Ayer, en La Nueva España: Predicar trigo y darlo

                      EL TRIGO: PEDRICARLO Y DARLO

                El verano me entusiasma porque durante él se realizan excavaciones que van poniendo al descubierto un pasado que ignorábamos o concretándolo en imágenes. Las de La Carisa, por ejemplo, y nuestra resistencia a Roma; el pecio hallado en el Eo que venía a comerciar con los habitantes de los castros; los continuos hallazgos en Gauzón, donde se fabricó la Cruz de la Victoria, entre los cuales me emocionan dos alquerques con cuyo juego la tropa del castillo se entretendría…

                Pero es la hora también de las quejas. En Peñerudes se quejan del estado del Turruxón, como también se quejan del de su lugar en Cenero o como lloramos el de Tudela. Asimismo sobre los palacios se derraman lágrimas en algunos concejos. De todas formas, habrá que irse haciendo a la idea de que no nos es posible conservar tanto patrimonio (como los hórreos), y de que, al margen de mejorar la legislación, si acaso, no hay trigo para tantos peticionarios.

                Porque una cosa es pedirlo, otra prometerlo y otra darlo. Lo sabe bien el presidente Barbón, que junto a sus mensajes animosos va dejando en las últimas semanas un largo rastro de lágrimas y quejas por el siempre insuficiente dinero: no lo tenemos para cofinanciar los proyectos del maná europeo, demandamos que se aflojen los límites del déficit y del endeudamiento, porque, si no, seríamos incapaces de elaborar los presupuestos de 2021. Y es que una cosa es predicar eficacia y voluntad y otra dar trigo.

                De todas formas, a don Adrián habría que recordarle que tanto su Administración como la de los ayuntamientos acrecentarían notablemente sus ingresos si actuasen con más diligencia para los permisos de obras e inversiones, puesto que los paralizan durante meses y años. Y esa ineficacia se ha multiplicado exponencialmente con la pandemia.

                “Devuelvan al menos la Administración a su nivel de ineficacia anterior”, he aconsejado aquí hace tres semanas.               

 



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