La mujer de la rosa

(Ayer en La Nueva España) L’APRECEDERU LA MUJER DE LA ROSA El dato fundamental lo conocen ustedes. Una científica asturiana del CSIC, Carmen Martínez, ha recuperado una rosa excepcional, la “rosa Narcea”, tanto por su singularidad (es única en el mundo), como por sus propiedades extraordinarias para la perfumería y por su antigüedad (es de una cepa anterior a 1867, cuando las rosas chinas, más productivas, descastriaron prácticamente las rosas autóctonas europeas). Lo extraordinario es que su (re)descubrimiento se produce como un milagro. Presente en Bulgaria para negocios relacionados con el vino (doña Carmen lleva 35 años ocupada con ese sector), de repente le llegó el olor de una determinada rosa y ese arrecendor remitió su olfato y su cerebro a un rosal de su casa, en Carballo, Cangas. Y ahí empezó un proceso que ha llevado a dar a conocer la rosa en todo el mundo, a registrarla, a poner en marcha un proyecto de reproducción de la misma y ensayos sobre su vivacidad en distintos terrenos y altitudes. Pero lo más llamativo es que doña Carmen, en un país como el nuestro tan dado a mirar para el cielo y el Estado en busca de iniciativas, subvenciones y milagros, ha constituido, junto con varios socios, una empresa, Aromas del Narcea, para el cultivo de la planta y su explotación en el ámbito de la perfumería y otros campos posibles. ¡Ha puesto en marcha una empresa y se ha convertido en empresaria, en Asturies! Pero no acaba ahí lo excepcional de doña Carmen, su actividad y su visión del mundo. Fíjense en sus sueños, es decir, sus proyectos y deseos: “La idea es seguir plantando en el valle, que sea un cultivo singular de la zona, para que también sea un revulsivo económico y una alternativa agraria para todos. Una forma, como decía, de luchar contra la despoblación del occidente”. Una patriota. Doña Carmen, ¿no tendría usted forma de clonarse y multiplicarnos de Cármenes Martínez?

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