Ayer, en LNE: ¡Tanta memoria y nunca haber memoria!

 

                                  L’APRECEDERU

                        ¡TANTA MEMORIA Y NUNCA HABER MEMORIA!

                El 9 de agosto publicaba LA NUEVA ESPAÑA un reportaje sobre la antigua Ciudad Residencial de Perlora, una especie de ciudad modelo destinada al veraneo de los proletarios en tiempos de Franco. Junto con playas y viviendas, disponía de múltiples servicios colectivos. Aquello se ha dejado arruinarse y apetece hoy, al verla, repetir las palabras de Rodrigo Caro: “Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa”.

                El concepto de Perlora era el mismo que ha puesto en marcha poblados como el de Llaranes, y es idéntico al que impulsa hoy el balneario de Ledesma del Montepío: la empresa, el sindicato o el Estado ponen a disposición de sus obreros, de sus afiliados o del proletariado determinados servicios gratis o a precios excepcionales.

                ¿Por qué se ha dejado caer Perlora? Pues, incompetencia aparte, por un prejuicio de fondo muy de la izquierda asturiana: Perlora olía a “franquismo”, y ese prejuicio enfermizo hizo que lo relacionado con ella fuese mal visto. El mismo tabú que impidió usar en plenitud durante tanto tiempo la Universidad Laboral y que tanto despilfarro y disparate supuso.

                (Pero igual estoy equivocado, y el velo sobre Perlora es para hacer olvidar que allí se produjo el “golpe” en el PCE que llevó a Areces y a tantos cientos de ex al poder y que hizo fructificar tantas carreras, algunas aún coleantes).

                Contrasta esta permanente y enfermiza “memoria histórica” con la desmemoria voluntaria sobre otros episodios de la época franquista. Por ejemplo, como nos recordaba este diario dos días después, cómo un claretiano español salvó en Francia la vida de 155 judíos falsificando sus documentos, o cómo en Hungría hizo otro tanto un diplomático, Ángel Sanz Briz, con miles de ellos.

                ¡Tanta memoria y nunca haber memoria! Ninguna en algunos casos, torcida en otros.

               PS. Reconocerán en el titular la mano de Lope de Vega.

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