsable del desaguisado que se comete con Asturies y del desprecio sistemático a las propuestas del socialismo asturiano y del Gobierno del Principado? Y, aunque en tono menor, y en idéntica línea, Fernández Lanero, el responsable de la UGT en Asturies. A la pregunta, sobre la misma cuestión del estatuto, de si Asturies pinta poco en Madrid y sí Cataluña y el País Vasco: “No tengo datos para eso”. ¿No tiene datos para eso? Pero si lo afirma a continuación: “Lo que sí que está claro es que el estatuto beneficia a empresas del País Vasco y Cataluña y que no se está siendo justo con Asturias”. Pues eso, la dependencia, que a sordina, disimulo o silencio obliga. El otro tipo de dependencias provoca graves alteraciones en la percepción de la realidad, y lo somete todo a la lente deformadora del prejuicio que llaman ideología. El caso de la Universidad Laboral de Xixón es un ejemplo paradigmático de cómo fluyen a la superficie esos discursos cuyo contenido real no es más que el mismo discurso, síntoma de desarreglos perceptivos en quien lo emite. Recuerden los que tienen memoria histórica. A principios de siglo, cuando se transfirió a Asturies, junto con las demás competencias de educación, la Universidad Laboral, el Gobierno de Areces negó durante mucho tiempo que nos hubiera sido transferido el nefando edificio, únicamente se nos lo habría sido el conjunto de docentes y discentes (tal vez, sin espacio donde asentarse). Después, ese prejuicio llevó a realizar inversiones que podrían haber tenido su lugar en la Laboral y a desatender el entorno de esta. Como saben ustedes, los antiguos alumnos de la Laboral pusieron en marcha una campaña para declarar el monumento Patrimonio de la Humanidad. Pues bien, la ilustre alcaldesa de Xixón, que posteriormente rectificó, sentenciaba en febrero de 2020, atacada por la misma enfermedad, que era imposible que la Laboral fuera patrimonio de nada “por lo que fue”. Y añadía: “la nostalgia de dónde estudiamos no puede llevar a promover cosas que no podemos desvincular de lo que significó su construcción”. Y todavía hace dos días, cuando una serie de alcaldes firman una carta conjunta en defensa de la candidatura de la Laboral a Patrimonio de la Humanidad, uno de ellos no puede dejar de manifestar su fe interior con este regüeldo: “Si obviamos quien lo mandó construir y la época, el edificio es una maravilla que merece reconocimiento”. ¿Pero se trata de esa maravilla, del monumento, o de su constructor? ¿O vamos a mirar así la catedral? ¿La autopista Y? ¿La Foncalada? ¿Ensidesa-Arcelor? ¿Hunosa?... Y la última de la dependencia enfermiza. Una diputada y socialista gallega. Licenciada en Derecho. Depositante de su persona en el Congreso durante cuatro legislaturas. Preside actualmente la Comisión de Igualdad y tiene otros cargos de responsabilidad en el PSOE. Pilar Cancela, por nombre. Este es su pío sobre las vacunas: “LAS VACUNAS LAS PAGA EL # GobiernoDeEspaña. Sí, sí el de @sanchezcastejon. Por enfatizar, que parece que molesta”. ¿Todas de su bolsillo? ¿No será demasiado? ¿No podríamos ayudarlos un poco? Si me dan la dirección, les mando cincuenta euros para disminuir la cuota per capita. PD. Don Pedro se reunió con Lakshmi Mittal en tres ocasiones, en enero del 19, en octubre del mismo año y en enero del 20. En las tres le prometió que el nuevo estatuto electrointensivo solucionaría los problemas de costos de la siderurgia y que ello le permitiría garantizar su permanencia en Asturies. Tres veces, tres. Tres afirmaciones que resultaron negadas por los hechos. Esto de llamarse Pedro parece que imprime carácter.

Ayer, en La Nueva España: Los obstáculos tradicionales que se oponen al progreso

0 comentarios
L’APRECEDERU LOS OBSTÁCULOS TRADICIONALES QUE SE OPONEN AL PROGRESO Conocen ustedes de sobra la expresión. La acuñaron progresistas y liberales del XIX para referirse a todo aquel conjunto de normas y poderes (desde las legales, al caciquismo o a la Iglesia) que se oponían a la modernización de España, tanto en lo social como en lo económico. Uno de esos obstáculos tradicionales que impiden hoy tanto el progreso como la felicidad de los individuos (aquello que Xovellanos y los ilustrados consideraban el objetivo central de la política) lo constituyen las administraciones públicas. No porque legislen y controlen, que es su papel, sino porque sus dilaciones, su hipertrofia burocrática, sus disfunciones hacen que los trámites se dilaten o eternicen y hagan perder tiempo y dinero a las empresas y a los ciudadanos, infundiendo en ellos el desánimo, la frustración y, en el caso de las empresas, invitando a no arriesgar o a no abrir nuevas líneas de negocio, sino provocando su cierre. Los ejemplos son legión. Uno: vecinos con su casa pagada y terminada a la que no pueden entrar: el Ayuntamiento lleva meses retrasando la cédula de habitabilidad, por inoperancia administrativa. Dos: esta noticia: “Un hombre amputado de una pierna lleva un año sin salir de casa porque el ayuntamiento no acaba de tramitar la licencia del ascensor”. Tres, Ayuntamiento de Xixón: “El colapso en las tramitaciones obliga al Ayuntamiento a relajar el control de la concesión de ayudas”. “El servicio de Intervención analizará de forma aleatoria la documentación para dar agilidad a las subvenciones y hará otra revisión a posteriori”. A confesión de parte, dice el adagio, sobran pruebas. Y con la pandemia, peor, en todas las administraciones: ERTES que no se cobraban, retrasos para jubilarse u obtener un certificado, obligación de la cita previa para cualquier gestión, que se concede a muchos días o semanas vista, dificultades para realizar trámites por internet o imposibilidad de hacerlo. ¿Todo por el pueblo? ¡Venga ya!