Xuan Xosé Sánchez Vicente: asturianista, profesor, político, escritor, poeta y ensayista. Articulista en la prensa asturiana, y tertuliano en los coloquios más democráticos. Biógrafo no autorizado de Abrilgüeyu
Palabras, apropiaciones
(El llunes, en LNE)
L’APRECEDERU
PALABRAS, APROPIACIONES
¡Qué importantes las palabras! No es el lenguaje un instrumento neutro, viene cargado muchas veces de resonancias emocionales capaces de conmover positiva o negativamente.
Pero de lo que quiero hablar es de las apropiaciones de las palabras por parte de la Administración. El 31 de julio de 2015 publicaba yo aquí, en LA NUEVA ESPAÑA, un artículo titulado ¡No nos toquen… les fabes! Hacía en él referencia a uno anterior de la Directora general de Desarrollo Rural y Agroalimentación, titulado ¡Que no nos den alubias por fabas! En él, siguiendo el criterio y las directrices del Gobiernu y del Consejo Regulador de la Denominación de la Faba Asturiana, argumentaba que todo phaseolus que no estuviese acogido al cuello de dicho Consejo no podía denominarse “faba”, sino “alubia” (o “judía”).
Lo que pretendían Gobiernu, Consejo y articulista era, ni más ni menos, que expropiar el diccionario y erradicar de él la correspondencia entre vocablo y realidad designada con que se venía nombrando desde Roma determinada realidad, primero, y luego, desde la conquista de América, otra semejante.
Ocurre ahora algo parecido con el término “asturiana” en relación con la sidra. El Consejo Regulador de la DOP de la sidra ha denunciado a una empresa por utilizar el término “asturiana” para su sidra xampanizada, ya que, sostienen, el término solo pueden utilizarla las sidras inscritas en la DOP.
El problema es aquí más complejo, puesto que la empresa denunciada tiene registrada la denominación de “sidra asturiana” antes de la creación de la DOP. Pero no me interesa eso, sino señalar, otra vez, que esa pretensión de exclusividad para los productos acogidos a una normativa supone la expropiación de un sustantivo y un adjetivo, “de Asturias”, “asturiana”, en favor de unos pocos, diga lo que diga la legislación al respecto.
Persígase el falso etiquetado, que no es el caso, pero no se expropien la lengua ni la identidad nacional.
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