Un polvorín llamado Lavapiés - ABC.es

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Un polvorín llamado Lavapiés - ABC.es

Astilbe

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Un plumeru d'astilbe (Astilbe x arendsii, de la familia de les Sasifragácees).Tien el so aniciu n'Asia. Ye una herbácea vivaz de follaxe verde escuru perbrillante. Lleguen a 60-70 cm d'altura y nel veranu echen plumeros de collores estremaos.

canna indica

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Floreciónos una canna indica -al fondu, escontra l'árbol, detrás de les boques de dragón-. Ye una planta perenne de 1,5 a 3 m. d'altura perteneciente a la familia de les Cannácees. Tien orixen sudamericanu y los arqueólogos toparen cultivos d'ella en Perú yá fai 4.500 años. En Colombia los chibches emplégábenla pa comer.


Estos son Zapatero y el PSOE: Un cierto olor a Zugarramurdi

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Ahora que hasta El País parece saber quién es en realidad Zapatero y su contribución al desastre de todos estos años, publicaremos aquí una serie de artículos que, desde 2004, vienen señalando ya qué tipo de plaga nos había caído encima. Con todo, en la mayoría de ellos se señala lo fundamental: que Zapatero no es un selenita caído del cielo, que fue, en su día, escogido como el mejor de entre todos los afiliados al PSOE y que su desastrosa política fue apoyada, aplaudida y jaleada por todos los afiliados y cargos públicos del PSOE, así como por todas las organizaciones territoriales del mismo. De la misma forma, fue aplaudido, apoyado y jaleado por muchos ciudadanos. Pero nunca, ni él ni su política fueron distintos. Desde antes de acceder al poder ya era una catástrofe anunciada: su incapacidad, evidente; su ignorancia, patente; su desprecio por la realidad, notable; su adanismo y sectarismo, totales: y fue eso precisamente lo que apoyaron los afiliados del PSOE y los votantes. ¡Que ahora no se llamen a andana!

UN CIERTO OLOR A ZUGARRAMURDI
(14/12/09)

Lo ocurrido con Diego Pastrana, el ciudadano que fue acusado falsamente de malos tratos y vejaciones sexuales a una menor, y que fue corrido a pelo y humillado por una opinión popular excitada por algunos funcionarios y periodistas, ha provocado, por su patente injusticia, una no pequeña convulsión social y ha propiciado una cierta reflexión apesadumbrada entre los medios de comunicación. Pero creo que merece la pena ir más allá y extender la mirada por todo el territorio de nuestra sociedad.

La primera de las responsabilidades ha de situarse donde está: en unos parlamentarios que legislan guiados por la presión de la moda, sin tener en cuenta, en unos casos, la realidad sobre la que perpetran sus textos, en otros, los efectos dañosos de esa legislación («acéfalos legislantes», los vengo calificando desde hace tiempo); en unos partidos políticos alejados de la sociedad, y cuyo único proyecto político son las demandas de coyuntura de ciertos grupos encajados en sus estructuras o que parecen tener efectos gravitatorios sobre su voto; un Tribunal Constitucional que, él también, se ha dejado llevar por el impulso de lo políticamente pío y ha rubricado la desigualdad sustancial de hombre y mujer en las penas relativas a las cuestiones de violencia y la condición culposa de todo varón en esa materia hasta tanto no demuestre su inocencia.

Todo ello, más el griterío amplificador en torno a la cuestión, es lo que explica que un médico prefiera crear un corpus de culpabilidad sexual antes que buscar explicaciones también posibles pero que «molan poco», ya que sabe que nadie le dirá nada por equivocarse al atribuir razones sexuales a los daños de una pobre niña (y empapelar a un inocente, como consecuencia de ello), pero lo crucificarían por «ocultar» esos daños. Es esa ola de histeria social a la caza de brujas, o, por mejor decir, en este caso, de bucos, la que explica que la guardia civil haya acosado en los interrogatorios a Diego Pastrana como si fuese un sanguinario destripador en serie; la que justificó a miembros de las fuerzas del orden y a funcionarios judiciales para que filtrasen los falsos expedientes sobre el acusado y sus entradas y salidas al juzgado, a fin de que el encausado como «diabólico malhechor» fuese enjuiciado, condenado y humillado desde el primer momento; todo ello, además, estoy seguro, acompañado de la satisfacción moral de esos funcionarios por actuar como brazo armado de la justicia. Y, cómo no, es ese ambiente —provocado, repitámoslo, por la legislación, por los partidos políticos y por ciertos grupos de presión — el que ha provocado la general irresponsabilidad de los medios de comunicación al trasladar la idea de la culpabilidad incontrovertible de Pastrana.

Pero hay algo peor aún. Y es que el episodio viene a reflejar una creciente tendencia del discurso social contemporáneo a sacar lo peor de nosotros mismos, encausando y enjuiciando a los demás sin más pruebas que el que hayan sido puestos bajo un foco acusador ante la opinión pública. Ese mecanismo, que se repite a diario en los medios y, especialmente, en ciertos programas de la televisión que viven de ello, tiene ciertas características de los peores momentos de la historia y se asemeja a los instrumentos de control social de aquellos regímenes dictatoriales que se llamaban democracias populares (o de socialismo real). O, si se quiere, es un olor a Zugarramurdi o a Salem sazonado con el aroma de la ley de Lynch. El resorte resulta, en el fondo, el mismo que aparece en el cervantino entremés de El retablo de las maravillas, el «ex illis es», «ex illis es», con que todo el mundo acepta por buena la realidad que se les finge presentar y acusa a los demás de estar en el campo de la ignominia, para, así, situarse él en el bando de los intachables y sentirse, de ese modo, mejor de lo que es y, sobre todo, a cubierto de inclemencias (no olvidemos, por cierto, que el maravilloso retablo donde todos hacían que veían lo no que existía lo había inventado, según el pícaro Chirinos, el sabio Tontonelo, de la ciudad de Tontonela).

Y ya que hablamos de don Miguel, bien podríamos recordar, a fin de que proyecte su luz iluminadora, aquel momento del capítulo XXVI de la segunda parte del Quijote, cuando el muchacho que relata ante otro retablo, ahora el de maese Pedro, el episodio de Gaiferos y Melisendra, tras referir la afrenta de un moro a una dama y el castigo que por ello recibe, proclama con admiración: «y veis aquí dónde salen a ejecutar la sentencia, aun bien apenas no habiendo sido puesta en ejecución la culpa; porque entre moros no hay «traslado a la parte», ni «a prueba estese», como entre nosotros.»

A lo que don Quijote replica:

«—Niño, niño, seguid vuestra historia en línea recta y no os metáis en las curvas o transversales; que para sacar una verdad en limpio menester son muchas pruebas y repruebas.»


Ante el olor a Zugarramurdi que nos invade, a la vista del clima histérico de enjuiciamiento sin causa y de exigencia de castigo inmediato para cada uno que sea exhibido, con razón o sin ella, como culpable ante la opinión pública, meditemos un segundo en lo que nos dice este episodio cervantino: menos justicia a lo moro, menos «sharia», y más justicia, esto es, más justicia occidental —democrática—, aquella que nos ha costado siglos de humanismo y razón perfeccionar. Por lenta que sea, por irritante que pudiere resultar momentáneamente.

«Que para sacar una verdad en limpio —reiterémoslo frente a nuestra pretensión de conocer la verdad al primer golpe de vista— menester son muchas pruebas y repruebas.»

dondiegos mariellos

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Dondiegos mariellos (Mirabilis jalapa, de la familia de les Nicataxinácees. Recibe tamién los nomes de Dondiego de noche, Galán de noche, Don Diego de noche, Bella de noche, Don Pedros). A les diez de la nueche, el 04/07/11. En Morís, Güerres.

Zapatero adelanta les elecciones

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Tan asoleyandolo tolos medios de comunicación: Zapatero va anunciar l'adelantu electoral sobre'l meudía, y la fecha de la que se fala ye'l 20 payares, que, por cierto, ye l'aniversariu de la muerte Pachu. ¡Cómo se-yos nota l'apegu familiar!

Estos son Zapatero y el PSOE: Legislando con las témporas

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Ahora que hasta El País parece saber quién es en realidad Zapatero y su contribución al desastre de todos estos años, publicaremos aquí una serie de artículos que, desde 2004, vienen señalando ya qué tipo de plaga nos había caído encima. Con todo, en la mayoría de ellos se señala lo fundamental: que Zapatero no es un selenita caído del cielo, que fue, en su día, escogido como el mejor de entre todos los afiliados al PSOE y que su desastrosa política fue apoyada, aplaudida y jaleada por todos los afiliados y cargos públicos del PSOE, así como por todas las organizaciones territoriales del mismo. De la misma forma, fue aplaudido, apoyado y jaleado por muchos ciudadanos. Pero nunca, ni él ni su política fueron distintos. Desde antes de acceder al poder ya era una catástrofe anunciada: su incapacidad, evidente; su ignorancia, patente; su desprecio por la realidad, notable; su adanismo y sectarismo, totales: y fue eso precisamente lo que apoyaron los afiliados del PSOE y los votantes. ¡Que ahora no se llamen a andana!

LEGISLANDO CON LAS TÉMPORAS
(28/09/06)



Esperaríamos que las leyes se hicieran atendiendo al interés general o que, cuando se hacen para proteger una parte de la sociedad, su efecto real fuese el buscado, no uno adventicio, y que, por añadidura, no tuviesen efectos inducidos negativos o que no se aprovechase su confección para dañar los intereses de terceros. Exigible sería, asimismo, que estuviesen bien redactadas y articuladas, y, por tanto, siendo claras y precisas, no entrañasen interpretaciones contradictorias o variables, ni colisionasen con otras. Finalmente, sería deseable que se legislase desde el conocimiento de la realidad, esto es, por ejemplo, que queriendo dictar normas sobre los automóviles, no se desconociese que se desplazan sobre ruedas y emplean combustible como fuerza motriz. ¿Es ello así? La realidad, más bien, se parece a este desideratum tanto como un computador a una compota.

En general, los diputados legislan con la vista puesta en los titulares de prensa, en los grupos de presión próximos a ellos y, con mucha frecuencia, con la única o principal mira de “quedar bonito” con su entorno más inmediato y los periodistas que los rodean. Sea cual sea la postura que pasa como la políticamente correcta, los diputados y los partidos, en más o en menos, procurarán correr lo más posible en esa dirección. No importa para nada que lo legislado no afecte a la realidad o que tenga resultados desastrosos sobre ella, lo único relevante es quedar bien en el titular del día.

Algunos ejemplos recientes. Sobre la “Protección de la clientela en relación con la comercialización de determinados bienes” (los llamados “bienes tangibles”, los productos como sellos y otras inversiones como antigüedades u obras de arte, del tipo que negociaban entidades como Forum y Afinsa), los padres de la patria no se acordaron hasta la adicional cuarta de la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de Instituciones de Inversión Colectiva, en la que se introdujo una norma que debería desarrollarse reglamentariamente. Tras esa fecha aparecieron dos leyes (5/2005, de 22 de abril, de supervisión de los conglomerados financieros y por la que se modifican otras leyes del sector financiero; 25/2005, de 24 de noviembre, reguladora de las entidades de capital-riesgo y sus sociedades gestoras) y cuatro decretos (303/2004, de 20 de febrero; 54/2005, de 21 de enero; 1309/2005, de 4 de noviembre; 1332/2005, de 11 de noviembre) sobre control de sociedades e inversiones. Sin embargo la normativa siguió sin desarrollarse y el último texto al respecto de la cuestión hubo de ser el del reconocimiento de la catástrofe, el “RD. 613/2006, de 19 de mayo, de concesión de subvenciones a asociaciones de consumidores para el apoyo y asesoramiento de los afectados por la situación de las empresas Afinsa Bienes Tangibles, Sociedad Anónima y Forum Filatélico, Sociedad Anónima”. Como quien dice: el burru muertu, la cebada al rau.

Sobre inmigración y regulación de extranjeros aparecieron dos leyes en el 2000 (4/200, de 11 de enero; 8/2000, de 22 de diciembre). En 2001 se aprobaron tres reales de¬cretos sobre regularización de extranjeros que no se encon¬trasen en España antes de ju¬nio de 1999. En 2003 se aprobó la ley orgánica hoy vigente (14/2003, de 20 de noviembre), en 2004 su reglamento (RD 2393/2004). En el 2005 se realizó una regularización masiva de emigrantes basándose en la nueva legislación. Pues bien, a día de hoy, después de tanto baile, quienes han protestado contra leyes anteriores o redactado las suyas sin cortapisa manifiestan que lo que hay no vale y que habrá que volver a modificar el cuerpo legislativo.

En materia del Código Penal parejos andamos. Proclamada el 24/11/1995 la ley 10/1995, el llamado pomposamente por Belloch “Código Penal de la democracia”, observamos que han de introducirse en él rápidamente modificaciones sustanciales porque nuestros legisladores habían ignorado o despreciado tanto la realidad como el edificio jurídico español. Algunos ejemplos de leyes orgánicas al respective: 2/1998, de modificación del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento; 11/1999 sobre abusos a menores (que se les habían olvidado, pobres, a los anteriores padres de la patria); 14/1999, de protección de las víctimas de malos tratos y (otra vez) de la Ley de Enjuiciamiento; 5/2000, de responsabilidad de menores; 7/2000, de modificación del Código Penal y de la 5/2000; 9/2002, de modificación del Código Penal y del Código Civil, sobre sustracción de menores (tipo penal que se crea aquí); la 7/2003, para el cumplimiento íntegro de las penas; la 15/2003, de modificación del Código Penal, sobre corrupción de menores y otros delitos sexuales; la 4/2005, de 10 de octubre, por la que se modifica el Código Penal en materia de delitos de riesgo provocados por explosivos.

Los ejemplos ocuparían muchas páginas de la Nueva España. Limitémonos a alguno más. La Ley de medidas sanitarias sobre el tabaquismo apareció el día 26 de diciembre del 2005. Sólo dos meses después, el 10 de febrero del 2006, el RD 2/2006 daba cuenta, mediante la corrección, de que ni uno solo de los unánimes cráneos privilegiados del Congreso de los diputados se había percatado de que la norma decembrina perjudicaba gravemente a los quiosqueros.

En otras ocasiones, los diputados parecen redactar las leyes convencidos de que su solo enunciado posee virtudes apotropaicas, capaces de camudar la realidad al mero soplo de las palabras. Tal ocurrió con la Ley de violencia de género, más deseada que Fernando VII, que iba a impedir los malos tratos, los cuales, sin embargo, han aumentado tras el texto congresinesco. (Uno se pregunta, por cierto, al respecto, qué fue de aquellas ménades y bacantes que recorrían las calles gritando frenéticas al “evohé” de “ley integral” y agitando el tirso en forma de esquela de las muertas de cada mes. ¿Por qué, ahora, que hay más muertas –y muertos-, no acongojan las calles con su llanto? ¿Qué impide que sopelexen el nombre de las asesinadas en papeles orlados con cenefas negras?).

En Asturias particularmente, y para terminar, tenemos un caso ejemplar. Pese a la evidencia de la inconstitucionalidad de perpetrar un parque nacional entre varias comunidades –el de los Picos de Europa-, que algunos advertimos reiteradamente, nuestros próceres siguieron adelante. Ahora, por esperable sentencia del Constitucional, hay que rehacer lo andado y partir de cero.

¿Volverían ustedes a un mecánico que, llevándole el coche a reparar la bocina, lo devolviese con los frenos estropeados? ¿Repetirían experiencia con un cirujano que, acudiendo a él para quitar un furúnculo, les seccionase una pierna? ¿Reincidirían en un restaurante donde les diesen mal de comer, mal servido, carísimo y con alimentos en mal estado, que les provocase acelerados y encuclillantes efectos?

La mayoría de los ciudadanos, sí. Y así nos va.

P.S. Que, en el título de este artículo, los firmantes confundan el culo con las témporas tiene escasa importancia. Que lo hagan aquellos en quienes el pueblo deposita su confianza, los legisladores y padres de la patria, sí.

Gladiolos roxos

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Perguapos gladiolos roxos. A les diez de la nueche, el 04/07/11. En La Miñota, Morís, Güerres.

Estos son Zapatero y el PSOE: Estado de difidencia

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Seguimos repasando dalgunos aspectos fundamentales de lo que fueren estos años Zapatero y el PSOE, dende l'l caberu los sos militantes al primeru los vicepresidentes del Gobiernu.

Pero enantes, pueden escuchar esti "Ven y ven". A lo meyor, dalguna estrofa sírve-yos de parábola: ‪ VEN Y VEN en directo - Dña OLGA RAMOS La Reina del Cuplé‬‏ (YouTube)


LA NUEVA ESPAÑA, 08/11/06

ESTADO DE DIFIDENCIA, FRENTE A ESTADO DE DERECHO
(08/11/2006)


La llamada “Operación Puerto” y su gestión constituyen uno de los mayores escándalos de la reciente vida social y política española. Al mismo tiempo, ofrecen un ejemplo más de cómo el estado de derecho va deslizándose hacia una situación nebulosa, donde el derecho —la objetividad de la ley, la igualdad de los ciudadanos ante ella, la neutralidad en su aplicación— queda desdibujado o falseado a favor del enjuiciamiento sin pruebas o del linchamiento basado en el prejuicio y la difidencia.

Recordarán todos ustedes cómo, a partir de una serie de indicios obtenidos en la clínica del conocido médico de deportistas Eufemiano Fuentes, por las autoridades deportivas se lanzó una acusación urbi et orbi a una serie de directores de equipo y corredores, tanto españoles como extranjeros. A consecuencia de ello, ciclistas de varios países (Mancebo, Ullrich, Basso, por ejemplo) fueron suspendidos y no pudieron disputar el Tour; algunos equipos quedaron si patronazgo y se disolvieron. Pocos meses después los expedientes han sido sobreseídos por absolutamente inconsistentes, tanto en España como en Alemania e Italia.

La gravedad del asunto es evidente: una serie de personas e instituciones han visto mancillado su honor, cortada o truncada su carrera deportiva, padecido daños económicos cuantiosos. Y todo ello porque se los había puesto en la picota, juzgado y condenado de hecho, sin que ningún tribunal hubiese emitido sentencia ni se les hubiese dado el derecho a defenderse. Ese proceder hubiera sido inadmisible de haber sido encontrados, al término del proceso, culpables; pero lo es mucho más cuando ni siquiera se ha abierto causa contra ellos, dado que la acusación era absolutamente endeble.

Señalada esa auténtica burla del estado de derecho (esto es, de los derechos de cada uno de nosotros, ustedes, lectores, y yo), cabe hacer otro par de consideraciones. La primera es la de que se viene apostando en los últimos tiempos por realizar una legislación o una práctica jurídica basada en la difidencia hacia grupos y personas que, en virtud de modas, presiones sociales o histerias morales, son consideradas permanentemente sospechosas. Así, mientras la exigencia de ausencia de discriminación alguna se extiende o exige con celo extraordinario para grupos étnicos, confesiones religiosas o prácticas sexuales, la desigualdad de facto se abre para otros conjuntos, que, ante el mínimo conflicto, devienen automáticamente casi en culpables incontrovertibles sobre cuyas espaldas recayere la obligación de demostrar su inocencia. Tal ocurre, así, con las personas del mundo del ciclismo; es ése el mismo prejuicio que, por ejemplo, infunde la legislación discriminatoria hacia los varones en la llamada Ley de violencia de género; no por otra razón exige el aforfugáu Pere Navarro que las sanciones a los conductores han de ser inmediatas: porque, en el fondo, entiende que los derechos de defensa o tutela jurídica de los sancionados no son más que triquiñuelas a fin de que no pague quien es, por su mera condición de conductor, un indubitable culpable.

(Dicho sea por otro lado, ese estado de cosas y de opinión, generalizado en nuestra sociedad, es el que produce y anima tanta condena pública emitida antes del juicio, tanta sanción social realizada de manera perfunctoria.)

Pero junto a esa perversión del estado de derecho cabe señalar otra, la de la utilización de la legislación y del estado al servicio no del conjunto del cuerpo social o de la defensa de los intereses de una parte de él, sino, principal o exclusivamente, de la coyuntura política o de los votos de los partidos. He señalado, junto con Xesús Cañedo, en estas mismas páginas (“Legislando con las témporas”, La Nueva España, 28/09/06) cómo algunas de las decisiones legislativas de las Cortes no tienen otro interés o significado que “resultar bonito”, hacer quedar bien al legislador con el grupo mediático que lo jalea y que transmitirá de él una buena imagen si es que se ajusta en sus decisiones a lo que requiere la moda moral o social imperante en la coyuntura, sin que nadie tenga en cuenta realmente los efectos positivos o negativos que, en la realidad, puedan tener las disposiciones emanadas del Parlamento. Pues bien, es evidente que la voluntad de hacer público alarde de los débiles indicios de delito presentes en la “Operación Puerto”, por parte de las autoridades del gobierno Zapatero, respondió a una ambición de ese tipo: quedar como paladines del bien moral en la lucha contra “el mal”, es decir ganar simpatías y votos a costa de la verdad, la justicia o el derecho de los demás.

Ese práctica de manipulación emocional de la opinión pública en conjunción con la dejación o vulneración de las obligaciones del Estado por parte de quienes vienen obligados a servir desde él es muy frecuente. No es proceder distinto el que lleva a las autoridades del Ministerio de Agricultura y Pesca a responsabilizarnos de la extinción de las especies marinas si compramos peces inmaduros, mientras ellos se eximen de pasar por rulas y pescaderías en cumplimiento de su deber. Es pareja la actitud de quien nos conmina a no tirar de la cisterna so pena de agravar el problema del agua en el mundo -pretendiendo, a la par, subir escandalosamente los precios de la linfa que consumimos-, en tanto que no invierte un euro para evitar que el cincuenta por ciento de los recursos hídricos se pierdan en las conducciones, para efectuar los sistemas de depuración de las aguas o para que funcionen una vez construidos.

Claro que, en las democracias, los vicios y sevicias de los gobernantes los pagan los sostienen y los alientan los ciudadanos cada vez que acuden a las urnas. Esto es, en último término, son embriones de su voluntad e hijos adultos de su contumacia.

Más dalies: cerraes y roxes

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Más dalies, cerraes y roxes, estes. Tomaes les semeyes a les 10 de la nueche del 04/07/11.

Las propuestas reaccionarias del 15-M

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A través de un sutil, irónico y culto artículo -como es habitual en él-, y a partir de la marcha radial (centralista y borbónica) de los del aduar sobre Madrid, Enric Juliana realiza una atinada crítica (yo ya lo he subrayado varias veces sobre la simplicidad de las propuestas del 15-M acerca de la ley electoral, su ignorancia, su carácter reaccionario y centralista.

(Y así, todo lo demás, eso sí, con el ceño adusto de quien sermonea desde la verdad absoluta, esto es, dede la intolerancia).

Lean a Enric Juliana: El 15-M radical, digo, radial

Chinches: así anda la vecina Francia

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La semeya son chinches. Están sobre la identificación del hotel donde aparecieron, un hotel de cuatro estrellas, en la vecina Francia. Los visitantes -pareja con dos hijos- tuvieron que escapar en medio de la noche de la habitación.

¡Pues así andamos!

Y, como postre, "La pulga", que viene que ni como anillo al dedo, solo que lo de aquella noche en el hotel no habrà tenido ningún erotismo: ‪OLGA MARÍA RAMOS - LA PULGA - Nuevo CD - PURO CUPLÉ‬‏ (YouTube)

Dalies marielles

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Dalies marielles (Dahlia spp., de la familia de les Compuestes. Llámase asina n'honor al botánicu Andreas Dahl, discípulu de Lineo). Estes son dalies pompón.

Hai dalies munchos meses del añu, como se puede ver n'otros ensiertos d'esti blog.


Tomóse en Güerres, La Miñota, el 04/07/11, a les diez de la nueche.

Encuesta a universitarios: sepamos quiénes somos

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-pinchar pa enanchar-

EQUÍ, La Nueva España del 20/07/2011 comenta los resultaos d'un estudiu fechu a universitarios (74% d'ellos, asturianos), dirixíu pol calderalgu de Psicometría de la Universidá d'Uviéu, Eduardo García-Cueto.

PERLES CAMPOAMORINES

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Monumento a don Ramón en El Retiro (Madrid)

Don Ramón de Campoamor (Navia, 1817-Madrid, 1901) fue un celebradísimo poeta en el conjunto de España, del que aún se recuerdan algunas rimas, como esta que, incluida en la «dolora» «Las dos linternas», corre como proverbial: «Y es que en el mundo traidor / nada es verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira».

Como fruto de su éxito fuera de nuestras fronteras, se dio su nombre al teatro de la capital. Un redrojo del mismo árbol es, sin duda, aquella troquelación que corrió popular hace unos años, «ya lo dixo Campoamor, / nun correr que ye peor», y que probablemente, a pesar de no haber sido citado el vate naviego entre las fuentes de su pensamiento, orientó al señor Álvarez-Cascos para formar el gobierno autonómico más tardío de entre los del Estado.

Pero no es mi propósito hablar aquí de política (aunque Campoamor, como un gran número de los intelectuales del XIX y del primer tercio del XX, vivió en la política o de ella), sino de algunos de los textos de don Ramón. La mayoría de sus poemas, por cierto, caen muy lejos de lo que hoy entendemos por poesía y, sobre todo, nos parecen narraciones o filosofías ramplonas o pedestres. Pero, con todo, se pueden espigar, acá y allá, algunas margaritas, especialmente, en sus composiciones breves. Me detendré hoy —prometo volver algún otro día de este verano— en alguna de sus producciones relativas a lo que podríamos denominar «ensueño, guerra, concordia y desengaño de los sexos».

Sobre la realidad última de una «buena relación» o de un idilio, que recuerda, evidentemente, las tres idénticas necesidades que Napoleón establecía para ganar una guerra: «En guerra y en amor es lo primero /el dinero, el dinero y el dinero».

Acerca de la condición voltaria (o taimada, o dialéctica acaso) de la mujer: «Saben bien los amantes instruidos / que quieren decir sí tres nos seguidos».

Tanto en materia de amores como de afectos o de creencias, Campoamor dejar ver una visión relativista, escéptica, desengañada: «Las niñas rezadoras que yo trato / nunca piden a Dios el celibato». De ahí que aconseje como más deseable la ilusión que su cumplimiento: «Ten paciencia, corazón, / que es mejor, a lo que veo, / deseo sin posesión / que posesión sin deseo».

En relación con la duración de la pasión y la ilusión, una vez estabilizadas en la relación permanente o matrimonio: «Ya decía mi abuela / que el amor es un ser endemoniado, que lo mismo que a un diablo exorcizado / la bendición nupcial lo espanta y vuela». Y «Cual si untasen los ojos con beleño, / el oficio de esposo es dado al sueño».

Y por eso anuncia: «Si te casas, Inés, ten por seguro / que todo novio es un traidor futuro». O «Según creen los amantes, / las flores valen más que los diamantes. / Mas ven que al extinguirse los amores / valen más los diamantes que las flores».

Y sabe que sic transit, que el áspid del tiempo y de la decadencia se ocultan tras la rosa lozana del presente de los cuerpos: «Pasan veinte años, vuelve él, / y al verse, exclaman él y ella: / («¡Santo Dios!, ¿y este es aquel?...») / («¡Dios mío!, ¿y esta es aquella?...»)».

Y, así, los gestos del amor pierden en la vejez su antiguo significado para suscitar la melancolía: « Las hijas de las madres que amé tanto / me besan ya como se besa a un santo».

O saber —«dulce venganza la del tiempo»— que sirven para que otro prolongue en uno el agravio o la humillación pasados: «Nunca de joven, mi bien, / me diste a besar tu mano, / y hoy me besan, siendo anciano, / tus nietas cuando me ven. / Las mandas besar a quien / tú no has besado jamás, / porque humillándome vas, / por medios de astucia llenos, / joven…, por carta de menos; / viejo…, por carta de más».

¡La puñetera!

Anxélica

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Magníficos exemplares d'anxélica (Angelica archangelica, L, de la familia de les Apiácees). La planta llega a tener un porte magníficu. Anque la descripción de les sos flores poneles habitualmente como verdes, marielles o blanques, les anxéliques que yo conozo (abondes nel conceyu Colunga, polo menos) tienen un collor aberenxenáu.


La semeya, en Les Pontes, Llastres, el 04/07/11.

Estos son Zapatero y el PSOE: Ensueños de Zapatero. Realidades del mundo.

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Ahora que hasta El País parece saber quién es en realidad Zapatero y su contribución al desastre de todos estos años, publicaremos aquí una serie de artículos que, desde 2004, vienen señalando ya qué tipo de plaga nos había caído encima. Con todo, en la mayoría de ellos se señala lo fundamental: que Zapatero no es un selenita caído del cielo, que fue, en su día, escogido como el mejor de entre todos los afiliados al PSOE y que su desastrosa política fue apoyada, aplaudida y jaleada por todos los afiliados y cargos públicos del PSOE, así como por todas las organizaciones territoriales del mismo. De la misma forma, fue aplaudido, apoyado y jaleado por muchos ciudadanos. Pero nunca, ni él ni su política fueron distintos. Desde antes de acceder al poder ya era una catástrofe anunciada: su incapacidad, evidente; su ignorancia, patente; su desprecio por la realidad, notable; su adanismo y sectarismo, totales: y fue eso precisamente lo que apoyaron los afiliados del PSOE y los votantes. ¡Que ahora no se llamen a andana!

ENSUEÑOS DE ZAPATERO. REALIDADES DEL MUNDO
(08/01/2007)



“Quien quisiere ser dictador haría bien en aprender semántica”, manifestaba en las décadas centrales del siglo XX un afamado maestro de lingüistas, señalando, así, la importancia que para la manipulación de la opinión pública tiene la fraseología. Pues bien, uno de los elementos más destacados de la política española entre el 17 de mayo de 2005 y la fecha actual ha sido el de la invención, desde el Gobierno y el PSOE, de un vestido lingüístico que disfrazase la realidad, ya para ocultarla por completo, ya para hacer tolerable la percepción de la misma. El más notorio de esos artefactos ha sido la troquelación “proceso de paz”, que venía a sustituir lo innombrable, “diálogo o negociación con ETA y sus ramificaciones”, tan poco tranquilizador que ni siquiera las palabras usadas como conjuro en otras ocasiones por la propaganda zapaterina (“diálogo”, “negociación”) venían a servir aquí. Es evidente que el núcleo duro del narcótico venía envuelto en el término adyacente del sintagma, “paz”; pero es igualmente manifiesto que en el año y medio transcurrido desde entonces, y especialmente desde el 22/03/2006 -fecha de la corporeización del espíritu de ETA, a través del velador de un vídeo, encarnado en tres enmascarados, con la correspondiente cuota femenina, al gusto zapateresco-, el voquiblo “proceso” ha tenido una enorme fecundidad: sirvió, por ejemplo, para justificar la extorsión o la violencia callejera durante esos meses (puesto que era un “proceso” no había que esperar el término durante el mismo); para explicar por qué no había entrega de las armas o por qué las exigencias de los etarras eran cada día más explícitas (ya se entendía que ello nada quería decir, puesto que era un “proceso”); excusar cuál era la razón de seguir negociando pese a todo y aunque no se cumpliesen las condiciones de ausencia de violencia de la declaración del Congreso de los Diputados (el “proceso” era un camino, no un fin, evidentemente). En su último servicio, de momento, el parto lingüístico ha servido para la construcción de un eructo semántico por parte del señor Rubalcaba, tras el atentado del día 30 de diciembre: el proceso –excretó- era tan proceso que “ni siquiera había comenzado”.

Ciertamente el arte de enmascaramiento no se limitó a la invención de troquelaciones lingüísticas. Se centró, muy especialmente, en la comparación, más o menos desfigurada, con lo realizado en anteriores momentos de la historia reciente (la tregua de ETA durante el segundo gobierno de Aznar), la sambenitación como enemigos de los discrepantes (especialmente el PP y la AVT), el silenciamiento de los numerosos críticos de entre las propias filas (Nicolás Redondo, por ejemplo, Rosa Díez, de entre los más notables), la negación de la evidencia (las instrucciones desde ministerio fiscal, por ejemplo, durante ese tiempo) y la propaganda machacona de una sola interpretación y de algunas consignas desde los numerosos altoparlantes afines. No vamos a entrar aquí en el análisis de estos elementos, los conoce el lector de la Nueva España de sobra. Baste con señalar uno para que resplandezca la evidencia, las palabras publicadas en la página 36 de este periódico el 03/01/2007: “Los magistrados deben adaptarse a la nueva realidad (tras el atentado), según Jueces para la Democracia”. ¿Cabe más explícita confesión de parte de que, hasta ahora, muchos jueces venían acomodando sus actos a la anterior y ficta realidad del “proceso de paz”?

Las palabras son un poderoso instrumento para la relación con los otros: seducirlos, convencerlos, persuadirlos, despistarlos, engañarlos, entretenerlos, atraerlos... Y en ese sentido, las acuñaciones fraseológicas, fruto de las maquinaciones ingeniosas de los gabinetes de imagen (a quienes muchos votan en realidad, pensando que es el líder al que eligen el autor de las ideas y las frases seductoras), tienen una enorme importancia. Pero, en todo caso, las palabras también nos traicionan: bajo su cendal engañoso es posible siempre ver el cuerpo que tratan de ocultar. Pongan bajo esa lupa las últimas expresiones de don José Luis Rodríguez: “He dado orden de suspender todas las iniciativas de diálogo”, “Con este atentado criminal y atroz ETA ha elegido el peor de los caminos”, “La energía y la determinación que tengo para alcanzar la paz es si cabe mucho mayor”, “Insistiré en la búsqueda del fin de la violencia y de la paz”. Ese no es sólo su pensamiento, es su programa de futuro.

El 21/06/2006 publicaba en este diario un artículo titulado En manos de la Gran Ramera, donde, a la vista de los primeros pasos, y, tras manifestar que “parecería más bien que han sido los demócratas quienes se han acercado a los asesinos, y no éstos a nosotros”, proclamaba mi escepticismo sobre la negociación con ETA y los suyos, concluyendo: “En la sinceridad, en la voluntad, en la “bondad” y en la palabra de quienes tienen en su haber mil asesinatos, extorsiones, secuestros, torturas y, sobre todo, una absoluta insensibilidad hacia las víctimas, una total intolerancia hacia los derechos de los otros para ser distintos. Ahí ha puesto toda su confianza y su esperanza don José Luis, el converso de la plaza de toros de El Bibio. Ahí. Como ponerla en la Gran Ramera de Babilonia.”

Pues bien, pese a que esa extrema dificultad era evidente para quien quisiera verla, especialmente dado el punto de partida, sin ninguna cesión de ETA; pese a que, a medida que el tiempo transcurría, las cosas iban a peor (aumento de la violencia y de las demandas, por un lado; reticencias a aceptar la evidencia, por otro), tengo que confesar que, de vez en cuando, me asaltaron dudas –como les habrá ocurrido a otros muchos ciudadanos a lo largo de estos meses-, ya no sobre mis deducciones, sino sobre mis percepciones. No es posible, me decía, que el gobierno sea tan ciego o necio para no ver lo que está pasando; no es concebible que tantos altavoces mediáticos y tantos corifeos e, incluso, tantas personas de buena voluntad que tienen una experiencia histórica sobre la cuestión, no vean lo que parece diáfano. Aquí tiene que haber alguna clave –me amonestaba-, algún compromiso secreto, que el gobierno y otros conocen y que permite hacer caso omiso de las señales de desastre.

Por desgracia no era así. Ocurría, una vez más, que se constataba la realidad que el Eclesiastés (I,15) enuncia, numerus stultorum infinitus o, en términos más caritativos, que no existe peor ciego que el que no quiere ver. Lo asombroso de todo ello no es la sorpresa que la conducta de ETA y los suyos ha causado en el Gobierno o en Zapatero, un adanista arbitrista que desprecia la incapacidad de todos sus antecesores para arreglar los problemas de España, del mundo y hasta del pasado (por cierto, habría que averiguar cúyos fueron el cogote y la espalda que, en el escaño delantero a don José Luis, suscitaron tal vez sus ensoñaciones visionarias durante los muchos años en que permaneció mudo y rumiante en las Cortes). Lo que provoca más pasmo es la ingente cantidad de ciudadanos normales que se han manifestado sorprendidos y decepcionados por la conducta de ETA y Batasuna, algo así como si les hubiese traicionado un socio o amigo en quien hubiesen puesto toda su confianza.

Y es que ha sido concomitante con este episodio de nuestra vida pública un gravísimo problema que aqueja a la sociedad y a la política españolas desde hace tiempo, y que, en alguna medida, viene agravándose progresivamente. Ello es que una parte importante de la izquierda no reconoce legitimidad de existencia a la derecha. De la misma manera que durante la Segunda República (y ello explica, en parte, la resonancia de aquella época sobre nuestro presente), un núcleo importante de esos grupos políticos creen que la democracia es sólo auténtica si ellos la ejercitan y que los conservadores son una presencia espurcísima en el sistema, en cuyos márgenes deben ser acorripiaos (así se entiende, por ejemplo, la anomalía de que, en la práctica, no exista más que un grupo de oposición en el Parlamento español). No hará falta aducir por qué esa forma de pensar y las conductas que de ahí se derivan constituyen un grave problema social y político para el conjunto del Estado en el futuro.

Pero, por otro lado, la autodenominada izquierda española se ha reducido fundamentalmente a poco más que un sentimiento de fratría, a una especie de representación emocional cuyos únicos parámetros objetivos son una cierta vivencia permanente del pasado (veraz o no, nada importa), la manifestación de hostilidad al PP (o a la derecha general del estado, no a toda la derecha) y la autoproclamación como de izquierdas (aunque los contenidos en la acción política de esa identificación sean ningunos o dispares). Desde ese punto de vista, pues, el mundo de Batasuna es para muchos su propio mundo, el mundo de la izquierda. Inaceptable en cuanto a su relación con la violencia, pero hermanible en cuanto que, como hijos pródigos, regresen a la casa común u hogar paterno. De ahí su decepción en cada ocasión que se niegan a reencontrarse con quienes los llaman, una y otra vez, con los brazos abiertos.

¿Qué ocurrirá en los próximos meses? Corramos el riesgo de realizar predicciones. Mi opinión es que no habrá rectificación de fondo por parte del Gobierno ni del PSOE. En lo sustancial, seguirán teniendo las puertas abiertas para un diálogo futuro (vía PSE, ERC, PNV, o cualquier otra) y más o menos inmediato, aunque, eso sí, otra vez, discreto. En cuanto al Pacto Antiterrorista, seguirá siendo letra muerta. Al margen ya del adanismo o arbitrismo de Zapatero y su entorno, la política tiene sus reglas. Y esas reglas no son el interés general, los ciudadanos, la ética o la moral, son, fundamentalmente, el triunfo de los propios y la derrota del adversario, en la pretensión, en el mejor de los casos, de que el triunfo de uno supone, per se, el triunfo del bien y, por tanto, de las mejores opciones para el común. Pero de cualquier manera, a tuerto o derecho, el triunfo de los propios y su cortejo subsiguiente de poder, empleo y beneficios.

Por tanto, lo que se propondrá será un nuevo acuerdo donde puedan entrar “todas” las fuerzas políticas, esto es, aquellas que en su día, no entraron en el actual Pacto Antiterrorista o que se opusieron a la Ley de Partidos porque rechazan la ilegalización de Batasuna: el PNV, IU, ERC, EA, etc. Algunos de ellos ni siquiera han esperado a que escampase para mostrar sus verdaderos pensamientos. Así Joan Ridao y Joan Tardá, diputados de ERC, y socios del PSOE en Madrid y Barcelona: “A lo largo de estos nueve meses ETA ha sido más generosa que el Gobierno”. Amén. Otros, como Llamazares, esperan dar una nueva oportunidad al diálogo.

El único problema acuciante que tienen en estos momentos PSOE y Zapatero es el de la legalización de Batasuna (o una franquicia) para las próximas elecciones municipales de mayo. Aunque la memoria pública es tan volátil como los vilanos y tan poderosos los pregoneros del Gobierno, esa fecha está demasiado cercana para poder afrontar con éxito la operación y sortear, así, con el menor riesgo posible la otra dificultad que han de manejar, la tendencia de voto de las encuestas. El juego con esos tiempos y el modo de hacerlo, cocinarlo y presentarlo a los comensales –a todos nosotros- es la única incógnita que, razonablemente, presenta el futuro al respecto de la materia. Porque sobre la materia misma, sobre la pieza y los ingredientes que se pretenden disponer y manipular no hay, a mi juicio, duda alguna.

Estos son Zapatero y el PSOE: "En manos de la gran ramera"

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Ahora que hasta El País parece saber quién es en realidad Zapatero y su contribución al desastre de todos estos años, publicaremos aquí una serie de artículos que, desde 2004, vienen señalando ya qué tipo de desastre nos había caído encima. Con todo, en la mayoría de ellos se señala lo fundamental: que Zapatero no es un selenita caído del cielo, que fue, en su día, escogido como el mejor de entre todos los afiliados al PSOE y que su desastrosa política fue apoyada, aplaudida y jaleada por todos los afiliados y cargos públicos del PSOE, así como por todas las organizaciones territoriales del mismo. De la misma forma, fue aplaudido, apoyado y jaleado por muchos ciudadanos. Pero nunca, ni él ni su política fueron distintos. Desde antes de acceder al poder ya era una catástrofe anunciada, su incapacidad evidente, su ignorancia patente, su desprecio por la realidad notable, su adanismo y sectarismo totales: y fue eso precisamente lo que apoyaron los afiliados del PSOE y los votantes. ¡Que ahora no se llamen a andana!

EN MANOS DE LA GRAN RAMERA 
(21/06/2006)

artículu del 21/06/2006

Ven aquí, te manifestaré el juicio de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas; con la cual fornicarán los reyes de la tierra, y se emborracharán los habitantes de ella con el vino de su fornicación.

Concluyendo el mes de marzo, con motivo del pronunciamiento de ETA, analizábamos en estas mismas páginas los elementos sustanciales de la negociación, sus presupuestos (visibles o intuibles), los previsibles desarrollos de la misma, las hipótesis sobre las que cada parte negociaría. Señalábamos: a) que era una hipótesis verosímil el entender la aparición de los enmascarados como el término de un proceso de conversaciones y pactos; b) que, por la impresión que suscitaban las imágenes de los días 22 y 23 de marzo (vídeo de la banda, reacciones de los parlamentos y los gobiernos) en términos de gestualidad y emocionalidad, “parecería más bien que han sido los demócratas quienes se han acercado a los asesinos, y no éstos a nosotros” y que “no se puede llegar por menos a la conclusión de que han resultado plenamente vencedores los de ETA”; c) que el proceso y los resultados dependerían de las expectativas de cada una de las partes, así como, sobre todo, de lo que creyesen que el otro estaba dispuesto a ceder o de su ansiedad por llegar a acuerdos. El último de los elementos centrales del artículo, el relativo a qué sería una paz verdadera y qué una paz falsa, lo expondremos más adelante.

En estos poco más de dos meses las cosas parecen haber confirmado suficientemente las hipótesis y previsiones de aquel escrito marcial, en alguno de los casos en la peor de las direcciones desde el punto de vista de muchas personas. En primer lugar, es ya incontrovertible que el proceso de negociación entre el PSOE y ETA (o Herri Batasuna, como lo prefieran) venía de largo, aunque lo negase el Gobierno. Es más, bajo esa luz adquieren plenamente su significado hechos y palabras (entre otros, la destitución de Fungairiño, el nombramiento del Alto Comisionado para las Víctimas, la pregunta de Otegi “¿pero de esto está enterado Conde Pumpido?”) cuya relación con el (pre)acuerdo se rechazó en su día. En segundo lugar, es indudable que los triunfadores hasta ahora en la caminada, quienes parecen dirigirla e imponer su ritmo, son HB-ETA, cada una de cuyas exigencias de calendario o exención de cumplimiento de la ley es secundada por el Gobierno.

¿Y cómo está el fondo de la cuestión? ¿Qué ha cedido cada una de las partes hasta ahora o qué presupuestos de negociación mantiene? Lo que ETA ha colocado sobre la mesa es que no mata y que han cesado casi por completo la extorsión y el saqueo. No ha entregado las armas ni ha manifestado su disposición a disolverse; mantiene sus demandas históricas: reconocimiento del derecho de autodeterminación, inclusión de Navarra en Euskadi, amnistía para los responsables de delitos y crímenes. El Gobierno ha aceptado como interlocutor legal (de hecho) a la organización terrorista y se muestra dispuesto a sentarse a “hablar” con ella sobre esas demandas políticas, aunque afirma que sólo para denegarlas.

Muchos españoles se hallan entusiasmados por la ruta puesta en marcha por Rodríguez Zapatero: por ser del PSOE, unos, y estar siempre dispuestos a tener como bueno lo que de su organización proceda, incluso en el caso de que no les guste plenamente lo que ven; muchos, seducidos por el reclamo “proceso de paz” y encerigolaos por la beatitud que encierra su promesa final, sin que se formulen pregunta alguna sobre los daños colaterales del mismo o la escoria que acompañe a su ganga; un número no considerable, porque quieren que les quiten de encima el problema como sea.

Otros, sin embargo, ven todo ello con reacciones que van de la rocea a la preocupación grave. En primer lugar, porque se ha elegido un modelo de negociación -pública y con charanga parlamentaria-, que, sobre inusual en estos casos, da todas las ventajas a ETA-HB. Después, porque el Gobierno y el PSOE vienen mintiendo y engañando de forma sistemática, saltando sus propias palabras y límites día tras día (“no ha habido negociación”, “no se negociará hasta que no se entreguen las armas”, “sería un error histórico tener prisa”), o con expresiones que parecen considerar imbéciles a los ciudadanos (“sólo nos reuniremos con ellos para mirarlos a los ojos y que acepten la democracia”). No constituye vector menor de desasosiego el que el Presidente actúe de forma reiterada como un mentiroso compulsivo o, si lo prefieren, de forma más piadosa, como un enfermo del síndrome de Korsakov. En todo caso, parece que es el Gobierno –y no la banda- quien se encuentra en un verdadero estado de ansiedad por llegar a acuerdos, tal vez porque es ese un ensueño compulsivo de Zapatero. Recordemos, al respecto, lo que en su día dijo un abogado etarra a uno de sus clientes carcelarios: “Tío, esta es nuestra oportunidad: este Zapatero está dispuesto a hacer lo que sea por pasar a la historia como el que trajo la paz”.

Están de un lado, pues, estas evidencias inquietantes. La seguridad casi absoluta también de que, antes de las próximas elecciones, Herri Batasuna volverá a estar legalizada, sin que ETA haya entregado las armas ni renunciado a la violencia, sino, más bien, habiéndose constituido en garante en la sombra del proceso. Para ver las cosas de otra manera, sólo cabe recurrir a una profundísima fe, confiando en que la realidad sea exactamente lo contrario de lo que parece y amaga: enfotándose en que Zapatero lo tendrá todo controlado, que no pagará ningún precio político –como prometió, y pese a las apariencias- y que la banda, aunque parezca ir saliendo triunfadora, se limitará a entregarse atada de pies y manos al juego democrático.

Uno de los aspectos más preocupantes de todo esto es el de cuál será la realidad de la “paz”, en el supuesto de que todas las cosas saliesen al final como los más fieles o enfotaos dicen que saldrán. Un número no pequeño de ciudadanos (entre ellos muchos socialistas, como Redondo, Pagazaurtundúa, Rosa Díez o Teo Uriarte) vienen señalando con mayor alarma cada día que la paz no puede ser lo que han troquelado como “la paz de Azkoitia”, aquella situación, precisamente, de paz fascista que yo señalaba en mi artículo del 26 de marzo en estas páginas de La Nueva España (“Euskadi: Sin justicia y libertad no hay paz”):

“En el supuesto de que el proceso llegue a su término, tendría que preocuparnos extremadamente la situación final de las calles de Euskadi. Porque no debería ocurrir que, establecida una situación de ausencia de asesinatos y extorsiones, el dominio de la plaza pública siguiese siendo de quienes la han conquistado en estos últimos años mediante la coacción, las delaciones, el chantaje, la chulería y las amenazas, ya que, de ser así, se consolidaría una situación de vencedores, los causantes del dolor y la muerte, y vencidos, sus víctimas. Sería inaceptable que el conflicto paradigmático que se da en Azkoitia, donde la ciudadana Pilar Elías tiene que convivir con el desafío cotidiano del asesino de su marido, se generalizase. No podría propiciarse una solución en que los asesinos, sin arrepentimiento ni petición de perdón, volviesen a sus pueblos como triunfadores, y se pavoneasen de ello frente a las víctimas. En esa situación, no habría libertad real en la sociedad vasca.”

No conocemos si todo esto preocupa a Rodríguez Zapatero y los suyos; si, preocupándoles, han encontrado la forma de soslayarlo. Lo único que sabemos es que el Gobierno va lanzado como un misil hacia el término del proyecto, en la confianza ciega de que todo saldrá bien y de que se encontrarán siempre las fórmulas oportunas para sortear los obstáculos. Como si de un Jueves chestertoniano se tratase, que conociese al tiempo lo que desea la policía y lo que piensan los criminales, Zapatero está absolutamente convencido de que ETA-HB no ansía otra cosa que cesar en la violencia e integrarse como buenos chicos en el mundo democrático, y de que todas sus exigencias no son más que palabras.

En la sinceridad, en la voluntad, en la “bondad” y en la palabra de quienes tienen en su haber mil asesinatos, extorsiones, secuestros, torturas y, sobre todo, una absoluta insensibilidad hacia las víctimas, una total intolerancia hacia los derechos de los otros para ser distintos. Ahí ha puesto toda su confianza y su esperanza don José Luis, el converso de la plaza de toros de El Bibio. Ahí. Como ponerla en la Gran Ramera de Babilonia.

Ipomea (enredadera)

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La ipomea (Ipomea purpurea, de la familia de les Convulvácees), una enredadera dafechamente invasora que tendrán visto en munches partes d'Asturies, enfarxopetando muries y afoguerando sebies. ¡Pero qué collores los de les sos flores!

Tien el so aniciu n'América y, además del nome d'ipomea, tien los nomes de Dondiego de día, campanilla morada, edra morada.


La semeya, en Llastres, El Piqueru, el 04/07/11.

Estos son Zapatero y el PSOE: "El mejor, por oposición"

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Ahora que hasta El País parece saber quién es en realidad Zapatero y su contribución al desastre de todos estos años, publicaremos aquí una serie de artículos que, desde 2004, vienen señalando ya qué tipo de desastre nos había caído encima. Con todo, en la mayoría de ellos se señala lo fundamental: que Zapatero no es un selenita caído del cielo, que fue, en su día, escogido como el mejor de entre todos los afiliados al PSOE y que su desastrosa política fue apoyada, aplaudida y jaleada por todos los afiliados y cargos públicos del PSOE, así como por todas las organizaciones territoriales del mismo. De la misma forma, fue aplaudido, apoyado y jaleado por muchos ciudadanos. Pero nunca, ni él ni su política fueron distintos. Desde antes de acceder al poder ya era una catástrofe anunciada, su incapacidad evidente, su ignorancia patente, su desprecio por la realidad notable, su adanismo y sectarismo totales: y fue eso precisamente lo que apoyaron los afiliados del PSOE y los votantes. ¡Que ahora no se llamen a andana!

El mejor, por oposición
(22/05/2010)


Que yo tengo aquí por mío / cuanto abarca el mar bravío, / a quien nadie impuso leyes

artículu del 21/06/2006

«¡Dios míu, colo mal que lo fai!», así concluye un conocido chiste en que una dama se horroriza con la noticia de que su marido tiene un «affaire» con una estupenda pero chismosa vecina. La exclamación de la traicionada se debe, sin embargo, no al engaño, sino a compasión por su esposo: con lo poco axeitáu que es el varón, pronto todo el vecindario vendrá en evidencia de «lo mal que lo fai». Pues bien, con esa facecia y esa frase empezaba yo, al comienzo de la presidencia española de la UE este semestre, un artículo donde se afirmaba que lo peor de todo era que ahora empezarían a conocer a Zapatero en el exterior tan bien como algunos lo conocíamos en casa, en su ineptitud nefelibata y su retórica pomposa y vacua.

Las cosas fueron tan rápido que para poder reducirlo y, sacándolo de su estado alucinatorio, obligarlo a tomar contacto con la realidad —en lo relativo a la coyuntura del sistema monetario y financiero—, han tenido que intervenir los EEUU, China y la UE, cuyos mandatarios ya habían advertido en sus términos cabales la ilimitada capacidad de Zapatero para conducir las cosas hacia el despeñadero. Por otro lado, en el interior, se ha visibilizado de tal modo su inepcia en los últimos días que hasta muchos de sus votantes han conseguido empezar a ver, por fin, quién es el Presidente, en nada distinto, por cierto, a quien era en su primer día de mandato o a quien era en la oposición. Pero la fe —que consiste en no creer lo que vemos— es difícilmente penetrable por la realidad y, por ello, hasta el presente había sido invisible su identidad para la mayoría de los afectos.

Ahora bien, lo más inquietante de toda esta historia no es que una evidencia tan palmaria, la de su incapacidad, haya conseguido pasar desapercibida ante los ojos de muchos espectadores, al modo como lo es el rey desnudo en la narración tradicional; lo más inquietante es que Zapatero fue escogido para gobernar tras una reñida oposición dentro del PSOE, en la que el caballo zapaterino (y no se vea ninguna maldad especial en el símil hípico) consiguió ganar al jaco de Bono apenas por una cabeza. En otras palabras, si este individuo ha sido seleccionado como el mejor de entre los suyos tras competido concurso, ¿cómo serán los demás? O, en términos más piadosos, ¿cuál no será de la incapacidad de esos sus conmilitones, para conocer la realidad y para dirigirla?

Por otro lado, lo más grave de la cuestión no estriba en que don José Luis esté falto de destreza o de conocimiento para tratar con el mundo (aunque seguramente lo está, pero para corregir ese defecto tiene centenares de asesores, y el propio partido): no es una carencia lo que constituye su máximo defecto sino una «tenencia», su ideología, su falsa conciencia, lo que él cree saber sobre el mundo y sobre sus capacidades para manejar la realidad. Y es que hay en una parte muy importante de la izquierda que cree («creer» es aquí la palabra, no «pensar»), al modo del pensamiento mágico y prelógico, que las palabras, los discursos, pueden convocar la realidad y crearla y, que, en todo caso, la realidad es moldeable por la política hasta el punto que decida la voluntad, no hasta el que los límites de la propia realidad impongan. Ese pensamiento idealista, metafísico, semejante al discurso adolescente del pirata esproncediano, es para esa parte de la izquierda su identidad sustancial.

Pues bien, más preocupante aún que la baja calidad política e intelectual del señor Zapatero y, por implicación, del areópago que lo ha seleccionado como el mejor, resulta el constatar que es precisamente ese fantasear metafísico, ese voluntarismo idealista y adolescente el que ha sido tenido por óptimo, sostenido y aplaudido, por una parte importante de la sociedad española —sindicatos, artistas, medios de comunicación, individuos—, que entienden que el mismo constituye una visión realista y eficaz del mundo, capaz de solventar los problemas por la única virtud de su eufonía enunciativa y de su resonancia emotiva.

Y todo ello, Zapatero, areópago, sostenedores y jaleadores constituye una variable amenazadora que, según y cómo, nos puede llevar hacia la argentinización del país, concepto que no incluye sólo «el corralito», el crack financiero, sino, fundamentalmente, la progresiva autofagia de la sociedad y de la riqueza por el camino de la demagogia populista, que ellos llamarían «popular».

Pites nel parque Mari Luz Carreño

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El 16/07/11. Una visita familiar guiaos por María y saludaos por Lluis, a los que damos les gracies pola so acoyía. Por supuestu, nel parque Mari Lus Carreño Rodríguez-Maribona, en Llastres. Tienen, ente otros munchos árboles almiratibles dos magnífiques pites. Una al pie de la casa, un ágave enteru y esti agave marginata. Como se ve, yá emporretó. Según paez, a los venti años echen el porretu y, dempués d'empalmar, pálmenla.
La semeya, del emporretáu.

Adelfa

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Una vieyísima y estupenda adelfa (Nerium oleander, de la familia de les Apocinácees) floriada nos xardines de La Rodriga, n'Uviéu, el 30/06/11.

Recomendaciones al Gobierno de Cascos, para que no se apresure

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Fotografía de Nacho Orejas, en La Nueva España

Una recomendación al nuevo gobierno, para que no se apresure y haga, en consecuencia, las cosas mal. Hay que hacerlas bien, pero poco a poco: ‪Poco a poco‬‏ (YouTube)



Les flores de la Brugmansia arborea

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Como prometiera nel ensiertu del 25/06/11, asoleyo les flores (les campanes o tulipes) de la Brugmansia arborea (les trompetes, trompeteru, floripondiu blancu, trompeta del Xuiciu, estramoniu, trompetes del Perú) agora que les tien. Estes son blanques, pero hailes d'otros collores.


Les semeyes de güei son del 26/06/11. En La Miñota, Morís, Güerres.

‪Para adelgazar y tener buen tipo en la playa

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Escuchen las lectoras estos consejos ya clásicos contra las grasas, régimen especial de vegetales para mejorar el tipo y controlar la carne: ‪LA BELLA DORITA nos aconseja Régimen severo‬‏ (YouTube)



gladiolos blancos

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¡Qué prestosos gladiolos d'un ampu inmaculáu con una nota roxa!


La semeya del 29/06/11, en La Miñota, Güerres.

Perspectives de la islla d'Oms

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Perspectives de la islla d'Oms y del so archipiélagu, al alloñase.


Semeyes, del 10/07/11.

Presentación de Retrato de desposados...

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Aprovechando la posa veraniega nel conceyu de Colunga vo presentar el mio Retrato de desposados con panamá a su frente, la cabera novela de mio en castellán.

Cuerre la introducción a cargu de Lluis Antón González. L'actu ye na sala Loreto de Colunga, güei, miércoles, a les 20,30.

uves

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Asina teníamos les uves de la uvar (ye'l segundu añu d'ella, el primer que paez que va dar), el 26/06/11.

Tapecer dende Cela

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En Cela, Pontevedra, al pie de la ilesia y mirando pa la mar, sobre les tumbes antigües, nel suelu públicu.


El 10/07/11, tres dos díes d'agua, bastiazos y cielu ñuble.