Una visita a la vieja escuela

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(Ayer, en La Nueva España)
UNA VISITA A LA VIEJA ESCUELA El domingo 17 de abril publicaba LA NUEVA ESPAÑA un reportaje sobre una exposición (https://www.lne.es/sociedad/2022/04/17/gran-vuelta-cole-65076107.html) que el Muséu del Pueblu d’Asturies había inaugurado pocos días antes con el título de “La fotografía escolar”, una colección de ciento ochenta y dos fotografías, colectivas e individuales, de alumnos de escuelas desde 1880 a 1980. La primera observación que cabe hacer es la más evidente: la evolución de la sociedad en esos años, desde la pobreza generalizada de las primeras décadas, visible en vestidos y calzado, hasta el relativo progreso de las últimas; también, la diferencia existente entre los colegios privados, uniformados los alumnos y mejor vestidos, y los públicos, donde los niños llevan la ropa “de casa” (y la que pueden). Pero antes de revisar con ustedes algunas de las fotografías del reportaje de este periódico, los envío a esta que publica el facebook del muséu ( https://www.facebook.com/MuseudelPuebludAsturies/photos/a.237135646420536/25616614906345) bajo el título de “Búsqueda de información”. Son un total de 28 alumnos de una escuela rural y su maestro. Los hay de diferentes edades, algunos ya mayorinos; calzados todos con madreñes, hembras y varones. Las mujeres se cubren todas con pañuelo la cabeza; de entre los varones, solo hay uno con boina. Llama la atención, la actitud “modosa” de ellas, con las manos entrelazadas, mientras que ellos las llevan en los bolsillos, la mayoría, o sueltas. Al mismo tiempo, los chicos tienen una expresión más decidida, menos “modesta”, ante la cámara, alguno, incluso, una mirada retadora o desafiante. ¿Reflejan, tal vez, los rostros y actitudes de algunos de ellos la confianza y el trato que el maestro les ha transmitido, al margen de aquel con que los forman el ambiente social y el familiar? De las de La Nueva España, que espero disfruten en su totalidad, quiero fijarme en cuatro. La primera, la última fechada, de 1970, en Sobráu (Tinéu). Son un número reducido de alumnos, son ya nuestros coetáneos, no solo por el vestido, sino por su actitud “contemporánea”: relajados, sonríen ante el fotógrafo y algunos apoyan sus brazos sobre los cuerpos de sus compañeros. Comparen con la seriedad y rigidez de los posados de grupo más antiguos. La segunda, es para mí enternecedora. Fotografiados por Vélez en 1960, un niño y una niña, ella de más edad, realizan sus deberes en la cocina de casa, en dos escaños individuales de madera sin barnizar, que tal vez hayan sido hechos ex profeso. Destaca la seriedad que en su trabajo ponen, en ese ambiente, en el que, al fondo, sobre lo que debe ser el borde del fregadero, reposa un desatascador. ¡Tantos estudios se siguieron así, en el espacio casi único y cálido de la cocina! Las otras dos son individuales y corresponden a les semeyes escolares personales que se empiezan a realizar en la postguerra al acabar el curso, especialmente el de Ingreso. Una es una alumna de Santullano, del curso 1955-1956. Relluma serenidad de adolescente ya madura en lo interior, a través de lo que su sonrisa y su mirada tranquila hacia la cámara transparentan, y destaca su abundante pelo, que cuelga en dos magníficas coletas. La otra es de un mozo, de 1945. Su mirada tranquila, su boca recta, su expresión firme y decidida revelan un carácter ya hecho, una personalidad ya constituida para salir al mundo. En El tragaluz, un drama de Buero Vallejo, uno de los protagonistas, un viejo que ha perdido su salud mental, se entretiene en recortar las personas de las fotografías, y “rescatar” a cada uno de ellos preguntándose “¿Este quién es?”. Y, en la obra, los investigadores del futuro, que rescatan, a su vez, trozos de vida del pasado, nos invitan a mirar “cada árbol del bosque en particular”, cada vida, subrayando “la importancia infinita del caso singular”. Y es esa la pregunta ante esas fotografías. ¿Qué ha sido de cada uno de esos niños y adolescentes? Es evidente que todos los nacidos antes de 1936 han pasado la guerra, sus trabajos y sus penurias posteriores. ¿Han sobrevivido a ella? ¿Se han comportado durante la misma y después como criminales o como personas compasivas? ¿De qué modo han transcurrido para ellos los difíciles años de la postguerra? Pero más allá, de ese condicionamiento colectivo, ¿qué ha sido de todos ellos (algunos están, sin duda, vivos hoy)? ¿Han sido felices? ¿Se han casado? ¿Han tenido hijos o nietos? ¿Han obtenido un trabajo que no haya respondido a su significado etimológico, el de “potro de tortura”? ¿La enfermedad se ha cebado en ellos? ¿Han pasado grandes apuros en lo económico? ¿Cómo han juzgado su realidad inmediata o la más lejana del mundo? ¿Cuál ha sido su compromiso o su empatía con los demás? ¿El número de sus amigos o su sociabilidad? ¿Su soledad? Tal vez a todos nosotros, como a los personajes de El tragaluz, nos gustaría seguir, una a una, cada vida que se asoma a través de su mirada y sus gestos en esas fotografías.

La mujer de la rosa

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(Ayer en La Nueva España) L’APRECEDERU LA MUJER DE LA ROSA El dato fundamental lo conocen ustedes. Una científica asturiana del CSIC, Carmen Martínez, ha recuperado una rosa excepcional, la “rosa Narcea”, tanto por su singularidad (es única en el mundo), como por sus propiedades extraordinarias para la perfumería y por su antigüedad (es de una cepa anterior a 1867, cuando las rosas chinas, más productivas, descastriaron prácticamente las rosas autóctonas europeas). Lo extraordinario es que su (re)descubrimiento se produce como un milagro. Presente en Bulgaria para negocios relacionados con el vino (doña Carmen lleva 35 años ocupada con ese sector), de repente le llegó el olor de una determinada rosa y ese arrecendor remitió su olfato y su cerebro a un rosal de su casa, en Carballo, Cangas. Y ahí empezó un proceso que ha llevado a dar a conocer la rosa en todo el mundo, a registrarla, a poner en marcha un proyecto de reproducción de la misma y ensayos sobre su vivacidad en distintos terrenos y altitudes. Pero lo más llamativo es que doña Carmen, en un país como el nuestro tan dado a mirar para el cielo y el Estado en busca de iniciativas, subvenciones y milagros, ha constituido, junto con varios socios, una empresa, Aromas del Narcea, para el cultivo de la planta y su explotación en el ámbito de la perfumería y otros campos posibles. ¡Ha puesto en marcha una empresa y se ha convertido en empresaria, en Asturies! Pero no acaba ahí lo excepcional de doña Carmen, su actividad y su visión del mundo. Fíjense en sus sueños, es decir, sus proyectos y deseos: “La idea es seguir plantando en el valle, que sea un cultivo singular de la zona, para que también sea un revulsivo económico y una alternativa agraria para todos. Una forma, como decía, de luchar contra la despoblación del occidente”. Una patriota. Doña Carmen, ¿no tendría usted forma de clonarse y multiplicarnos de Cármenes Martínez?

Vuelve la FEN

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(Ayer, en La Nueva España) VUELVE LA FEN Como saben quienes cierta edad tienen, en las diversas etapas de la enseñanza existía durante el franquismo una asignatura denominada FEN, Formación del Espíritu Nacional. A través de ella, además de informar sobre la constitución del Estado y su legislación, se procuraba imbuir en los alumnos una determinada visión de la sociedad y del mundo, un desiderátum de lo que debería ser el individuo y de cómo debería comportarse en la comunidad y cómo colaborar hacia ese desiderátum. Al respecto, la idea central era la de una sociedad conservadora, basada en la unidad de la familia y bañada en un magma católico. Pues bien, he aquí que vuelve a la enseñanza la Formación del Espíritu Nacional, con una orientación distinta, evidentemente, pero con la misma intención de imbuir en los alumnos una determinada visión de la sociedad y del mundo, y con la misma finalidad conformadora de un tipo de sociedad. Lo común en ambos propósitos es, por una parte, la imposición de una concreta visión de mundo por una facción de la sociedad al conjunto de la misma, con la intención de homogeneizarla de una determinada manera; de otra, la negación, en el fondo, de la pluralidad real de la sociedad y la concepción de que, en caso de existir otras visiones distintas a la de los gobernantes, esa visiones son menospreciables o deben ser marginadas. La nueva FEN viene impulsada por la conjunción gobernante, que no es sino una versión hodierna de la izquierda, trufada por los discursos de algunos grupos particularistas que han impuesto sus discursos como generales o tratan de imponerlos como tales. El primer vector que trata de establecerse como único es el de la “memoria democrática”. Tal como se desarrolla, la “memoria democrática” no es solo el recuerdo y condena de la dictadura franquista y de sus víctimas, sobre lo que nada hay que objetar, sino que implica, al tiempo, una mitología beatificadora y una mistificación de la historia. La construcción mitológica consiste en la presentación de la II República como un oasis ejemplar donde “la oveja con el lobo tenían ayuntamiento”. La ocultación, la de que durante ese período no solo la derecha conspiró contra el régimen, también la izquierda y los nacionalistas. ¿Fue otra cosa que un golpe de estado, la insurrección del 34, cuyo propósito declarado, por cierto, no era el de acendrar las instituciones republicanas, sino instaurar una dictadura socialista? Se oculta también que muchas de las fuerzas de izquierdas no luchaban por la democracia, tal como la entendemos hoy; de hecho, la aceptación de la democracia, como sistema de elecciones por las urnas y turnicidad tardó décadas en ser asumida por gran parte de la izquierda (entre muchos socialistas, por ejemplo, el vocablo “socialdemócrata” constituía una especie de baldón y se usaba con menosprecio). Pero esa ficción ensoñadora no es solo una fabulación sobre el pasado, tiene un interés directo en el presente y hacia el futuro: deslegitimar para siempre a la derecha como heredera del franquismo y destructora del paraíso de la II República, para así asegurarse el dominio social y político y, con ello, las prebendas consiguientes. Prueba evidente de ese designio es la negativa a incluir en el relato de la memoria democrática la lucha contra ETA y los crímenes de la misma, porque oscurece el retrato pretendidamente angélico del bloque gobernante. El segundo de los vectores es una determinada visión de lo femenino y de las relaciones entre varones y hembras, la que entrañan las llamadas “políticas o perspectivas de género”. También aquí es esa visión no la visión general de las mujeres, sino de un grupo que trata de imponer, no ya frente a los varones, sino frente a todas las mujeres, su particular perspectiva del papel, derechos y actitudes del género femenino, descalificando, al tiempo, ya no a los hombres que no comparten ese discurso, sino al innúmero conjunto de mujeres que tampoco lo hacen. Para ver lo peculiar y de parte de esa visión autodenominada feminista no hay más que acercarse al “santoral” de mujeres de la historia que exhiben en sus exposiciones, como forma de “rescatar” a mujeres “ocultas” por el discurso masculino y de empoderar a las del sexo femenino en general. Hay destacados personajes de la antigüedad o del presente, de la filosofía, la ciencia o la política, pero no hay mujeres extraordinarias si son religiosas, como Santa Teresa, o reinas católicas, como Isabel la tomadora de Granada, o políticas contemporáneas si son de derechas, como Margaret Thatcher, o si son israelíes, como Golda Meir. Está Aida Lafuente, pero no Marica Andallón. Esa es la nueva FEN, la visión de un grupo con exclusión de los demás, con el objetivo central de la posesión del poder. Otro día, por cierto, hablaremos de cómo los nuevos planes escolares van en detrimento de los que menos pueden.

No es personal: son solo negocios

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(el martes, en La Nueva España) NO ES PERSONAL: SON SOLO NEGOCIOS El día 31 de marzo de 2015, el mismo día de la convocatoria de las municipales y autonómicas de ese año, aparecía la Ley 3/2015, que modificaba algunos aspectos del gasto electoral. La más destacable de esas modificaciones tenía como objeto eliminar la competencia de las formaciones pequeñas y de las candidaturas independientes e incrementar, así, el negocio de los grandes. Es esa la ley que sigue vigente hoy en día y que lo estará para las elecciones municipales de 2023. Desde el primer momento y por voces diversas se señaló el escándalo que aquella legislación significaba. Lo hizo aquí, por ejemplo, el Síndico de Cuentas Antonio Arias Rodríguez (“El extraño caso de las empanadas de 50.000 euros”, LA NUEVA ESPAÑA, 26/01/2019). A saber: limitaba a 0’11 céntimos por habitante el gasto en propaganda. Ahora bien, si la formación presentaba candidaturas en el 50% de los ayuntamientos de la circunscripción, el gasto permitido se elevaba a 150. 301, 11 €. La discriminación es escandalosa, mucho más si se tiene en cuenta que las economías de escala abaratan el costo de cada unidad. La finalidad, obvia: eliminar la competencia. Ahora bien, lo escandaloso no es solamente eso, lo verdaderamente escandaloso lo constituye el régimen sancionador. Para quien supere en un diez por ciento el límite del gasto electoral se establece una multa mínima ¡de 50.000 euros! Por que se vea con claridad: un concejo con 1.000 habitantes puede gastar en propaganda, por todos los conceptos, 110 euros, cantidad que no da ni para enviar papeletas a las casas. Ahora bien, si supera ese gasto en 12 euros (algo menos, en realidad), se le impondrá una sanción de 50.000 euros. Si la intención de eliminar rivales del mercado, el atropello y el ventajismo no quedan patentes no sé qué puede estarlo. Es tan desvergonzada la manipulación, que el Tribunal de Cuentas ha reiterado (reiterado, sí) a las Cortes Generales la petición de modificación de esa legislación, alegando “que han dado lugar a la imposición de sanciones de muy elevada cuantía, en las que se pone de manifiesto una falta de proporcionalidad entre el importe de la infracción cometida y la sanción finalmente impuesta en aplicación del régimen sancionador vigente”. Y “La desproporción que genera la aplicación de estos mínimos resulta especialmente grave en el caso de pequeñas formaciones políticas, generalmente de ámbito local, para las que el límite máximo de gastos electorales establecido en la normativa es muy reducido e impide acometer una campaña electoral con garantías suficientes”. ¿Ha movido un dedo alguno de los partidos presentes en las Cortes ante ese escándalo y esa reiterada petición del Tribunal de Cuentas frente a una legislación que no parece elaborada en la Carrera de San Jerónimo, sino en la Sierra Morena del pasado? ¿Han pestañeado, siquiera? Nada. Ni creo que piensen hacerlo. Los partidos políticos son, ante todo, empresas. Su principal objetivo es el mantenimiento y ampliación de su negocio: los empleos y poder de los suyos. Sobre ello, realizan otras acciones, a veces afortunadas para la comunidad o sus votantes, otras, menos. Pero ese es su principal objetivo: su propia consolidación y crecimiento. Por ello, no habrán oído ustedes ni una sola palabra de ninguno de los instalados al respecto de esta escandalosa injusticia, de esa voluntad de liquidar competidores, de esa voraz discriminación. De ninguno, ni de los que otros llamaron “casta” ni de los que dicen representar la gente y la voz del pueblo. Y por eso la ley sigue vigente, y lo seguirá, supongo, en el futuro. Porque ayuda a su ser esencial: el ser empresas cuyo objetivo central son los suyos. “No es nada personal”, podrán decir a los afectados o perjudicados -al conjunto de los ciudadanos, en último término- “son solo negocios”.

La alcaldesa y las divinas palabras

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU LA ALCALDESA Y LAS DIVINAS PALABRAS Doña Ana dice querer “creer que los hombres son seres humanos, y no animales, y que son racionales y no actúan por instintos. Que no son pura explosión fisiológica”. Doña Ana no afirma el contenido de la frase, lo niega, es decir, niega que la mitad de la humanidad (toda, sin excepciones, no algunos, no una parte) responda a ese estereotipo. Si la hubiese pronunciado entre sus amigos no estaríamos más que ante una bocayada de chigre. Poco que decir. Pero esas palabras se producen en la intersección de tres vectores: doña Ana, un congreso socialista y un congreso de un grupo autodenominado feminista. En ese contexto, la frase adquiere otro significado: la afirmación negada supone la existencia de la afirmación, la existencia del discurso al que la alcaldesa no da su aquiescencia, discurso que se produce y vive, precisamente, en esa conjunción. Dicho con claridad, la alcaldesa viene a afirmar que para una parte de conmilitonancia, socialista y feminista, es una realidad incontrovertible el que los varones (todos) no son seres humanos, sino semiseres humanos, seres humanos degradados. Pero, aun así, y entendiendo la voluntad “salvífica” (y, tal vez, irónica, pongámonos en el mejor contexto) la bocayada no deja de ser una faltonada. Sitúese usted en un contexto distinto. Acérquese a un amigo (o amiga) y dígale: “Pues yo no creo que seas imbécil, como dicen todos de ti”. ¿Creen ustedes que no hay un agravio en la mera negación? El panorama lo completa la conmilitonancia socialista. Las críticas, para unas, “son ataques machistas” (implicación: ustedes jamás tienen derecho a criticarnos, estamos exentas). Para el nuevo Secretario General de Xixón, las críticas son “una campaña de la ultraderecha”. El recetario de siempre: las “divinas palabras” con que se consigue que los miembros de la Iglesia se aquieten y sientan defendidos. ¿Todos? No, hombre, nosotros no somos como las paridoras de la frase: “dellos, dalgunes”.

Una alcaldesa que no sabe y unos derechos secuestrados

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(Antiyer, 06/03/2022, en La Nueva España) L’APRECEDERU UNA ALCALDESA QUE NO SABE Y UNOS DERECHOS SECUESTRADOS La alcaldesa de Xixón, Ana González, ha contradicho a su concejal de deportes, burlándose de él: “Quizás no lo sepa, pero habrá piragüismo en el Piles”. Pues doña Ana se engaña y la engañan. Sostienen ella y el equipo redactor de la modificación del río que podrá haber piragüismo en las últimas aguas, cerca de la desembocadura, sin poner ningún tipo de barreras para aumentar el caudal o contener la crecida. Temo que doña Ana se ha asomado poco a orillas de El Molinón. El Piles es poco más que un regato sin agua en marea baja. Y en mareas altas, depende. En primer lugar, de la hora en que se produzcan. En segundo lugar, del estado de la mar. Con mar torpe o vagamar, las olas sobrepasan La Guía, arrastrando cualquier embarcación que se atreva a echarse al agua. De modo que habrá piragüismo, según. Habrá que consultar las tablas de mareas, los pronósticos de la mar, y, acaso, a doña Ana y a los redactores del plan, que tanto saben. En otro orden de cosas, me llama la atención la simpatía que despiertan las acciones de los transportistas. Porque no es que ejerzan su legítimo derecho a la huelga, sino que impiden el derecho de miles de ciudadanos a ganar su jornal. No es que impidan el abastecimiento de los supermercados, tienen paralizados los puertos y las rulas, han obligado a cerrar o paralizar su actividad a miles de empresas, causan perjuicios multimillonarios. Por ir a lo minúsculo y poco visible. Mi vecina. Una mínima tienda de apenas diez metros cuadrados. Lleva más de una semana con las cajas de fruta vacías, amén de otros productos. “No sé para qué abro. No tengo casi qué vender. Y, sin embargo, a finales de mes tengo que pagar, como siempre: la luz, que se me disparó, autónomos, los impuestos en su momento…” ¡Tantos derechos secuestrados!

REFORMA LABORAL, AL MODO MACBETH

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(Ayer, en La Nueva España) REFORMA LABORAL, AL MODO MACBETH No es la primera ocasión en que afirmo que en España (en todos los niveles de la “España plurinivel”, según la última babayada inventada por el PSOE) se legisla con las témporas, un eufemismo a fin de evitar la palabra malsonante a la que se suele unir el término para señalar una confusión extraordinaria. Pues, en efecto, si ustedes fueren lectores del BOE (que Dios no lo permita y el Trasgu no lo aconseje), observarían que son frecuentes las “correcciones de errores” que la publicación acoge con posterioridad a la publicación de una norma. ¿Correcciones de errores? ¿Una b por una v? ¡Qué va! Correcciones porque los legisladores han regurgitado un disparate o porque no han tenido en cuenta algún aspecto importante que alguien, después, les ha hecho notar. ¿Se acuerdan ustedes del ruido y furia que acompañó a la “derogación” de la “nefasta” Ley laboral del PP? Años de manifestaciones y proclamas. Aseveraciones de “te lo juro por mi madre”. Después, casi un año de negociaciones entre Gobierno, sindicatos (solo los “gordos”) y patronal. Líneas insalvables, “por aquí no paso”, amenazas de ruptura, y al final una Ley cuyas novedades son pocas, fundamentalmente las de dar más poder a los sindicatos y la eliminación del contrato por obra y servicio, punto fundamentalísimo que iba a acabar con los contratos temporales y los abusos en la contratación. ¿Todos contentos? El 31 de marzo concluía el plazo dado por el Gobierno para adaptar los contratos a la nueva legislación. ¿Pero qué ocurre? ¡Ah!, de pronto se descubre que los contratos para la actividad artística y cultural no caben en el lecho de Procusto de la nueva legislación, de modo que este pasado martes 22 el Gobierno ha parido un nuevo contrato para esas actividades. En un titular: “El Gobierno enmienda la reforma laboral con un nuevo contrato para el sector de la cultura”. ¿Solo? No. Habrán visto en este diario la angustia de la Universidad y de sus contratados para la investigación porque se hallan en la misma situación: peligran los puestos de trabajo, la investigación y el dinero. Algunas frases de LA NUEVA ESPAÑA: “La reforma laboral “acentúa un problema gordísimo en la contratación de personal que ya veníamos arrastrando desde hace tiempo. Lo que cambia ahora es que el despido “en vez de producirse a los tres años, tiene lugar a los seis meses”. “Enfado en los laboratorios asturianos: “Dejaremos a muchos científicos en la calle en 6 meses”. ¿Únicamente en Asturies? Por ejemplo, LA OPINIÓN de Murcia: “La reforma laboral impide renovar los contratos a 854 investigadores de la UMU. El rector alerta de que "a partir del 31 de marzo empezarán a caerse proyectos de investigación". Solo una parte de lo que la Conferencia de Rectores avisó en enero: “Están en juego 25.000 puestos de investigadores en toda España por la reforma laboral”. Ahora se espera una nueva reforma de la reforma para estos contratos, pero, de momento, no ha asomado. Y existen otros muchos rotos que probablemente tendrán que cargar con el daño del ímpetu salvador e iconoclasta de los justicieros. Ahora bien, en vista de las rectificaciones, cabe preguntarse: ¿tantas horas, tantas pancartas, tantas proclamas, tantos redactores, un montón de sabios asesores, externos e internos, un Gobierno, tantos diputados y no sabían muy bien ni cómo era el mundo ni qué designaban exactamente con respecto a la realidad las letras que juntaban en sílabas, primero, luego en palabras, oraciones y párrafos? ¡Con las témporas! “La vida es solo una sombra caminante, un mal actor que, durante su tiempo, se agita y se pavonea en la escena, y luego no se le oye más. Es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y furia, y que no significa nada", escribe Shakespeare en Macbeth. Cambien “vida” por “legislación española”, en general, o por “legislación laboral”, si lo prefieren. Pues eso.

Vocabulariu de los amigos de Xovellanos

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Les pallabres y escritos que los amigos de Xovellanos intercambien con él. Esti artículu complementa'l de Vocabulariu asturianu de Xovellanos, que ye la versión ampiada y definitiva de la mio tesis de llicenciatura, El bable en Xovellanos. El repertoriu de Xovellanos (non roín) podéis atopalu nes páxines 337 a 397 del mio Estudios (I), editáu enl 2021 por Trabe y la Fundación Nueva Asturies. El Vocabulariu de los amigos de Xovellanos, nel númberu 126 de la revista de l'ALLA Lletres Asturianes, acabante de salir, nes páxines 203 a 250. Esti ye l'enllace del Lletres Asturianes: http://www.academiadelallingua.com/lletresasturianes/pdf/1648717551Lletres%20126%20(marzu%202022)%20FINAL.pdf