Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
Cultura y ruinas
(Ayer, en La Nueva España)
L'APRECEDERU
CULTURA Y RUINAS
Ha muerto recientemente el dominico José Álvarez Lobo, natural de Nembra, Ayer, concejo que, por cierto, ha sido un campo extraordinario donde han florecido numerosas personalidades de todo tipo, políticas, culturales, religiosas…. Sacerdote dominico, comprometido con las causas indigenistas en Sudamérica, quiero recordar una de sus contribuciones a la cultura asturiana, “Nembra. La xente y sos coses”, libro entre antropológico y lingüístico que muestra su pasión patriótica.
De otro orden de cosas en lo cultural es la aparición de la colección de libros que con el título genérico de “La cultura castreña asturiana” ha empezado a publicar LA NUEVA ESPAÑA. La serie viene a sumarse, con el mismo diseño y tamaño, a otras dos anteriores, una relativa al arte asturiano, la otra al arte paleolítico. Cuidadados en su diseño y en la calidad de su papel, con magníficas fotografías y, por supuesto, textos claros y ricos en información, los libros vienen a ayudar al conocimiento por los asturianos de su tierra y su cultura, sirviendo, así, de palanca para remover, aunque sea solo en parte, el desconocimiento que existe sobre nuestro pasado y cultura, una de nuestras señas (negativas) de identidad.
La ciudad vacacional de Perlora es otra de esas señas de identidad que nos definen. Entamada en 1952 por el sindicalismo franquista, fue durante muchos años un lugar de veraneo de lujo para obreros y empleados. Tras años de dejadez, en el 2006 el Gobiernu decidió cerrarla. Hoy es ruina y maleza, fruto de la incuria voluntaria.
Perlora sufrió, sin duda, el estúpido estigma de ser “franquista”, estigma que durante años entorpeció la Laboral y su entorno, provocando dispendios innecesarios. Algunos piensan que ese abandono iniciado por los gobiernos de Areces se debió a una especie de mala conciencia, pues fue, precisamente, en Perlora donde don Vicente y otros conmilitones abandonaron el PCE, ¡en desacuerdo, entre otras cosas, por renunciar este al leninismo!
Maledicentes.
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