PARTICULARISMO,
DERECHA Y PACTOS
Nos hemos fijado poco en un dato relevante: nunca han
tenido tanto peso en el Congreso los partidos nacionalistas y regionalistas,
casi uno de cada ocho diputados tienen ese origen “particularista”. Dentro de
ese ámbito cabe destacar el crecimiento notable del
nacionalismo/independentismo en Cataluña y Euskadi; la práctica desaparición de
PP y Ciudadanos en ambas comunidades, total en el País Vasco, con sólo cinco
diputados Ciudadanos en Cataluña y uno el PP; el crecimiento del PSOE en las
dos autonomías. La aportación “regionalista” de Asturies ha constituido en
votar a Vox un poco por encima de la media estatal.
En lo tocante a los pactos,
destaca el clamor que se ha desatado, tanto en medios europeos como españoles,
lo mismo en el campo económico que en el de la opinión, pidiendo un concierto
entre PSOE y Ciudadanos. Es prácticamente imposible. No sólo porque no lo
deseen sus regentes, sino porque lo rechazan sus votantes: un acuerdo supondría
una notable fuga de votos para las dos formaciones, particularísimamente para
Ciudadanos. Por otro lado, el PSOE parece empeñado en gobernar en solitario,
acaso con independientes, como ya adelantó en la campaña Pedro Sánchez. Veremos
la respuesta de Podemos y la factura de los independentistas.
Los lectores de La Nueva España
estarán ya fartucos de leer lo que vengo diciendo hace meses: el gran problema
político del país es el de la recomposición de la derecha. No es un problema particular
de los partidos. Lo es de sus votantes (“Vuestra fue la culpa, amigo, / vuestra
fue, que mía no”, se les podría decir con el viejo romance), pero es, sobre
todo, del país: las sociedades democráticas necesitan opciones de alternancia.
En la evolución de la correlación
de fuerzas entre los tres componentes de la derecha tendrán gran importancia
los próximos comicios. El PP tiene mayor implantación territorial, pero se
halla en franco declive. Su esperanza está en recuperar voto, principalmente de
Vox. Ciudadanos está en ascenso. ¿Resistirá el PP o aumentará su retroceso? En
cuanto a Vox, seguramente parte no pequeña de sus votantes sufrirán hoy de tristitia post coitum al ver defraudadas
sus altísimas expectativas y la utilidad de sus votos. Volver a ilusionarlos no
será tarea fácil. Por otra parte, es posible que el crecimiento futuro de la
formación no sea excesivo. En todo caso, corren el riesgo, con su discurso
contra todo, de transmitir más la imagen de una derecha gamberra que de una
derecha “salvadora”.
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