REFORMA LABORAL, AL MODO MACBETH

(Ayer, en La Nueva España) REFORMA LABORAL, AL MODO MACBETH No es la primera ocasión en que afirmo que en España (en todos los niveles de la “España plurinivel”, según la última babayada inventada por el PSOE) se legisla con las témporas, un eufemismo a fin de evitar la palabra malsonante a la que se suele unir el término para señalar una confusión extraordinaria. Pues, en efecto, si ustedes fueren lectores del BOE (que Dios no lo permita y el Trasgu no lo aconseje), observarían que son frecuentes las “correcciones de errores” que la publicación acoge con posterioridad a la publicación de una norma. ¿Correcciones de errores? ¿Una b por una v? ¡Qué va! Correcciones porque los legisladores han regurgitado un disparate o porque no han tenido en cuenta algún aspecto importante que alguien, después, les ha hecho notar. ¿Se acuerdan ustedes del ruido y furia que acompañó a la “derogación” de la “nefasta” Ley laboral del PP? Años de manifestaciones y proclamas. Aseveraciones de “te lo juro por mi madre”. Después, casi un año de negociaciones entre Gobierno, sindicatos (solo los “gordos”) y patronal. Líneas insalvables, “por aquí no paso”, amenazas de ruptura, y al final una Ley cuyas novedades son pocas, fundamentalmente las de dar más poder a los sindicatos y la eliminación del contrato por obra y servicio, punto fundamentalísimo que iba a acabar con los contratos temporales y los abusos en la contratación. ¿Todos contentos? El 31 de marzo concluía el plazo dado por el Gobierno para adaptar los contratos a la nueva legislación. ¿Pero qué ocurre? ¡Ah!, de pronto se descubre que los contratos para la actividad artística y cultural no caben en el lecho de Procusto de la nueva legislación, de modo que este pasado martes 22 el Gobierno ha parido un nuevo contrato para esas actividades. En un titular: “El Gobierno enmienda la reforma laboral con un nuevo contrato para el sector de la cultura”. ¿Solo? No. Habrán visto en este diario la angustia de la Universidad y de sus contratados para la investigación porque se hallan en la misma situación: peligran los puestos de trabajo, la investigación y el dinero. Algunas frases de LA NUEVA ESPAÑA: “La reforma laboral “acentúa un problema gordísimo en la contratación de personal que ya veníamos arrastrando desde hace tiempo. Lo que cambia ahora es que el despido “en vez de producirse a los tres años, tiene lugar a los seis meses”. “Enfado en los laboratorios asturianos: “Dejaremos a muchos científicos en la calle en 6 meses”. ¿Únicamente en Asturies? Por ejemplo, LA OPINIÓN de Murcia: “La reforma laboral impide renovar los contratos a 854 investigadores de la UMU. El rector alerta de que "a partir del 31 de marzo empezarán a caerse proyectos de investigación". Solo una parte de lo que la Conferencia de Rectores avisó en enero: “Están en juego 25.000 puestos de investigadores en toda España por la reforma laboral”. Ahora se espera una nueva reforma de la reforma para estos contratos, pero, de momento, no ha asomado. Y existen otros muchos rotos que probablemente tendrán que cargar con el daño del ímpetu salvador e iconoclasta de los justicieros. Ahora bien, en vista de las rectificaciones, cabe preguntarse: ¿tantas horas, tantas pancartas, tantas proclamas, tantos redactores, un montón de sabios asesores, externos e internos, un Gobierno, tantos diputados y no sabían muy bien ni cómo era el mundo ni qué designaban exactamente con respecto a la realidad las letras que juntaban en sílabas, primero, luego en palabras, oraciones y párrafos? ¡Con las témporas! “La vida es solo una sombra caminante, un mal actor que, durante su tiempo, se agita y se pavonea en la escena, y luego no se le oye más. Es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y furia, y que no significa nada", escribe Shakespeare en Macbeth. Cambien “vida” por “legislación española”, en general, o por “legislación laboral”, si lo prefieren. Pues eso.

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