Ayer, en LNE: (in) expertos, máscares, mazcayaes


                                       L’APRECEDERU


                                (IN)EXPERTOS, MÁSCARAS, MAZCAYAES

                Quien tenga el humor y la paciencia de seguir mis artículos sabrá cómo he venido criticando muchas de las decisiones normativas emitidas al respecto de la pandemia, señalando la incoherencia de las mismas o el desconocimiento del mundo de los “expertos” que las proponían. Por solo poner una: la prohibición durante un mes y medio de que pudiesen viajar en el mismo coche marido y mujer, quienes evidentemente comparten en su casa aire y, en su caso, fluidos.
                Pues bien, he aquí otro disparate de los “expertos”. La normativa específica del Gobiernu asturianu prohíbe taxativamente el uso de mascarillas con respirador para el ciudadano común. Sin embargo, y con buen criterio, permite que no usen protección quienes tienen dificultades respiratorias u otros impedimentos. Es decir, una persona con problemas pulmonares puede circular sin mascarilla, con riesgo grave de ser contagiado o de contagiar; no puede hacerlo, sin embargo, con una con respirador, que, evidentemente, lo protege y, aunque menos, también a los demás. ¿No lo han pensado? ¿El que redacta un punto no redacta el siguiente? ¿No son capaces de interrelacionar los apartados del decreto? Misterios de los (in)expertos.
                Respecto a los contagios y sus fuentes, vengo reclamando hace tiempo una publicidad más “dramática”, visualizando los efectos reales del coronavirus en los enfermos, y al tiempo, una publicidad específica dirigida a los grupos inconscientes de transmisión: jóvenes, aficionados futbolísticos, discotequeros…, señalándoles que, aún en el caso de que ellos no enfermen gravemente si se contagian, sí pueden matar a sus padres o abuelos: las recomendaciones y  el “lo estamos haciendo bien” no valen nada.
                Por cierto, vistas las dificultades y retrasos para imponer confinamientos por las comunidades autónomas, que ha de validar un juez, quien en ocasiones hasta valora los datos, queda patente que cuando en los dos últimos estados de alarma el PP proclamaba que había alternativas no sabía de qué hablaba: eructaba mazcayaes.




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