Ayer, en La Nueva España: Poso la montera

 


           L’APRECEDERU

                               POSO LA MONTERA

                Como desde hace veintinueve años, se ha celebrado en el Teatro Prendes de Candás el Salón de Teatru Costumista Asturianu, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA.

                Los autores que en él se representan y las compañías que lo hacen continúan una larga tradición que arranca a principios del XX, y en la que destacaron inicialmente, por solo citar un ejemplo de cada, Pachín de Melás y la Compañía Asturiana de Comedias. Lo habitual es que las piezas tengan un contenido melodramático o cómico, aunándose, por lo general, ambos aspectos. Por otro lado, si bien las representaciones suelen recurrir al repertorio clásico, actualizado en referencias, chistes o sentimientos, ningún año falta el estreno de nuevas obras, ya colectivas, ya de autor.

                Este tipo de representaciones tiene, como el de la tonada, un público tan entusiasta como fiel, para el que el Salón viene a representar un excepcional festival de lo clásico y de lo nuevo.

                Merece la pena subrayar el esfuerzo que este año ha representado la celebración del festival y el cuidado puesto en ello, tanto por la organización como por los grupos teatrales, que han tenido que bregar con las dificultades de reunión y comunicación de la pandemia. Aun así, han participado un total de doce elencos, con un total de ocho estrenos, seis de ellos absolutos. Felicidades y enhorabuena.

                Sería injusto concluir este artículo sin una mención especial a Alain Fernández, que dirige el Teatro Prendes, y, por supuesto, el Salón. Su dedicación, entrega, entusiasmo y acierto son memorables.

                 Y, de la misma forma, hay que felicitar al Ayuntamiento de Carreño y a las sucesivas corporaciones, por el sostenimiento del teatro, sí, pero también por tantos actos culturales e instituciones que siempre han sido objeto de especial cuidado y empeño a lo largo de muchas décadas.

                Quizás porque Carreño ha sido la patria del padre de nuestras letras, Antón de Marirreguera.

                Poso la montera.

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