Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
Chafarrinadas con daños públicos y privados
(Ayer, en La Nueva España)
L’APRECEDERU
CHAFARRINADAS CON DAÑOS PÚBLICOS Y PRIVADOS
Cuando pasean por sus ciudades ven, cada vez más frecuentemente, fachadas, cierres de comercios, puertas, esculturas, pintarrajeadas con chafarrinones de esos que han dado en llamarse “grafiti”, un término italiano que significa “garabato”. Pero no solo en las ciudades, en las autopistas o en los vagones de los trenes verán también esos manchones.
No se habla aquí de los murales que, con acuerdo de los propietarios o las autoridades escolares o municipales, se realizan con publicidad y a la luz del día. No, los garabatos a que nos referimos se efectúan con nocturnidad y taimadamente. En su mayoría no constituyen otro grafismo que la firma del autor, la meada con que su ego marca el territorio.
Todas esas pintadas constituyen un adefesio estético que afea las superficies donde se adhiere y da un aire sucio y abandonado a las zonas de la ciudad en que abundan. Son un delito porque constituyen un atentado contra la propiedad privada (comercios, casas) y colectiva (edificios municipales, esculturas).
Convendría señalar que, a veces, estos vándalos reciben una especie de apoyo o comprensión por parte de “intelectuales” que siempre están dispuestos a ver signos de arte o expresiones de rebeldía en cualquier tipo de actuación contra el derecho general.
Al margen del perjuicio que causan a los propietarios privados, que han de limpiar sus casas o negocios a jornal de su pena y su cuidado, estas chafarrinadas dañan el bolsillo de todos nosotros. Así, en Xixón, se gastan 200.000 euros al año en esa limpieza. Los causados por un grupo de grafiteros, recientemente arrestados, por daños en trenes por Europa y España, un millón de euros.
En fin, gracia ninguna, belleza tampoco.
Menos mal que uno puede consolarse con placeres ocasionales y excepcionales. El bocarte, este año, más abundante que nunca, tiene un tamaño y un sabor insuperable. Corran a degustarlo antes de que se cierre la siempre cicatera costera.
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