Sobre ETA (recordando el pasado) (I)

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Inserto aquí un artículu del 26/03/2006. Honrar a los asesinados exige también honrar la memoria de la historia.

artículu del 26/03/2006
EUSKADI: SIN JUSTICIA Y LIBERTAD NO HAY PAZ

En sí mismo, el reciente comunicado de ETA en que “declara un alto el fuego permanente” no contiene novedad sustancial alguna. Como desde hace veinte años, la banda reclama la posibilidad de incorporar territorios del sur de Francia y Navarra, el derecho de autodeterminación (esto es, de separarse de España) para Euskadi, la excarcelación de los presos y el cese de las actuaciones de la policía y la justicia contra sus crímenes. Es exactamente lo mismo que, a lo largo de dos décadas, han considerado como inaceptable todos los Gobiernos de España que han tratado de abrir un camino hacia el cese del terrorismo.

Es cierto que, a partir de ahí, cabe realizar exégesis de las palabras o desentrañamientos de todo tipo. Se puede uno quedar –como ha pedido el tan especial Iñaki Anasagasti- sólo con la palabra “permanente” y desechar el resto del texto. Podría, de otro lado, el lector alarmarse ante el anuncio de que se quiere abrir ahora un “proceso democrático” que “contemple los derechos como pueblo de Euskal Herría”, porque si –según implican esos sintagmas- ahora no existe democracia en el País Vasco y si el Estatuto no recoge, con una amplitud escasamente comparable en muchos estados federales, una amplia autonomía en él, ¿qué es exactamente los que están diciendo los enmascarados y aquellos a quienes representan?

Así, pues, la literalidad del texto no contiene ningún motivo racional para calificar el miércoles 22 como “día histórico” ni para mostrar la algazara con que la periferia mediática del PSOE ha saludado el acontecimiento. Mucho menos para un gesto tan obsceno como el del alcalde de Donosti, Odón Elorza, brindando con eutrapelia y cava junto a otros conmilitones. En ese sentido, las prudentes manifestaciones de Rodríguez Zapatero anunciando un proceso “largo y difícil”, la expresión de su voluntad de información y entendimiento con el PP, su misma contención gestual, han sido ejemplares, como lo han sido las de Mariano Rajoy, y contrastan con la hueca alharaca propagandística del presidente de nuestra comunidad autónoma o con las navajeras palabras de cierto miserable, socio y sostén habitual del PSOE en el principal ayuntamiento de Asturies.

De ese modo, y de atenerse estrictamente a los términos del miércoles 22 o a su ampliación del día 23, parecería más bien que han sido los demócratas quienes se han acercado a los asesinos, y no éstos a nosotros. Es más, cuando se contemplan las escenas y escenarios desde el punto de vista estricto de la gestualidad y la teatralización no se puede llegar por menos a la conclusión de que han resultado plenamente vencedores los de ETA, pues un comunicado que nada promete ni asegura, presentado por tres encapuchados en una estampa de una tan repugnante como pioyosa estética, ha suscitado la conmoción y la solemnidad en el Parlamento español, la comparecencia pomposa de todo el Gobierno vasco, con su lehendakari al frente, y la agitación en los medios de comunicación: mayor desproporción entre causa y efectos, disimetría tan absoluta entre escenarios es difícil imaginarla.

Ahora bien, es evidente que existen claves hermenéuticas para dar al texto un significado pragmático distinto. Esas claves se basan en la evidencia de que el Gobierno del PSOE y ETA y su mundo llevan ya dos años, al menos, negociando, y que determinados actos y palabras a las que venimos asistiendo en los últimos tiempos (el acuerdo de las Cortes proclamando la disposición a negociar con ETA, determinadas actuaciones o inacciones de Conde-Pumpido, manifestaciones de Patxi López o Eguiguren, explicitaciones de Carod-Rovira o ERC, los silencios de Rodríguez Zapatero sobre la violencia o sus consideraciones acerca de los derechos de HB) responden a los acuerdos que se van produciendo en esa negociación. En consecuencia, desde esa perspectiva, el manifiesto ha de entenderse como un momento de ese proceso, que ha de tener ya unos objetivos y unos pasos más o menos perfilados.

Por tanto, de ser ello así, y es seguro que lo es, las preguntas han de desplazarse desde el manifiesto del día 22 a aquello que supuestamente está acordado o sobre lo que previsiblemente existe un marco de entendimiento, pues es ahí donde adquieren su significado real los términos del comunicado. A ese respecto, la cuestión es una sola: ¿las exigencias del comunicado responden a aquello que el mundo del nacionalismo vasco espera obtener al final del proceso o las sostiene sabiendo que serán imposibles de lograr en todo o en parte?

A nuestro entender, ello tiene que ver con tres vectores: el “ablandamiento” previo de las partes negociadoras (PSOE-Gobierno / ETA- HB); la percepción que de ese ablandamiento o cesión de las posturas históricas de cada uno tenga la parte contraria (es decir, de la habilidad respectiva para ocultar sus debilidades o aguantar sus faroles); la hipótesis que cada una de las fuerzas negociadoras haya construido sobre la capacidad de resistencia que, frente a las exigencias su propio entorno, pueda tener el otro. En términos concretos, ¿tiene la voluntad el conglomerado ETA-HB de renunciar a la autodeterminación y a la incorporación de otros territorios a la actual Euskadi -o al derecho a ello- porque está muy débil, o, en contrario, son el Gobierno y el PSOE los que están dispuestos a caminar en esa dirección porque desean una solución a cualquier precio? En relación a otros elementos que podrían entrar en la negociación, es casi seguro que existen ya preacuerdos sobre acercamiento de presos y medidas de gracia, derogación de la ley de partidos y legalización de Batasuna. No es disparatado, asimismo, suponer que se ha hablado de medidas pecuniarias para dar estabilidad económica a los componentes de la banda en el caso de su disolución.

¿Es verosímil que todo esto vaya adelante? Para empezar, debemos suponer que la voluntad negociadora de ETA, aun con objetivos inaceptables, es sincera, y que no se trata de una mera estratagema para ganar tiempo y posiciones. En ese sentido, la experiencia de las dos treguas anteriores y especialmente de la última, la llamada desde el inicio por Mayor Oreja “tregua trampa”, no invita al optimismo. Pero incluso concediendo la veracidad de esa voluntad manifestada, es claro que las dificultades son enormes, no sólo por lo innegociable de algunas demandas, sino porque, en cualquier momento, una fracción de la banda (y no es seguro siquiera que, en estos instantes, se esté tratando con un grupo unánime, lo que, de ser así, acercaría al PSOE al desastre) puede desgajarse y seguir su propio rumbo. En todo caso, es previsible que los terroristas tengan la decisión de convertirse en vigilantes del proceso y garantes de los acuerdos, con lo que, verosímilmente, todas las concesiones que el Gobierno pudiera ir dispensando se realizarían sin la única contrapartida que merece la pena por parte del mundo etarra, su disolución como grupo armado. No debe olvidarse tampoco que, de otro lado, según el diálogo avance sin que se produzca la desaparición de ETA, el Gobierno se irá haciendo más débil e irá disminuyendo su capacidad de presión, no sólo porque vaya entregando bazas negociadoras sin compensaciones, sino en cuanto que su fracaso político sería mayor si el proceso no llegase a buen término, y en esa medida, resultaría más fácil para el entorno etarra explotar su ansiedad y su debilidad.

Otro punto de vista, el relativo a las víctimas, adquiere una especialísima significación en este momento, hasta el punto de convertirse en la piedra de toque más importante para verificar y contrastar posturas, caracteres y principios. He de explicar, por cierto, que bajo ese concepto, el de “víctimas”, no me refiero ahora principalmente a los familiares de ellos, sino a los muertos o a los mutilados por ETA.

Se ha definido al hombre, a la especie humana, de muchas maneras para señalar su disparidad con otros semovientes. “Animal de ciudad y de sociedad (y no de campo)”, “animal que posee lenguaje / pensamiento” lo ha llamado Artistóteles; “la especie que se hace preguntas” era el concepto manejado por José Antonio Marina en la Nueva España hace pocos días. A mi entender, lo que nos diferencia fundamentalmente de los animales es que el mundo no nace y muere para cada uno de nosotros con nuestro despertar o nuestro sueño, sino que, por el contrario, el pasado sigue viviendo en nuestra memoria y esa realidad, junto con el presente, es capaz de proyectar nuestros actos y esperanzas hacia el futuro. Es esa continuidad la que nos hace humanos y explica nuestras formas de convivencia y de nuestra previsión del futuro; la que constituye el sustrato último de la política, de la familia, de la religión, del culto a los muertos, de la ética: de la sociedad, en una palabra. Y es esa obligación, la de la memoria, la principal que tenemos para con las víctimas, no, como parece insinuarse de forma reiterada y canallesca en los últimos tiempos, la de darles más dinero o pasarles la mano por el hombro con más entusiasmo o dedicación.

Porque cada uno de los ciudadanos que ha caído asesinado lo ha sido con la finalidad de convertirlo en moneda de cambio, en carne trémula y sangrante puesta en el platillo de la balanza para excitar nuestro terror, nuestro horror, nuestra rendición, a fin de poder conseguir los terroristas sus objetivos políticos. Conceder ahora esos objetivos en la negociación sería una traición hacia cada uno de los asesinados, una banalización de su dolor y del significado de sus vidas: ¿Porque cuál sería el sentido de su muerte, si se podía haber entregado hace mucho aquello por lo que murieron? O, peor aún, ¿qué profanación de sus personas no sería la de aceptar que es la suma de sus vidas y su dolor la que, suficientemente acumulada, ha constituido el arma con la que los asesinos nos obligan a rendirnos y, al tiempo, al hacerlo, aceptando así su enajenación, a aniquilar el sentido de la vida y la muerte de los asesinados? Si eso ocurriera, no habría justicia, y si no hay justicia, no habrá paz que merezca tal nombre.

Finalmente, y en el supuesto de que el proceso llegue a su término, tendría que preocuparnos extremadamente la situación final de las calles de Euskadi. Porque no debería ocurrir que, establecida una situación de ausencia de asesinatos y extorsiones, el dominio de la plaza pública siguiese siendo de quienes la han conquistado en estos últimos años mediante la coacción, las delaciones, el chantaje, la chulería y las amenazas, ya que, de ser así, se consolidaría una situación de vencedores, los causantes del dolor y la muerte, y vencidos, sus víctimas. Sería inaceptable que el conflicto paradigmático que se da en Azkoitia, donde la ciudadana Pilar Elías tiene que convivir con el desafío cotidiano del asesino de su marido, se generalizase. No podría propiciarse una solución en que los asesinos, sin arrepentimiento ni petición de perdón, volviesen a sus pueblos como triunfadores, y se pavoneasen de ello frente a las víctimas. En esa situación, no habría libertad real en la sociedad vasca.

En una palabra, y aun poniéndonos en la mejor de las expectativas (en la más zapaterina o panglossiana de ellas), nunca habrá paz en Euskadi si no se dan al mismo tiempo la justicia, es decir, el pago de los crímenes, y la libertad, esto es, el que los asesinos, una vez egresados, no se enseñoreen de las calles, coartando, con la continuidad del monopolio de la violencia, la libertad de los demás.

¿Pero qué diablos negociaban estos tipos?

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Después de más de un año se ha roto el llamado «diálogo social», con gran preocupación de unos, con escándalo de otros y con estrépito revoloteante por parte del presidente del Gobierno central, don José Luis Rodríguez.

Y, sin embargo, no es ese el escándalo. Lo extravagante y anómalo es que dos grupos de personas a los que nadie votó para ello —vamos a dejar de lado su representatividad— estuviesen usurpando la soberanía popular para acordar y decidir entre ellos cuestiones de tipo legislativo y económico. Porque no se trataba de que se consultase a los interesados, patronos y sindicatos, acerca de cómo veían las cuestiones que a ellos les afectaban, sino de que tomasen decisiones sobre el conjunto de la nación y de los individuos que la conforman.

(De todas formas uno, en su ilimitada ingenuidad, pensaba que los partidos políticos conocen de por sí la realidad, sin falta de que nadie les cuente cómo es, dónde están los problemas y de qué forma se pueden abordar, o que, en el peor de los casos, tienen establecida permanentemente una línea de información y consulta a fin de conocer lo que ocurre en el mundo. Pero ya se ve que uno es un cándido.)

Subrayémoslo: lo censurable de lo que aquí llaman algunos «diálogo social» no consiste en que se pretendan conocer las inquietudes de un grupo de patronos y de algunos sindicatos, sino en delegar en ellos la acción legislativa y de gobierno. Eso no tiene más que un nombre: primorriverismo, corporativismo, democracia orgánica. Que después los procuradores en Cortes —incluido el exotismo de los saharahui-catalanes y los guineo-vascos— sancionen lo acordado fuera del ámbito de la soberanía nacional no elimina esa condición.

Para colmo el primorriverista mayor del Reino, don José Luis, se presenta cual Júpiter tonante ante la opinión pública y proclama que ya verán, que ahora va a legislar el Gobierno y anuncia una nueva prestación, de seis meses, para los parados que hubiesen agotado el subsidio, lo que está muy bien. ¿Pero es que, acaso, no hemos votado un Parlamento para que de él emanase un Legislativo, a fin, precisamente, de que ambos legislasen? ¿Ocurre que, tal vez, la medida hubiese tenido mayor legitimidad si la hubiesen acordado los llamados «agentes sociales»? ¿O si ellos hubiesen pactado otra cantidad u otra duración para la temporalidad hubiera sido eso lo concedido?

Como una hidra, como un cuélebre se han puesto don José Luis y los suyos por la quiebra del diálogo social. Porque, sin duda, es esa ruptura la culpable de que el paro se eleve al 18%, 4, 137 millones de personas, y de que un millón de familias con todos sus miembros en paro no gocen de ningún tipo de subsidio.

Y en nuestro caso, de que no haya plazos para el AVE y de que nos vayan a poner un sucedáneo; de que nuestra financiación haya empeorado en relación con la de los demás, esto es, de que los asturianos valgan menos que otros españoles; de que nos vayamos a tragar los sobrecostos de El Musel para los que en su día se aseguró cobertura europea y se garantizó financiación del Gobierno español; de que no se nos pueda quitar el peaje de El Huerna, como se prometió; de que nuestro Estatuto, cuando lo tengamos, nos haga más ciudadanos de tercera aún…¿Creen que les tomo el pelo?

No soy yo quien se ríe de los asturianos. Ni si quiera una xana me ha maldecido, como en algunas leyendas, para condenarme permanentemente a tosquilar. Probablemente han sido otros los condenados a ello, y sufren, pobres, ese castigo de tener que tomar el pelo continuamente a los ciudadanos. Porque lo hacen, sin duda, a su pesar.


Nota: esti ensiertu publicóse como artículu d'opinión na Nueva España del 29/07/09

Sobre ETA

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Sobre ETA y el crimen, nada nuevo que decir. Merece la pena recordar, sin embargo, que hubo adanista que soñó que la realidad no es tal como es, sino como él la imaginaba, y que llevó a ETA y sus adláteres al Parlamento europeo para presentarlos en sociedad como gente decorosa, y que persiguió y difamó a todos los que decíamos que la realidad es como es, y que legalizó ANV sabiendo lo que era, como parte de aquella presentación en sociedad para abrir un futuro que sólo él era capaz de abrir, porque, hasta entonces, no había habido más que gente incapaz (los suyos) y de mala voluntad (los de los partidos rivales).

¿Qué ahora hay que estar todos a una? De acuerdo. Pero no está demás recordar quién atacaba despiadadamente a los demás hace poco más de un año porque señalábamos la realidad y el engaño. Y traer a las mientes, también, que el "él" no era sólo un "él", era también un coro de ciudadanos, militantes, intelectuales (con comillas o sin ellas), periodistas, artistas, etc. que nos señalaban con el dedo acusador.

Conviene recordarlo, porque la tentación siempre está ahí: el drogadicto de discursos y de ideología, como el adicto a otros tipos de sustancias, tiene siempre la incitación a reincidir.

Para que podamos seguir todos juntos frente al mal, recordémoslo y recordémoselo, no sólo a ese "él", sino a tantos ellos.

¿Sin rastro? ¿Desaparecidos?

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La última y reciente EPA acaba de mostrarnos que entre el primer y el segundo trimestre del año en curso en Asturies hay un 16,9 % de parados, lo que hace un total de 68.400 personas que quieren trabajar y que no encuentran empleo.

En anteriores ocasiones, cuando el desempleo crecía un poco menos que la media española, el Gobierno asturiano corría a sacar pecho y presumir de lo bien que se habían hecho las cosas, porque mostrábamos una diferencia positiva con el resto de España, aunque la tendencia fuese mala. Ahora, que ni siquiera podemos argumentar que las cosas nos van un poco mal, pero menos mal que a los demás, ya que somos la comunidad donde más crece el desempleo, ¿han visto ustedes a alguno de los responsables del Gobierno socialista-izquierda unidista salir a dar la cara?

¡Ah, ya! es que están participando en un cameo de series de televisión: unos dicen que en "Sin rastro", otros en "Desaparecidos".

En todo caso, lo que están es en "afogaos", esto es, callando como afogaos.

El carbayu lliterariu: No miréis al mar

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Siguen llegándome bones crítiques de la mio novela No miréis al mar. Agradézcoles, anque sé qu'una parte d'elles tienen un vector que guaña n'amistá y, otres, les de les que nun son amigos, bilten na bona educación.

Aprovecho p'asoleyar equí una semeya, hasta agora inédita, del mio amigu Antonio Trevín, el Delegáu del Gobiernu n`Asturies, y la mio editora, Marta Magadán. Perillí andaba tamién la muyer de don Antonio, doña María Eugenia.

A ella y a él, gracies pola xenerosidá de les sos palabres, pola compañía de la so amistá y pola so cortesía de dexame asoleyar esta semeya.

Los Cosmen, L`Alsa, Los asturianos

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Presente: Agora los Cosmen, la familia del ALSA, la qu'arrancara allá en Lleitariegos dende l'arriería intenta comprar el 100% de NX.


Pasáu: ¿Alcuérdense fai cuatro o cinco años lo que pasara cuando hubo un intercambiu d`acciones ente NX y ALSA? ¿Alcuérdense de verdà? ¿Nun se-yos escaeció lo que dixeren nesti país periodistes, políticos, sindicalistes y enteraos en xeneral? Pues dos coses: la primera, que taben arruinaos, la segunda que trataben de facer dineru pa escapar definitivamente del negociu (y, claru, salvar el patrimoniu que pudieren). Vaigan, vaigan, vaigan a les hemeroteques.


Nesti país suébranos:
  • a) falar de too ensin saber de ná, o lo que ye peor, rutiando tópicos que, además, son tópicos toos del paleopolíticu
  • b) nun perdonar a naide qu`espoxigue
  • c) querer arreglar el mundu la economía como si fueren les estanteríes del economatu de casa
  • d) metenos no que nun debería importanos, como si toles empreses fueren públiques
  • e) pensar que seguimos viviendo nuna empresa pública xeneralizada, na que podemos influir al través del gobiernu o del sindicatu turnante, o si non, manifestándonos na calle.
Fáltanos: Un pocu de respetu pola realidá y un munchu de ganes de conocer el mundu.

¡Taba tan estudiao lo d`El Musel!

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Mentires: de Elena Salgado, de Francisco González Buendía, de Javier Fernández, de José Blanco, de Paz Fernández Felgueroso, de Fernando Menéndez Rexach, de don Vicente Alberto...: "Europa va pagar íntegramente El Musel".

Titular del 25 de xunetu de la Nueva España: "Puertos del Estado propone que El Musel venda activos para pagar el sobrecoste".

Hemeroteca: Muy al principiu, cuando se dudaba de si la UE diba cubrir (enantes de los sobrecostos) tol costu la obra, declaraciones de responsables de la Cámara Comerciu de Xixón y de la UGT: "Si nun hai financiación completa, lo que facemos ye construir pisos na zona vieya (actual) d'El Musel". Invítolos a buscalo.

¡Taba too tan estudiao!

(Menos p`asturianos y lusos).

Episodios primorriveristas

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Acaba de concluir un acto de la representación primorriverista, en virtud de la cual, una parte de la patronal y algunos sindicatos usurpan la soberanía nacional por concesión graciosa del Gobierno y negocian la legislación y parte del dinero de todos.

Y, encima, el primorriverista mayor, don José Luis Rodríguez,se enfada y dice que, ahora, va a legislar.

¿Pero no se había votado un parlamento y de él había emanado un Gobierno para eso, para que legislase?

¿Esodel primorriverismo será una vocación permanente o dotación genética constitutiva?

¡Y el que venga detrás, que... arree!

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Cuando se produjo el nuevo encuentro entre el PSOE e IU para repartirse el Gobierno, manifesté mi opinión: «En lo económico y en el empleo se acentuarán las peores tendencias del PSOE, con una mayor proclividad al gasto y al endeudamiento; en lo cultural y en otros muchos aspectos, el programa que IU parecía defender desaparecerá; y, en algunas cuestiones, como la de la eliminación de basuras, nos saldrá muy caro».

Me he equivocado, en la práctica, en el primero de los aspectos: la situación económica es tan mala que la capacidad de empeorar las cosas se ha limitado al artificio de hinchar los números de los ingresos en los presupuestos de 2009, a petición del socio minoritario. La realidad no ha dado para más despilfarro, aunque, la verdad sea dicha, para dilapidar, dilapidar (en concepto de lucro cesante, de capital inmovilizado o inutilizado, como proyectos futuros de costo desmedido e injustificable), ya se las arregla solo el socio mayoritario.

En el segundo punto no he errado: la voz de IU ha desaparecido —como no podía ser de otra manera, por otro lado: no se pueden repicar sillones y andar en la procesión de las pancartas— y las cuestiones que la formación jesusina decía liderar las ha llevado el Sumiciu (ente que, como se sabe, sobre hacer desaparecer las cosas, pone en paradero desconocido los escrúpulos y las voces discordantes). Por cierto, ¿qué ha dicho IU del reparto en la financiación autonómica? ¿Han oído ustedes algo?

Ello ha empobrecido aún más a una comunidad como la nuestra, donde la opinión pública, si es que existe, no se manifiesta, y el único partido de la oposición parlamentaria no tiene más entidad que el eco de un volador: si hace buen tiempo y las montañas no lo impiden, los españíos de los disparos en Madrid, llegan aquí como una reiteración apática y con escasa fuerza. Esa es toda la artillería del PP: sus ideas sobre Asturies son inexistentes.

Centrémonos ahora en la última cuestión que yo señalaba, la de la recogida de basuras. Es sabido que nos enfrentamos los asturianos a un gravísimo problema inmediato: la vida útil del gran vertedero del país, Cogersa, se acaba en el 2014. Encontrar otro lugar adecuado en la Asturies central es prácticamente imposible, fuera, extremadamente problemático. Quien quiera imaginar los problemas que supondrá la inexistencia de un sitio donde tratar la basura, o el mero hecho de buscarlo, no hace falta que mire a Vigo o La Coruña en el pasado, basta con que se acuerde de lo que ocurrió aquí a finales de los años 70, con los camiones de alguna ciudad saliendo de noche, como salteadores, y vagando por toda Asturies para poder depositar, si había suerte, la basura del día.

Pues bien, el PSOE tenía previsto poner en marcha una incineradora (llevaría entre cuatro o cinco años hacerla efectiva), pero la entrada de IU en el Gobierno ha dilatado su puesta en marcha sine díe. Porque ya se sabe cuál es la receta de IU: no hacen falta más centrales, basta con que consumamos menos energía; no son necesarias más carreteras, potenciemos el transporte público y la bicicleta; no es necesaria una incineradora, reciclemos. Es decir; pase frío en invierno y calor en verano y que las industrias produzcan menos y más caro; si usted quiere llegar a la hora al trabajo, llegue tarde; si pasear, fastídiese; si es viejo, quédese en casa, etc. Es decir, propuestas que son pura metafísica en su realidad; incordios y daños —de ponerse en práctica— para el ciudadano y el asalariado; propaganda, para un puñado de acólitos y votantes.

Esto es así, y lo sabe cualquiera que quiera saberlo. Pero por si queda alguna duda he aquí la última: En Barcelona PSC, CiU, ICV (esto es, IU más los Verdes) y ERC acaban de aprobar una nueva incineradora para el área metropolitana. Afectará a 31 municipios y tendrá capacidad para quemar 450.000 toneladas de residuos. No es un exotismo. Incineradoras (en plural) para los residuos urbanos las hay en París, en Londres, en Milán, en Berlín… Esto es, en todo el mundo, al parecer, subdesarrollado. Porque, por lo visto, sólo en Asturies las dioxinas, los furanos vienen por la noche y, junto con la Guaxa y el Coco, se llevan a los ciudadanos que reciclan poco.

¿Lo saben ellos? Lo saben. Lo que pasa es que la política de los partidos mayoritarios en Asturies no consiste en solucionar los problemas de los ciudadanos ni en afrontar los retos de futuro, sino en hacer ver como que esos problemas no existen o en contar las cosas de forma contraria a lo que son. ¿Objetivos? Llegar sin sobresaltos al cobro en las urnas del próximo rédito del capital invertido. Ser premiados en las listas por los gerentes de la empresa (que es siempre de Madrid).

¡Y el que venga detrás, que… arree!


Esti artículo asoleyose en La Nueva España del 24/07/2009

Tremái (de conxelación), funcionarios

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El gobiernu de don José Luis Rodríguez tien propuesto que la subida de los funcionarios pal prósimu añu sea del 0,5%, lo que ye prácticamente una conxelación. Ye verdá que nun propón una conxelación dafechu, porque asina perdería l`argumentu eternu de que`l gobiernu del PP conxeló`l sueldu a los funcionarios y ellos non, pero lo que propón, si nun ye la conxelación dafechu, dexa xelaes les pates, les manes, la cabeza y el cuerpu, too menos l`embeligru.


Per otru llau, ye de prever que la subida total sea del uno o uno con cincu por cientu dempués de facer un apañu colos sos sindicatos (los de clase, que los demás son "corrientes"), pero esi mediu puntu o puntu más nun será de subida de verdá, sinón qu´encloyará otros conceptos como incentivos a la productividá, seguros de dellos tipos, etc.


Esto ye, engaños pa los que tengan fe, que, como sabe tol mundu, nun ye creer no que nun vemos, sinón nun creer lo que vemos, que ye la fe que mueve a los creyentes o enfotaos nel votu.

Usted y yo pagaremos la fiesta arecista de El Musel

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En memoria de Manuel Jesús Méndez Pérez

Recuérdenlo. Empezó con la variante 3-C, aquel proyecto lunático que pretendía tabicar la mitad de la bahía de Xixón (y menos mal que esta gente es bastante ignorante, porque un “ociosu”, a principios de los cuarenta del siglo pasado, pretendía hacer un dique hasta el cau San Llorienzu). Algunos combatimos aquel proyecto denodadamente (por cierto, entre la casi general indiferencia ciudadana), proyecto que al final, por razones provenientes de Lluarca que residían en Madrid, se logró frenar.

Después vino la construcción y financiación del proyecto recortado, el actual, que no llega hasta Les Amosuques, como el otro pretendía. Y, de pronto, a mitad del camino, los responsables (en la Autoridad Portuaria el Presidente lo pone Areces, el resto, la mayoría, doña Paz, los sindicatos, PSOE e IU en el Ayuntamiento de Xixón, etc., esto es, el Régimen se reparte el poder y las sustanciosas dietas de la asistencia a las reuniones de la Autoridad Portuaria), digo que, de pronto a mitad del camino los “responsables” gritaron aquello que dicen los niños cuando se cagan:

-¡Meca! ¡Escapóseme!

Y efectivamente, se les había escapado el presupuesto (¡qué raro! ¿no les extraña cosa tan insólita?) en 250,9 millones de euros (¡¡250,9 millones de euros!!).

¿Recuerdan ustedes? ¿Cuántas veces el señor Buendía juró y perjuró que la UE pagaría los sobrecostos? ¿Y la Ilma. Alcaldesa, doña Paz? ¿Cuántas muchas? ¿Y don Vicente Alberto? ¡Uhhh! Si ustedes repasan las hemerotecas verán que hace menos de un mes el Ínclito volvía a asegurar que la UE pagaría. Es más, el propio ministro José Blanco lo aseguraba junto con Areces hace pocos días.

¿Y cuál es la verdad? Pues, mire, ayer, martes, el ministro José Blanco (don exPepiño) acaba de hacerlo público en La Coruña: lo pagaremos usted y yo, esto es, lo pagarán los presupuestos asturianos, por lo que esa cuantía se detraerá de hospitales, servicios sociales, etc.

¿Pasa algo por que nos mientan? Nada, todos tan contentos. ¿Ocurre alguna cosa porque nos hagan más pobres? Nada, todos tan felices.

Porque, en el fondo, la mayoría de los asturianos saben que son ellos los responsables de tal desaguisado: los siguen votando.

Ayuntamientu Xixón y PGOU

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Lo de l`anulación del PGOU pol TSJA constituye un nuevu escándalu xudicial nel Ayuntamientu Xixón. Nesti casu, amás, la cuestión ye munchu más grave por dos razones: pon en peligru munchos bienes, munchos empleos y munches tranquilidaes; demuestra que la mayoría socialista-estradista desprecia dafechu la llei, porque ¿cuántos informes en contra nun teníen enantes de decidir tirar pela cai del mediu y esperar que nun pasare nada? Yá se ve que, pa socialistes y comunistes amarutaos, la llei nun tien ningún valor.

De pasu, too ello vien echar más sospeches enriba un plan que taba yà enllenu d`elles. Pero d`eso vamos falar otru día.

Agora lo que quiero señalar ye l`episodiu más cómicu, que paez de monólogu: la salida a la calle de don Jesús Morales que, amás de chase enriba él tola culpa (¿los demás nun votaben?, ¿los demás callaren como afogaos? ¿los demás nun teníen opinión? ¿los demás nun taben?), acusa a los primeros recurrentes triunfantes de que "buscaban su propio beneficio". ¿Entós que ye? ¿Van buscar el de don Jesús? ¿O ye que ta prohibío defendese o buscar el beneficiu propiu? ¿O ye que PSOE y IU nun buscaben el beneficio propiu (polo menos el de los votos y los sueldos y el poder a ellos arreyaos) cuando axitaben l`espantayu de l`ínterés social pa espropiar a los ciudadanos y facese así con unos votos a costa de los espropiaos?

Ayuntamientu Xixón: tan inútiles como torgaos; tan destructores d`emplegu como gastadores de lo que nun ye suyu.

Más sobre financiación

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Según don Vicente Alberto, presidente de todos los asturianos, y la FSA, la cosa hegemónica del poder, del pensamiento, del empleo y del sindicalismo, los verdaderos ganaderos de toda el larguísimo éxodo (o anábasis, o vaya usted a saber qué), fuimos los asturianos. "Por cada uno de los 750 habitantes que ganó Asturies, recibe ochenta veces más que Cataluña, cuya población creció en 1,3 millones". ¡Pues nada, que nun s`enteren los catalanes, nun vayan quitánoslo!

Valen tanto que podíen anunciase como nel cantar: "Sé cantar y sé bailar, / sé tocar la pandereta, / el que se case conmigo / lleva música completa". Pues eso, ¿nun quedrá naide llevar pa con él tola orquesta?

A lo meyor los catalanes, de xuru que-yos diba meyor con don Vicente Alberto y la troupe de la FSA.

Financiación: don Vicente Alberto y los fenómenos del PSOE

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Agora resulta que, según Areces y la FSA, los auténticos ganadores del concursu interestatal de financiación fuimos los asturianos, y non los catalanes y, munchu menos, esos babayos de ERC, que -diz don Vicente Alberto- "si quieren presumir que presuman, pero allá ellos".

De mou que`l que firma esti blog (ver ensiertu del 15/07/09) nun sabe lo que diz, nin tien razón no que vien anunciando que diba pasar dende`l 2003. Val. Y que tamién tán equivocaos los editorialistes de la Nueva España (ver editorial del 19/07/09). Y tamién tolos economistes del país y d`España. ¡Pues ta bien!

Agora, y por si daquién tuviera duldes, y creyese que don Vicente Alberto y el PSOE tienen razón, que tomen nota de dos coses: a) Que lo que vaya recibir cada autonomía va depender de la evolución de la economía nesa autonomía; b) Que, aparte d`eso, la cosa ye tan oscura que naide sabe en realidá qué ye lo que va recibir cada comunidá (nin siquier los catalanes).

¡Pero estos fenómenos nun tienen dulda! ¡Vamos ser los más favorecíos!

De verdá, recomiendo lleer l`ensiertu yá citáu del 15/07/09 nesti blog.

Y, mentantu, cuando se cansen de llorar, ríanse un migayín.

En cualquier casu, y como digo siempre, yo a estos nun los voto.

Dicen en Llastres... (a propósitu de coríos y hipocresía)

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Dicen en Llastres, los organizadores de les fiestes, pero tamién munchos ciudadanos d`a pie, que la prohibición del Gobiernu asturianu de soltar coríos na dársena del puertu pa depués coyelos los espectadores y da-yos premios a los que los atrapen, dicen, digo, que ye un abusu y un actu d`hipocresía.

Que ye un abusu porque eso de que "los coríos sufren un estrés insoportable" (como diz la carta que "Pistón" anda enseñando-y a tol mundu) ye una babayada. Y que meyor se dedicaben los gobiernos y los parlamentos a arreglar lo del paru (y lo del puertu Llastres y la so baxadera) y non a tocar los coyones a la xente normal.

"Pistón" (y decenes de ciudadanos, llastrinos y colungueses) atestonen que sueltes de coríos vienen celebrándose dende`l sieglu XIX, polo menos, en tolos puertos asturianos (añado yo que yá les describe Palacio Valdés) y qu`inxamás se supo de que muriera un coríu d`un bálamu provocáu pol aforfugu.

La xente de Llastres (y otros munchos ciudadanos de Colunga) califiquen too esto d`hipocresía, porque s`entruguen: ¿Entós qué ye? ¿Que los toros -que tan permitíos- nun sufrén afoguín y estrés na plaza toros? ¿Entós ónde ta la diferencia?

Dellos de los organizadores tán pensando en, pal añu que vien, facer una suelta de toros na dársena, tiralos al agua y ¡a pillalos! o ¡a baderillealos! ¡Como los toros nun sufren aforfugu, y su lu sufren da igual, porque son España!

A mí, cuando me lo dicen, yo siempre suelto lo mesmo: yo nun los voto (a los toros non, a los que dan cornaes a los que los voten).

FINANCIACIÓN: CUBILETEO, IMPRECISIÓN, DESIGUALDAD

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Digámoslo de mano, unos nuevos criterios de financiación eran necesarios, al haber crecido notablemente la población en algunas comunidades y al no contemplar el vigente sistema la posibilidad de modificar esa variable. Añadamos: muchos de los parámetros del próximo sistema vienen condicionados por el estatuto de Cataluña: así la mejora de la posición relativa de esa comunidad por encima de la media, así el que el Estado sólo comprometa la igualdad para toda España en sanidad y en educación (y, de forma más imprecisa, en «servicios sociales»). Subrayemos: ¿Quién duda de que ha sido la necesidad de los apoyos parlamentarios de ERC (en Cataluña y en Madrid) la que ha obligado a que el tramo final de la negociación, el último fin de semana, se haya establecido entre el gobierno central y ese partido, bien para que la administración central cediese en 300 millones más, bien para fingir que se le arrancaban ese dinero? Recordemos: desde el año 2003, toda la organización del PSOE, de Zapatero a Montilla, de Areces a la FSA, han venido laborando afanosamente por una financiación que primase a Cataluña. Lo que ahora tenemos, pues, es fruto de esa reiteración de voluntad y votos.
Establecidos estos datos y consideraciones previas, cabe hacer algunas más. En primer lugar, lo que parece una cierta falta de rigor o seriedad en todo ello. ¿Cómo es posible que la suma adicional de la nueva financiación alcanzase hace un año el monto que se decía infranqueable —tras muchos tiras y aflojas— de 9.000 millones y que esa barrera se haya superado después, hasta los 11.000? Pero es que, además, nadie sabe exactamente de qué se está hablando, pues la única cifra garantizada para este año son 6.000 millones, el resto son estimaciones para el 2012, y, por otro lado, las cifras que, a día de hoy, las comunidades parecen deducir de los nuevos vectores de reparto suman bastante más de los 11.000 millones.
Esa oscuridad es probablemente una de las razones por las que la señora Salgado no quiera dar cifras concretas para cada comunidad, pero otra lo es, sin duda, los aspectos poco presentables del pacto, la desigualdad evidente de esa traducción a favor de algunas pocas comunidades.
El acuerdo (en el Consejo de Política Fiscal y Financiera no se necesita más que el apoyo de una comunidad, pues el gobierno Central tiene el 50% de los votos), aunque tiene algunas variables nuevas que mejoran la financiación según factores de diversidad (como el fraccionamiento de la atención sanitaria por grupos de edad y un mayor peso de los parámetros de superficie, dispersión poblacional e insularidad), presenta incógnitas, aparte las ya dichas: tal la eficacia y cuantía de los criterios igualadores, como el fondo de cooperación y el fondo de convergencia, y, especialmente, la de la evolución futura de los tributos cedidos (50% IRPF, 50% IVA, 58% impuestos especiales), que lógicamente irá aumentando la diferencia entre comunidades dinámicas, como Cataluña, y estancadas o en mengua, como Asturies.
Aparte de esos factores de desigualdad que provienen de la disímil dotación inicial y de la evolución futura de la economía de cada región, el nuevo modelo contiene en sí parámetros que ya son discriminatorios. Así el Fondo de Suficiencia para Cataluña, la limitación de la igualdad general de los ciudadanos de España a la enseñanza, la sanidad y un impreciso «servicios básicos» (¿lo es, por ejemplo, en su totalidad la atención a lo definido como tal en la Ley de dependencia?) y, sobre todo, el que el 25% de los ingresos captados por las comunidades queden para ellas, «como estímulo al esfuerzo fiscal». Es decir, que quienes sean más ricos o tengan más empresas que vendan fuera del territorio de la autonomía tendrán progresivamente más dinero («Al gochu gordu —dice nuestro refranero— unta-y el rau»).
Queda por averiguar qué repercusión tendrá todo ello sobre el endeudamiento general de las administraciones públicas, y, por tanto, sobre el déficit, la deuda, los impuestos y el empleo. En principio, podría pensarse que el aumento de los ingresos de las comunidades debería reducir su déficit, pero es poco verosímil que eso ocurra en un cien por cien. Lo que no es dudoso, en todo caso, es que, por esta y otras razones, la presión fiscal y algunos precios sometidos a regulación subirán en los próximos meses.
Una nota final. Para Galicia, Cataluña, Valencia y Baleares hay un fondo especial, «Aportación por bilingüismo». Y estos fenómenos de aquí, los que nos gobiernan, ¿qué? ¿Qué dicen de esto?
Terminemos. ¿No es cuando menos pintoresco que el nuevo acuerdo de financiación, saludado por el PSOE y sus turiferarios mediáticos como un buen acuerdo para toda España, haya sido saludado por el principal mocín político de los últimos días, ERC, como «un paso hacia el sistema definitivo, la independencia»?
Cauda. ¿Les gusta a ustedes todo esto? ¿Les parece beneficioso para Asturies? ¿Para España? Pues denle las gracias no sólo a Zapatero y Montilla, a ERC y a CiU (de quien arranca el Estatut, fuente última de todo ello), sino a los socialistas asturianos, al gobierno Areces, a sus diputados y senadores, que tanto han peleado por conseguirlo. ¿Qué no les gusta? ¿Qué les parece injusto y empobrecedor? Pues lo mismo.
www.xuanxose.blogspot.com
NOTA: asoleyóse como artículu d`opinión na Nueva España del 14/07/09

El PSOE y Areces tragan con lo que les echen

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La FSA, en realidad, y Javier Fernández. Y sobre todo, aquellos que, con su voto, siguen validando una política antiasturiana y contraria al bolsillo de los asturianos, entre los que, supongo, se encontrarán sus votantes (salvo que las papeletas en las urnas a su favor sean depositadas por marcianos). Tragan con lo que les echen.

Primero, AVE. Ha estado aquí don José Blanco y ha mentido y tratado de engañar (engañar, engañar, sólo a quien quiere dejarse engañar). La convivencia de dos tipos de ancho y línea distintos sobre el mismo cauce (el llamado sistema de tres hilos) convierten al sistema ferroviario en un sistema no de alta velocidad, sino de una cosa aproximada. En segundo lugar -frente a lo que asegura el ministro con raigañu en Illa d'Arousa- los trenes no circularán a 300 por hora entre León y Xixón. En tercer lugar, está todavía por definir -frente a lo que parece afirmar el ministro- lo que va a ser el trazado por el corredor central de Asturies, luego hablar de tiempos y paradas en él, sin siquera saber cuáles son exactamente los problemas que habrá que afrontar, sus posibles soluciones y sus costes, es hablar por hablar (por engañar, más bien). En cuarto lugar, renunciar a la línea de Payares para los mercancías comporta ahorros para el estado, pero, para Asturies (y para Castilla-León) es una pérdida en servicio, en empleo, en inversiones y en igualdad con otras comunidades. Quinto: ¿Y todo ello para cuándo? Don José no ha dicho nada. Si pensamos, por un poner, en que la estación central de Xixón y el metrotrén llevan ya cuatro años de retraso, ¿qué podemos calcular para el resto?

Naturalmente, el Gobierno asturiano, la FSA, don Javier Fernández, el señor Villa, los diputados y senadores del PSOE (¿y sus votantes?) se han dado por satisfechísimos con esta estafa y esta tomadura de pelo, y proclaman que el gobierno zapaterino ha atendido todas sus demandas.

Dos: Financiación autonómica. Aquí también nos la han espetado, tal como el PSOE (¿y sus votantes?) habían demandado. Pero, eso, para otro ensiertu.

Homenaje y reconocimiento (escritores en América)

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Entre la llacuada de lecturas atrasada que el verano me permite realizar, he leído Más collaboraciones n`asturianu na revista Asturias de Buenos Aires, publicado por la Academia. En ella se recogen textos que van de 1918 a 2005, preferentemente poesía, pero también prosa e, incluso, la partitura y letra de La paxarina, de Juan Martínez Abades.

La mayoría de las producciones son textos que se publicaron, en su día, aquí y allí, o que, seleccionados oportunamente, se volvían a reiterar años después de compuestos. En cuanto a su cualidad y lenguaje literario, presentan las mismas características que la literatura hecha en el país: algunas prosas reservan el asturiano sólo para los diálogos de los inferiores socialmente (conforme al mandato que en la posguerra emitiera el IDEA), predominan las visiones humorísticas y costumbristas, la sentimentalidad se encarna predominantemente en un topos arcádico nunca existente... Con todo ello, descuellan algunos escritores-escritores, así Marcos del Torniello (el autor, como ustedes saben, de la letra del Soi de Verdiciu) o el magnífico Adeflor, un costumbrista que es único en la captación de los tipos populares y su lengua (sigue su estela, hoy, por cierto, Montserrat Garnacho), y en el desarrollo y la solución de las escenas en que construye esos tipos.

Esa presencia de la literatura asturiana (esto es, en lengua asturiana) en el exilio no se da únicamente en la Argentina. En Litora cantábrica (2004) he señalado y analizado el mismo tipo de escritura en Uruguay, México y Cuba.

He dicho arriba que predominan entre estos escritores los que crean en la patria asturiana y publican allí, pero es notable también el número de exiliados que lo hacen directamente en el continente americano, como Ángel Rabanal, Antonio Martínez Cuétara o Enrique Pérez Álvarez. Algunos son personas que nacen al otro lado de la océana mar o que pasan en aquel lado la mayor parte de su vida, como el citado Pérez Álvarez, Aureliano Barredo Gutiérrez o el notable Xiquín de Villaviciosa. Incluso, el teatro asturiano moderno ve allí la luz —en Cuba, en concreto, a través de Nolón—, antes que aquí se ponga de moda el Teatro de la Naturaleza y lo que luego será la Compañía Asturiana. En 1989, por otro lado, Francisco Capalleja estrena en Buenos Aires una zarzuela, La foguera de Ventanielles.

Lo que significa todo esto es bien claro: una ciudadanía que, desde la emigración o el exilio, requiere —a lo largo de bastante más de un siglo— la presencia de sus señas de identidad a través de la llingua; unas instituciones, las periodísticas o asociativas, dispuestas a permitir o alentar (en más o en menos, en calidad identitaria débil o fuerte, que es esa otra cuestión), esa existencia; unos escritores que, pese a que su actividad es mirada con menosprecio o tolerada con displicencia por la mayoría de la sociedad asturiana (especialmente por quienes, desde una banda u otra, la enseñorean desde el poder social o político), se empeñan en el enfotu de testimoniar su emoción en su lengua y mantener vivo el tremolar de su bandera, para así, entre otras cosas, comunicarse con la Asturies transterrada.

A todos ellos, idealistas contra cualquier esperanza razonable, empedernidos contra el fracaso o el rechazo, patriotas a veces contra la evidencia, nuestro reconocimiento y nuestro homenaje.

Ellos representaron y representan la continuidad de una parte importantísima de la patria y del sentimiento de la misma.


Esti artículu asoleyóse na Nueva España del 11/07/09

autopista "Y", sensatez e inxenieros de caminos

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Fai yá más de diez años que llamé a la autopista "Y", la caleyona, porque ye, en realidá, una vía interciudadana, con llimitaciones pa la incoporación de vehículos y ensin iluminación (que llevamos pidiendo dende fai casi venti años), pa la que vengo pidiendo -tamién fai décades- un desdoblamientu.

Pues bien, agora dellos "técnicos" vienen a facer propuestes que yo califico d`enlloquecedores o fates: facer un carril central con cambios de sentíu según les hores o según el tráficu. La única solución, ensin embargu, por razones tanto de tráficu como de seguridá, ye AUMENTAR A UN TERCER CARRIL ESTERNU Y AMEYORAR DRÁSTICAMENTE LOS ACCESOS A LA VÍA CENTRAL.

Afortunadamente, entamen sentise voces que rechacen dafechu la "solución" que paecen proponer el Gobiernu asturianau y el Gobiernu central, la del tercer carril únicu interior. Asina, los inxenieros de caminos (ver la Nueva del 07/07/09, páx. 23) "rechazan el plan para ampliar la "Y" porque resta seguridad a la vía" y que "congestionará más la autopista". Del mesmu mou afirmen que "prefieren el tercer carril por el exterior".

Por ciertu, paez que, más de quince años dempués de la primer petición nuestra p`allumar l`autopista, van ponese en marcha los allumamientos de dellos tramos. Si lo vemos ¿pa cuándo?

N.B. A propósitu, otru día falaré del disparate monumental de la nueva reglamentación de tráficu qu`impide superar los 120 per hora nin p`adelantar nes autopistes.

AVE, mentires, esixencies

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Sea la que sea la solución pal futuru tren que crucie El Güerna per baxu y que llegue hasta Xixón, nun va poder pasar pel tunel embaxu'l xerrón a más de 220 per hora (ente L.lena y Xixón nun va dir más allá de ser un tren convencional). Con tou y con ello el Gobiernu asturianu, a través de Francisco González Buendía, sigue calteniendo que'l futuru nuevu tren va cruciar a más de 300. Yá se sabe: el Gobiernu d'Areces ye un gobiernu lliterariu d'un solu xéneru: el cuentu.

Per otru llau, ún que tuvo nel Congresu los Diputados pa ensertar la variante d'El Güerna nel PDI (y que, polo tanto, tien daqué parte en que vayamos algamar el nuevu trazáu) y que tuvo tamién nel llantamientu de la primera piedra la obra en L.lena nel so día, allégrase del barullu que suponen les palabres de Francisco Álvarez Cascos, impulsor -vamos decilo con claridá- decisivu del nuevu trazáu.

Porque equí, si nun s'espatuxa, tanto'l PSOE como'l PP traguen lo que-yos echen (digo siempre qu'esperen les órdenes de Madrid nel primerl movimientu de buxarronismu). Y, polo xenerao, la sociedá asturiana o anda sorda, o ciega o ta ensin voz (o fai como que lo ta).

Jaculatoria del funcionario asturiano

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El Señor me lo dio,

el Señor me lo quitó,

él mismo lo volvió a dar.

¡Oh, Señor, tanto rodar,

dónde cóño parará!

Pronósticos de futuro y éxitos del PAS y UNIÓN ASTURIANISTA

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Entre en broma y en serio, en El Comercio del 02/07/09 Senén Guillermo Molleda Valdés injerta estas palabras proféticas:

Como no podía ser de otra manera, el animal sacrificado fue un pitu de caleya, en cuyo higadillo el arúspice vislumbró este futuro político:

«En las próximas elecciones autonómicas se comprobará que hay muchos votantes ahítos con el bipartidismo y pico que soportamos, y que por tal motivo otorgarán sus votos a grupos de corte más o menos nacionalista, como el PAS, la URAS y el pico mentado que se llama IU. Serán partidos bisagra con cuyo concurso habrán de contar los mayoritarios a la hora de gobernar. Ítem más: veo borrosa, pero la veo, la posibilidad de que el líder de un grupo asturianista llegue a la presidencia del Principado merced a uno de esos pactos de gobierno. En cualquier caso, las componendas a las que habrá lugar permitirán la promoción máxima del bable académico, hasta el punto de que llegará el momento en que parezca existir una auténtica demanda social para su oficialización».


Pues nada, estimado Senén Guillermo, a seguir profetizando con acierto y que tú lo veas.

Miguel Iglesias Ballina: presos de sus propias fábulas

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Na Nueva España del 22 de xunu, apaez una entrevista con Miguel Iglesias Ballina, secretariu d'empléu de CCCOO. Ellí, ente otres coses, cuéntanos que «Siempre tuve clara la diferencia entre el compromiso político y sindical -que es parte fundamental de mi vida- y la afición por el fútbol y la simpatía por el Real Madrid, que son cuestiones que ocupan un plano muy secundario en mis preocupaciones y no dejan de ser un entretenimiento. Por eso, en ningún momento tuve problemas para compatibilizar mi ideología de izquierdas y mi afición por el fútbol y por el Real Madrid».

Pues, bueno, ta bien, ¡como si ficiese falta xustificalo! Pero seguimos:

«Había muchos prejuicios en aquella época entre la izquierda y la progresía por la utilización que el régimen franquista hizo del fútbol para tener entretenido al pueblo».

¡Home, yá nos gustaría saber por qué'l fútbol yera "alienante" o emplegáu pol Réxime n'época de Pachu y agora non! Si entós había, a tolo más, un partíu a la selmana, y agora hai casi ún tolos díes y los fines de selmana cinco, seis o siete, ¿qué ye que nun ye agora mayor la utilización del fútbol por parte'l Réxime (del PSOE y sindicatos gabita)? ¿O ye que'l fútbol yera alienante con Pachu y agora yá nun lo ye?

¿O nun taremos más que xustificando les babayaes qu'un día dixéramos -la izquierda y la progresía- ensin ser quién a decatanos o a confesar qu'aquello que decíamos nun yera más qu'eso: fataes, mazcayaes, fatures, tochures, babayaes, progreseríes?

P.S. La semeya "róbola" na Nueva España a Jesús Farpón.

La superstición del liberalismo

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John LockeEntre los variados mensajes que se elevan en el aire como emanaciones del lodazal de la crisis está el del liberalismo. Según este discurso, la única receta válida de actuación sería dejar que la avenida de las aguas discurriese sin que nadie le pusiese freno ni la encauzase, o, dicho en otros términos, que el mercado actuase libremente. De ese modo, habría justicia, la economía se sanearía y recobraría su pulso con mayor prontitud, el futuro se despejaría antes.

Es cierto que el mercado como guía es cien veces preferible a una economía planificada. Como nos ha demostrado la experiencia en los últimos cien años, el mercado –es decir el libre juego de los actores sociales— crea más riqueza y la distribuye de forma más eficiente que cualquier otra fórmula; del mismo modo, atiende a las nuevas demandas con mayor prontitud, rectifica antes su rumbo, asigna mejor los recursos, evalúa costos y precios. Es asimismo indubitable que la economía planificada como sistema generalizado es inseparable de la dictadura, de la ineficacia, la desigualdad y la corrupción. La economía de libre mercado no es capaz de evitar en algún grado la corrupción (pero la puede detectar y corregir) y exhibe siempre el espectáculo nunca satisfactorio de la desigualdad; la dictadura es, a veces, relativamente compatible con el mercado, pero la ineficacia y la corrupción son inherencias inevitables de ella.

Pero dicho eso, la demanda de la inhibición del estado ante las crisis, la exigencia de que no se intervenga para que argaye lo que tenga que argayar, el suspirar por el fuego acendrador de la destrucción creativa no es más que una pura superstición, la reiteración de una jaculatoria sin contenido.

En primer lugar, porque la propia teoría del liberalismo económico clásico es una pura fantasía. Por ejemplo, la idea de que, establecida la libertad universal de comercio, cada país acabaría especializándose en la producción de aquellos bienes y servicios en los que sería más eficaz y, por tanto, más competitivo, ignora la existencia de la realidad. Pasa por alto, por ejemplo, la alta probabilidad de que, cuando la información suficiente para una producción teóricamente ventajosa llegase a los agentes de un país equis de la periferia del sistema y se pudiese disponer de los medios suficientes para ponerla en marcha, la demanda de esa mercancía o servicio hubiese decaído o modificado sus parámetros. Y, con mayor probabilidad aún, la crisis social sería tan intensa en el tránsito entre la decadencia de las antiguas producciones y el hipotético surgimiento de las nuevas que la sociedad sobreviviente no sería capaz de poner en práctica más que una economía de subsistencia.

Pero es que, además —dicho sea con un símil cosmológico—, la expansión del cosmos económico en la historia de la humanidad no se ha producido de forma homogénea, sino que, desde el primer momento, se han producido acreciones en determinados puntos y vacíos —o escaseces— en otros, lo que representa progresivas ventajas de tamaño, conocimiento, especialización, etcétera, como ha subrayado el premio Príncipe de Asturias y premio Nobel, Paul Krugman. De esa manera, el deseo de que las cosas vayan solas para que vayan mejor de por sí, de forma más justa y para todos, no es sólo un deseo en el vacío, sino un pensamiento contra la realidad.

Pero es que, por otro lado, la política no debería tener como finalidad ningún futurible ni abstracto. Su objetivo es el presente, como Jefferson subrayó, no el futuro; su preocupación principal los hombres y el mundo real, no el hombre nuevo ni el nuevo mundo; su destino principal y posible, el prójimo, los próximos, no la humanidad en abstracto.

Y, sobre todo, cualquier política que pretenda regirse por sólo una idea, principio o fórmula es una política reductora, de la que escapa la realidad, en cuanto que es incapaz aquélla de captar ésta y en la que, desde luego, es incapaz de incidir, como no sea a modo de estorbo o fuerza destructiva.

Porque la única buena política es arte, no únicamente el arte de lo posible, como suele decirse, sino arte, en el sentido más común de la palabra en Asturies: «maña, pericia, conocimiento» y también «artería». Para conocer la realidad y no deformar su percepción por nuestros prejuicios, para operar en ella con cautela, para saber modificar nuestras recetas y nuestras premisas previas si ellas no funcionan o si, según suele ocurrir con frecuencia, a modo que predice en otros ámbitos la premisa Heisenberguiana, las propias actuaciones políticas provocan modificaciones sociales.

Arte, pues; no prejuicio ni superstición. Ni siquiera liberal.

Nota: esti artículu asoleyóse na Nueva España del 01/07/09

El ejemplo del caso Madoff

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El caso Bernard Madoff resulta ejemplar (o ilustrativo) por muchas razones. Centrémonos sólo en una: la velocidad (sólo poco más de tres meses, 200 días) para el final de su juicio y condena. Si eso hubiera pasado en España, transcurrido ese tiempo ni siquiera se habría solicitado el primero de los testimonios o documentos. Recordemos, por no ir muy allá, los caso de Fórum y Afinsa, cuyas víctimas (cuyos estafados) aún no saben, siquiera, si desde el punto de vista legal han sido estafados (que lo han sido realmente en su patrimonio y expectativas de futuro).

Ello quiere decir que en nuestro país la justicia funciona mal, pero, sobre todo, que funcionan muy mal los legisladores, que perpetran leyes y normas con las témporas (¡Sí, es un eufemismo!), según vengo repitiendo hace muchos años, y que no les preocupa ni un ápice el ciudadano, el que debería ser el objeto de la política y de la Administración.

Se impone una reestructuración total de la justicia y, para que ello ocurra, es necesario limpiar los establos de Augias, la reserva mundial de la incompetencia absoluta, el Parlamento español (y de paso, el asturiano, más necesitado áun).