Amuravela de Oro

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Amuravela de Oro Ayer formé parte del xuráu que falló la cuadraxésimo cuarta edición de La Amuravela de Oro. Estos fueron los distinguíos con ella (titular de La Nueva España): La docente Ana Peláez, Cáritas y la Fundación Aladina reciben con "orgullo" el reconocimiento de la prestigiosa Amuravela de Oro. De les interioridaes del debate del xuráu: quedaren casi apré dalgunes otres candidatures, en particular, dos de mena cultural, una personal, otra institucional. (En semeya, el xuráu, posando nes puertes del RIDEA, onde fueren debate y fallu).

De trenes, primos y timos

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU DE TRENES, PRIMOS Y TIMOS Que no los encelen con la muleta de ADIF o de RENFE. Que no les hagan perder el tiempo con el tamaño de los trenes o los túneles. Todo eso es palabrería para ocultar la verdad: desde el año 21 se sabía el error inicial y se disponía de la solución, pero al Gobierno no le interesó entrar en la cuestión. ¿Por qué razón? Por un problema elemental, por un problema de pasta: si el dinero no se destinaba a los trenes de Asturias y Cantabria, el dinero estaba disponible para otros gastos. Para otros gastos y para otros territorios. Territorios que tienen más peso político que Asturies o Cantabria, territorios con los que existen más compromisos, territorios que amenazan más. ¿Solo? No, porque, además, políticamente, asturianos y cántabros somos unos pininos, unos primos, y nuestro peso político y capacidad de presión o amenaza es cero. De modo que si no hubiese saltado la cuestión a la prensa ahí seguirían dormidos los proyectos de los nuevos trenes para FEVE. Ni más, ni menos. Por cierto, para timos los que se dan a los ganaderos y agricultores, afirmando que se los atiende, y a todos nosotros, a los que se nos entretiene con los discursos del despoblamiento y el «reto demográfico». Miren: estos días han desalojado dos cuadras de un ganadero en Suarías porque molestaba. Ello se suma a la persecución habitual a la gente del campo por ruidos de gallinas, perros o motosierras. ¿Saben que el Gobierno haya legislado para evitar la invasión del campo por los señoritos y estos desafueros? Y, además, llega Planas y da una patada a seguir al acoso de los lobos al ganado. Hacen todo lo posible por eliminarlos. Créanme. Por cierto, admiro políticamente y literariamente a Vargas Llosa, pero esa frase de que «La novela salvará a la democracia o morirá con ella» no es más que una babayada.

¡Tate, tate!

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(Ayer en La Nueva España) ¡TATE, TATE! El domingo 12 publicaba LA NUEVA ESPAÑA una entrevista con don David Mingo, autor de un libro en el que recoge las opiniones de algunos próceres contrarios a la oficialidad. Don David es madrileño de nacimiento, allí enseña, y veranea en Llanes. De casi todos los entrevistados conozco declaraciones o actuaciones contrarias a la oficialidad del asturiano, alguno de ellos es especialmente belicoso. En alguna medida, el señor Mingo recoge el pensar de los entrevistados, pero, en todo caso, lo que expresa son sus ideas. Lo que le ha empujado a las entrevistas y a la publicación del libro es, según sus palabras, que «Las políticas de cooficialidad en España traen malestar y discordia, me preocupaba que eso pudiera pasar aquí, por eso hice este libro». Repasemos sus razones y argumentos. En primer lugar, afirma que no está en contra de la lengua o de las «variedades lingüísticas», «que hay que promocionar». ¿Qué quiere decir con eso? ¿Qué son las «variedades lingüísticas»? Quiere decir, como afirman muchos de los de los predicantes de los «miles de bables», que se debe enseñar en cada pueblo una lengua o lenguaje diferente, que se debe formar un profesorado distinto para cada «variedad»? ¿O es que para promocionarlos no se deben enseñar? ¿Y en los medios de comunicación? ¿Habría varios locutores para cada noticia? ¿Sería necesaria la presencia del Paracleto para todo ello? Y, mutatis mutandis, ¿ese respeto para las «variedades» sería el mismo para su sacro castellano (o «español», como dicen algunos)? ¿Habría enseñantes con un programa distinto para Sevilla, Salamanca, Cádiz, Cáceres, etc.? ¿Los medios públicos estatales hablarían con diversas «variedades»? Solo de pensarlo se horrorizaría, evidentemente. Entonces, ¿por qué lo que es injustificable e imposible en un caso debe ser lo adecuado y correcto en otro? Además, utiliza un tópico absolutamente falso, que cuando «dos asturianos se encuentran (quiero entender yo: de lugares diferentes) hablan en castellano». ¿Pero estos tipos en qué chigres paren? Básteme apelar a Xovellanos cuando manifestaba que no había grandes diferencias en el habla de unas zonas de Asturies a otras. Toda esa argumentación tiene una implicación incontrovertible: por lo que se labora, velis nolis, independientemente de la voluntad o la inconsciencia del emisor, es por mantener el asturiano en su condición de lengua marginal o de los marginales, de lengua inferior, en situación de diglosia, lo que significa apostar por su rápida e inevitable extinción en no muy largo plazo. Igual ocurre con quienes se oponen a la cooficialidad. La cooficialidad es una fórmula necesaria para el mantenimiento del asturiano, al visibilizar su uso como «digno», su estatus como no marcado negativamente. ¿Garantiza su supervivencia? Depende, pero sin ello no la habrá, aunque no basta. ¿Se puede estar en contra de la cooficialidad? Por supuesto. Pero sabiendo lo que entraña, cuál es la apuesta. Lo que no se puede decir es que se está a favor del mantenimiento y progreso del asturiano y negar la cooficialidad (o no utilizar los medios audiovisuales, como hace el Gobiernu). Y aquí entramos en otro aspecto, aún más profundo, de la posición de don David (y de muchos de los partidarios de sus argumentos y posturas). Afirma él que se predica por ahí que «Estar contra la oficialidad es de malos asturianos». No lo he oído nunca. En todo caso, por supuesto que no es así. Pero lo que sí hace con esa afirmación falsa (u oída a pocos y presentada como general) es construir un enemigo maligno y peligroso: el partidario de la cooficialidad; el primer peldaño para el edificio de la demonización del partidario de la oficialidad, de la oficialidad, y, en último término, del asturiano. Y a partir de ahí profundiza en su pensamiento, o manía: sostiene que la lengua crea siempre «un nacionalismo radical», en todas partes, y que la oficialidad crearía inevitablemente ese nacionalismo radical. Que «las políticas de normalización» fundamentarían unas elites que «romperían la igualdad» y propiciarían ciudadanos de primera y de segunda, marginando a quienes no hablasen asturiano. Permítanme un par de notas de sociología e historia antes de concluir. La primera: ¿de verdad teme que la cooficialidad lleve a la aparición de partidos nacionalistas radicales en Asturies? ¿De verdad? ¡Qué risa! La segunda: afirma que los partidos nacionalistas radicales están ligados a la lengua. ¿ERC o BILDU o el BNG, si quiere don David considerarlos así, son partidos radicales a nativitate o solo llegan a ella por la lengua? ¿Y cómo que la reivindicación lingüística va unida siempre a la radicalidad o que causa inevitablemente problemas? ¿Por qué oculta que la «galleguización lingüística» aparece en Galicia con Fraga y Xosé Luís Barreiro? Y, finalmente, puestos a buscar radicalismos, puede irse don David, ayer y hoy, a tierras de habla castellana a buscar radicalismos de todo tipo. Luego, su argumento es falaz. Antes de terminar, no quiero dejar de considerar que los argumentos que hoy utilizan los contrarios a la normalización social del asturiano y la cooficialidad son exactamente los mismos que se utilizaban hace cuarenta años cuando se proclamaba que enseñar el asturiano en las escuelas era una estupidez y que más valía dejarlo morir. Bueno, hoy se tapan con las «variedades» y la promoción —está ahí detrás la Ley de Uso y Promoción, que tanto nos costó arrancar a izquierda y derecha—. Un pasín adelante, o un pasín atrás, según el punto de vista. Pero concluyamos. ¿Qué es lo que de verdad piensa don David Mingo y, seguramente, muchos de los paradiscurseantes? Esto: «Allí donde se han desarrollado políticas de normalización lingüística y cooficialidad se ha generado malestar y discordia entre los ciudadanos». «En ese momento es cuando se rompe la igualdad entre todos los españoles y donde no hay las mismas oportunidades para alguien de Cáceres o de Irún». Claro como el agua. Creo que no necesita explicación. Salvo el castellano… Intelligenti…, dice el adagio latino.

Plutarco, Augusto, perros y monos

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En Vidas paralelas cuenta Plutarco que “viendo Augusto en Roma a unos extranjeros ricos que, mientras paseaban, llevaban en brazos y acariciaban crías de perros y monos, preguntó si en su país las mujeres no daban a luz, reprendiendo así de un modo verdaderamente imperial a quienes dilapidan con animales la inclinación natural al amor y al cariño que hay en nosotros, en lugar de consumirla con los hombres, como es debido. https://books.google.es/books?id=qZLJH7FZs28C&pg=PA24&lpg=PA24&dq=Viendo+Augusto+que+unos+extranjeros+ricos+llevaban+en+sus+brazos+perros+y+gatos+pregunt%C3%B3&source=bl&ots=efdTOv7x2p&sig=oyflrqyMk5MVSETsyi8MrY-

Dos aniversarios. Amoniaco, queixo e Irene Montero

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(Ayer, en La Nueva Esaña) L’APRECEDERU DOS ANIVERSARIOS. AMONIACO, QUEIXO E IRENE MONTERO Una efeméride se celebra en estos días. Una muy importante, el vigésimo quinto aniversario del primer trasplante de corazón en Asturies. «Cuando lo vi latir me pareció un milagro», dice el cirujano jefe José María Valle. A partir de entonces los trasplantes se han convertido, si no en rutina, en algo habitual. No caemos en ello, ¡pero cuánto ha avanzado la medicina en tantos aspectos! ¡Habrá problemas, pero cuánto mejoramos! En un tono menor, pero también importante: en abril de este año se habrán cumplido los veintiocho años de la puesta en servicio de las UVI móviles, un instrumento muy importante para salvar vidas, a lo que yo y mi partido (con el acicate del técnico sanitario Luis Alberto Mamés) contribuimos, a través de la Xunta Xeneral, con nuestro empeño pionero. Pero volemos a otros aspectos de la actualidad. Contaba con frecuencia mi amigo Sergio Marqués, un gran presidente, la siguiente facecia: un estudiante calavera, de los que nunca pisaba una clase. Universidad. Segundo curso. Asignatura de química. Examen de los antiguos: oral, catedráticos togados y en estrado. Pregunta: “el amoniaco, características”. “Pues, pues… es un líquido… de olor agradable”. El presidente del tribunal interrumpe, ordena al bedel traer un frasco de amoniaco. Se lo da al examinando para que huela. Destapa, arrima la nariz, se convulsiona. Una pausa. Tapa el recipiente. “Pues a mí gústame”. Esta me la cuentan mis amigos Teresa y Manolo. Bual. Dos amigos ante un escaparate. Señalan un producto. “Mira ese queixo”, dice uno. “Non, eso e xabón”, afirma el otro con rotundidad. Discuten y entran. El tendero le da a probar un trozo de la pieza en disputa al del queixo. De su boca empiezan a salir espumarajos. Mueve la cabeza de izquierda a derecha. “Saber sabe a xabón, pero ser e queixo”. Irene Montero y su troupe. “Cambiaremos lo que haya que cambiar, pero la ley es perfecta”.

La mar, a la puerte

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Nun ye que la mar apuerte a la puerte de casa, ye l'espeyar de la mar nel cristal de la puerte. El Piqueru, 11/02/2023.

Un recuerdu de María Josefa Canellada

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Un recuerdu de María Josefa Canellada Llavona (L'Infiestu, 1913; Madrid, 1995). María Josefa fue una de les primeres académiques de l'Academia de la Llingua Asturiana, y collaboró na redacción de los estatutos y de les primeres normes. Recuérdola naquelles sesiones, siempre tan educada y acertada. Ente otres obres escribió como narradora n'asturianu Montesín y Malia, Mariantia y yo.

¡Lo qu'aguanta esti añu la ñeve n'El Sueve!

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Lo qu'aguanta ehí enriba. Les dos primeres son del 05/02/23. Les otres dos, del 11/02/23. Y gracies a les xelaes. Ye l'añu, de los que yo tengo conocencia equí, en Llastres, que más aguantó tanta ñeve (otra cosa son los ñeverinos nes resquiebres. D'esos que dicíen que taba ellí la ñeve esperando por otra).

El circo y Ramón Tamames

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(Asoleyóse en La Nueva España del 10/02/2023) EL CIRCO Y RAMÓN TAMAMES A la hora de escribir este artículo desconocemos si finalmente Ramón Tamames encabezará la moción de censura presentada por VOX. La opinión mayoritaria es que, de darse esa situación, don Ramón y VOX convertirían el Congreso de los Diputados en un circo, en una comedia, en una representación bufa, como ustedes quieran. ¿Razones que se dan? Los años del postulante, señalan algunos, lo peregrino de que un excomunista aspire a presidente del Gobierno presentado por un partido como VOX, la inutilidad, en todo caso, de la moción de censura, puesto que no habrá votos suficientes para ganarla. Algunos consideran otros aspectos: la incomodidad que provocaría en el PP la moción de censura, tanto si votase a favor como si no; el daño que ello podría hacer en el voto del centro-derecha, desagregándolo aún más; no parecen faltar tampoco voces críticas en el propio partido impulsor, por la extravagancia de que los represente un candidato que fue comunista, por el programa que pudiere presentar don Ramón, que no sería exactamente el de VOX o podría estar muy alejado de sus postulados. Como quiera que sea, algunos efectos se han producido con el solo anuncio: el salto a la notoriedad (y, en parte, la recuperación de la misma) del señor Tamames, la ocupación notable de presencia mediática para VOX (ya saben ustedes que uno de los vectores más importantes para el éxito en política es la práctica de los zamarrones: meter mucho ruido con los cencerros). Yo personalmente tendría gran interés en ver a don Ramón como candidato a la presidencia del Gobierno, por el circo, precisamente. Pensemos, primero, en qué podría impulsar al candidato a serlo en esas condiciones tan fuera de lo normal. Achaquemos una parte de las causas a su ego, pero, sin duda, la más importante es la conciencia en él de que el país va mal, y de que hay que variar el rumbo y tomar medidas para rectificar. Por eso se decidiría a afrontar el reto y las críticas, muchas, feroces, que sabe inevitables. ¿Y de qué hablaría? Pues, sin duda, entre otras cosas, de la situación de la economía: de la deuda, del paro, de las pensiones, de la estructura económica, de la industrialización, del apoyo a las empresas, de la fiscalidad… De esas cuestiones seguro. Y ahora volvamos a lo del circo, y a mi interés por el espectáculo. El Congreso es un circo permanente, diario. Los diputados aplauden, gritan, jalean y patalean como simios, con frecuencia. Nadie escucha a nadie, ni contesta a nadie. Allí no existe más que el solipsismo de cada congregación. Pues bien, al llegar una persona que no pertenece a ningún grupo, sino que es independiente, y decir cosas que ya han sido dichas pero sobre las que nunca de ha debatido (no quiero decir “algareado”, sino razonado, con pros y contras), ¿se producirá un debate? O se contestará, como es habitual, por el método Ollendorf o, si, ustedes lo prefieren, por el «falando d’escopetes, San Fernando tenía un carru», no solo evasivo, sino faltón. Por ejemplo: «¿Qué me dice del paro del último mes?». Respuesta: «Mejor se preocupaba usted de ese primo suyo de Mieres que cuando iba a la escuela tiraba piedras a los gorriones». Y así, sistemáticamente. ¿Tratarán con respeto a don Ramón los habituales del circo? ¿Se seguirán con atención las réplicas y contrarréplicas de unos y otros o todo se centrará en jalear, palmotear y abuchear? ¿Se convertirá el Congreso por unas jornadas en el templo de la soberanía popular o seguirá siendo el circo habitual o, si lo prefieren, la taberna de las altas horas de la noche? ¿O tendremos que decir algo parecido a lo que se dice de los palestinos, que nunca pierden una oportunidad de perder una oportunidad? En este caso, de no abochornarnos y no sacarnos los colores. Comprenderán ustedes por qué me gustaría ver a don Ramón Tamames encabezando esa moción de censura. Por verlo a él. Por ver a los demás en su espejo.

PSOE contra PSOE

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(Ayer, en La Nueva España) PSOE CONTRA PSOE Supongo que se habrán dado cuenta. Existen unas profundas discrepancias entre destacadas personalidades del PSOE y la acción de su partido y el Gobierno. Y hay dos notas peculiares en esa discrepancia: no se trata de opiniones diversas entre facciones o tendencias, como solía llamárselas antes: las facciones han desaparecido de la vida interna del partido socialista; esas discrepancias se manifiestan en los medios de comunicación y son individuales, de personas concretas. La lista de esos desencuentros es muy amplia, pero se manifiesta fundamentalmente en torno a dos cuestiones, las alianzas con Bildu y ERC, de un lado, y la legislación que deriva de esas alianzas: la eliminación del delito de sedición y la mutación del concepto de malversación; la segunda, a las leyes relativas a la personalidad sexual y a la de las relaciones de carácter sexual entre varones y mujeres. Guillermo Fernández Vara, Francisco Javier Lambán y Emiliano García-Page, presidentes, respectivamente de Extremadura, Aragón y Castilla la Mancha, han sido seguramente quienes, por su papel institucional, han realizado críticas más destacadas en torno a ambos bloques, el de las alianzas y sus consecuencias, el de la legislación, digamos, en torno a la definición sexual y las relaciones eróticas. Es cierto, asimismo, que, con posterioridad, han procurado navegar y guardar la ropa, matizando lo dicho o retractándose de ello. Son notables, asimismo, las censuras que desde lo que pudiéramos llamar el PSOE histórico, sus militantes, se han dirigido contra esas cuestiones: más contenidas en Felipe González, más en su tono de lengua afilada por parte de Alfonso Guerra. Y no digamos ya las que han venido de Joaquín Leguina, expulsado del partido recientemente por sus críticas, o Nicolás Redondo, expedientado pero exonerado. Y aun si vamos más atrás, encontraremos a José Luis Corcuera, ya hace tiempo muy distanciado y muy crítico. Como yo, retendrán en su memoria manifiestos recientemente firmados por exministros del PSOE, no pocos, y militantes de toda condición y geografía contra la legislación del Gobierno de Pedro Sánchez relativa a lo que algunos llaman «pagos a ERC y Bildu» y el Gobierno y parte del PSOE califican de «pacificar Cataluña». O las reiteradas manifestaciones de destacados socialistas contra la redacción de la Ley «Sisí» —inclúyase ahí al Presidente Barbón¬—, que se realizó con desprecio de todos los informes y saberes técnicos, o la oposición de muchísimas socialistas de militancia feminista, como doña Amelia Valcárcel o la «prudente» Carmen Calvo, a la ley «trans». Un crítico especialmente reiterativo y alarmado es Cesar Antonio Molina, que fue ministro de Cultura con el ínclito Zapatero —el que quitó el peaje del Huerna de Asturies—. Dos frases: «Si Sánchez vuelve a ganar, no sé si quedará algo de España». «Sánchez se ha adueñado de la marca del PSOE, se cree el Simón Bolívar ibérico». Es evidente que algo muy grave está pasando para que se produzca esa clamorosa alarma entre gentes del PSOE, especialmente entre los que tienen más antigüedad y los que ahora están en el poder. Algunos argumentarán que se trata de puntos de vista causados por la edad (y no diré aquí con qué calificativo vulgarísimo se los etiqueta entre la puberprogresía); otros podrán afirmar que unos hablan porque son libres para hacerlo, al no estar atados por cargo y sueldo, mientras que los que callan lo hacen por lo contrario. Más lo que me preocupa especialmente ahora es otra cuestión, de índole psíquica y personal. Fíjense en lo de «El Simón Bolívar ibérico». Sumen ustedes: ¿Se acuerdan de aquella babayada de Pérez-Castejón en el homenaje a Almudena Grandes, aponderándose diciendo que pasaría a la historia por haber sacado el cadáver de Franco del Valle de los caídos? (Alfonso Guerra, por cierto, comentó: «Dice que pasará a la historia por haber exhumado un cadáver, ¡pues vaya gloria!»). Pues hace dos días Máximo Huerta, el ministro de una hebdómada, contaba en El Hormiguero que cuando fue a presentar su dimisión a Pedro Sánchez, este no le habló de él ni de su circunstancia, sino de sí mismo. Y empezó a preguntarse que cómo lo vería la historia en el futuro. «¿De mí, qué dirán», se monologó. ¡Uy, uy, uy! Ya saben lo que dice el refrán asturiano: «Lo que de lloñe parez, de cerca ye».

Una curiosidá, col emblema antiguu del PAS

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Fáimelo llegar Xurde Morán. Camienta que debe ser de 1987. Tien el primitivu emblema del PAS

Cónclaves y claves

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(Ayer, en La Nueva España) L’APRECEDERU CÓNCLAVES Y CLAVES La noticia de esta temporada ha sido indudablemente la del «cónclave del noroeste», la reunión en Santiago de los presidentes de Galicia, Castilla y León y Asturies, así como de un gran número de empresarios y sociedades, para exigir prontamente las inversiones necesarias para el «Corredor Atlántico Noroeste», un trazado y unos servicios ferroviarios que permitan competir a industrias y comercio en igualdad de condiciones con el resto de España en sus transacciones con Europa, ya por ferrocarril, ya por vía marítima. La reunión, al margen de la demostración de unidad y de la mostración de necesidad, tiene como trasfondo la pugna con el este de la península y el llamado «Corredor Mediterráneo», más avanzado y mimado por el Gobierno central en proyectos y fondos. Poco hay que decir de la reunión y sus intenciones, más que aplaudir y desear continuidad a la presión. Pero, con todo, uno no puede evitar un punto de escepticismo: la alianza entre las tres comunidades para el mismo objetivo se constituyó en 2017, sin que desde entonces se avanzase un paso. De cónclave a claves: recoge LA NUEVA ESPAÑA un reportaje de varios comerciantes que en la calle Corrida de Xixón «resisten» con sus comercios abiertos frente al empuje avasallador de las franquicias, que pueblan las principales calles de nuestras ciudades, y al cierre de tantos comercios tradicionales. Aplauso y montera. El reportaje constituye un nítido ejemplo de en donde radican nuestros problemas, en la falta de capitales propios, y, en consecuencia, de la falta de empresas y empleo, con su corolario de emigración. Y no es indiferente que esos capitales vengan de fuera y puedan marcharse cuando quieran o que sean de aquí, y tengan, por tanto, más tendencia al arraigo. Ambos aspectos, el de las conexiones exteriores y el del crecimiento de nuestros negocios y capitales son inseparables si queremos tener un futuro mejor que el presente.

Ñisales, cagarriones, priripirulos, ñisos, Prunus Pisardii

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Dende hai unos años vengo apuntando l'apaición de les primeres flores nes ñisales o cagarrionales del institutu El Piles, que dan una cargazón de ñisos, cagarriones o piripirulos encarnaos, en sazón allá pa finales de mayu. El nome científicu de los árboles (son dos), ye'l de Prunus cerasifera atropurpurea o Prunus Pisardii. Dende que me xubilaron ye'l mio compañeru y amigu José Luis Fernández López, Pepe, el que me manda eses semeyes. Esta ye la primera y única, d'esti añu. Salió'l 02/02/2023. Oros años tamién salen per estes feches, más abundantes. Anque dalgún añu salen enantes. Por exemplu, nel 2014 tengo colgada una semeya de los primeros ñisos el 30 de xineru. La fecha más temprana fue l'añu pasáu. Téngoles asoleyaes, dempués de mandámeles el mio amigu, el 12/01/2022. En fin, en tou casu, y como tolos años, les flores de les dos ñisales lleguen col primer aumentu de la llume'l día. Y a partir d'equí entamen les floraciones de munchos árboles. Gracies, Pepe.

¿Qué ye más, poeta o menistro?

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(La Nueva España, 30/01/2023) L’APRECEDERU POETA O MENISTRO Llastres. Uno de mis paseos matinales. L’Aspu, camino de Lluces. Una huerta sobre el camino y algunas casas. El paisano deja su labor, se aproxima al borde y me dice: «Oiga, a ver si pone algo en LA NUEVA ESPAÑA». Y luego me explica: no tienen alcantarillado, las fosas sépticas fieden y se llenan de moscas en cuanto hay un poco de calor. «Y, como nosotros, otros por aquí cerca». Y cierra con esta reflexión: «Anden gastando dinero pa esa senda, que lleven varios años con ella, pa que la xente pasee, ¿y qué ye más importante, los saneamientos o la senda?». Y a mí me vienen de golpe a la cabeza dos preguntas, la del padre de Rosina a esta en Troteras y danzaderas, la novela de Pérez de Ayala, «¿Qué ye más, poeta o menistro?», y aquella otra de Hamlet, «¿Qué es más elevado para el espíritu…?», que contiene, asimismo, un dilema. Porque el gobernante debe enfrentarse siempre a un dilema a la hora de gastar el dinero que los ciudadanos ponen en sus manos: ¿Atender a los más o a los menos? ¿Tener como prioritarios los servicios básicos o preterirlos en función de las obras de ornato o recreo? Que quede constancia de la demanda y razones del vecino de L’Aspu, en todo caso. Y otra protesta, mejor, una injusticia que solo puede calificarse como un abuso (existe «alcaldada» pero no existe «juzgadada», que sería lo adecuado). Un ciudadano de Sobrescobio pretende modificar su nombre y apellido: quiere asturianizarlo y llamarse Xicu Ilesies, como, por otra parte, lo conocen amigos y concejo. Pues bien, el juzgado correspondiente y la Dirección General del Registro le niegan el derecho. Que yo sepa, al menos desde 1979, uno en Asturies pone en asturianu el nombre que quiere o lo cambia. ¿A qué viene esta juzgadada? ¡Ah, si fuese en Chino, en ruso, o en serietelevisionés!